MORAL Y LUCES

MORAL Y LUCES

sábado, 8 de marzo de 2014

LOS ARRIBISTAS


LOS ARRIBISTAS:
Los seres humanos más insípidos hicieron posibles                           los mayores crímenes de la historia humana. 




Los  seres humanos más insípidos hicieron posibles los mayores crímenes de la historia humana. Son los arribistas. Los burócratas. Los cínicos. Realizan las pequeñas tareas que hacen que vastos, complicados sistemas de explotación y muerte se conviertan en realidad. Recolectan y leen los datos personales reunidos sobre docenas de millones de nosotros por el Estado de seguridad y vigilancia. Llevan las cuentas de ExxonMobil, BP y Goldman Sachs. Construyen o pilotan drones aéreos. Trabajan en la publicidad y en las relaciones públicas corporativas. Emiten los formularios. Procesan los papeles. Niegan cupones alimentarios a algunos y prestaciones de desempleo o cobertura médica a otros. Imponen las leyes y las regulaciones. Y no hacen preguntas.
Bueno. Malo. Esas palabras no significan nada para ellos. Están más allá de la moralidad. Existen para que funcionen los sistemas corporativos. Si las compañías de seguros abandonan a decenas de millones de enfermos para que sufran y mueran, que así sea. Si los bancos y los departamentos de alguaciles expulsan a familias de sus casas, que así sea. Si las empresas financieras roban los ahorros de los ciudadanos, que así sea. Si el gobierno cierra escuelas y bibliotecas, que así sea. Si militares asesinan niños en Pakistán o Afganistán, que así sea. Si unos especuladores de productos básicos aumentan el coste del arroz, del maíz y del trigo hasta que sean inasequibles para cientos de millones de pobres en todo el planeta, que así sea. Sirven al sistema. Al dios del beneficio y la explotación. La fuerza más peligrosa en el mundo industrializado no proviene de los que albergan credos radicales, sea radicalismo islámico o fundamentalismo cristiano, sino de legiones de burócratas anónimos que trepan por la maquinarias corporativas y gubernamentales. Sirven cualquier sistema que satisfaga su patética cuota de necesidades.
Esos administradores de sistemas no creen en nada. No conocen la lealtad. No tienen raíces. No piensan más allá de sus ínfimos e insignificantes roles. Son ciegos y sorgos. Son terriblemente analfabetos, al menos respecto a las grandes ideas y modelos de civilización e historia humanas. Y los producimos en universidades. Abogados, tecnócratas, especialistas empresariales. Gerentes de finanzas. Especialistas en tecnología de la información. Consultores. Ingenieros petroleros. “Psicólogos positivos”. Especialistas en comunicaciones. Cadetes. Vendedores. Programadores. Hombres y mujeres que no saben de historia, que no saben de ideas. Viven y piensan en un vacío intelectual, un mundo de menudencias embrutecedoras. Son “los hombres huecos” de T.S. Eliot, “los hombres rellenos”, “figuras sin forma, sombras sin color”, escribió el poeta. “Fuerza paralizada, ademán sin movimiento”.
Fueron los arribistas los que hicieron posibles los genocidios, desde la exterminación de los americanos nativos a la matanza de armenios por parte de los turcos, del Holocausto nazi a las liquidaciones de Stalin. Fueron los que mantuvieron en funcionamiento los trenes. Rellenaron los formularios y dirigieron las confiscaciones de propiedades. Racionaron los alimentos mientras los niños morían de hambre. Fabricaron las armas. Dirigieron las prisiones. Impusieron restricciones de viajes, confiscaron pasaportes y cuentas bancarias e impusieron la segregación. Hicieron cumplir la ley. Hicieron su trabajo.
Arribistas políticos y militares, respaldados por especuladores con la guerra, nos han llevado a guerras inútiles, incluida la Primera Guerra Mundial, Vietnam, Iraq y Afganistán. Y millones los siguieron. Deber. Honor. Patria. Carnavales de la muerte. Nos sacrifican a todos. En las fútiles batallas de Verdún y la Somme en la Primera Guerra Mundial, 1,8 millones resultaron muertos heridos o jamás encontrados en ambos lados, A pesar de los mares de muertos, en julio de 1917 el mariscal de campo británico Douglas Haig  condenó a aún más personas en el fango de Passchendaele. En noviembre, cuando era obvio que su prometida ofensiva de penetración en Passchendaele había fracasado, se deshizo del objetivo inicial –como lo hicimos en Iraq cuando resultó que no había armas de destrucción masiva y en Afganistán cuando al Qaida abandonó el país– y optó por una simple guerra de desgaste. Haig “vencería” si morían más alemanes que tropas aliadas. La muerte como tarjeta de puntuación. Passchendaele costó 600.000 vidas a ambos lados del frente antes de terminar. No es una historia nueva. Los generales son casi siempre bufones. Los soldados siguieron a Juan el Ciego, que había perdido la vista una década antes, hacia una resonante derrota en la Batalla de Crécy en 1337 durante la Guerra de Cien Años. Solo descubrimos que los líderes son mediocres cuando es demasiado tarde.
David Lloyd George,  primer ministro británico durante la campaña de Passchendaele, escribió en sus memorias “[Antes de la batalla de Passchendaele] el Estado Mayor del Cuerpo de Tanques preparó mapas para mostrar cómo un mapa que aniquilara el alcantarillado conduciría inevitablemente a una serie de estanques y ubicaron los sitios exactos en los que se reunirían las aguas. La única respuesta fue una orden perentoria de que ‘no envíen más de esos mapas ridículos’. Los mapas deben ajustarse a los planes y no los planes a los mapas. Los hechos que interferían con los planes fueron calificados de impertinentes.”
Esta es la explicación del motivo por el cual nuestras elites gobernantes no hacen nada respecto al cambio climático, se niegan a responder racionalmente a la crisis económica y son incapaces de encarar el colapso de la globalización y del imperio. Estas son las circunstancias que interfieren con la propia viabilidad y sustentabilidad del sistema. Y los burócratas solo saben cómo servir al sistema. Conocen solo las habilidades administrativas que ingirieron en West Point o en la Escuela de Negocios de Harvard. No pueden pensar por su propia cuenta. No pueden desafiar suposiciones o estructuras. No pueden reconocer intelectual o emocionalmente que el sistema puede hacer implosión. Y por lo tanto, hacen lo que Napoleón advirtió que era el peor error que un general puede cometer:  pintar un cuadro imaginario de una situación y aceptarlo cómo real. Pero ignoramos despreocupadamente la realidad junto con ellos. La manía por un fin feliz nos ciega. No queremos creer lo que vemos. Es demasiado deprimente. Por lo tanto, nos retiramos hacia el auto-engaño colectivo.
En la monumental cinta documental de Claude Lanzmann, Shoah, sobre el Holocausto, entrevista a Filip Müller, un judío checo que sobrevivió las liquidaciones en Auschwitz como miembro del “equipo especial”. Müller relata esta historia:
Un día en 1943 cuando ya estaba en el Crematorio 5, llegó un tren de Bialystok. Un prisionero en el ‘equipo especial’ vio a una mujer en la ‘sala de desvestirse’ quien era la esposa de un amigo suyo. Salió inmediatamente y le dijo: ‘Vais a ser exterminados. En tres horas seréis cenizas.’ La mujer le creyó porque lo conocía. Corrió por todo el lugar y advirtió a las otras mujeres. ‘Nos van a matar. Vamos a ser gaseados’. Las madres que llevaban sus hijos sobre sus hombros no querían oír algo semejante. Decidieron que la mujer estaba loca. La ahuyentaron. Fue donde los hombres. No sirvió para nada. No es que no le hayan creído. Habían oído rumores en el gueto de Bialystok, o en Grodno, y otros sitios. ¿Pero quién quería creer algo semejante? Cuando vio que nadie escuchaba, rasguñó toda su cara. Por desesperación. En choque. Y comenzó a gritar.
Blaise Pascal escribió en Pensamientos “Corremos descuidados hacia el precipicio, después que hemos puesto delante de nosotros alguna cosa para impedirnos verlo”.
Hannah Arendt, al escribir “Eichmann en Jerusalén” señaló que lo que motivaba primordialmente a Adolf Eichmann era  “una extraordinaria diligencia en la busca de su progreso personal”. Se unió al Partido Nazi porque era un buen paso para su carrera. “El problema con Eichmann”, escribió, “era ser precisamente lo que muchos eran al igual él y que estos muchos no eran ni pervertidos ni sádicos sino que eran, y siguen siendo, terrible y horriblemente normales.”
“Cuanto más se le escuchaba, más obvio se hacía que su incapacidad de hablar estaba estrechamente relacionada con su incapacidad de pensar, es decir, de pensar desde el punto de vista de los demás”, escribió Arendt. “Ninguna comunicación con él era posible, no porque mintiera sino porque estaba rodeado por la más fiable de todas las salvaguardas contra palabras y la presencia de otros, y por ello contra la realidad como tal”.
Gitta Sereny plantea lo mismo en su libro En aquellas tinieblas sobre Franz Stangl, el comandante de Treblinka. Su misión en la SS representó una promoción para el policía austríaco. Stangl no era un sádico. Era de voz suave y cortés. Quería mucho a su esposa y a sus hijos. A diferencia de la mayoría de los oficiales nazis en los campos, no convertía a mujeres judías en concubinas. Era eficiente y muy organizado. Se enorgullecía por haber recibido un elogio oficial como “mejor comandante de campo en Polonia”. Los prisioneros eran simples objetos. Bienes. “Era mi profesión” dijo. “Me gustaba. Me satisfacía. Y sí, era ambicioso al respecto, no lo niego”. Cuando Sereny preguntó a Stangl cómo siendo padre podía matar niños, respondió que “pocas veces los veía como individuos. Siempre se trataba de una inmensa masa… Estaban desnudos, apiñados, corrían, eran impulsados con látigos…”. Después dijo a Sereny que cuando leía sobre ratas campestres le recordaban Treblinka.
La colección de ensayos de Christopher Browning El camino al genocidio señala que los que posibilitaron el Holocausto eran burócratas “moderados”, “normales”. Germaine Tillion señaló “la trágica holgura [durante el Holocausto] con la cual personas ‘decentes’ se podían convertir en los más crueles verdugos sin parecer darse cuenta de lo que les estaba sucediendo”. El novelista ruso Vasily Grossman en su libro Todo fluye observó que “el nuevo Estado no requería santos apóstoles, constructores fanáticos, inspirados, discípulos fieles, devotos. El nuevo Estado ni siquiera requería sirvientes, solo oficinistas.”
La doctora Ella Lingens-Reiner escribió en Prisioneros del miedo, su abrasador recuerdo de Auschwitz, que “para mí los tipos más repugnantes de la SS eran los cínicos que ya no creían auténticamente en su causa, pero que seguían acumulando su culpabilidad sangrienta por sí misma”. “Esos cínicos no eran siempre brutales con los prisioneros, su conducta cambiaba según su humor. No tomaban nada en serio – ni a sí mismos ni a su causa, ni a nosotros, ni nuestra situación. Uno de los peores era el doctor Mengele, el Doctor del Campo que he mencionado anteriormente. Cuando un grupo de judíos recién llegados eran clasificado entre los adecuados para el trabajo y los adecuados para la muerte, silbaba una melodía y movía rítmicamente su dedo pulgar hacia su hombro derecho o izquierdo – con lo que quería decir ‘gas’ o ‘trabajo’. Pensaba que las condiciones en el campo eran pésimas, e incluso hizo algunas cosas para mejorarlas, pero al mismo tiempo cometía crueles asesinatos, sin ningún escrúpulo”.
Esos ejércitos de burócratas sirven un sistema corporativo que terminará por matarnos literalmente. Son tan fríos y desconectados como Mengele. Realizan tareas minuciosas. Son dóciles. Conformistas. Obedecen. Encuentran su valor propio en el prestigio y el poder de la corporación, en el estatus de sus posiciones y en las promociones en sus carreras. Se reconfortan en su propia bondad mediante sus actos privados como esposos, esposas, madres y padres. Participan en consejos escolares. Van al Rotary Club. Asisten a la iglesia. Es esquizofrenia moral. Erigen muros para crear una consciencia aislada. Posibilitan los objetivos letales de ExxonMobil o Goldman Sachs o Raytheon o las compañías de seguros. Destruyen el ecosistema, la economía y la política y convierten a trabajadores y trabajadoras en siervos empobrecidos. No sienten nada. La candidez metafísica termina en el asesinato. Fragmenta el mundo. Pequeños actos de bondad y caridad disimulan el monstruoso mal que instigan. Y el sistema sigue adelante. Los casquetes polares se funden. Las sequías destruyen los cultivos. Los drones matan desde el cielo. El Estado se mueve inexorablemente para encadenarnos. Los enfermos mueren. Los pobres mueren de hambre. Las prisiones se repletan. Y el arribista, sigue adelante, haciendo su trabajo.
Chris Hedges, cuya columna se publica los lunes en Truthdig, pasó casi dos décadas como corresponsal extranjero en Centroamérica, Medio Oriente, África y los Balcanes. Ha informado desde más de 50 países y trabajado para The Christian Science MonitorNational Public RadioThe Dallas Morning News y The New York Times, en el cual fue corresponsal extranjero durante 15 años.

Truthdig

Traducido del inglés para Rebelión por Germán Leyens


 rBMB

viernes, 7 de marzo de 2014

El análisis de James Petras “Cualquier país mínimamente favorable a negociar con Rusia es un blanco de violencia”


Efraín Chury Iribarne
Radio Centenario
Chury: Estamos preocupados porque abundan y abundan los titulares sobre dos conflictos realmente muy fuertes y muy serios. Uno es el de Venezuela, muy difundido, pero particularmente el tema de Ucrania.
Habíamos elegido ese tema, naturalmente que tú estás trabajando en él y bueno, te pedimos un arranque por allí, por Ucrania, por Crimea, por Rusia en definitiva y por la Unión Europea, por la OTAN, por EE.UU…
Petras: Empezamos con el hecho de que los países occidentales, particularmente EE.UU., hace tiempo que está eliminando aliados de Rusia, está buscando siempre imponer nuevos gobiernos títeres en los límites con Rusia. Y más allá de los límites, cualquier país independiente que es mínimamente favorable a negociar y continuar relaciones con Rusia, es un blanco de violencia. Podríamos enumerarlos: primero, Yugoeslavia con el ataque aéreo de OTAN destruyendo el país. Segundo, tenemos el caso de los ataques contra Libia, contra Siria, contra Irán y tenemos una lista larga de agresiones, golpes invasiones siempre minimizando la influencia rusa en el mundo eliminando cualquier país que podría evitar ataques a Rusia.
Ahora culminando con el golpe contra el gobierno elegido de Ucrania por un grupo, una combinación de neoliberales y neonazis que están ahora ordenando la política e implementando políticas muy peligrosas por un tercio del país que habla ruso.
Este golpe finalmente es el colmo para Rusia, porque después de tolerar tantos ataques a sus aliados por fin tomaron acción para proteger la población ruso parlante con un respaldo de más del 80%..La población de Crimea esta apoyando la presencia y la entrada de las fuerzas rusas contra los neonazis que están amenazando con invadir el país.
Hay que recordar que Crimea tiene toda una historia de autonomía e independencia hasta que Stalin entregó Crimea a Ucrania en una decisión tonta.
Debemos decir que Washington está muy enojada porque su gobierno títere está en banca rota está controlado por neonazis que no tienen ninguna perspectiva más allá de la agresividad y la violencia. Pero es parte del padrón norteamericano: trabajando con los islamitas y extremistas en Siria; fomentando los matones en Libia; y ahora con los neonazis. Es una coincidencia entre el imperialismo y los grupos más violentos y extremistas en el mundo porque ya el neoliberalismo no se puede imponer simplemente por procesos electorales, como pasó en América Latina en los 90 con Menem, Sanguinetti y otros más conocidos. Ahora, para imponer la influencia y dominación norteamericana a partir de gobiernos títeres, tiene que utilizar los grupos más extremistas y violentos, porque ya no pasa por la vía electoral y no hay ninguna ilusión sobre las consecuencias del neoliberalismo. Esa es la raíz del asunto.
Ahora, entre los gobernantes de Kiev, no tienen ninguna posibilidad de avanzar porque ya están divididos entre sí, entre neonazis, neoliberales que están en una alianza muy precaria.
Pero Washington está amenazando a más agresiones contra Rusia ..El señor Kerry dice que es contra la ley invadir un país pero ellos ya han practicado eso en todo el mundo, invadiendo Irak, Afganistán, bombardeando Libia, etc.
¿Qué derecho tiene Kerry a hablar de agresiones cuando Rusia viene invitado por el gobierno elegido de Crimea? No es ninguna cosa de violación, es solidaridad más que invasión, y eso hay que entenderlo.
Los medios de comunicación, como siempre están a favor de cualquier agresión, cualquier gobierno neonazi que esté a favor de los intereses imperialistas.
Y no sólo eso sino que algunos sectores progresistas también como “La Jornada” de México con su columnista, apoya también las agresiones de los neonazis en el gobierno Kiev. Y hablan de las protestas contra la agresión rusa, pero no hablan de las grandes movilizaciones en Crimea en favor de esta acción rusa que pone un fin a las agresiones norteamericanas por fin.
Chury: Petras, la frontera sirio-libanesa, Hezbollah y lo que Israel está haciendo en la región, más allá del ataque aéreo contra Gaza, ¿qué está pasando allí? ¿Es la historia de siempre?
Petras: Israel está preparando y quiere provocar una guerra con Líbano. Está todo movilizado, los misiles, las tropas, los antimisiles, las fuerzas están en ejercicios y esta provocación de Israel no recibe la publicidad, un bombardeo que mató a algunos militantes de Hezbollah.
Su interés es meterse en el conflicto en Siria atacando Líbano y más allá. Israel está buscando otros pretextos para otra guerra en el medio oriente. No tienen ningún plan de aceptar que Líbano existe como país independiente, que sus fuerzas que apoyan entre los opositores a Bashar al-Asad están perdiendo la guerra.
Israel es el principal enemigo de los países del Medio Oriente y también de las fuerzas populares en Líbano y Siria.
Pero el hecho es que hasta ahora en Washington han dado apoyo incondicional a todas las agresiones israelitas, y eso para mí indica que Israel actúa en parte con la aprobación norteamericana.
Chury: Petras, la presidenta argentina, Cristina Fernández, ha dicho que el supuesto derrocamiento del gobierno de Venezuela sería fatal para Latinoamérica. ¿Tendría eso efecto dominó en América Latina? Si ocurriera, digo…
Petras: Obviamente Venezuela encabeza las luchas por la integración latinoamericana. Venezuela está apoyando a los países pobres en el Caribe con el plan de subvención de petróleo, con el Petrocaribe, apoyando países directamente en el ALBA como Nicaragua, en este caso es un apoyo integral. Si Venezuela no apoyara a estos países sus economías realmente estarían en un estado muy grave.
Venezuela es importante porque han avanzado los programas sociales que están implementando parcialmente en Argentina, Bolivia, Ecuador y son gobiernos débiles, no son gobiernos realmente radicales. Son gobiernos de centro izquierda, pero sin Venezuela creo que se pasan al otro lado, más hacia la derecha. En ese sentido Venezuela es clave, como el punto de referencia para los programas sociales en América Latina, referencia para resistir las agresiones norteamericanas. Con el respaldo de los ingresos de petróleo tiene recursos a contrastar la subvención norteamericana en todas las regiones.
Sin eso creo que EE.UU. está en una posición para lanzar mayores agresiones, mayores golpes y revertir los avances sociales que han alcanzado en los últimos 10 años.
Chury: Como siempre, más allá de las preguntas está también lo importante que resulta para nosotros los trabajos que tú estás realizando en este momento. Adelántanos algunos…
Petras: Primero debemos analizar la campaña de desestabilización en Venezuela.La política actual de gobierno es simplemente resistir la agresión, tratar de controlar a los exaltados, los violentos y permitir a la oposición funcionar dentro de un marco constitucional. Pero más allá de eso debemos entender que la línea entre lo que es la posición democrática y constitucional y los golpistas y fascistas no son tan claros.Hay muchos que están jugando en ambos lados.Hay días que empiezan una protesta pacífica y lanzan ataques violentos bloqueando caminos.
Entienden ellos que no pueden tomar el poder por el respaldo que el gobierno tiene, pero están en la política de desgastar al gobierno, constantemente están bloqueando caminos, tratando de provocar caos en las ciudades y cansar al pueblo con los constantes hostigamientos. Eso tiene un efecto acumulativo y los gobiernos no deben liberar a estos violentos.La política es que el gobierno no utiliza el proceso judicial constitucional para realmente poner los violentos en la cárcel y dejarlos 1, 2, 3 ó 5 años por destruir las propiedades y dan mucho daño a la economía. Constantemente están entrando y saliendo de la cárcel para volver y crear otros cócteles molotov. Eso me parece que es importante. Segundo, el gobierno debe realizar mayor acción en el frente de las necesidades básicas del pueblo, no permitir más desabastecimiento. También deben aplicar más fuerza en las leyes de seguridad contra delincuentes y golpistas. En este sentido estoy en desacuerdo con las medidas demasiado blandas que el gobierno está tomando, simplemente llamando “fiestas” en vez de terminar con este hostigamiento. Porque tarde o temprano, después de semanas, meses y tal vez años de ataques constantes va a desgastar el proceso económico. No se puede permitir.
Una cosa es marchar un día por una calle pacíficamente, otra es paralizar el tráfico, la circulación de mercancía, amenazas a los ciudadanos que van al trabajo, los trabajadores que quieren cumplir su tarea. Por fin eso tiene que terminar no simplemente decir que estamos permitiendo la democracia, porque la prensa internacional, independientemente lo que hace el gobierno va a condenarlos.
Si para las manifestaciones, van a llamarlo represivo. Si no las para, va a decir que el pueblo está rechazando al gobierno. Entonces el gobierno no debe tomar en cuenta lo que dice la prensa internacional. Y más que nada enfrenta una nueva iniciativa de Kerry que es muy peligroso. Kerry, el secretario de Estado, está agrupando un grupo de países, particularmente Colombia, lo que llama una mediación, que es un pretexto a la intervención en la política de Venezuela para legitimar a los golpistas y ponerlos en el mismo plano que el gobierno. Eso es una trampa.
Maduro tiene que rechazar en forma contundente la propuesta de Kerry de meterse en la política venezolana como partidario de los golpistas. Tiene que decir que EE.UU. no tiene ningún lugar en la mediación porque es el principal respaldo a los terroristas fascistas y matones. En este sentido EE.UU. sigue tratando de colaborar con Santos en Colombia, establecer un espacio legítimo para los grupos ilegítimos que forman parte del plan golpista.
El otro tema que debemos tocar rápidamente es Libia, donde las fuerzas contra el neoliberalismo y los golpistas contra Gadafi están bajo ataque. Ayer el Parlamento estaba tomado por muchas fuerzas populares que expulsaron a los diputados, incluso dos mueren en el conflicto.Las fuerzas antiimperialistas ya están tomando cuenta de que los gobernantes son corruptos, los países occidentales no ofrecen nada, han perdido mucho con la caída de Gadafi. .Poco a poco los apoyantes de Gadafi, en una y otra variante, están volviendo a tener fuerza, más allá de las tribus y las milicias violentas.
En este sentido no hay ninguna victoria occidental, está todo en juego, todo en cuestión y podríamos ver una guerra civil próxima.
El otro tema es que Israel está en Washington esta semana con un congreso de los grupos sionistas, 14.000 tienen presentes para presionar a Washington sobre la anexión de Palestina, guerra contra Irán.. Los 14.000 judíos activos por Israel están incluyendo todas las grandes figuras en el Congreso norteamericano, todos los ejecutivos en el gobierno de Obama dando obediencia a los líderes israelitas que están allá para conseguir más concesiones, más agresiones contra el mundo árabe y palestino en particular. Es una muestra de fuerza que tienen los sionistas aquí cuando pueden agrupar a 350 de los 430 diputados de congresos, todos los líderes del Congreso, todos los líderes del Gabinete.
Y cualquiera que quiera minimizar el poder que tiene Israel debe estar en Washington asistiendo a estas sesiones que son la organización de la quinta columna que funciona en este país.
Chury: Muy bien Petras, ha sido un gusto muy grande reencontrarme contigo en el diálogo. Te estoy enviando un abrazo en nombre de la audiencia desde aquí, desde Montevideo, Uruguay y la promesa de reencontrarnos el próximo lunes…
Petras: Bueno, está bien. Y bienvenido Chury, estás mucho más energético hoy, creo que las vacaciones te hace bien…
Chury: Bueno, es posible que sí.
Un abrazo Petras…
Petras: Un abrazo Chury, a los oyentes también.

Transcribimos el análisis de James Petras del lunes 3 de marzo que usted puede volver a escuchar aquí:
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Ofensiva fascista de Estados Unidos y Europa


Luis Bilbao  americaxxi.com.ve
Escalada: una misma política tuvo resultados diferentes en Caracas y en Kiev. En ambos casos, las potencias imperialistas apelaron a un arma ya utilizada antes en momentos de extrema crisis: el fascismo. En Ucrania éste adoptó sin tapujos el rostro del antisemitismo, extendido ahora contra la minoría rusa. La Revolución Bolivariana resistió exitosamente el embate. No ocurrió lo mismo con el gobierno ucraniano. En aquellas latitudes crece el riesgo de una guerra de la Otan contra Rusia. Aquí, la repetida derrota de Washington se prolongará con nuevas y cada vez más violentas agresiones, dificultada por el respaldo de 120 países del Noal, buena parte de América Latina, más China y Rusia, al gobierno de Nicolás Maduro. Las tensiones entre la Casa Blanca y las capitales del Sur se agravan al extremo. Por detrás, asoma su feo rostro la crisis capitalista.
Otro laurel de gloria para la Revolución Bolivariana. Bien mirado, no cabría mayor homenaje en el primer aniversario de la muerte de Hugo Chávez: pueblo y gobierno de Venezuela en lucha franca y victoriosa contra la ofensiva fascista de los estrategas imperiales.
Otro ‘Cantar de gesta’, esta vez latinoamericano y en honor de Chávez, quien como el Cid campeador sigue ganando batallas después de muerto.
A su modo, en involuntaria ofrenda, también Washington rinde tributo a la memoria del Libertador socialista: tras masticar el polvo de la derrota en dos elecciones posteriores a su muerte, los agentes locales apelan a la violencia de escasos adherentes, movilizados con argucias en base a dificultades reales, pero actuantes sólo por obra de mercenarios locales y extranjeros.
Empujada por la Casa Blanca y un ala de la oposición interna Venezuela se asomó a la tragedia de una guerra civil. Sectores medios y altos de la oposición pudieron ver de cerca el espectro que amenazó al país y los dejaba a ellos al borde de un abismo mortal. Retrocedieron. De acuerdo con un precepto tan antiguo como la guerra (“a enemigo que huye, puente de plata”), el presidente Nicolás Maduro les ofreció una vía de salida para la emergencia: la Conferencia Nacional de Paz. Excepto uno, todos acudieron a la cita. Y farfullaron excusas, ante el rostro severo, elocuente, de las máximas autoridades nacionales. Con 19 muertos a cuesta, la embestida destinada a iniciar una confrontación militar interna quedó aislada.
Resta un foco en retirada en San Cristóbal. La capital del Estado Táchira, territorio fronterizo con Colombia, fue escogida por los hombres de gris del Departamento de Estado para desencadenar acciones armadas. Encabezada por agentes fascistas, Leopoldo López y María Machado, con el respaldo de escuadras paramilitares del país vecino, se logró ocupar la ciudad. El objetivo era declarar a Táchira “territorio liberado”. Allí López pretendía escenificar una parodia de “gobierno provisional”. Washington estaría allí para “defender la democracia”. La llave de la operación fue el alcalde opositor, Daniel Ceballos, cobijado bajo la sigla partidaria de López, Voluntad Popular. El gobierno ordenó la detención de López por haber proclamado el derrocamiento de Maduro. Hay más nombres directamente involucrados y una cantidad a la expectativa, ansiosa tras bambalinas, presta a saltar en una u otra dirección según el curso de los acontecimientos. También hubo, como ya ha comenzado a develarse, miembros infiltrados en organismos de seguridad, que actuaron siguiendo órdenes de fuera y provocaron muertes necesarias para el intento de sublevación y la campaña mundial: seis de ellos están presos.
La base de sustentación del plan tenía dos puntos de apoyo: uno, paramilitares colombianos (los temibles “paracos”) como fuerza vertebradora de la oposición fascista apoyada en grupos estudiantiles, acompañados por infiltrados en órganos de gobierno y seguridad; otro, la más desaforada campaña de prensa mundial que se haya visto en la historia de la guerra, destinada a mostrar lo indemostrable: un pueblo alzado contra un dictador.
Una cosa es ocultar, tergiversar y mentir, tareas en las que está altamente entrenada la gran prensa comercial del planeta y en las que obtiene permanentes victorias. Otra, bien diferente, es fabricar una realidad inexistente y convencer al mundo con ella. No lo lograron. Al menos por ahora.
Amplias franjas de la opinión pública en Europa y Estados Unidos, incluso en buena parte de América Latina, pueden estar convencidas de que Maduro es un tenebroso dictador, quien con respaldo de ávidos militares brutales oprime a las masas, saquea al país en su beneficio, cercena la libertad de prensa y hunde la economía en un desastre con efectos devastadores para las mayorías. Pero por el simple y fácilmente comprobable hecho de que nada esto ocurre en la vida cotidiana del país, el conjunto abrumador de la población –incluido grandes sectores de la oposición– no tienen esa convicción y, por el contrario, asumen una certeza inversa. Así, el periodismo sin apego a los hechos queda expuesto en toda su venal irresponsabilidad, pierde credibilidad y fracasa como herramienta para defender el capitalismo y vehiculizar sus grandes operaciones contrarrevolucionarias.
Eso ocurrió desde el 12 de febrero y hasta las vísperas del aniversario de la muerte de Chávez. Y se combinó con el espanto de una burguesía local que vio de frente y a nada de distancia una sólida conjunción de gobierno, fuerza armada, milicias, partidos revolucionarios y masas organizadas, dispuesta a defender la continuidad de la Revolución en combate franco. Arrastrado el país a una guerra lo más saliente no hubiese sido la arremetida devastadora contra los mercenarios en Táchira, sino la aceleración del paso de la Revolución y la transición al socialismo, a expensas no sólo de los bienes y prebendas de las clases altas.
Guerra o paz
Ese espectro ominoso lo palparon también intelectuales, periodistas, profesionales y funcionarios, quienes cambiaron drásticamente de tono y se aferraron a la propuesta de paz como a un clavo ardiente. Estaban convencidos de que la ofensiva derrumbaría sin combate a Maduro y acabaría con la Revolución. Como tantos, dentro y fuera de Venezuela, vivían en la ilusión de que el país podía volver a la supuesta normalidad de la IV República. No comprenden el significado histórico de la Revolución Bolivariana, no tienen conciencia de la gravedad de la crisis capitalista mundial y, en consecuencia, no saben dónde apoyan sus pies. Pero a la conciencia la reemplaza el instinto cuando la situación es extrema: en cuestión de horas vociferantes opositores comprobaron que para hacer retrogradar una revolución es preciso una guerra. Y que esta revolución, pacífica, está armada y resuelta al combate. La primera orden del instinto es la autoprotección. De modo que se lanzaron con fruición al puente tendido por Maduro.
Así, López y su consorte en el fascio caricaturesco, quedaron solos. Con el exclusivo apoyo del gobierno estadounidense, que exigió la liberación de su fantoche y, como respuesta, perdió tres diplomáticos pillados in fraganti en la conspiración. Amenazado de muerte por sus socios más cercanos, el ultramontano ex miembro de Tradición Familia y Propiedad, ahora travestido como socialdemócrata, optó por entregarse mansamente. También él vio de cerca lo que le esperaba. Y prefirió la garantía de sus enemigos a la traición y la muerte en manos de sus amigos: una grabación captada por organismos de inteligencia expuso públicamente a dos jefes opositores programando el asesinato de López. Medios recalcitrantes del hemisferio pasaron por alto este hecho, en sí mismo definitivo, y redoblaron su campaña de calumnias.
A la Conferencia de Paz le siguió una rápida y efectiva ofensiva diplomática el canciller Elías Jaua. Simultáneamente, en los últimos días de febrero, el ministro de Petróleo y Minería, presidente de Pdvsa y vicepresidente para la Economía, Rafael Ramírez, viajó para entrevistarse con los gobiernos de China y Rusia. Con esta panoplia Maduro recuperó la iniciativa en toda la línea y arrinconó a los guerreristas.
Mientras se redactan estas líneas, en el día del primer aniversario de muerte del comandante Chávez, la imponente manifestación popular, coronada con un desfile militar de inequívoca significación, prueban la consistencia de esa iniciativa que tiene dos objetivos de ejecución inmediata, aparte la extinción de los focos paramilitares, en palabras de Maduro: consolidar la victoria de la paz y concretar la revolución económica.
Teoría y práctica de la transición
No será fácil para el Presidente y la Dirección político-militar de la Revolución Bolivariana corregir las distorsiones de la economía en transición. Lo saben partidarios y enemigos del gobierno. Maduro ha explicado que, como continuidad obligada de la revolución política y la posterior revolución social desarrollada en Venezuela desde 1999, ahora se abre la fase de la revolución económica. Ese objetivo choca con obstáculos objetivos y subjetivos. Como ha ocurrido una y otra vez desde que en 1917 Rusia ensayó el primer salto más allá del sistema capitalista desde una conformación socioeconómica signada por el atraso en relación con las economías más avanzadas de su época, Venezuela afronta la combinación de ese atraso relativo con la desmesurada riqueza petrolera y las profundas huellas que esa rémora deja en la sociedad y en sus expresiones políticas. Además, debe cargar con décadas de anquilosamiento, tergiversación y degradación del pensamiento económico anticapitalista a escala mundial. No es exagerado afirmar que, salvo alguna excepción que confirma la regla, la teoría económica que se identifica con el marxismo está empantanada a tal punto que en lugar de iluminar, oscurece; en lugar de orientar, extravía. Y, como se sabe, sin teoría revolucionaria, al cabo no hay acción revolucionaria efectiva. De modo que, a la par de verse obligada a cargar con la desigualdad en el desarrollo del accionar anticapitalista en América Latina y en el resto del mundo, Venezuela se ve afectada por la distancia entre el punto alcanzado en la marcha de la transformación social y la media mundial del desarrollo teórico para comprender y conducir la transición. Y eso ocurre en el marco de una furiosa embestida imperialista.
Tras la escalada guerrerista
Ya es inocultable la falacia según la cual los centros de la economía mundial remontaron la crisis detonada en 2008. Está a la vista que la Unión Europea, Japón y Estados Unidos, muy lejos de retomar la senda del crecimiento continúan en el estancamiento o la recesión, ahora con indicios de deflación ya señalados a tiempo por la presidente del FMI, Christine Lagarde. Pese a ello, bajo la amenaza de un estallido financiero, la Reserva Federal cambió de rumbo y con nueva titular reduce la emisión desenfrenada (única palanca con la que se impidió el pase de la recesión a la depresión) y comienza a aumentar la tasa de interés, un mazazo a plazo fijo para las economías subordinadas. China, por su parte, no regresa a los índices que la convirtieron en el motor de la economía mundial, mientras India, Brasil, Turquía y otros países de rango similar acompañan la caída verificada en los centros metropolitanos. El nuevo año se inicia con signos elocuentes: más de 3 billones (3 millones de millones) de dólares se evaporaron en el primer mes de 2014 al compás de una caída del índice S&P 500 de casi el 5%, de alrededor del 14% para el Nikkey y del 9% para Msci, que mide el nivel de los absurdamente llamados “mercados emergentes”. Febrero no revirtió esa dinámica. Pero esos sacudones apenas reflejan el desacompasado ritmo de la economía mundial; tanto menos el desbarajuste sin precedentes del sistema financiero.
Es en ese contexto que Estados Unidos despliega una contraofensiva general. Por un lado, en el terreno económico se lanza tras un Acuerdo de Asociación Transpacífico (TPP) con 11 países del área, mientras simultáneamente procura una Sociedad Transatlántica de Comercio e Inversión (Ttip) con la Unión Europea. Para que este doble movimiento sea efectivo en el propósito de frenar la caída y reubicar a Washington en el centro del poder económico planetario, es imperativo incorporar a América Latina, lo cual implica doblegar la resistencia de dos fuerzas centrales que por razones diferentes se interponen en ese camino: Venezuela y Brasil. Aquél, aunado con los países del Alba; éste, como fuerza predominante en el Mercosur.
En esta proyección estratégica estadounidense se inscriben el golpe de Estado en Ucrania y el intento de detonar una guerra interna en Venezuela. En Kiev la Casa Blanca pudo considerarse vencedora. Pero al precio de incendiar un país que tiene indestructibles lazos históricos y actuales con la Federación Rusa. En otras palabras: Estados Unidos avanza hacia la guerra en el este europeo. Y se topa allí con la conducta prudente pero resuelta de Moscú. Mutatis mutandi, otro tanto ocurre en Venezuela, donde el gobierno revolucionario tuvo la templanza y la eficacia para no caer en la trampa tendida en Táchira (y, como parodia, en el este de Caracas).
No es pensable que el imperialismo ceje en su empeño por derrocar a Maduro, puesto que es una obligación dictada por la crisis irreversible del sistema. Y esto tiene consecuencias insoslayables para Venezuela, pero también para el resto de América Latina.
La crisis que empuja a Washington produce simultáneamente la agonía de los pujos neodesarrollistas ensayados por varios gobiernos de la región, los cuales ahora se encuentran ante los límites implacables de un keynesianismo de utilería (es decir, de la teoría para salvar el capitalismo en los países centrales, aplicada con arrestos progresistas en países periféricos), a la vez que se desencadena una nueva escalada librecambista desde la Casa Blanca.
Así como al interior de Venezuela la oposición no puede enmascarar su posición contrarrevolucionaria con un antifaz democrático, al sur del Río Bravo es imposible una política soberana disociada de una estrategia revolucionaria y de transición anticapitalista. Las opciones son insoslayables y perentorias.
Como en los últimos 15 años, Venezuela está cumpliendo con su responsabilidad histórica ante el mundo. No podría imaginarse mayor homenaje a la memoria del comandante caído en combate. Resta saber cómo actuarán no ya los gobiernos, sino los pueblos y sus vanguardias en América Latina.
Fuente: http://www.americaxxi.com.ve/notas/ver/p-strong-ofensiva-fascista-de-estados-unidos-y-europa-strong-p-p-strong-nbsp-strong-p

Respuesta del Comité Democrático Haitiano en Argentina a Agustín Rossi y a 'Lula' da Silva


"MINUSTAH contribuye a que el 1% de la población concentre más del 75% de la riqueza del país y las empresas capitalistas paguen salarios de hambre"



Durante la última semana del mes de febrero, aparecieron en diferentes medios de prensa dos artículos sobre Haití. El primero es una reflexión del ex presidente del Brasil, Luiz Ignacio “Lula” Da Silva, el otro es de Santiago Rodríguez a partir de algunas declaraciones realizadas por el actual ministro de Defensa de Argentina, Agustín Rossi, luego de su reciente visita al país caribeño. Simple coincidencia o no, esto no es lo más importante de estos dos artículos, sino que han golpeado de la misma manera la dignidad del pueblo haitiano. Y esto es inaceptable. En efecto, por razones no reveladas estos dos dirigentes políticos sudamericanos decidieron, a escasos meses del décimo aniversario de la imposición de la Misión de las Naciones Unidas para la Estabilización de Haití (MINUSTAH), defenderla con una prepotencia casi idéntica a la que suele caracterizar a los dirigentes del imperialismo norteamericano cuando deciden en cualquier momento invadir ciertos países y derrocar gobiernos que no son de su agrado.
Inaceptable, también, porque tanto Da Silva como Rossi, ni siquiera mencionaron las violaciones sexuales a niñas, mujeres y jóvenes haitianos por parte de soldados de la MINUSTAH. Incluso, si uno lee atentamente el texto de Da Silva, pareciera que el cólera que ya causó más de 9.000 muertos y más 600.000 personas infectadas fuera un fenómeno natural como el terremoto que nos golpeó el 12 de enero de 2010. Lo que es grave, puesto que varios científicos demostraron que esta enfermedad fue introducida en Haití por soldados de Nepal, miembros de la MINUSTAH. Tampoco mencionaron las dos Resoluciones del Senado Haitiano exigiendo el retiro gradual de la MINUSTAH y dando como plazo último el mes de mayo próximo. Lo mismo podemos decir cuando ignoraron por completo las múltiples movilizaciones del pueblo haitiano y sus organizaciones durante estos casi diez años en contra de la MINUSTAH y las represiones por su parte a las mismas.
Francamente, nos cuesta creer y considerar que se trata de una equivocación. Pensamos que pretenden ocultar la verdad para no reconocer terribles errores como así también el carácter neocolonial de esta Misión denominada de Estabilización. Un nombre que es simplemente un eufemismo para disfrazar o enmascarar la ocupación de Haití. Si uno repasa con seriedad todo lo que ocurrió en Haití desde junio de 2004 hasta nuestros días, no le puede caber duda alguna de que Haití ha sido colocado bajo tutelaje de la ONU. La intromisión de la llamada Comunidad Internacional a través de la MINUSTAH en los asuntos internos del país es de tal evidencia, gravedad y magnitud, que incluso determinó con prepotencia los resultados tanto de la elección presidencial de 2006 donde salió “electo” René Garcia Préval como los de la última de 2010-2011 donde dicha Comunidad nos impuso a Michel Joseph Martelly. Están las declaraciones del diplomático brasileño Ricardo Seitenfus (ex representante de la OEA en Haití) para confirmar lo que quedó claro hace ya bastante para la inmensa mayoría del pueblo haitiano en cuanto a las nefastas consecuencias de la ocupación de Haití por la MINUSTAH. Y con tantas pruebas de intromisión y violaciones a los derechos humanos, a la soberanía y el derecho a la autodeterminación del pueblo haitiano, es evidente que estos dos artículos no pueden tapar el sol.
Pero como el ex presidente brasileño, Da Silva y el ministro de Defensa argentino, Agustín Rossi, no son imperialistas y no representan a países imperialistas cabe, entonces, preguntar: ¿por qué reflexionaron y plantearon de esta manera la situación en Haití? Sinceramente no pensamos que es por falta de información acerca de los atropellos y el verdadero rol de la MINUSTAH. Tampoco podemos desconocer que son dirigentes con sensibilidad social y formación más que suficiente para aprehender los sufrimientos de un pueblo. A nuestro entender tienen suficiente bagaje político e intelectual para comprender que el empobrecimiento extremo que afecta a la inmensa mayoría de los haitianos y toda la destrucción institucional y estructural que notaron y plantearon claramente, no pueden ser producto del azar, sino que son el resultado de décadas de dominación imperialista, de la exacerbación de la dependencia de Haití con respecto al imperialismo yanqui como así también de las traiciones de varios haitianos que se autoproclaman defensores del campo popular. Además, sin lugar a dudas, deben conocer la historia nefasta de la primera ocupación militar norteamericana (1915-1934) que transformó a Haití en una perfecta neocolonia de los EE.UU. Inclusive, no pueden ignorar la historia del apoyo norteamericano a la terrible dictadura de la familia Duvalier (1957-1986) como así tampoco la historia de los golpes de Estado que han ocurrido en Haití bajo la batuta de la CIA norteamericana, el Pentágono, etc. Tampoco pueden desconocer que desde el 2010 el verdadero mandamás en Haití es el ex presidente norteamericano, Bill Clinton.
Conscientes de esta realidad y sin negar también la existencia de lo que en muchas ocasiones se denominan razones de Estado, pensamos que el nefasto contenido y enfoque de estos dos artículos, se debe a una subestimación del pueblo haitiano por parte de estos dirigentes sudamericanos -tal como lo podemos constatar en todos aquéllos que son prisioneros de los esquemas propios del pensamiento moderno occidental, de la llamada modernidad occidental-. Una modernidad que pretende determinar cómo los pueblos deben vivir y organizarse, y que siempre menospreció al pueblo haitiano. Una modernidad que permanentemente sostiene una visión paternalista y lastimosa sobre el pueblo haitiano. Es, quizás, por eso que ellos se han atribuido el derecho de decidir que la MINUSTAH no puede retirarse hasta acabar con su tarea, salvo decisión contraria de la ONU y no a partir de la decisión del pueblo haitiano. Y esto es así, pues en ningún momento hicieron ni siquiera una sola mención de la opinión del pueblo haitiano sobre la MINUSTAH, de sus organizaciones populares, etc., etc. Ignoraron completamente este aspecto; sin embargo, es el más importante de la crisis que pretenden solucionar o ayudarnos a solucionar. En este contexto, al continuar con este tipo de planteos y de política, afirmamos sin temor a equivocación que van a seguir llevando agua de vez en cuando a barrios carenciados -tal como lo consignó el ministro Rossi-. También, la MINUSTAH seguirá contribuyendo para que el 1% de la población pueda seguir concentrando en sus manos más del 75% de toda la riqueza del país y las empresas capitalistas puedan seguir pagando salarios de hambre a los obreros haitianos y el 70% de la población activa seguirá sin trabajo.
¿Cómo dirigentes tan importantes en sus respectivos países no pueden admitir que el pueblo haitiano es el único capaz de solucionar tan espantosa crisis? ¿Cómo no pueden comprender que el imperialismo no se combate sólo en Venezuela sino también en Haití? Y esto más allá de las enormes diferencias existentes entre estos dos procesos políticos.
Ahora bien, hay otras preguntas que nos gustarían hacer tanto al ex presidente Da Silva como al ministro Rossi. ¿Cómo no pueden ver en la MINUSTAH un instrumento de dominación? ¿Por qué la presentan como Misión de ayuda? ¿Por qué ocultan u olvidan de mencionar cómo comandos norteamericanos secuestraron al presidente Aristide el 29 de febrero de 2004 para luego depositarlo en África? ¿Por qué no dicen cuáles fueron las tropas que desembarcaron y ocuparon Haití luego del derrocamiento de Aristide? ¿Por qué no revelan quiénes elaboraron la Resolución 1542 votada en el Consejo de Seguridad para crear e imponer la MINUSTAH? Les hacemos estas simples preguntas porque los dos manifestaron su interés por el pueblo haitiano y afirmaron que no lo quieren abandonar. Además se las hacemos, porque no queremos hacer ningún tipo de juicio de intención de sus declaraciones, solamente queremos llamarles la atención sobre una política que golpea la dignidad del pueblo haitiano y que no sirve para luchar de manera coherente en contra del imperialismo. Una política que excluye al pueblo haitiano no sólo como sujeto histórico capaz de destruir este orden neocolonial, sino que lo coloca en una posición no relevante en sus esquemas de análisis. Es totalmente nefasta.
Una verdadera ayuda, según nuestro entender, ha de comenzar por estudiar la historia de Haití. Una historia que no se puede analizar únicamente con las categorías del pensamiento occidental moderno si tenemos en cuenta que aquélla lo cuestionó y planteó varios otros y diferentes elementos de civilización.
En este marco, nos parece importante recordar la respuesta de Ricardo Seitenfus durante una entrevista a la siguiente pregunta:
-¿Qué impide la normalización del caso de Haití?-“Durante doscientos años, la presencia de tropas extranjeras se ha alternado con los dictadores. Es la fuerza la que define las relaciones internacionales y nunca el diálogo con Haití. El pecado original de Haití, en el escenario mundial es su liberación. Los haitianos cometieron lo inaceptable en 1804: un crimen de lesa majestad para un mundo atribulado. Occidente era entonces un mundo colonialista, esclavista y racista que basaba su riqueza en la explotación de las tierras conquistadas. El modelo revolucionario haitiano asustó a las superpotencias. Estados Unidos no reconoció la independencia de Haití sino en 1865 y Francia exigió el pago de un rescate para aceptar la liberación. Desde el principio, la independencia estuvo comprometida y obstaculizado el desarrollo del país.
El mundo nunca ha sabido cómo tratar a Haití y así que terminó haciendo caso omiso de ella. Comenzaron 200 años de soledad en el escenario internacional. Hoy en día, la ONU aplica ciegamente el capítulo 7 de su carta, y despliega sus tropas para imponer su operación de paz, lo que no resuelve nada, es peor. Quieren hacer de Haití un país capitalista, una plataforma de exportación para el mercado de EE. UU., eso es absurdo. Haití tiene que volver a ser lo que es, es decir, un país predominantemente agrícola, imbuido del derecho consuetudinario. El país es continuamente descrito en términos de su violencia. Pero sin Estado, el nivel de violencia es mínimo, y alcanza aún una fracción de la de América Latina. Hay elementos en esta sociedad que han impedido que la violencia se extienda más allá” [1].
Para nosotros, no cabe la menor duda que nuestra historia plasmó en la realidad la visión del esclavizado, sus sufrimientos, su forma de concebir el mundo, la vida misma, puesto que ese ser humano comprendió que para su completa liberación no podría quedarse prisionero de la modernidad occidental que le negaba hasta su propia naturaleza humana. Así, la revolución haitiana no es hija de la revolución francesa, es fundamentalmente el resultado de un largo proceso de lucha durante más de 300 años de esclavitud que empezó prácticamente desde que los esclavizados fueron arrancados de África y depositados como bestias en el Caribe. Los cimarrones entendieron que su libertad, su verdadera libertad, dependía únicamente de ellos, de su capacidad para luchar, vencer y destruir el orden colonial. Entendieron que su libertad no podía ser un regalo como tampoco producto de la lástima de sus verdugos. Esto les costó sangre, mucha sangre y sacrificios enormes, pero supieron escribir una de las páginas más gloriosas de la historia humana en busca de la verdadera libertad. Es esta maravillosa historia que la MINUSTAH está pisoteando, y esto es inadmisible desde cualquier punto de vista que aboga a favor de la libertad, de la liberación, en contra de la explotación del hombre por el hombre. Como el pueblo haitiano que actualmente enfrenta en las calles a la MINUSTAH es heredero de esta historia, les decimos -plenamente convencidos de su capacidad de resistencia y dignidad- que rechazará y derrotará lo oprobioso. Si 300 años de esclavitud no pudieron someter indefinidamente a estos esclavizados, creemos que diez años de MINUSTAH tampoco podrán con sus verdaderos herederos ni torcer definitivamente el rumbo de nuestra historia.

Nota:

[1] La Organización de Estados Americanos (OEA) destituyó en Navidad (2010) a su representante especial en Haiti, el brasileño Ricardo Seitenfus, tras la publicación en Le Temps de Suiza de algunos cuestionamientos al papel de la Misión de Estabilización de la ONU en Haití (Minustah) y la política de la comunidad internacional para con la nación caribeña.

Henry Boisrolin. Coordinador del Comité Democrático Haitiano en Argentina
Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.

El referéndum de Crimea profundiza la tensión este-oeste

La Vanguardia






En su lectura más profunda, la crisis es consecuencia del pisoteo de la “Carta para una nueva Europa” firmada en París en noviembre de 1990.La peor crisis Este/Oeste desde el fin de la guerra fría se enreda por momentos. El Imperio del Oeste ha promocionado un golpe de Estado en Kíev. El Imperio del Este ha contestado ocupando militarmente Crimea. Ambos juegan con el sentir popular y lo usan en su propio provecho. En Kíev para colocar un gobierno que dé pasos rápidos hacia la disciplina europea y la integración en la OTAN, aunque no sea muy representativo. En Simferópol, la capital de Crimea, para justificar una invasión, aunque se trate de tierra rusa. Ayer nuevos pasos acelerados en ambas direcciones: el parlamento de Crimea celebrará en diez días un referéndum para salir de Ucrania y unirse a Rusia. Occidente baraja todo tipo de sanciones y mueve tropas y armadas en el Báltico, Polonia, Egeo y Mar Negro. En broma, en broma, se avanza hacia una versión cutre de la crisis de los misiles de 1962. Ahora la isla se llama Crimea.
La decisión del parlamento local se tomó por 78 votos contra cero y 8 abstenciones. El referéndum, inicialmente previsto para el 30 de marzo y con una pregunta para incrementar la autonomía, se adelanta para el 16 con una pregunta sobre si se desea la unión con Rusia. Aunque Putin dijo de forma categórica el martes que “Rusia no considera” una anexión de Crimea, hacerlo será mucho más fácil de lo que fue desgajar Kosovo de Serbia. Las violaciones de la “integridad territorial” son últimamente algo bastante corriente. Lo único que cambia es la coreografía.
Sergei, un marinero de Odesa, me explica donde queda el sentir popular de los ucranianos en medio de este insensato tira y afloja que obliga a la Madre Rusia, a la que se quiere arrinconar en la línea del Dnieper, a empuñar el fusil. Sergei, unos 45 años, es marinero en tierra y vende souvenirs junto al monumento al Duque de Richelieu, gobernador de esta ciudad a principios del XIX. Por un lado detesta al nuevo gobierno de Kíev que ha sustituido al del Presidente (legítimo y huído) Viktor Yanukovich, al que califica de “podrido”. Por el otro lado, no le gusta la machada militar rusa en Crimea. Después de más de veinte años Ucrania es un país independiente y no se puede atropellar su soberanía.
“Eso no va a gustar ni siquiera en amplios sectores de la Ucrania del Este y del Sur”, dice, refiriéndose a la parte del país más favorable a Rusia. No tiene muchas dudas acerca de que el movimiento Maidán fue una magnífica manipulación del general sentir popular contra la podredumbre. Cree que los francotiradores fueron la guinda que decidió el cambio de régimen. ¿Por cuenta de quién?; “evidentemente, de los que han salido ganando con ello”. Lo de Crimea es un esperpento: las tropas que hay allá son, evidentemente, rusas por más que Moscú niegue la evidencia y hable de espontáneos “grupos de autodefensa”.
Esta opinión, informada pese al enorme sectarismo de los canales de televisión -los rusos al servicio del Kremlin, los ucranianos en manos de magnates en sintonía con Euroatlantida- sutil y matizada en sus acentos, es precisamente la mayoritaria en el país, de acuerdo con las encuestas disponibles: no al ingreso en la OTAN (por eso sus partidarios no quieren oír ni hablar de un referéndum ucraniano sobre ese tema), sí a la independencia y soberanía nacional de Ucrania y sí también a unas relaciones fluidas, estrechas y fraternales con Rusia (no confundir con la persona o el régimen de Putin), sin que ello quiera decir que nos dejamos invadir por amor. Si esto es así, ¿cómo se ha llegado al actual desbarajuste? Se trata del esquema general de la seguridad europea.
En noviembre de 1990 los países de la CSCE (hoy OSCE), es decir la URSS y Euroatlántida, firmaron en el Palacio del Elíseo, la “Carta de París para una nueva Europa”. Aquel documento contenía el diseño de una seguridad continental integrada, es decir el fin de la guerra fría. Su preámbulo proclamaba que, “la era de la confrontación y división de Europa ha concluido”. En el apartado, “relaciones amistosas entre estados participantes” se afirmaba: “La seguridad es indivisible. La seguridad de cada uno de los estados participantes está inseparablemente vinculada con la seguridad de los demás”. En el apartado “Seguridad”, se anunciaba, “un nuevo concepto de la seguridad europea” que dará una “nueva calidad” a las relaciones entre los estados europeos. “La situación en Europa”, se prometía, “abre nuevas posibilidades para la acción común en el terreno de la seguridad militar. Desarrollaremos los importantes logros alcanzados con el acuerdo CFE (desarme convencional en Europa) y en las conversaciones sobre medidas para fortalecer la confianza y la seguridad”. Se ponía incluso fecha a los compromisos; “iniciar, no más tarde de 1992, nuevas conversaciones de desarme y fortalecimiento de la confianza y la seguridad”. En lugar de eso se abrió paso una seguridad a costa de la seguridad del otro. Hubo ampliación, globalización y avance de la OTAN, allí donde Moscú se había retirado. El ingreso en el bloque militar contra Rusia se ofreció como antesala del ingreso en la Unión Europea. Muchos ex satélites y ex víctimas de Moscú corrieron entusiasmados hacia ese alivio. Adoptando el capitalismo, Rusia no ofrecía el rostro más benigno. Pero ese país y sus intereses existen. Su diplomacia reclama desde 1992 el esquema de la Conferencia de París y en lugar de ello le ofrecen escudos antimisiles “contra Irán” en Rumania y Polonia, y cuando se queja le acusan de “imperial”. Ahora le enfrentan a algo equiparable a si Estados Unidos tuviera que convivir con un Canadá miembro de un bloque militar hostil.
Para realizar esta genialidad se ha colocado en Kíev el primer gobierno con ministros ultraderechistas y antisemitas (el partido Svoboda tiene seis carteras y mucho de eso) desde 1945. Occidente tiene suerte de que el régimen político de Rusia carezca de todo atractivo social y popular, y se asiente exclusivamente sobre el nacionalismo. De lo contrario, el barrido eslavo oriental sería imparable. Mientras tanto, maniobras en el Báltico y en Polonia, un portaviones con acompañamiento de armada en el Egeo, sanciones a la vista y pronto tensión en el Mar Negro. FIN
Kíev califica de “farsa” la consulta
Crimea no puede decidir por sí sola su salida de Ucrania, dijo ayer el presidente de la Rada de Kiev, Aleksandr Turchinov, formal “jefe de Estado interino” del nuevo régimen. “Según el artículo 73 de la Constitución, solo un referéndum de toda Ucrania puede examinar la cuestión de las fronteras y los cambios territoriales”, dijo Turchinov en un breve mensaje televisado.”Esta decisión es ilegítima, es una farsa”, concluyó. Crimea ha desconectado canales de televisión ucranianos. Ucrania desconectó anteayer canales rusos. Ambas partes practican una intensa guerra propagandística, omitiendo los informes que no les convienen. El ambiente en las ciudades ucranianas es tranquilo. Las manifestaciones de los últimos días apenas congregan a centenares de personas. El rechazo y la indisposición hacia la violencia es absolutamente mayoritario. La llamada a la movilización de reservistas lanzada por Kíev ha sido completamente ignorada.
Fuente: http://www.lavanguardia.com/internacional/20140306/54402869484/referendum-crimea-profundiza-tension-este-oeste.html

Documental de cómo se fabrican los “golpes de estado suaves”:


atomarporculo
El vídeo que verás a continuación será uno de esos documentales cuyo visionado será prácticamente obligatorio para todo aquel que pretenda conocer cómo se mueven las cosas en estos comienzos del siglo XXI.
Todos los personajes implicados en las revoluciones habidas en los países del Este de Europa de los últimos tiempos hablan abiertamente de cómo las planificaron, con especial relevancia para el senador USA McCain.
Cuesta entender cómo se prestaron a hablar así de claro sobre su trabajo manipulador. El único “pero” que le pongo a este ejemplar trabajo canadiense, subtitulado por los venezolanos, es su título: “La Revolución de los tontos útiles” es el que mejor le hubiera venido.
De máxima actualidad, dado lo que está pasando en Ucrania ahora mismo.

Documental de cómo se fabrican los “golpes de estado suaves”:

Documental de cómo se fabrican los “golpes de estado suaves”: IMPRESCINDIBLE VISIONADO

atomarporculo
El vídeo que verás a continuación será uno de esos documentales cuyo visionado será prácticamente obligatorio para todo aquel que pretenda conocer cómo se mueven las cosas en estos comienzos del siglo XXI.
Todos los personajes implicados en las revoluciones habidas en los países del Este de Europa de los últimos tiempos hablan abiertamente de cómo las planificaron, con especial relevancia para el senador USA McCain.
Cuesta entender cómo se prestaron a hablar así de claro sobre su trabajo manipulador. El único “pero” que le pongo a este ejemplar trabajo canadiense, subtitulado por los venezolanos, es su título: “La Revolución de los tontos útiles” es el que mejor le hubiera venido.
De máxima actualidad, dado lo que está pasando en Ucrania ahora mismo.

lunes, 3 de marzo de 2014

Duarte en el pincel de Miguel Núñez

Rafael  Nuñez
Rosa Duarte incorporó de su cama de enfermo a su hermano Juan Pablo para que se hiciera una fotografía porque a pesar de ser el líder de la Independencia de República Dominicana, la posteridad no guardaría una imagen fiel suya, no obstante a su grandeza, alcanzada, entre otras virtudes, por su desprendimiento personal en los años de lucha por fundar la República, cualidades que lo elevan como el dominicano más egregio de la Patria.
Ella misma le ayudó a sacar fuerzas de su escuálida anatomía enferma, de manera que dejara aquella cama para fotografiarse. En 1873 se produjo aquel destello de visión en la mujer que había demostrado, igual que su hermano, valor y dedicación a la causa libertadora. Los dos acudieron donde el fotógrafo venezolano Próspero Rey, a los fines de que en el imaginario de las generaciones dominicanas porvenir, quedara la imagen de Juan Pablo Duarte, no un nombre abstracto cuyas hazañas no se pudieran asociar al rostro de aquella figura ilustre.
Desde niño, los libros de historia nos grabaron diversos rostros del patricio. Algunos acertados, otros desaliñados, muy alejados de la imagen real de Juan Pablo. Una fecunda iconografía duartiana se encargó de nublar nuestras mentes en el pasado, hasta que un buen día del año 2006, llegaron al Palacio Nacional descendientes de la familia Duarte-Ayala con un retrato de la fotografía original, única que se hiciera el fundador de nuestra nacionalidad antes de morir, y que ya circulaba en escasas bibliografías dominicanas.
Un cuadro enorme cuelga de la pared de la Casa Presidencial, justo después que se sube la escalinata principal. En el descanso antes de tomar la escalera imperial, a mano derecha, fue puesta la fotografía del insigne padre de la Patria, Juan Pablo Duarte. Cuando se supendió aquella imagen de Duarte en la entrada del Palacio de gobierno; jamás pensé que tomaría tanto vigor, fuerza y mayor trascendencia en la mano de un pintor, que 25 años atrás comenzaba a embadurnar lienzos con su pincel en una habitación para estudiante.
Cuando subía aquellas escaleras del edificio de apartamentos para universitarios, ubicado en la avenida Bolívar, próximo al lugar donde reposan los restos de los próceres de la independencia en el Altar de la Patria, por las amplios peldaños de granito gastado, subía con bríos de juventud sin tocar el pasamano de madera, de color marrón hasta alcanzar el cuarto piso.
Todas las tardes, casi entrada la noche, encontraba a un jovencito de Bonao, haciendo trazos con un pincel, pintarrajeando tela y dejando caer al zafacón las ocurrencias de su imaginación. Las primeras imágenes brotadas del pincel de Miguel en sus años de la Escuela Nacional de Bellas Artes, culminaban en bodegones y paisajes de su entorno. Con una consagración asombrosa que sirvió después para convertirse en el pincel que plasma con rigor deslumbrante las estampas dominicanas y la historia vernácula, Miguel se apropió de la única fotografía tomada tres años antes de la muerte del hijo más ilustre de la República para promocionar una imagen más cercana a lo real.
El tío de Juan Pablo Duarte, Prudencio Díez trajo la foto a República Dominicana, que fue conservada por el historiador José Gabriel García, quien se desempeñó como Ministro de Justicia e Instrucción Pública en el gobierno de Ulises Francisco Espaillat, en 1876, el mismo año de la muerte del patricio.
Influenciado por el maestro Juan Bosch y siguiendo el camino artístico de su hermano Diómedes, Miguel Núñez tomó la fotografía para llenar de retratos, recreados en diferentes circunstancias, para dar a conocer la "Colección del Bicentenario", con la que ha logrado que nuestras generaciones tengan a su disposición el verdadero rostro del fundador de la República. El pincel de Miguel, respetando el perfil fotográfico del padre fundador, construyó un Duarte pensador, estadista, optimista, vigoroso, culto y vigilante. El Duarte de carne y hueso.
Sé de la rigurosidad con la que trabaja Miguel sus proyectos. Para subir al cielo con esta producción debió necesitar mucha investigación y esfuerzo personal. Tuve el privilegio de ser una de las primeras personas que a principio de 2012 fue invitado por Miguel a su taller de producción, en el sector Serrallés, para conocer los casi 90 retratos hechos a Duarte.
Miguel se anticipaba a las actividades conmemorativas del bicentenario de su nacimiento, que se realizaron el pasado año 2013. Con la visión de que en el imaginario de las generaciones presentes y futuras no perdure el recuerdo difuso del rostro de Duarte, el artista plástico hijo de Monseñor Nouel, tierra que ha dado poetas, músicos, escritores y actores, puso su talento al servicio de una causa histórica: pintar el verdadero rostro de Duarte.
Con una imagen clara del padre fundador, Los ideales de Juan Pablo Duarte renacen, como escribiera acerca de él, Manuel de Jesús Galván:
"-La historia, al formar juicio sobre los actos de tan insigne patriota, no encontrará en toda su existencia, bien que fecunda y trascendental como pocas, ni una gota de sangre, ni una mancha de lodo. Su memoria tiene derecho absoluto a las lágrimas y a la veneración de todos los dominicanos".
rafaelnuro@gmail.com, @rafaelnunezr

EL DUARTE DE MIGUEL NÚÑEZ

DANIEL BALCÁCER: EL DUARTE DE MIGUEL NÚÑEZ

De  Juan Pablo Duarte  solo se conoce una fotografía hecha en  Caracas  en 1873 cuando el patricio contaba con 60 años de edad.  A...