MORAL Y LUCES

MORAL Y LUCES

lunes, 8 de junio de 2015

JUAN BOSCH: LA POLÍTICA ES CIENCIA Y ARTE


El PLD en los tiempos del Profesor Juan Bosch se hacia política siguiendo principios y valores y con métodos de trabajo que hacían de la praxis y la teoría política una verdadera ciencia como decía el maestro apóstol. 


JUAN BOSCH

La política es una ciencia y un arte. En su condición de ciencia requiere que la sociedad en la que se ejerce sea debidamente estudiada porque el estudio hace posible que se le conozca en varios, sino en todos sus aspectos, dos de los cuales son el histórico y el que tiene cuando se está operando o va a operarse en ella.


Sobre la sociedad dominicana de 1960, todo el que pretendiera actuar políticamente en su seno debía saber, en primer lugar, que además de estar dividida en clases lo estaba en campesinos y centros urbanos, y aunque el peso de la tiranía trujillista caía sobre unos y otros, era diferente en el campo, que todavía en 1960 tenía la mayor parte de la población nacional, y de campesinos estaban compuestas las Fuerzas Armadas y la Policía, cuyos miembros, en una proporción que podía estimarse superior al 90 por ciento, vivían en los cuarteles de los cuales la mayor parte se hallaba en los centros urbanos, pero estaban adheridos emocionalmente a los campos donde vivían sus familiares — padres, madres, hermanos, abuelos y tíos—; sus amigos y compañeros de la infancia, con todos los cuales mantenían los soldados y los campesinos relaciones muy estrechas, y no en condición de subalternos sino todo lo contrario, lo que creaba un firme vínculo político entre la dictadura y el campesinado porque los campesinos creían a pie juntillas que los familiares suyos que vestían uniformes militares y de policías y usaban armas eran unos privilegiados gracias a que Trujillo los había escogido para que le sirvieran en condición de soldados y policías.



Esa creencia les daba a los hombres y las mujeres de los campos una solidez de sentimientos favorables a la tiranía que compartían con ellos sus hijos, sobrinos y en general sus familiares, pero además los hacía creer que eran socialmente superiores a las familias campesinas que no tenían hijos, sobrinos y primos vestidos de militares y de policías; y esa sensación de superioridad se crecía cuando sus deudos eran ascendidos, aunque fuera al mínimo grado de cabos.
El campesinado era, debido a lo que acaba de decirse, la base militar del régimen trujillista, situación que no se daba ni remotamente en Cuba, y por saber, como los sabíamos Miolán y yo, que esa base era de puro granito y no podía ser destruida por 250 ó 300 hombres habituados a vivir en ciudades populosas desde que salieron del país, algunas tan pobladas como Nueva York y México, la dirección del PRD no participó en las expediciones que en el año 1959 llegaron a las costas de la provincia de Puerto Plata, y esa negativa a entrar en el país armas en mano hizo del PRD una reserva histórica puesto que dada la fortaleza de la base militar del trujillismo si el PRD hubiera sumado sus miembros a las expediciones de Constanza, Maimón y Estero Hondo a la desaparición de Trujillo el país se hubiera encontrado totalmente huérfano de hombres que tuvieran experiencia de organizadores políticos.

Los exiliados decían que para liberar el país de la tiranía era necesario combatirla militarmente hasta derrotarla porque mientras Trujillo viviera no habría posibilidad de que el pueblo dominicano adquiriera desarrollo político, y tenían razón, pero no se daban cuenta de que el triunfo de la revolución cubana había iniciado un cambio profundo en la región del Caribe, cambio que estaba llamado a convertir en irrespirable para Trujillo y su gobierno el aire político en el cual vivía el pueblo dominicano.

La carta a Trujillo


Lo que acabo de decir fue expuesto en la carta que escribí en Caracas, Venezuela, publicada en el diario La Esfera, de la cual envié copias, además del original destinado a Trujillo, a su hijo Ramfis, al hijo de Marina Trujillo de García —José García Trujillo— y al Dr. Joaquín Balaguer. Copio a seguidas esa carta:

“General: En este día, la República Dominicana que usted gobierna cumple ciento diecisiete años. De ellos, treinta y uno los ha pasado bajo su mando; y esto quiere decir que durante más de un cuarto de siglo de su vida republicana el pueblo de Santo Domingo ha vivido sometido al régimen que usted ha mantenido con espantoso tesón.

‘Tal vez usted no haya pensado que ese régimen ha podido durar gracias, entre otras cosas, a que la República Dominicana es parte de la América Latina; y debido a su paciencia evangélica para sufrir atropellos, la América Latina ha permanecido durante la mayor parte de este siglo fuera del foco de interés de la política mundial. Nuestros países no son peligrosos, y por tanto no había por qué preocuparse de ellos. En esa atmósfera de laisez faire, usted podía mantenerse en el poder por tiempo indefinido; podía aspirar a estar gobernando todavía en Santo Domingo al cumplirse el sesquicentenario de la República, si los dioses le daban vida para tanto’.


‘Pero la atmósfera política del hemisferio sufrió un cambio brusco a partir del 1º de enero de 1959. Sea cual sea la opinión que se tenga de Fidel Castro, la historia tendrá que reconocerle que ha desempeñado un papel de primera magnitud en ese cambio de atmósfera continental, pues a él le correspondió la función de transformar a pueblos pacientes en pueblos peligrosos. Ya no somos tierras sin importancia, que pueden ser mantenidas fuera del foco del interés mundial. Ahora hay que pensar en nosotros y elaborar toda una teoría política y social que pueda satisfacer el hambre de libertad, de justicia y de pan del hombre americano’.

‘Esa nueva teoría será un aliado moral de los dominicanos que luchan contra el régimen que usted ha fundado; y aunque llevado por su instinto realista y tal vez ofuscado por la desviación profesional de hombre de poder, usted puede negarse a reconocer el valor político de tal aliado, es imposible que no se dé cuenta de la tremenda fuerza que significa la unión de ese factor con la voluntad democrática del pueblo dominicano y con los errores que usted ha cometido y viene cometiendo en sus relaciones con el mundo americano’.

‘La fuerza resultante de la suma de los tres factores mencionados va a actuar precisamente cuando comienza la crisis para usted; sus adversarios se levantan de una postración de treinta y un años en el momento en que usted queda abandonado a su suerte en medio de una atmósfera política y social que no ofrece ya aire a sus pulmones. En este instante histórico, su caso puede ser comparado al del ágil, fuerte, agresivo tiburón, conformado por miles de años para ser el terror de los mares, al que un inesperado cataclismo le ha cambiado el agua de mar por ácido sulfúrico: ese tiburón no puede seguir viviendo’.

‘No piense que al referirme al tiburón lo he hecho con ánimo de establecer comparaciones peyorativas para Usted. Lo he mencionado porque es un ejemplo de ser vivo nacido para atacar y vencer, como estoy seguro piensa usted de sí mismo. Y ya ve que ese arrogante vencedor de los abismos marítimos puede ser inutilizado y destruido por un cambio en su ambiente natural, imagen fiel del caso en que usted se encuentra ahora’.


‘Pero sucede que el destino de sus últimos días como dictador de la República Dominicana puede reflejarse con sangre o sin ella en el pueblo de Santo Domingo. Si usted admite que la atmósfera política de la América Latina ha cambiado, que en el nuevo ambiente no hay aire para usted, y emigra a aguas más seguras para su naturaleza individual, nuestro país puede recibir el 27 de febrero de 1962 en paz y con optimismo, si usted no lo admite y se empeña en seguir tiranizándolo, el próximo aniversario de la República será caótico y sangriento; y de ser así, el caos y la sangre llegarán más allá del umbral de su propia casa, y escribo casa con el sentido usado en los textos bíblicos’.

‘Es todo cuanto quería decir, hoy, aniversario de la fundación de la República Dominicana’”.

Al final iba mi firma, el nombre del lugar donde esa carta había sido escrita, y la fecha: 27 de febrero de 1961, y exactamente tres meses después de ese día Rafael Leónidas Trujillo caía abatido a tiros, o lo que es lo mismo, su sangre llegó “más allá del umbral de su propia casa”.



 CUANDO JUAN BOSCH DIRIGIA EL PLD Y ERA SU PRESIDENTE.

(…) aunque su congreso de fundación se llevó a cabo el 15 de diciembre de 1973, todavía a mediados de marzo del año siguiente el PLD no era un partido sino un proyecto de partido tratado como tal por grupos partidistas tan mínimos como él. Eso que se acaba de decir está documentado en la primera de las publicaciones del PLD, un folleto de 24 páginas del cual se tiraron 5 mil ejemplares que se venderían a razón de 20 centavos cada uno para recaudar fondos con que pagar la impresión de ese folleto y cubrir algunos gastos, como los de agua y luz de la Casa Nacional.

El folleto aludido se tituló Posición del PLD ante la situación política Nacional, (…) por lo menos de algunas partes de ese resumen, les deja a los lectores una idea clarísima de las razones que justifican el abandono del PRD y la creación del PLD, pero al mismo tiempo en ese resumen quedaron pruebas de que el recién nacido PLD no iba a ser un partido caudillista ni cosa parecida…  

(…) Mi resumen de la tercera reunión del Comité empezó así: “Voy a referirme a lo que dijo el compañero Norge Botello. El compañero Norge Botello dijo que la línea política que hemos estado siguiendo ha sido buena, pero que el Partido no la ha aplicado con métodos correctos; dijo que estamos reproduciendo al PRD dentro del PLD; que no tenemos el tipo de organización que se necesita para aplicar nuestra línea política. Hay algunos compañeros que más o menos han coincidido con el compañero Botello…

El Comité Político se reunió anoche para estudiar la agenda de esta reunión y tomar acuerdos sobre lo que íbamos a decir aquí, y entre otras cosas hablamos de la forma en que iban a hacerse públicas las conclusiones a que llegaríamos. Algunos pensaban que yo debería hablar por radio dando esas conclusiones y otros pensaban que el documento que escribiéramos esa noche debería darse inmediatamente a los periódicos, y yo les decía a los compañeros que esos métodos no eran apropiados para nuestro partido.


Mientras estuvimos en el PRD yo le hablaba al pueblo por radio y mucha gente se enteraba de lo que yo decía, probablemente más de un millón de dominicanos oían mis discursos y muchos miles leían esos discursos en los periódicos que los publicaban, pero en realidad yo no le señalaba al pueblo líneas políticas, lo que hacía eran comentarios de tipo político, que es cosa diferente de señalar líneas políticas. Y no señalaba líneas políticas porque no teníamos un partido que pudiera poner en acción esas líneas. Ese partido, el PRD, se quedaba en su casa, satisfecho con lo que yo había dicho, y sus miembros a lo sumo repetían en las calles y en las oficinas lo que yo había dicho, propagaban mis palabras, pero no las convertían en hechos”.

Se necesitaban militantes

El resumen seguía así: “Aunque nosotros hacíamos esfuerzos para convertirlo en otra cosa, el PRD era un partido populista, uno de esos partidos en los cuales los líderes son dirigidos por el pueblo en vez de ser al revés. Mientras estuvimos en el PRD nosotros no dirigimos al pueblo; al contrario, el pueblo nos dirigía a nosotros. Parecía que nosotros lo dirigíamos y nosotros lo que hacíamos en realidad era decirle al pueblo algunas cosas, pero el pueblo no hacía nada, quienes hacían lo que debía hacerse éramos nosotros”.

Cuatro o cinco minutos después me adelanté a explicar el método que debía seguir el partido para hacer llegar a las masas sus criterios, el mismo método que se le aplicaría un año y cinco meses y medio después a la distribución del periódico que iba a llamarse Vanguardia del Pueblo, ése que viene aplicándose con excelentes resultados hace catorce años y ocho meses. Lo que dije entonces fue lo siguiente: “Por ejemplo, anoche, como les iba diciendo, discutimos lo que iba a hacerse con el documento que saldría de esta reunión, y llegamos a la conclusión de que la manera de comunicarle lo tratado al partido (no al país sino al partido) era a través de un folleto que el partido vendería. La venta del folleto fortalecerá al partido ideológica y orgánicamente; primero, porque los miembros del partido deberán leerlo, estudiarlo, discutirlo entre sí para estar en condiciones de hacerle propaganda entre la gente a quienes irán a vendérselo; y segundo, porque la venta es un trabajo, una actividad que sacará a los miembros del partido de sus casas y los pondrá en contacto con el pueblo y en la medida en que un peledeísta mantenga contacto con 15, con 20, con 25 personas que no sean miembros del partido pero que pueden convertirse en simpatizantes del partido, en personas que compren nuestras publicaciones y las lean y las discutan, en esa medida ese peledeísta  acabará teniendo influencia sobre un círculo de gente; tendrá contacto permanente con ellas, las visitará, y a la hora de movilizar el pueblo podrá sacarlas a las calles, o podrá sacar a una parte de ellas a las calles; es decir, ese peledeísta que comience vendiendo nuestras publicaciones puede y debe acabar siendo un agente del partido ante un grupo determinado de gentes del pueblo a quienes él conocerá, y al mismo tiempo podrá transmitirnos a nosotros lo que esas personas piensen, la forma en que vivan y sus aspiraciones, cosa que nos permitirá conocer bien a qué aspiran, qué desean”.


A seguidas decía: “...estoy de acuerdo en que debemos cambiar los métodos de trabajo; debemos convertir el PLD en un partido de militantes, militantes que muevan a la gente, que estén siempre en contacto con la gente, que extraigan todos los días de esa gente alguna forma de apoyo al partido, sea un apoyo económico (a través de cosas que valen 10 ó 20 centavos como lo han hecho los compañeros del Comité Intermedio José Martí, de Cristo Rey, según nos explicó hace un rato el compañero Taveras) o sea un apoyo político, de tipo moral. Efectivamente, nosotros tenemos que crear nuevos métodos de trabajo porque tenemos que hacer del PLD un partido diferente del PRD. El  PLD tiene que ser un partido de militantes, (…) tiene que ser un partido que haga cosas, no que se conforme con oír opiniones. Necesitamos que el PLD sea una fuerza viva; una fuerza que al mismo tiempo actúe sobre el pueblo y se apoye en el pueblo, y de esa manera le llevará al pueblo nuestros planes y nos traerá a nosotros las inquietudes del pueblo”.

En realidad, yo no debía decir que teníamos que crear nuevos métodos de trabajo porque en el PRD no se seguía ningún método de trabajo, es más, ni siquiera sabían los líderes del PRD qué significaban esas cuatro palabras. Yo debí haber hablado  de métodos de trabajo, que debían crearse para ser aplicados en el PLD dado que fue precisamente la no aplicación de esos métodos en el PRD lo que me llevó a pensar, cuando vivía en París, en la necesidad de crearlos para transformar al PRD en un partido distinto de lo que era.

La creación y aplicación de métodos de trabajo es una actividad muy importante, de primerísima importancia en todas las organizaciones humanas. Pensando en cómo hacer del PRD un partido distinto de lo que era, sentado en el comedor de la casa que ocupaba en París por gentileza de Héctor Aristy, recordé de súbito que cuando tenía nueve o diez años, estando en misa en la iglesia de mi pueblo me di cuenta de que todos los sacerdotes hacían los mismos gestos, exactamente iguales, cuando se preparaban para dar a los feligreses la comunión y también cuando les ponían en la boca el símbolo del pan, y pensando en cuántos serían los sacerdotes católicos que en todo el mundo harían los mismos movimientos en un mismo día; mi imaginación saltó de pronto a la disciplina militar, que era una sola para todos los soldados y oficiales de los países que yo conocía, y me pregunté a mí mismo por qué eso no sucedía en los partidos políticos a pesar de que todos, como todas las organizaciones humanas, tenían o necesitaban tener líderes.

El conocimiento de que tanto la Iglesia Católica como los ejércitos tenían siglos de vida me llevó a pensar que los partidos eran relativamente pasajeros porque no aplicaban métodos de trabajo en sus actividades, y de pronto, tal vez una semana, tal vez diez días después me dije a mí mismo que los partidos fascistas de Italia y nazi de Alemania habían creado y aplicado métodos de trabajo que desaparecieron con ellos cuando terminó la Segunda Guerra Mundial, pero luego, analizando esos dos casos llegué a la conclusión de que los métodos autoritarios que se habían puesto en vigor en Italia y Alemania no podían sobrevivir (…)

Curiosamente, el primer método de trabajo que se conoció y se aplicó en el PLD fue creado mientras estábamos en el PRD, y naturalmente no se aplicó en ese partido porque no se creó el método que debía seguirse para convertir un método creado por un miembro del partido en método adoptado por todo el partido.

Esto que acabo de decir puede parecerles a muchos lectores una jerigonza (lenguaje complicado y difícil de entender), pero todos los peledeístas saben que no lo es porque el PLD tiene un método de trabajo que se aplica para convertir un método creado por un peledeísta en método puesto en ejecución por todo el partido, eso que en el PLD se explica diciendo que “va de lo particular hacia lo general y de lo general vuelve a lo particular”. El que fue creado y no fue aplicado mientras estábamos en el PRD fue el denominado “unificación de criterios”, que acabó siendo el más aplicado en el PLD, y su inventor, el compañero  Manuel Ramón Taveras, le puso ese nombre en el momento mismo en que lo inventaba delante de mí. Se trataba de aplicar un reglamento para estudiar el primer folleto de Estudios Sociales que había escrito yo al comenzar el mes de agosto de 1970, es decir, el que iba a inaugurar los trabajos de los Círculos de Estudios.

La adopción de métodos de trabajo es una necesidad para toda agrupación humana porque lo que identifica entrañablemente a hombres y mujeres es reconocerse como miembros de un mismo conjunto de personas, y ese reconocimiento es producto de la unidad de pensamiento y acción de los que forman el conjunto, lo mismo si se trata de una institución religiosa que de una militar o política.

Cuando al cumplir cualquier tarea dos o tres o cien personas la llevan a cabo hablando el mismo lenguaje y ejecutando los mismos movimientos, todas ellas se reconocen como miembros de una misma organización aunque no se hubieran visto en toda su vida.

Los estatutos de un club o de un partido político determinan cómo debe comportarse cada una de las personas que son partes de esos grupos, pero no señalan la forma que se adoptará para poner en práctica ese comportamiento, y aunque a cierta gente le parecerá escandaloso lo que voy a decir, lo que le da sustento a la disciplina de los miembros de una organización no es el cumplimiento de lo que se declara en sus estatutos; es  la unidad en la manera de hacer o aplicar las actividades que lleva a cabo su organización, y para lograr esa unidad es indispensable crear métodos de trabajo para cada tarea.

(…) Ninguno de los dirigentes de esos partidos se dan cuenta de que la disciplina consciente, la que está alimentada por la decisión afirmativa de cada miembro de un conjunto de seres humanos, es la que brota de manera natural de la aplicación de métodos de trabajo iguales para todos los que forman la membresia del conjunto humano que los ha adoptado. Por esa razón, la disciplina de los peledeístas es una fuerza sana, positiva, un poder por sí sola, como no se había conocido en la República Dominicana fuera de las comunidades religiosas y de la escuela hostosiana, destruida de mala manera por la dictadura de Trujillo.


He insistido en el tema de los métodos de trabajo para que el lector se dé cuenta de que a los tres meses y medio de haber sido fundado el PLD no era todavía un partido sino un proyecto de partido que carecía de un plan orgánico sobre el cual formarse y desarrollarse, pero que aun así era ya, por lo menos en intención, diferente del PRD. En el PRD nadie pensó en la necesidad de crear métodos de trabajo elaborados y aplicados para asegurar la unidad de su membresia, y eso, que la vida de ese partido era larga, tan larga que en 1974 cumpliría 35 años. Tampoco había en el PRD conciencia de cuál era la composición social de las masas dominicanas, y había que evitar que esa ignorancia se reprodujera en el PLD; por eso en la larga intervención que fue mi discurso del 2 de abril de 1974 les expliqué a los compañeros que participaron en la tercera reunión del Comité Central del PLD que la población dominicana era mayormente pequeñoburguesa, y que esa enorme abundancia de pequeños burgueses se debía “al escaso desarrollo nacional, porque cuando en un país clasista (y sólo hay países clasistas en el sistema capitalista) no hay desarrollo, suficiente desarrollo, lo que más abunda es la pequeña burguesía, especialmente en sus estratos más bajos...”. 

domingo, 7 de junio de 2015

JUAN BOSCH: LAS DICTADURAS DOMINICANAS

PROLOGO  QUE ESCRIBIERA EL PROFESOR  JUAN BOSCH  EN 1988 DE SU  LIBRO  LAS DICTADURAS DOMINICANAS

Palabras de introducción


El título de este libro debió haber sido Las dictaduras que han conocido los dominicanos, o Las dictaduras que ha sufrido el pueblo dominicano, pero de haber sido cual­quiera de esos dos, muchos, sino la mayoría de los posibles lectores, habrían dudado acerca del género de la obra, que no es un ensayo o análisis de las dictaduras conocidas por nuestro pueblo ni una historia de nuestros dictadores sino una explicación de las causas que dieron origen a esas dic­taduras, entre las cuales figuran la de Ulises Heureaux y la de Rafael L. Trujillo, pero además otra que no ha sido reconocida como dictadura en ninguno de los textos de historia nacional. 


Si esa tercera dictadura tuviera que ser mencionada colo­cándola en el orden cronológico que le corresponde, tendría que ocupar un puesto entre la de Heureaux y la de Trujillo, y así aparece en este libro, y no podría ser de otra manera por­que sin su existencia no hubiera podido establecerse la que encabezó Rafael L. Trujillo; pero el lector debe tomar en cuenta que esa tercera dictadura, que por razones de orden histórico ocupó el segundo lugar en el tiempo, fue dominicana en tan­to se implantó en nuestro país y sin embargo no estuvo enca­bezada ni formada por dominicanos sino por extranjeros, por­que sus jefes fueron varios, no uno solo como sucedió en el caso de las de Heureaux y Trujillo. 

Así pues, la tercera dictadura dominicana, segunda en el tiempo y servida por varias personas, no por una sola, le fue impuesta a nuestro pueblo por un poder extranjero, el de dos gobiernos de Estados Unidos, uno demócrata (el de Woodrow Wilson) y otro republicano (el de Warren G. Harding), y los que ejercieron esa dictadura en el país fueron los gobernado­res militares que nombraban esos presidentes norteamerica­nos. (Debo aclarar que ignoro si en los meses que le tocó gobernar como sucesor de Harding el presidente Calvin Coolidge nombró un gobernador militar para nuestro país). 

Los gobernadores nombrados por presidentes de Estados Unidos ejercían el poder calificado de omnímodo, palabra que significa total, que nada ni nadie puede limitar; y para gobernar de esa manera no tenían que fusilar a enemigos o adversarios o altos funcionarios como lo hacía Heureaux ni ordenar el asesinato de enemigos políticos como lo hacía Trujillo, pero eran dictadores porque su poder era impuesto, no procedía de la voluntad del pueblo al que gobernaban y del cual extraían los fondos con los cuales se mantenía el apa­rato de poder que habían establecido basando su autoridad en el poder militar de Estados Unidos. 

Los gobernadores norteamericanos que estuvieron gober­nando nuestro país durante siete años encarnaron una dicta­dura porque sin tener autoridad política o jurídica para go­bernar al pueblo dominicano, sin que su presencia en nuestro país y el ejercicio de su poder se explicara como producto de una guerra entre Estados Unidos y la República Dominicana que hubiera sido ganada por Estados Unidos, ellos decidían todo cuanto debía hacerse en nuestro país como producto de decisiones políticas tomadas sin consultar a ningún domini­cano. En pocas palabras, los dos gobiernos norteamericanos de Wilson y de Harding lanzaron sobre nuestro pueblo todo el peso del poder de su país como si ellos y la opinión pública  de Estados Unidos tuvieran la potestad divina de hacer en la República Dominicana lo que no podían hacer en su patria. Creo haber dicho en estas líneas todo lo necesario para que el lector sepa por qué en este libro se describen no dos sino tres dictaduras que estuvieron encabezadas y formadas por Ulises Heureaux, los gobernadores militares norteamericanos y Rafael Leonidas Trujillo.



Juan Bosch Santo Domingo, 10 de agosto de 1988.

sábado, 6 de junio de 2015

MENTIR: GANAR LOS «CORAZONES Y LAS MENTES»

                              

 En un documento recientemente desclasificado y difundido por la National Security Archive, el Pentágono presenta su estrategia para controlar la información. Titulado Information Operations Roadmap, el documento, rubricado por Donald Rumsfeld con fecha 30 de octubre de 2003, examina las diferentes actividades del Ejército relacionadas con el control de la información.

El conjunto de estas actividades va desde la guerra electrónica a la intoxicación masiva de los medios, pasando por la «guerra a Internet» sin contar las operaciones psicológicas (Psyops).

Inmediatamente después del 11 de septiembre, el Pentágono crea, en el mayor secreto, el Office for the Strategic Influence (OSI), una agencia de propaganda encargada de modelar las opiniones públicas a nivel planetario mediante una intoxicación masiva de los medios de comunicación a fin de apoyar la guerra contra el terrorismo. En ese entonces, las revelaciones de la prensa sobre las actividades de la OSI y su impacto en las informaciones difundidas por los medios estadounidenses obligaron a Donald Rumsfeld a anunciar el cierre de esta nueva agencia. En efecto, el Smith-Mundt Act prohíbe la realización de campañas de desinformación que tengan como objetivo el público estadounidense.

Sin embargo, el Pentágono no renunció a sus proyectos y el Office for the Strategic Influence (OSI) fue sustituido por el Northern Gulf Affairs Office. Creada en septiembre de 2002 y supervisada por el subsecretario de Defensa William Luti, esta oficina se dio a la tarea de preparar el terreno para una intervención en Irak, destilando informaciones sobre las supuestas armas de destrucción masiva en posesión de Irak y los vínculos de este país con el terrorismo internacional.

El documento, hecho público a finales de enero de 2006 por la National Security Archive, confirma que el Pentágono no ha abandonado el terreno de la guerra informativa y propagandística. El mismo indica que «La importancia del dominio de la información explica el objetivo de transformación de las Operaciones de Información para hacer de las mismas un arma en su totalidad como son las fuerzas aéreas, terrestres, navales y las fuerzas especiales» («The importance of dominating the information spectrum explains the objective of transforming IO into a core military competency on a par with air, ground, maritime and special operations»).

Con esta óptica, el Pentágono se adentra en un campo cuya competencia correspondía anteriormente al Departamento de Estado, y en especial al subsecretario de Estado para la diplomacia pública y los asuntos públicos (The Under Secretary for Public Diplomacy and Public Affairs), en realidad un ministerio de propaganda cuya misión es difundir la doctrina estadounidense, principalmente mediante medios directamente bajo su control como Voice of America oTV Martí. Así, el documento afirma igualmente que «las principales actividades en materia de información del Departamento de Defensa incluyen los asuntos públicos, el apoyo militar a la diplomacia pública y las operaciones psicológicas» ( «Major DoD "information activities" include public affairs, military support to public diplomacy and PSYOP»).

El reciente escándalo que implicó al Pentágono y a uno de sus subcontratistas, el Lyncoln Group, sobre el tema de los artículos periodísticos que presentan la ocupación de Irak desde un punto de vista favorable, redactados por militares estadounidenses y luego difundidos por la prensa iraquí, constituye un ejemplo de esta estrategia. Por otra parte, el Pentágono no excluyó desarrollar los medios al servicio de la propaganda. Se menciona la voluntad de «desarrollar un sitio web global al servicio de los objetivos de comunicación de los Estados Unidos. Los contenidos provendrían fundamentalmente de terceros y por lo tanto serían más creíbles para públicos extranjeros que si fueran producidos por oficiales estadounidenses» («Develop a global web site supporting U.S. strategic communications objectives. Content should be primarily from third parties with greater credibility to foreign audiences than U.S. officials»). 

En realidad el Pentágono administra directamente, a través del US European Command los dos sitios siguientes: el Southeast European Timessobre los Balcanes y Magharebia.com sobre el Magreb, y muestra su voluntad de «identificar y difundir los puntos de vista de terceros que apoyen las posiciones estadounidenses. Estas fuentes podrían no estar totalmente de acuerdo con las posiciones norteamericanas como lo desearía el DSG, pero podrían ejercer una influencia positiva» («Identify and disseminate the views of third party advocates that support U.S. positions. These sources may not articulate the U.S. position the way that the DSG would, but they may nonetheless have a positive influence»).

En este documento Internet es un enemigo a combatir. Así, el «el Departamento luchará contra Internet como lo haría contra un sistema de armamentos» («the Department will "fight the net" as it would a weapons system»). Efectivamente, el control de las diferentes redes de comunicación e información se ha convertido en un elemento estratégico de la mayor importancia para asegurar la victoria tanto en los campos de batalla como en la opinión pública.
Sin embargo, el Pentágono reconoce que «la información destinada a un público extranjero, incluidas la diplomacia pública y las operaciones psicológicas, es consumida cada vez más por un público doméstico» («information intended for foreign audiences, including public diplomacy and PSYOP, increasingly is consumed by our domestic audience and vice-versa»), lo que la sitúa en el terreno de la ilegalidad. Para remediar esta situación, el Departamento de Defensa propone una mejor coordinación interagencias para garantizar la coherencia global de las acciones de propaganda estadounidenses.


por Cyril Capdevielle



TOMADO DE RED VOLTAIRE

Óscar López Rivera, 34 años en prisión por luchar por la independencia de Puerto Rico

LA DOBLE MORAL DE EEUU: LIBERTAN A LOS TERRORISTAS COMO CAPRILES Y MANTIENEN EN PRESIÓN A PATRIOTAS Y LUCHADORES  POR LA HUMANIDAD  COMO  A OSCAR LOPEZ, INDEPENDENTISTA DE PUERTO RICO.
Óscar López Rivera, preso político: “Espero salir incólume de este sitio”


Por: María Peña

Acaba de cumplir 34 años en prisión, pero el prisionero político puertorriqueño, Óscar López Rivera, afirmó que, con la ayuda del presidente Barack Obama, espera “salir incólume” de la cárcel, para “besar la tierra” al sólo regresar a la isla.

López Rivera, de 72 años de edad, purga una condena de 70 años en EEUU tras ser sentenciado por sedición por sus vínculos con el extinto grupo independentista Fuerzas Armadas de Liberación Nacional (FALN), y desde 1998 está en una prisión en Terre Haute (Indiana).

En entrevista exclusiva por teléfono con este diario, López Rivera afirmó que estuvo al tanto de los actos de solidaridad de los últimos días para exigir su puesta en libertad, y describió sus planes de futuro para cuando finalmente salga libre.

Eso si Obama le concede la solicitud de clemencia, que permanece en revisión desde 2011 por el Departamento de Justicia.De lo contrario, y si no interviene otro presidente en la Casa Blanca, el prisionero político con mayor tiempo en una cárcel estadounidense tendría que esperar hasta 2023 para salir en libertad bajo palabra.Aunque víctimas de la violencia del FALN se oponen a su puesta en libertad, la mayoría de los puertorriqueños la apoya.


P: ¿Ha seguido los actos del fin de semana para exigir su libertad?


López Rivera: Hice varias llamadas y así pude enterarme de lo que estaba ocurriendo en Puerto Rico y en Nueva York. Me dieron un ‘play by play’ de la caminata en Puerto Rico, de la marcha en Nueva York. En Puerto Rico caminaron bajo la lluvia, casi celebrando la lluvia, y pude escuchar las consignas. También hablé con varias de las mujeres que se reúnen en Puerto Rico (el último domingo de cada mes) para apoyarme.Se qué ha habido presidentes, varios premios Nobel, y grupos religiosos metidos en este movimiento. Esto para mí es algo muy bonito, muy emotivo. Son esfuerzos muy importantes y los agradezco profundamente.

P: ¿Qué ha sido lo más difícil de la vida en prisión?

L.R.: Estar preso nunca es fácil pero hay salud, buenas energías y buenas vibras. Lo más duro para mí ha sido mantener los lazos familiares, esa distancia que hay entre la familia y uno.También la separación con el pueblo, porque siempre trabajé con la comunidad, algo que verdaderamente disfrutaba.La prisión es un ambiente hostil, deshumanizante, que nos va robando nuestra fibra humana, pero lucho para no institucionalizarme: mantengo una rutina, una agenda cargada, porque no quiero darle mi tiempo a los carceleros. Leo mucho –la lectura es un tiempo sagrado-, dibujo, escribo cartas, hago ejercicio, y siempre busco lazos con mi familia, con las personas afuera.

P: ¿Se mantiene en contacto con su familia?

L.R.: Mantengo buena comunicación con mi hija, con mi familia. Casi todos los días nos comunicamos por teléfono, por correo electrónico.Estuve 12 años y 4 meses (cuando estuvo en aislamiento en solitario), donde solo podía tener dos llamadas de 15 minutos al mes, y para mi hija el costo de viajar desde Puerto Rico para visitarme donde estaba era muy alto. La comunicación con mi madre, con la familia, era bien limitada.Mi nieta tenía siete años cuando la pude abrazar por primera vez.

P: ¿Cree que el presidente Obama le dará clemencia antes de que él abandone la presidencia?

L.R.: Vivo de la esperanza, nunca la he perdido. Si (Obama) cree en la justicia, si pone atención y estudia el caso mío, él puede ofrecer clemencia.El presidente Bill Clinton lo hizo, pero no acepté la oferta (de 1999) por dos razones: primero, porque cuando la ofreció excluyó a varios de mis compañeros y yo no dejo a nadie atrás, y segundo, porque era una libertad con condiciones.

P: ¿Qué es lo primero que hará cuando regrese a San Sebastián?

L.R.: No me gusta el optimismo ilusorio, pero lo primero que haré es besar mi tierra; he estado mucho tiempo lejos de mi pueblo.Me hace falta mi familia, me hacen falta el arroz con gandules, los tostones… ah y el aguacate.También quiero trabajar en varios proyectos a largo plazo. Me gustaría trabajar para forjar la unidad de la diáspora puertorriqueña y Puerto Rico. Que no nos veamos como dos grupos separados, los 3.5 millones en Puerto Rico y los 5 millones en EEUU, sino como una sola fuerza, porque tenemos el corazón grande y somos compasivos, y eso debemos cultivarlo.Me gustaría trabajar en programas educativos, lograr cosas factibles para ganar la confianza de que podemos avanzar como pueblo.

P: Usted ha sido comparado con el fallecido líder sudafricano Nelson Mandela, y él tuvo una transformación en la cárcel. ¿Cuál ha sido la suya?

L.R.: Yo puedo vivir con la conciencia tranquila. Soy veterano de guerra, estuve en Vietnam, y considero que la vida humana es bien sagrada. Condeno la pena de muerte entonces, ¿cómo puedo apoyar la violencia?Hay que contextualizar la lucha de Mandela contra el régimen racista, lo que él hizo y el proceso evolutivo que tuvo, desde que estuvo preso 27 años hasta que salió libre en los años 90. Él cambió radicalmente (abandonó la lucha armada), pero también logró luchar por los derechos de los población negra… el gobierno terminó cediendo a las presiones.Puedo dar el ejemplo de la lucha en Vieques. El pueblo puertorriqueño logró sacar a la Marina de EEUU de Puerto Rico sin recurrir a la violencia y creo que eso indica que ha habido un cambio.


P: ¿Cómo ve la crisis actual en Puerto Rico?


L.R.: La crisis lleva bastantes años y en sí es económica, por la deuda, pero tiene secuelas graves. Hay una fuga de cerebros, una emigración forzada porque Puerto Rico no le ofrece futuro a la juventud.Puerto Rico no está en condiciones para pagar la deuda pero el capital humano es lo más preciado que tenemos, y si la gente se ve forzada a emigrar, se pierde la dinámica del pueblo, de la identidad nacional. Eso me preocupa.El discurso político puertorriqueño necesita superarse, que vaya con la verdad por delante, que sea un discurso sano, ético y que considere la dignidad del pueblo.Creo que como nación tenemos que trascender la mentalidad colonizadora, trabajar por la reconciliación nacional, por la unidad, trabajar en el proyecto de país.

P: ¿Cuál es su mensaje para el pueblo puertorriqueño?

L.R.: Las visitas que he recibido de líderes puertorriqueños me traen mucha esperanza, energía.Agradezco profundamente la solidaridad que todos me han expresado y quiero seguir luchando por mi país, por mi gente.Mantengo la frente en alto, y espero salir incólume de este sitio.



El Diariony



viernes, 5 de junio de 2015

¿Usted sabe por qué el torero mata al toro?

Por RAFAEL CHALJUB MEJÍA
rafaelcm24[@]hotmail.com
Rafael Chaljub Mejìa
Rafael Chaljub Mejìa
Recuerdo que esa pregunta se la hice al compañero José Francisco Peña Gómez en el proceso electoral de 1996, porque me di cuenta de que él tomaba erróneamente como blanco principal de sus críticas al presidente Balaguer, cuando el adversario al que debía enfrentar, y que finalmente lo venció, era el doctor Leonel Fernández.
En el presente proceso una parte de la oposición ha vivido una situación muy parecida. Desde que el doctor Fernández salió del palacio nacional parte importante de las fuerzas progresistas y opositoras lo tomó como objetivo principal, y lanzó contra él sus más cerradas descargas.
A pesar de la vieja máxima emepedeísta de que los gobiernos de turno son la expresión concreta de la dominación reaccionaria, al presidente Danilo Medina se le puso en segundo plano.
Y algunos comentaristas y opinadores, incluso de la intelectualidad progresista, le dieron un estímulo solapado a que buscara la reelección.
Así, hubo un enfoque equivocado, se subestimó el efecto que podía surtir en el actual Presidente la tentación del continuismo. Se le subestimó también como político de garras. A pesar de que sobraban las evidencias de que la campaña reeleccionista seguía su curso y debió pensarse que si tal campaña se hacía era porque contaba con la autorización del Presidente.
Ahora ha resultado que la máquina del continuismo aceleró la marcha y al primero que se llevó de encuentro fue al doctor Fernández, y como no es lo mismo llamar al diablo que verlo venir, hoy algunos parecen alarmarse porque al rival contra el cual hay que batirse es precisaamente aquel al que se le dejó avanzar y poner su plan en marcha sin hacérsele una oposición firme.
El torero mata al toro porque el toro embiste al trapo y no al torero. Porque el cuadrúpedo se equivoca al elegir su blanco de ataque.
De todos modos, aún hay remedio. Ya no hay lugar a la confusión y el adversario a enfrentar está a la vista. Por más arrolladora que aparente ser la máquina reeleccionista, hay una insatisfacción muy extendida.
Hay un clamor expreso por la unidad de las fuerzas anti-reeleccionistas y una propuesta de Convergencia para enfrentarla que merece ser atendida. Ojalá no falten la sensibilidad y la comprensión de que esa es la vía y no se pierda más tiempo para marchar por ella.

El político dominicano que Juan Bosch más quiso fue al doctor Peña

Bosch y Peña Gomez, el padre y el hijo

Para mí, el político dominicano que Juan Bosch más quiso es el doctor Peña Gómez. Se conocieron en 1961 en Costa Rica tras el ajusticiamiento de Trujillo, y poco tiempo después de su regreso al país en octubre de ese año, se hicieron compadres. En el gobierno Bosch le ofreció a Peña dos cargos: Embajador en Washington y Secretario de Educación. 


Ambos fueron rechazados por Peña Gómez, pese a su juventud. Posteriormente, luego del derrocamiento, Bosch escribió uno de sus mejores libros, Crisis de la Democracia en América Latina, y su primera edición se la dedicó nada menos que a su compadre Peña Gómez, y "en él a la juventud dominicana". Peña Gómez llegó a vivir en alguna ocasión hasta en la casa del profesor, y se sabe de declaraciones de Bosch diciendo que tocar o ofender a Peña Gómez era como clavar una puñalada en su pecho. Bien, pese a todo eso, llegó un momento en que las relaciones políticas, y tal vez hasta personales, entre ambos, se convirtieron en imposibles, y el profesor decidió romper con su compadre e irse a formar otro partido. 


Y formado el nuevo partido, el PLD, las relaciones entre ambos de verdad que fueron muy tirantes. Pero esa es la política, donde el amigo de hoy es el adversario de mañana, y el adversario de hoy es el amigo de mañana. Nadie está condenado a ser amigo o enemigo de una persona por siempre. Cada momento, dirá lo que hay que hacer, y lo que menos se toma en cuenta a la hora de diseñar una estrategia de poder es eso de gratitud o ingratitud. Los políticos son como los banqueros, ni agradecen ni guardan rencor. Los banqueros ven sus beneficios económicos, y los políticos ven sus beneficios políticos. Por eso, muchos se juntan, se separan, vuelven y se juntan y vuelven y se separan. Esa es la dinámica política.






SU PRINCIPAL LEGADO PARA LA SOCIEDAD DOMINICANA, SIEMPRE CREYÓ EN LAS URNAS, EN LOS PROCESOS DEMOCRÁTICOS...

La Tesis Doctoral: "Reelección: Fracaso de la Democracia Representativa a la luz del Derecho Constitucional", de la autoría del doctor José Francisco Peña Gómez, destaca los aportes a la nación hechos por el fenecido líder socialdemócrata histórico de la República Dominicana. 


La reelección presidencial en nuestro país se ha convertido en un mal social que por años ha lesionado nuestra democracia, lo cual ha quedado demostrado en los pasados y recientes procesos electorales que ha vivido la República Dominicana. En esa investigación, Peña Gómez realizó un estudio ponderado desde el nacimiento de la República y la primera reforma constitucional efectuada 10 años después de ese importante acontecimiento, así como de las más de 30 modificaciones aplicadas a la Carta Magna en su momento de realizar su tesis. 

Muchos deberían leer las ponderaciones políticas del líder histórico dominicano que más amó a la gente, esta disponible en la Biblioteca Central de la UASD.

EL DUARTE DE MIGUEL NÚÑEZ

DANIEL BALCÁCER: EL DUARTE DE MIGUEL NÚÑEZ

De  Juan Pablo Duarte  solo se conoce una fotografía hecha en  Caracas  en 1873 cuando el patricio contaba con 60 años de edad.  A...