MORAL Y LUCES

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lunes, 11 de abril de 2016

Cuando los niños llaman a Fidel




Fidel y un niño de la Escuela Vilma Espín, de Playa, en La Habana. Foto: Juventud Rebelde

Cada vez que lo ven acercarse, desde las áreas del complejo educacional Vilma Espín, en el municipio capitalino de Playa, los niños se aglomeran y le dicen a coro: ¡Fidel, amigo! ¡Yo quiero estar contigo! Entonces el líder de la Revolución los saluda y en muchas ocasiones ordena detener el auto para conversar con ellos.

Así sucedió el pasado miércoles 6 de abril, mientras ensayaban el matutino por el tercer aniversario de la escuela, los 86 años de Vilma, y los 55 de los círculos infantiles, una de las obras más sensibles de la Heroína de la Sierra y el llano.

«Estábamos en el portal, perfilando los últimos detalles del acto, cuando vimos que Fidel iba a pasar por la carretera que nos queda enfrente», cuenta emocionada Rubizaida Riverón Pozo, directora del Complejo. «Enseguida los saludos, las consignas y, de pronto, el Comandante nuevamente entre nosotros.

«De inmediato se interesó por lo que estábamos haciendo. Cuando le comentamos sobre la actividad para el siguiente día, y lo invitamos a que asistiera, nos dio las gracias y nos dijo que trataría de estar, que no era seguro, pero que empezáramos a la hora prevista si él aún no había llegado…».

Así fueron creciendo las expectativas entre los profesores y el centenar de alumnos del Complejo, un centro fundado por él en 2013, en el que se transita directo del círculo infantil a la primaria. Próximamente, en septiembre, se completará el ciclo hasta la secundaria, señala Rubizaida.

Fidel considera que el tipo de escuela y círculo fundado por la Revolución en ciudades debe revolucionarse para estar a la altura de nuestra inusitada época. Explica que «ese es un deber como militante revolucionario mientras respire».

Cerca de un sueño

Como todos deseaban, Fidel visitó al centro docente por segunda vez en menos de 24 horas. «¿Llegué tarde?», preguntó, mientras los pequeños, acompañados por sus padres o maestros, volvían a decir: ¡Fidel, amigo! ¡Yo quiero estar contigo!

Precisamente, a los niños dedicó muchas de sus ideas en el encuentro. La pionera de sexto grado Lorena Reyes Ramírez, jefa de colectivo, considera un gran privilegio escucharlo y agradecerle, a nombre de los demás, su presencia física y «todo lo que ha hecho por nosotros».

«Contó anécdotas de su etapa de estudiante en el capitalismo. Comparó aquella época con todo lo que tenemos hoy, por ejemplo, en esta escuela. Y al ver nuestra preparación nos llegó a decir que contamos con más experiencia que los propios maestros, excelentes y combativos jóvenes, pero que aquellos no tuvieron el privilegio de compartir las nuevas experiencias.

«Nos habló de la importancia de estudiar mucho, de portarnos bien, de tener disciplina. Se preocupó por lo que queríamos ser en el futuro. Habló, además, de la necesidad de alimentarnos correctamente, de tener una dieta balanceada. Nos dijo que nos veía muy saludables y se interesó por el menú del día», comenta Lorena.

Igual satisfacción sienten otros pioneros como Maryanis, Talía o Zurizaday, porque pudieron dialogar directamente con el Comandante, quien le estrechó la mano a cada uno. Anteriormente, ellos tenían que recorrer casi tres kilómetros para asistir al colegio, o tomar un transporte, con los riesgos que implica, señala Yordanka Fernández Trujillo, la administradora del centro. Ahora, en el Complejo Vilma Espín, pueden entrar al círculo infantil y no salir de allí hasta terminar la primaria, que pronto será hasta el noveno grado, en la propia escuela rural.

Esas características, junto con la excelencia del claustro, llamaron la atención de Fidel, quien exclamó: «los que estamos aquí consideramos un privilegio reunirnos en esta escuela hoy, porque esta institución se va acercando a un sueño. Trataba de recordar si supe de algún lugar donde se aplicara este concepto y no aparece. Ojalá pronto la idea pueda aplicarse a todos los niños. Será preciso seguir de cerca la experiencia».

Maestros jóvenes como Elsa María Bermúdez ven los momentos vividos ese día con Fidel como una jornada de compromiso eterno con la patria, pues «tuvimos la suerte de que nos hablara directamente y reconociera cómo esta escuela puede convertirse en modelo para la educación, con el aporte de los jóvenes». De igual forman opinan Yailenis Pérez, Yaicel Ramírez, Elimay Piloto y otros que con apenas 20 años imparten clases en los distintos bloques docentes de la institución, que incluyen biblioteca y laboratorios de computación.

También durante el encuentro, algunos de los 22 niños del círculo infantil mostraron espontáneamente al Comandante lo que han aprendido con sus educadoras y auxiliares. Uno de ellos, Keyler Bryan Portelles, de cuatro años, tomó el micrófono y recitó Cultivo una rosa blanca, de José Martí.

Otro pequeño, Alex David Ramírez, también de cuatro, declamó una décima dedicada a Vilma, escrita tras su muerte: Vilma, Cuba está dolida/ pero no enferma ni triste/porque sabe que cumpliste/con la obra de la vida. / Tu alma sigue vestida/de amor y Revolución/y la indomable pasión/es un camino de oro/por el que pasa el tesoro/inmortal de la nación.

El espíritu de la Heroína presidió cada gesto, cada abrazo, cada palabra dicha, cada canción. Y Fidel, interpretando el sentir de todos, sintetizó en una frase el valor del homenaje: « Yo estoy seguro de que un día como hoy Vilma estaría muy contenta, porque estaría viendo. Sacrificó su vida, todo el que muere luchando por la Revolución va dejando energía en el camino, va dejando el esfuerzo y va convirtiendo en realidad sus sueños».

(Tomado de Juventud Rebelde)

martes, 5 de abril de 2016

Desafíos del futuro para la Revolución cubana

Por: Frei Betto


La Habana Vieja, Cuba. Foto: Desmond Boylan / Facebook
La Habana Vieja, Cuba. Foto: Desmond Boylan / Facebook
El papa Francisco, cuando cumplió sus 78 años, el 17 de diciembre del 2014, hizo un inestimable regalo al continente americano: el comienzo del fin del bloqueo de los Estados Unidos a Cuba y el restablecimiento de relaciones diplomáticas entre los dos países.
Ése fue el tema que Francisco priorizó con Obama durante el encuentro que mantuvieron en Roma en mayo de aquel año. Un año antes, al asumir el pontificado, Francisco se enteró de la cuestión cuando recibió a Díaz-Canel, vicepresidente de Cuba.
Obama admitió en la televisión que “el aislamiento no funcionó”. De hecho el bloqueo impuesto a Cuba, contra todas las leyes internacionales, no consiguió siquiera aflojar la autodeterminación cubana tras la caída del muro de Berlín.
Fidel, que cumplirá 90 años en agosto de este año, sobrevive a 8 presidentes de EE.UU., de los cuales enterró a 4; y a más de 20 directores de la CIA.
Los EE.UU. son lerdos para admitir que el mundo no es fruto de sus caprichos. Por eso tardaron 16 años en reconocer a la Unión Soviética; 20 al Vietnam; y 30 a la República Popular de China. Y tuvieron que pasar 53 años para aceptar que Cuba tiene derecho a su autodeterminación, como lo señaló la Asamblea General de la ONU.
De hecho los EE.UU. y Cuba nunca rompieron el diálogo. En Washington funcionó, a lo largo de cinco décadas, una legación cubana, igual que en La Habana el predio de la legación usamericana se yergue majestuoso en el Malecón.
La noticia de esa reaproximación marca el fin definitivo de la Guerra Fría en nuestro continente. Y Cuba sale gananciosa, pues ofrece una estructura turística aceptable, incontaminada y exenta de violencia a un millón de canadienses que, en invierno, a sólo tres horas de vuelo, cambian sus menos 20 grados de frío por los 30 de calor del Caribe.
Con la apertura del mercado cubano a inversores extranjeros los EE.UU., que todo lo ven en cifras, no desean quedarse atrás de la Unión Europea, del Canadá, de México, del Brasil y de Colombia, que ya tienen importantes acuerdos con la isla revolucionaria. “En lugar de aislar a Cuba, estamos aislando sólo a nuestro país, con políticas ultrasuperadas”, le dijeron a Obama en una carta los congresistas estadounidenses Patrick Leahy (demócrata) y Jeff Flake (republicano) al regresar de La Habana.
A cambio de Alan Gross, agente de la CIA detenido en Cuba por acciones terroristas, Obama liberó a tres de los cinco cubanos presos en los EE.UU. desde setiembre de 1998, acusados de terrorismo (dos ya habían sido liberados). Realmente los cinco cubanos trataban de evitar que surgiesen en Florida iniciativas terroristas por parte de grupos anticastristas. Y fueron usados como carne de cañón por el FBI y por grupos de derecha para impedir, en aquella época, la aproximación entre los EE.UU. y Cuba. El tribunal de Atlanta había admitido, por unanimidad, que las sentencias aplicadas a tres de los cinco (Hernández, Labañino y Guerrero, los últimos liberados) carecían de fundamento jurídico: no hubo transmisión de información militar secreta ni pusieron en peligro de la seguridad de los EE.UU.

Capital simbólico

Bandera cubana en un edificio emblemático de La Habana. Foto: Desmond Boylan/ Facebook
Bandera cubana en un edificio emblemático de La Habana. Foto: Desmond Boylan/ Facebook
Cuba vive actualmente un momento histórico de grandes transformaciones. Su lógica revolucionaria de desarrollo, centrada en las necesidades y en los derechos de la mayoría de la población, deja de ser estatizante y se abre a las colaboraciones público-privadas. La construcción del puerto de Mariel, el más importante del Caribe, promete nuevas posibilidades al desarrollo cubano.
El sector turismo, incrementado por la excelencia de los servicios – como en el sector médico y el alto nivel educacional de la mano de obra y la protección ambiental -, se amplía como estrategia prometedora de captación de divisas. El gobierno de Cuba se empeña en solventar el problema de la duplicidad de monedas; el peso cubano, utilizado por la población local, y el CUC, moneda convertible, obligatoria para los turistas y accesible a los cubanos en condiciones de pagar 24 pesos por un CUC. En fin, una serie de nuevas medidas está siendo estudiada y planificada para impulsar el desarrollo del país.
Lo que hay de original en la lógica del desarrollo de Cuba es precisamente su capital simbólico fundamentado en valores espirituales, como el sentido de la libertad y la independencia, de cooperación y solidaridad, que marca la historia del país, de la lucha de los esclavos a la implantación del socialismo. Muchos en el exterior ignoran cuán arraigada está en el pueblo cubano esa ética revolucionaria y apuestan a que en breve Cuba será una miniChina, políticamente socialista y económicamente capitalista.
Ese peligro existiría si Cuba abandonase lo que tiene de más precioso: su capital simbólico. El país no tiene muchos bienes materiales, y lo poco que tiene ha sido repartido para asegurar a cada habitante el derecho a la dignidad como ser humano.
Pocas naciones del mundo son tan ricas como Cuba en capital simbólico, encarnado en figuras como Félix Varela, José Martí, Ernesto Che Guevara, Raúl y Fidel Castro. Ese capital simbólico no es sólo procedente de la Revolución victoriosa en 1959. La Revolución lo potencializó. Es consecuencia de siglos de resistencia del pueblo cubano a los dominadores españoles y estadounidenses. Resulta de ese profundo sentido de independencia y soberanía que caracteriza a la cubanidad y marca la gloriosa historia del país.
Ahora bien, si la Revolución cubana tiene el propósito de durar como “sol del mundo moral”, en feliz expresión de Luz y Caballero que da título a la clásica obra de Cintio Vitier sobre la eticidad cubana, y si el desafío es perfeccionar el socialismo, la cuestión ética se vuelve central en los procesos de educación ideológica. Cada cubano debe preguntarse por qué Martí, que vivió casi quince años en los EE.UU., no vendió su alma al imperialismo ascendente. ¿Por qué Fidel y Raúl, hijos de un terrateniente, educados en los mejores colegios de la alta burguesía cubana, no vendieron sus almas al enemigo? ¿Por qué el Che Guevara, médico formado en la Argentina, consagrado como revolucionario en Cuba, ministro de Estado y presidente del Banco Central, osó franciscanamente abandonar todas las honras políticas y las facilidades inherentes al ejercicio de sus función es en el poder para ir a meterse anónimamente en las selvas del Congo y de Bolivia, donde lo encontró la muerte en un estado de completa penuria?
El capitalismo, con su poderosa máquina publicitaria, quiere que la humanidad tenga como sentido el tener, y no el ser. Quiere formar consumistas y no ciudadanos y ciudadanas. Quiere una nación de individuos, no una comunidad nacional de compañeros y compañeras.
El socialismo va en dirección contraria: en él lo personal y lo social son dos caras de la misma moneda. En él cada ser humano, independientemente de su salud, ocupación, color de la piel o condición social, está dotado de dignidad ontológica y, como tal, tiene derecho a la felicidad.
Ésta es la ética que debe ser cultivada para que Cuba, en el futuro, no llegue a ser una nación esquizofrénica, con política socialista y economía capitalista. El socialismo de una nación no se mide por los discursos de sus gobernantes, ni por la ideología del partido en el poder. El socialismo de una nación se mide por la amplitud democrática de su sistema político, emanado efectivamente del pueblo y, sobre todo, de su economía, de modo que todos, ciudadanos y ciudadanas, tengan iguales derechos a compartir los frutos de la naturaleza y del trabajo humano. Por eso yo considero el socialismo como el nombre político del amor.

Cambiar los objetivos

Niño en chivichana en una calle del Vedado habanero. Foto: Desmond Boylan/ Facebook
Niño en chivichana en una calle del Vedado habanero. Foto: Desmond Boylan/ Facebook
La reaproximación de Cuba y los EE.UU. es vista con cautela por los cubanos. En mis visitas a la isla durante los últimos 15 meses, oí decir a cubanos que dicha reaproximación era inevitable. Sin embargo, “queda un largo camino por recorrer”, me dijo Fidel, que continúa lúcido y atento al noticiero. Y muy interesado por todo lo que pasa en el Brasil.
No basta con la nueva retórica de Obama. “Es necesario que los EE.UU. excluyan a Cuba de la lista de los países terroristas”, recalcó Fidel (lo cual sucedió tras el encuentro entre Raúl y Obama en Panamá, en abril del 2015), “y que suspendan el bloqueo”. En la reunión de la CELAC EN Costa Rica, en enero del 2015, Raúl Castro añadió: “Y que devuelvan la base naval de Guantánamo”.
Cuba recibe hoy tres millones de turistas al año. (Para vergüenza nuestra, el Brasil, con todo su inmenso potencial turístico, apenas recibe seis millones). La diferencia con nuestro país está en que Cuba tiene una política de Estado de implementación turística, y promueve turismos ecológicos, científicos y culturales; mientras que el Brasil, aparte de la carencia de una política apropiada para el sector, explota apenas el Carnaval, las playas y las mulatas…
Con la reaproximación entre Cuba y los EE.UU. se prevé que viajarán a Cuba cada año tres millones de estadounidenses. Lo que, por otra parte, es el temor para los cubanos. Además de que por ahora no dispone de la infraestructura adecuada par absorber a tantos visitantes.
Según los cubanos, los canadienses son respetuosos, discretos y de fáciles relaciones con la población local. Mientras que los estadounidenses cargan con tres acentuados defectos: la arrogancia (se creen los dueños del mundo); el consumismo (compran, desde los autos antiguos que aún transitan por las calles de La Habana, hasta mujeres…); y la manía de viajar sin salir de los EE.UU…. (lo que explica la existencia, en cada punto turístico del planeta, de MacDonald´s y redes hoteleras yanquis, como Sheraton, Intercontinental, etc.)
Incluso así, los dólares son bien recibidos en una economía deficitaria, a pesar de que se tenga conciencia de que la aproximación significa el choque del tsunami consumista con la austeridad revolucionaria.
Todo indica que, inicialmente, el flujo mayor de viajeros de los EE.UU. hacia Cuba estará motivado por el llamado “turismo médico”. Para el ciudadano común los tratamientos de salud en los EE.UU. son caros y precarios. Cuba, además de excelencia en esa área, internacionalmente reconocida, posee mucha experiencia en ortopedia. Y actualmente fabrica vacunas eficientes contra varios tipos de cáncer.
Ahora le queda a la Casa Blanca pasar del discurso a la práctica. Como me hizo notar Fidel, “ellos son nuestros enemigos y por tanto es necesario que cambien no sólo los métodos sino sobre todo los objetivos en relación a Cuba”.

Galería de fotos: Cuba, por Desmond Boylan


domingo, 3 de abril de 2016

Relaciones Cuba y EEUU, si, pero con dignidad y respeto...

La nueva relación no puede nacer de la amnesia colectiva


La visita de Obama a Cuba, creo fue buena para todos, un paso positivo, un paso más hacia adelante, un reconocimiento a que la política de EE.UU. contra Cuba por más de medio siglo fracasó.

Sobre el discurso… La invitación a olvidar el pasado, la invitación a ocuparse y luchar cada uno por sí mismo, lo cual es una tentación pero no es mi opción. Obama subestimó la estatura moral e intelectual de una nación y un pueblo culto, como el nuestro.

Fue un discurso inteligente y cuidadoso, pero lamentablemente también injerencista, lleno de mensajes dirigidos a mostrarnos el llamado “sueño americano” y el proyecto en vitrina para que “los cubanos decidan su futuro”. No podía ser de otro modo.

Contrario a lo que dicen, respetamos su derecho a defender su modelo democrático en el que cuesta 1 millón de dólares ser diputado y 3 mil millones ser presidente, donde solo dos partidos se turnan en la protección de privilegios para una minoría, entre otros derroches insólitos que nadie en sus plenos cabales puede admirar.

Ellos son así y les funciona y nadie puede ir a su casa a criticarles.
Cuando la gente allí se harta porque no funciona para la mayoría (y a cada rato se hartan), la policía reparte golpes, gases lacrimógenos, arresta, aísla, mata, y nadie se molesta mucho con eso, ni en EE.UU., ni en el mundo. (Ocupywallstreet, Ferguson, la mayor población carcelaria del mundo y un largo etc…)

No fue un discurso inspirador, no para mí, ni para muchos de mis compatriotas. Muchos aplaudieron y otros muchos no aplaudieron o aplaudieron algunas partes. Y nadie les obligó.

No es el presidente de Estados Unidos quien debe pedirles a los jóvenes cubanos que olviden el pasado. En Cuba les pedimos estudiar la historia para construir un futuro diferente y mejor, sin los atropellos del gigante país vecino que trazaron nuestra relación. Nuestro pasado y presente, que no han sido perfectos, están marcados por la búsqueda de una sociedad mejor.

Nuestra nueva relación no puede nacer de la amnesia colectiva, sino de la grandeza mutua de reconocer por lo que hemos pasado, en una relación asimétrica y desigual donde una parte sostiene por el cuello a la otra preguntándole ¿Y por qué será que tú no respiras bien?

Sanciones que nunca debieron existir, nacidas de aquella época nada lejana en que EE.UU. era el sostén de todas las dictaduras del mundo entero y entrenaba asesinos y torturadores en la famosa Escuela de las Américas cerrada hace muy poco. Es cierto que Obama no tuvo que ver con eso y es lógico que no se quiera ni acordar, pero nosotros más vale no se nos olvide.

De esa época es la política que hoy todavía nos golpea duramente y no acaba de acabar. Alguien dijo que terminó el último capítulo de la guerra fría pero la política dirigida a asfixiar a Cuba y hacernos colapsar se mantiene, como bien recordó Raúl en su declaración de prensa.

Como dice Calle 13, perdono pero no olvido… Sería muy tonto hacerlo y no es necesario olvidar para llevarnos bien y con respeto. Hay que saber de dónde venimos para saber hacia dónde vamos. Eso no quiere decir negarnos al cambio en la construcción de una nueva relación que todos apoyamos, con optimismo, esperanza, sin odio ni resentimientos, pero también sin euforia y con la cautela del que ya fue herido y traicionado.

Tengo familia, muchos amigos y conocidos en Estados Unidos y aplaudo a Obama por todo lo que ha comenzado a hacer diferente y siempre, siempre le agradeceré la parte importante que le corresponde en la libertad de los Cinco.
Creo que es legítimo su cariño por Cuba y espero que este viaje ponga también en su corazón el rostro bueno de los millones de cubanos que en nuestra Patria queremos vivir mucho mejor pero no soñamos con tener un yate para cada uno como si eso fuera todo en la vida.

Respetamos a los que sueñan con ser multimillonarios, pero pedimos que no se castigue a quienes queremos repartirnos entre todos la riqueza que entre todos generamos, sin bloqueo ni presiones artificiales para hacernos fracasar.
Cuba no bloquea a Estados Unidos, es al revés. Que no se nos olvide. Faltó la disculpa por tanta agresión, pero no la esperaba y entiendo, allí no lo perdonarían.

Apoyo 100% la visita y sus resultados que nos permitirán a ambas partes avanzar todavía más en positivo, en paz, en múltiples áreas en pie de igualdad en los próximos meses por el bienestar de ambos pueblos y las familias cubanas, y todo eso es muy importante.

Fue un discurso inteligente, electorero… eso sí, que demuestra una vez más que, contrario a lo que dicen, Estados Unidos no está listo para permitir, sin intervenir, que los cubanos tengamos el derecho conquistado a discutir entre nosotros cómo dibujar nuestro futuro.

Ahí están ellos todavía repartiendo fondos al que se porte bien para “tomarnos de la mano, guiar el pincel y dividirnos, apoyando a algunos, ignorando a muchos”, reconociendo la salud y la educación mientras nos llaman a privatizar todo y decidiendo que el Estado cubano no puede cobrar impuestos a los quemás ingresarán, pero el que ganó de EE.UU sí puede.

No por gusto las nuevas medidas favorecen al sector privado (apruebo los espacios para el sector privado y cooperativo que Cuba, por cierto, fue quien lo abrió hace 20 años en una medida correcta y bienvenida), pero defiendo la fortaleza del estatal. Estoy en contra de que EE.UU.penalice al sector público cubano, que debe seguir siendo fuerte y mejorado, como si fuera un crimen hacer cosas para todos y no para unos pocos.

No parecen aptos para permitir que perfeccionemos nuestro socialismo, pero confío en que seamos mayoría los que no estamos listos para abandonar nuestro proyecto, imperfecto por demás, que es más difícil de lograr pero que siempre será mucho mejor que el que nos quieren imponer, ahora a las “buenas”. De nosotros depende.

Y hablando de no olvidar, recuerdo que se mantiene el bloqueo, la ocupación ilegal del territorio cubano en Guantánamo, la asignación ilegal anualmente de más de 100 millones de dólares por parte del Congreso para “ayudar a quienes mejor respondan al llamado de nuestro vecino”.

Sé que no hay otro camino, pero somos muchos los que no nos damos por vencidos. Mientras tanto, debemos seguir mejorando nuestro país por nosotros mismos, para responder a nuestras legítimas aspiraciones de un futuro mejor para todos. Esa es la mejor contribución a nuestra soberanía y bienestar para que no haga falta que venga nadie a explicarnos cómo deberíamos hacer las cosas.

Por lo pronto tras el discurso de Obama a los cubanos me siento más libre para decirles a los jóvenes estadounidenses y de otras partes del mundo que luchen y abran los ojos, porque no es humano morir por no tener dinero para pagar una cirugía o estudiar. Los cubanos tenemos derechos con los que millones sueñan y vamos a seguir por más.

En un mundo lleno de ideas y valores por escoger, yo sigo pensando que seré siempre más feliz al sentirme parte de un esfuerzo colectivo para mejorar todo para todos y no para unos pocos.

Por suerte en Cuba siempre hemos visto gratuitamente lo mejor del cine y la televisión de Hollywood y nuestra gente aprendió a ver el filme y a apagar el televisor conociendo que la vida es otra cosa, que la felicidad está en otra parte, en las opciones dentro de uno mismo para empezar.

(Tomado de Pensando Américas)

sábado, 2 de abril de 2016

El psiquiatra que fue amigo del Che


Fernando Barral: El psiquiatra que fue amigo del Che
Por: Eduardo Febbro










Fernando Barral.

Fernando Barral siempre fue un invitado de la Historia, a veces la más trágica, otras la mejor. La vida lo condujo a acumular una de esas existencias en las que caben las pesadillas, los sueños, los éxitos, los fracasos, las aventuras y las desventuras de varias vidas humanas. Don Fernando es la memoria viva de varias revoluciones, del período más estruendoso de la Cuba revolucionaria, la memoria del peronismo naciente en la Argentina y la de muchos entreveros del destino. Nada de eso ha marcado su jovialidad orgullosa. Hoy, a sus casi 90 años, en su casa de La Habana, Fernando Barral contempla su destino con una satisfacción y un humor elocuentes. Ha tenido casi cuatro patrias y sigue siendo hijo del ideal revolucionario que lo trajo a Cuba gracias a la amistad que trabó con el Che cuando residía en la provincia de Córdoba, en la Argentina.

Mucho antes de llegar a La Habana revolucionaria, Don Fernando nació en España, en 1928. Creció primero sin padre, el escultor Emiliano Barral, muerto en el frente de Usera durante los primeros tiempos de la Guerra Civil Española. Murió en la defensa de Madrid “contra un ejército de traidores, de mercenarios y de extranjeros”, escribió sobré él el poeta Antonio Machado. Lo que quedaba de la familia se mudó a Levante, donde vivió bajo la protección del abuelo anarquista, Isidro Barral. En el año 1939, a los 11 años, Fernando y su madre embarcaron rumbo al exilio en el carguero “African Trader”. El barco los dejó en Oran, desde donde, tras varios meses espantosos, partieron hacia Francia y luego con destino a Chile en el barco Winnipeg que zarpó del puerto francés de Burdeos. En Valparaíso los esperaba el hermano de su madre, Fernando Arranz, quien ya residía en la Argentina. Madre e hijo tocaron suelo argentino en el año trágico del suicidio de Lisandro de la Torre y de la presidencia maltrecha de Roberto María Ortiz.

La Argentina fue, por un tiempo, una tierra acogedora. Se fueron a vivir a la casa que Fernando Arranz tenía en Córdoba, donde ejercía como director de la Escuela Provincial de Cerámica. Residieron en Córdoba hasta el año 1942. Era la época de los últimos suspiros de lo que se conoce en la Argentina como “la década infame”, el período donde imperó la restauración neoconservadora. El ambiente político nacional poco tenía que ver con los ideales anarquistas y republicanos de los Barral. En el 42, Fernando Barral, su madre y el hermano de esta se mudaron a Buenos Aires. La aventura porteña sólo duró dos años.

La Revolución del 43 había derrocado al gobierno de Ramón Castillo y al año siguiente, en 1944, Don Fernando regresó a Córdoba y empezó a estudiar medicina. Barral cuenta que en Córdoba ingresó en la Federación Juvenil Comunista y luego en el departamento de propaganda del Partido Comunista Argentino. En esa Córdoba juvenil –Alta Gracia– Barral trabó una fuerte amistad con Ernesto Guevara, quien todavía estaba lejos de ser “El Che”. “Yo tenía mi pistolita por esos tiempos”, recuerda Don Fernando, quien en ese entonces estaba enamorado de una prima de Guevara, Córdova Iturburu.

La historia, sin embargo, esperaba a Don Fernando agazapada en un rincón de la Argentina. Ernesto Guevara cursaba cuarto año de medicina cuando Perón empezó a reprimir a la izquierda y a invocar “la amenaza comunista”. A finales de los años 40, en pleno auge del peronismo y sus famosas “purgas”, Fernando Barral cayó en las purgas: fue detenido y trasladado a Buenos Aires.

“Primero me llevaron a la cárcel municipal de Córdoba. Allí me sentía bien y pensaba que me iban a liberar a los pocos días, pero no. Un día se rompió la rutina. Me sacaron de la cárcel y me llevaron hacia al campo. Ahí me asusté. Creí que me iban a matar en un lugar desconocido, como era el modo operatorio típico de la Policía Federal argentina, el famoso ‘paseo’. Pero no, me condujeron en avión a Buenos Aires. Me llevaron a la cárcel de Devoto, donde estuve preso ocho meses. Ahí me anunciaron que estaba deportado por el gobierno argentino por actividades contra el Estado. Pensé que me iban deportar a la España franquista de la cual toda mi familia había huido”, cuenta.

Las gestiones de su madre y de un abogado eficaz le ahorraron ese destino: Fernando Barral fue deportado a Hungría. En 1952, sin siquiera conocer el idioma, Barral ingresó en la Facultad de Medicina de su nuevo país. Se insertó en la sociedad, aprendió también el obligatorio Latín necesario para establecer recetas médicas y consiguió un trabajo en el Consejo Mundial de Paz. Barral llevó a su madre a Hungría y se casó. En el 55 se recibió de médico y empezó a trabajar en el barrio de Ujpest. Le quedó tiempo para participar en las agitadas crisis políticas Húngaras y hasta para colaborar en la redacción de un diccionario húngaro-español y español-húngaro.

A finales de los años 50, el triunfo del movimiento 26 de Julio liderado por Fidel Castro condujo a la caída del gobierno de Fulgencio Bautista y a la llegada al poder de la Revolución. Fernando Barral todavía no lo sabía, pero su vida volvería a cambiar. La victoria de la Revolución llevó a Ernesto Guevara a Hungría, donde se enteró de que allí vivía su amigo de Córdoba. “El Che pasó por Hungría, supo que yo estaba ahí y me dejó una nota en la puerta de la casa. Eso me permitió venir a Cuba. La nota decía: “Querido Fernando: Sé que tenías dudas sobre mi identidad, pero creías que yo era yo. Efectivamente, aunque no, pues ha pasado mucha agua bajo mis puentes y del ser asmático, amargado e individualista que conociste, queda el asma. Me enteré que te habías casado. Yo también, tengo dos hijas, pero sigo siendo un aventurero, solo que ahora mis aventuras tienen un fin justo. Saludos a tu familia de este sobreviviente de una época pasada y recibe el abrazo fraterno de Che, que tal es mi nuevo nombre”.

La carta del Che fue una llamada para unirse a ese “fin justo” al que se refería quien ya era el Che. “Yo tenía en Hungría una vida hecha, acomodada, pero lo dejé todo para venir a vivir a Cuba. Con la ayuda del revolucionario argentino, Fernando Barral se mudó a Cuba, donde integró primero el Hospital Psiquiátrico de La Habana y luego el equipo de psiquiatría de los Servicios Médicos del Ministerio del Interior. Los meandros de las burocracias locales le dieron más de un disgusto. Don Fernando trabajó en las cárceles, cortó caña de azúcar en las zafras, trabajó en el departamento de investigaciones sociales y hasta sacó del olvido a un célebre prisionero norteamericano detenido en Vietnam: John McCain, el ex candidato republicano a las elecciones presidenciales, Vietnam, un tipo grande, de pelo rubio y mandíbula cuadrada.

En 1969, Fernando Barral fue el primer extranjero en ser autorizado a entrevistarse en Vietnam con un prisionero norteamericano. Don Fernando quien, tras volver a Cuba, informó a la familia del prisionero. La versión que Barral da sobre la situación en la que estaba McCain en Vietnam difiere en mucho de la leyenda de héroe que el senador norteamericano se construyó. McCain mencionó brevemente a Barral en su autobiografía de 1999, “La fe de mis padres”, donde lo califica de “propagandista cubano disfrazado de psicólogo español que se hacía pasar por periodista”.

En Cuba, Don Fernando se volvió a casar, esta vez con Laly, con quien tuvo dos hijos. Su esposa hace a menudo de traductora entre él y el mundo. Su sordera no le permite siempre captar lo que escucha. Entre los 1980 y 1986 Barral trabajó en el Programa de Investigaciones Sociales sobre la Juventud “con el fin de estudiar los distintos problemas sociales del país. Todo eso me salió bien. Logré también que se abriera la primera clínica psiquiátrica que hubo en Cuba con métodos modernos”. En 1998, recuperó su nacionalidad española y volvió a visitar su país. Pero su última Patria fue Cuba. Nada lo movió ni lo moverá de aquí, a pesar de que jamás perdió el acento de su España natal. En el living de su casa, todo lo que más quiere preside el lugar: un fusil, las fotos del Che, los recortes de diario que trazan los momentos decisivos de una historia personal que recorre más de un siglo y que sigue arraigada al sueño original. “Aquí”, dice Fernando Barral, “me realicé en todo lo que quise hacer”.

(Tomado de Página 12, Argentina)


Fumando mientras está herido en una cama

Fumando mientras está herido en una cama

sábado, 19 de diciembre de 2015

FIDEL: La realidad y los sueños

Por: Fidel Castro Ruz

Fidel con los "hibacushas", sobrevivientes de Hiroshima y Nagasaki. Foto: Roberto Chile
Fidel con los “hibacushas”, sobrevivientes de Hiroshima y Nagasaki, en el Palacio de las Convenciones, el 2 de marzo de 2012. Foto: Roberto Chile/ Cubadebate
Escribir es una forma de ser útil si consideras que nuestra sufrida humanidad debe ser más y mejor educada ante la increíble ignorancia que nos envuelve a todos, con excepción de los investigadores que buscan en las ciencias una respuesta satisfactoria. Es una palabra que implica en pocas letras su infinito contenido.
Todos en nuestra juventud oímos hablar alguna vez de Einstein y, en especial, tras el estallido de las bombas atómicas en Hiroshima y Nagasaki, que puso fin a la cruel guerra desatada entre Japón y Estados Unidos. Cuando aquellas bombas fueron lanzadas, después de la guerra desatada por el ataque a la base de Estados Unidos en  Pearl Harbor, ya el imperio japonés estaba vencido. Estados Unidos, el país cuyo territorio e industrias permanecieron ajenos a la guerra, pasó a ser el de mayor riqueza y mejor armado de la tierra, frente a un mundo destrozado, repleto de muertos, heridos y hambrientos. Juntos, la URSS y China habían perdido más de 50 millones de vidas, sumadas a una enorme destrucción material. Casi todo el oro del mundo fue a parar a las arcas de Estados Unidos. Hoy se calcula que la totalidad del oro como reserva monetaria de esa nación alcanza 8 mil 133,5 toneladas de dicho metal. A pesar de ello, haciendo trizas los compromisos suscritos en Bretton Woods, Estados Unidos, declaró unilateralmente que no harían honor al deber de respaldar la onza Troy con el valor en oro de su papel moneda.
Tal medida decretada por Nixon violaba los compromisos contraídos por el presidente Franklin Delano Roosevelt. Según un elevado número de expertos en esa materia, crearon así las bases de una crisis que entre otros desastres amenaza golpear con fuerza la economía de ese modelo de país. Mientras tanto, se adeuda a Cuba las indemnizaciones equivalentes a daños, que ascienden a cuantiosos millones de dólares como denunció nuestro país con argumentos y datos irrebatibles a lo largo de sus intervenciones en las Naciones Unidas.
Como fue expresado con toda claridad por el Partido y el Gobierno de Cuba, en prenda de buena voluntad y de paz entre todos los países de este hemisferio y del conjunto de pueblos que integran la familia humana, y así contribuir a garantizar la supervivencia de nuestra especie en el modesto espacio que nos corresponde en el universo, no dejaremos nunca de luchar por la paz y el bienestar de todos los seres humanos, con independencia del color de la piel y el país de origen de cada habitante del planeta, así como por el derecho pleno de todos a poseer o no una creencia religiosa.
La igualdad de todos los ciudadanos a la salud, la educación, el trabajo, la alimentación, la seguridad, la cultura, la ciencia, y al bienestar, es decir, los mismos derechos que proclamamos cuando iniciamos nuestra lucha más los que emanen de nuestros sueños de justicia e igualdad para los habitantes de nuestro mundo, es lo que deseo a todos; los que por comulgar en todo o en parte con las mismas ideas, o muy superiores pero en la misma dirección, les doy las gracias, queridos compatriotas.

Katy Perry: sus impresiones de Cuba

Katy Perry comparte en las redes sociales sus impresiones de Cuba (+ Fotos)

Katy Perry en Cuba La Habana Vieja. Foto: Cuenta de Instagram de la cantante
Katy Perry en Cuba La Habana Vieja. Foto: Cuenta de Instagram de la cantante
La afamada cantante norteamericana Katy Perry compartió hace unas horas en Instagram y Twitter más de un centenar de fotos de su reciente estancia en Cuba.
En mensajes que acompañan las imágenes la diva del pop escribió: “Acerca de la semana pasada en Cuba… tuve el placer más exótico de experimentar los colores de Cuba con algunos de mis mejores amigos! Déjame que te cuente … Después de ver la mayor parte del mundo, esta es una de las mayores vibraciones. Si te gusta tomar fotos, todo lo que hay encajará en un marco. El arte de la música, la gente … Es un Disneyland para los creativos de mentes. Estos próximos posts son algunos de los mejores momentos de mi viaje.
“Si tuviera que elegir un gran favorito de Cuba … Me gustaría decir que mi visita a la escuela de La Colmenita! Este programa de música después de la escuela para los niños me dio una alegría que nunca he experimentado y un ritmo que nunca antes había sentido. Fue una sacudida!
“Yo vi los colores en Cuba. Nunca seré la misma!”
Katy Perry con La Colmenita. Foto: Cuenta de Instagram de la cantante
Katy Perry con La Colmenita. Foto: Cuenta de Instagram de la cantante
Katy Perry con La Colmenita en La Habana. Katy Perry con La Colmenita
Katy Perry con La Colmenita en La Habana. Katy Perry con La Colmenita
Katy Perry en Cuba en Jaimanitas, En los predios del pintor José Fúster. Foto: Cuenta de Instagram de la cantante
Katy Perry en Cuba en Jaimanitas, En los predios del pintor José Fúster. Foto: Cuenta de Instagram de la cantante
Katy Perry en la casa del pintor José Fúster en Jaimanitas, La Habana. Foto: Cuenta de Instagram de la cantante
Katy Perry en la casa del pintor José Fúster en Jaimanitas, La Habana. Foto: Cuenta de Instagram de la cantante
Katy Perry  en los predios de Fúster. Foto: Cuenta de Instagram de la cantante
Katy Perry en los predios de Fúster. Foto: Cuenta de Instagram de la cantante
Katy Perry en La Habana Vieja. Foto: Cuenta de Instagram de la cantante
Katy Perry en La Habana Vieja. Foto: Cuenta de Instagram de la cantante
Katy Perry en La Habana Vieja. Foto: Cuenta de Instagram de la cantante
Katy Perry en La Habana Vieja. Foto: Cuenta de Instagram de la cantante
Katy Perry con abanico en La Habana. Foto: Cuenta de Instagram de la cantante
Katy Perry con abanico en La Habana. Foto: Cuenta de Instagram de la cantante
Katy Perry en la Plaza de la Catedral. Foto: Cuenta de Instagram de la cantante
Katy Perry en la Plaza de la Catedral. Foto: Cuenta de Instagram de la cantante
Katy Perry en La Habana. Foto: Cuenta de Instagram de la cantante
Katy Perry en La Habana. Foto: Cuenta de Instagram de la cantante
Katy Perry en un centro nocturno de La Habana. Foto: Cuenta de Instagram de la cantante
Katy Perry en un centro nocturno de La Habana. Foto: Cuenta de Instagram de la cantante
Katy Perry bailando en La Habana.  Foto: Cuenta de Instagram de la cantante
Katy Perry bailando en La Habana. Foto: Cuenta de Instagram de la cantante
Katy Perry en La Habana.  Foto: Cuenta de Instagram de la cantante
Katy Perry en La Habana. Foto: Cuenta de Instagram de la cantante
Katy Perry en Tropicana. Foto: Cuenta de Instagram de la cantante
Katy Perry en Tropicana. Foto: Cuenta de Instagram de la cantante
Katy Perry con el reconocido músico cubano Isaac Delgado. Foto: Cuenta de Instagram de la cantante
Katy Perry con el reconocido músico cubano Isaac Delgado. Foto: Cuenta de Instagram de la cantante

miércoles, 16 de diciembre de 2015

Fidel Castro: La Ley Agraria

Fidel Castro: La Ley Agraria constituirá uno de los acontecimientos más trascendentales en la vida de Cuba 

Fidel habla sobre la firma de la Reforma Agraria el 17 de mayo de 1959. FOTO: Marta Rojas Rodríguez


DISCURSO PRONUNCIADO POR EL COMANDANTE FIDEL CASTRO RUZ, PRIMER MINISTRO DEL GOBIERNO REVOLUCIONARIO, EN LA PLATA, SIERRA MAESTRA, EL 17 DE MAYO DE 1959.

(VERSION TAQUIGRAFICA DE LAS OFICINAS DEL PRIMER MINISTRO)

Ciertamente que los más encontrados sentimientos lo invaden a uno en estos instantes. Puedo afirmar, después de este fatigoso día de trabajo, que nuestro regreso a la Sierra Maestra habría sido uno de los minutos más felices de nuestra vida, al venir a decretar desde la propia Sierra Maestra la Reforma Agraria, si otros sentimientos no hubiesen estado gravitando sobre nuestra mente y pesando sobre nosotros en cada minuto, puede decirse en cada segundo, en que todos los recuerdos de la Sierra Maestra se reunían; recuerdos que son felices por un lado, tristes por otro, cuando se piensa en todos los compañeros que aquí cayeron, muchos de los cuales están enterrados en estos alrededores y cuando otras tristezas presentes, de tipo no solamente emocional, lo afectan a uno también. Porque realmente este regreso fue como la culminación de un propósito largamente incubado por nuestras mentes.

Y al llegar aquí, al hablarle de nuevo al pueblo desde este refugio —como puede llamarse— de Radio Rebelde, en el pico de una de las más empinadas montañas de la Sierra —aquí todavía con sus defensas antiaéreas que lo protegían si no del todo, sí en parte—, de nuevo es imposible que dejen de pesar sobre uno los recuerdos de todos aquellos días en que la victoria no era sino una esperanza y un fruto que para alcanzarse había que luchar mucho y que al fin se ha logrado. Y se ha logrado en medio de promesas que se van cumpliendo y que nos permiten la satisfacción de pensar que no han sido en balde los sacrificios que se hicieron en estas montañas, por cuanto nuestro pueblo está recibiendo los frutos que esperaba.



Fidel habla sobre la firma de la Reforma Agraria el 17 de mayo de 1959. FOTO: Marta Rojas Rodríguez

En circunstancias como esta, trascendentales, a veces es mejor ser lo más sencillo posible. Realmente la publicación o la proclamación de la Ley Agraria constituirá uno de los acontecimientos más trascendentales en la vida de Cuba.

Nosotros entendemos que esta Ley inicia una etapa enteramente nueva en nuestra vida económica y que un esplendoroso porvenir espera a nuestra patria si nos dedicamos a trabajar todos con el mayor ahínco.

No se nos escapa que la Ley lesiona intereses; no se nos escapa que la Ley producirá la natural oposición que una medida revolucionaria de esta índole siempre produce. Desde luego que nosotros estamos muy conscientes de su alcance, así como de las ventajas que ofrece para el país, sin dejar de reconocer que afecta intereses.


Fidel firma la Reforma Agraria el 17 de mayo de 1959. FOTO: Marta Rojas Rodríguez

Sin embargo, deseamos exponer aquí, como lo hemos hecho siempre en cada una de estas circunstancias, que nosotros no hacemos leyes por perjudicar a nadie, que nosotros hacemos leyes para beneficiar a la nación, aunque dolorosamente puedan perjudicar a algún sector del país; que nosotros no hacemos leyes por odio o animadversión contra nadie, que nosotros no sentimos animadversión contra ningún sector social, y que comprendemos perfectamente que cada uno de nosotros somos en gran parte una consecuencia del pasado y que todos nuestros intereses y nuestros actos, lo que hemos hecho y lo que somos, lo que recibimos y lo que hacemos, es en gran parte una consecuencia del pasado.

En realidad toda persona que en Cuba en estos instantes se detenga a pensar serenamente en lo que Cuba ha sido hasta hoy, y en el destino que esperaba a nuestra patria por el camino que llevaba, si es una persona consciente, si es una persona honrada, tendrá que reconocer que las medidas que nosotros estamos tomando eran absolutamente necesarias. Y es que no queríamos que nuestro país continuase avanzando hacia la peor miseria, que llevaba como consecuencia a gravísimos conflictos sociales y quién sabe de imprevisibles consecuencias.

Nosotros no tenemos la culpa de lo que la nación ha sido hasta hoy, nosotros no tenemos la culpa de todas las imprevisiones, nosotros no tenemos la culpa de todas las miserias que sembraron en nuestro país los hombres y las generaciones que nos precedieron. Y cuando se comprenden bien esas cosas es sobre todo cuando se sale a nuestros campos, cuando se cruza junto a los bohíos, cuando se ve el espectáculo de los niños descalzos, raquíticos, hambrientos, analfabetos, enfermos; cuando se ve la vida que llevan, las casas en que habitan. Y a pesar de todo, ¡cuánta nobleza y cuánta bondad se alberga en los corazones de nuestros hombres del campo! Cuando se viene aquí y cuando se contemplan estas cosas, es cuando se siente, con más intensidad que nunca, la absoluta convicción de que las medidas que estamos tomando son justas, son necesarias, y son beneficiosas a nuestra patria.



Fidel firma la Reforma Agraria el 17 de mayo de 1959. FOTO: Marta Rojas Rodríguez

Estas medidas tienden a poner fin a una situación que nos legaron, de la cual nosotros no somos culpables.

Todos sabemos cuál ha sido la vida de la república desde sus inicios. Todos sabemos el ambiente de corrupción, de hipocresía, de insinceridad y de inmoralidad, de falta de patriotismo, de falta de sentido de amor a la nación, de falta de conciencia de los deberes que tenemos para con nuestros propios intereses. Todos sabemos que ese ha sido el ambiente en que ha vivido la nación, y que nosotros nos hemos propuesto rectificar en todos los sentidos.

Los datos estadísticos demuestran, por ejemplo, que un 1,5% de los propietarios poseen más del 46% del área nacional en fincas, mientras 111 000 fincas de menos de dos caballerías vienen ocupando menos del 12% del área nacional. Por lo tanto, esta Ley no afecta a la inmensa mayoría de los propietarios de fincas. Esta Ley afecta al 1,5% de los propietarios y, sin embargo, permitirá al Gobierno Revolucionario resolver la situación económica de más de 200 000 familias campesinas.

Resultan afectados los intereses de una parte insignificante del pueblo que, por otra parte, no es sacrificada de manera total, sino que conserva una cantidad considerable de tierra para poder seguir explotando sus fincas, para poder seguir asumiendo ingresos importantes, para poder seguir llevando más o menos el mismo estándar de vida que llevaba hasta hoy, mientras por otra parte se resuelve definitivamente el problema de una parte considerabilísima de nuestro pueblo, que es precisamente la parte más sacrificada, la parte más pobre y la parte que más requería del apoyo y de las soluciones que el Gobierno Revolucionario podía brindarle.

Esa parte del pueblo es también la parte que carece de ingresos.

Doscientas mil familias quieren decir más de un millón de personas —brindando nosotros en este caso cálculos enteramente conservadores. Me refiero a 200 000 familias que van a adquirir tierras, sin contar las 150 000 familias que poseían tierras en calidad de aparceros, arrendatarios o precaristas, colonos o, en fin, las distintas formas de posesión que no implicaban la propiedad de la tierra y que hasta hoy había sido un sector que vivía en perenne zozobra y en condiciones realmente antieconómicas.

Lo que puedo decir es que de manera directa, cuando la Reforma Agraria se haya realizado, un número aproximado de 2 millones de cubanos aumentarán considerablemente sus ingresos y constituirán el mercado doméstico, con el aporte que el mercado doméstico significa para hacer posible el desarrollo industrial, y con ello, a través de la agricultura y a través de las industrias, resolver definitivamente los problemas económicos de Cuba.

Por otra parte, no se despoja a los propietarios de esas fincas comprendidas en la Ley, de las mismas, sin indemnización. Se indemnizarán en valores del Estado —que no constituyen por cierto una burla—, sino en un plazo racional de 20 años y con un interés del 4,5%; bonos que tendrán un valor sólido, como consecuencia de la estricta honradez administrativa que se está realizando en Cuba, el aumento de los ingresos, más el aumento de la producción, que se llevará a cabo de modo considerable en los años venideros; un interés que les permitirá a los poseedores de esos valores, negociarlos, convertirlos en fondos que puedan movilizar hacia la industria.

No puede la Revolución pagar dinero en efectivo por las tierras que expropie, por cuanto la nación no tiene en estos momentos recursos para satisfacer en efectivo esas expropiaciones. En cambio, la nación tendrá esos recursos a medida que pasen los años, y tendrá recursos sobrados para satisfacer esas cantidades y los intereses dentro de 20 años.

Así, pues, no puede quedar la menor duda de la sinceridad del propósito del Gobierno Revolucionario de satisfacer efectivamente, sin perjuicios ni pasiones, las medidas que se tomen en relación con la Reforma Agraria. Ese dinero puede ser movilizado hacia la industria, contribuyendo a la industrialización del país, que es el otro pilar del programa revolucionario.

Por otra parte, la Ley se ajusta a los principios de la Constitución de 1940, y esperamos que ahora —que se ha estado insistiendo mucho en los preceptos de la Constitución— no se olvide que la Ley de Reforma Agraria, la proscripción del latifundio, es un mandato de nuestra Constitución de 1940. Solo que Como la Ley iba a lesionar intereses, intereses por cierto poderosos, y que por ser poderosos hicieron que muchos vacilantes dentro de nuestros parlamentos no se preocuparan por cumplir ese mandato de la Constitución en los 12 años de su vigencia desde 1940 hasta 1952.

Fue necesario una Revolución —una Revolución de raíz como esta, una Revolución honrada como esta, una Revolución costosa como esta, una Revolución sangrienta como esta— para vencer todos los obstáculos que se oponían al progreso de nuestro pueblo y a la aplicación de las medidas más necesarias para salir del círculo vicioso y del estancamiento en que había caído la economía de nuestro país. Fue necesaria una Revolución como esta para que hubiese Reforma Agraria. Medida que no solo se aconsejaba en nuestro pueblo, sino que se aconseja también como fase inicial para propiciar su desarrollo en todos los países de la América Latina.

A Cuba le cabrá, a partir de este instante, la satisfacción de colocarse con esta medida en el primer lugar entre todas las naciones latinas, por el alcance formidable y las perspectivas que significa para Cuba esta pragmática, que es quizás la Ley que antes de su aplicación contó jamás con tanta simpatías en el pueblo.

Porque no hicimos la Ley a los 10 ó 15 días del triunfo revolucionario: hemos hecho la Ley a los cuatro meses y 17 días del triunfo revolucionario, después de haber hablado reiteradamente sobre esta medida, después de haber llevado al ánimo del pueblo la convicción de que era imprescindible dictarla, después de haber llevado al ánimo del pueblo el propósito de contribuir económicamente, y por todos los medios, con la Reforma Agraria.

Puede decirse sin temor a dudas que un 98% del pueblo apoya la Reforma Agraria; que quizás nunca una medida contó con tan unánime apoyo del pueblo; que quizás nunca pudo decirse que una Ley era cabal expresión de la absoluta mayoría del pueblo como lo es la Ley de Reforma Agraria. Nosotros no tuvimos que invertir aquellos meses en proclamar las bondades de esta medida, en ganar para la misma la conciencia nacional, sino en ir obteniendo los medios necesarios para financiarla económicamente.

Así, pues, contamos hoy con un haber, en el plazo de un año, de 75 millones de pesos. Setenta y cinco millones de pesos que no fueron obtenidos mediante préstamos, que no fueron obtenidos mediante impuestos, que no fueron obtenidos mediante exacciones, sino que fueron obtenidos nada menos que del dinero que le habían robado a la república y que la Revolución ha recuperado; de fondos que antes se distribuían entre los ministros —como ese del diferencial del arroz— y que ahora va a parar a un Fondo Especial para la Reforma Agraria; de contribución espontánea del pueblo, como ha ocurrido con la colecta de “Bohemia” o con los cientos y cientos de tractores y los miles y miles de aperos de labranza que el pueblo espontáneamente ha brindado para la Reforma Agraria.

Así, por estos medios, que han significado recuperar riquezas sustraídas a la nación para invertirlas en hacer la felicidad de cientos de miles de cubanos, en crear las bases para el trabajo de otros cientos de miles de cubanos; riqueza que se recupera para multiplicar la riqueza de la nación; riqueza perdida que la Revolución salvó para iniciar la más formidable obra social con el dinero que estaba perdido y que hoy se invierte generosa y honestamente, centavo a centavo, a favor de hacer producir nuestra tierra fértil pero abandonada, nuestra tierra fértil pero mal explotada, nuestra tierra fértil pero mal distribuida, nuestra tierra fértil pero mal organizada. Medida que la Revolución toma, tan justa que nadie osaría discutir la, tan honesta que ningún hombre honrado osaría contradecirla, tan necesaria que ningún hombre inteligente osaría negarla, tan beneficiosa que la nación entera, incluso los que ahora se perjudican —sobre todo aquellos cubanos que se perjudican—, van a recibir sus beneficios y la comprenden en su verdadera significación.

Si lejos de ponerse a rumiar su disgusto contra medidas que eran inevitables por lo necesarias, que las hemos hecho no por el gusto de perjudicar a nadie sino por el deber de ayudar a la nación, comprenden que su deber es adaptarse a esta circunstancia, comenzar a producir más en menos tierra, comenzar a producir económicamente, técnicamente, y extraer de la tierra todas sus riquezas, porque es criminal que exista un solo cubano con hambre mientras haya una pulgada de tierra sin sembrar; es criminal que exista miseria en nuestra patria —¡patria a la que todos tenemos derecho!— mientras decenas y decenas de miles de caballerías de tierra permanecen sin sembrar.

Y puesto que esto es así, puesto que su lógica es irrebatible, si los mismos que hoy resultan afectados por esta medida la comprenden, sin dejarse cegar por la avaricia o por el egoísmo, al que nadie tiene derecho cuando se hace posible sobre el dolor y los sufrimientos ajenos, si comprenden esto, también ellos resultarán beneficiados.

Por otra parte, nadie que se sienta de veras cubano, nadie que de veras sienta vibrar su fibra de patriotismo, puede dejar de sentir orgullo por la patria que a través de esta medida comenzará a recuperar sus tierras, comenzará a recuperar esas inmensas extensiones que, por desidia, por abandono y por inescrupulosidad de nuestros gobernantes, habían caído en manos de empresas extranjeras, contradiciendo el ideal de los próceres de nuestra independencia, contradiciendo el ideal de aquellos cubanos que, en la primera etapa de nuestra república, se preocuparon hondamente de las consecuencias tan dañinas en lo económico y en lo político que semejantes circunstancias iban a traer como consecuencia.

Así, pues, ese mandato constitucional de que el Estado agotaría todos los medios necesarios para hacer posible que la tierra se revirtiera de nuevo en manos cubanas, se cumple con esta Ley.

Nuestra patria recobra la tierra perdida, y la recobra para nuestros hermanos, para nuestros hijos, que no tienen trabajo, que no tienen tierra.

Así, pues, toda la Ley es un compendio de las necesidades, de las ansias y de las aspiraciones de nuestra patria, que perjudica a una parte absolutamente minoritaria, y que siempre esa parte absolutamente minoritaria ha estado disfrutando de enormes riquezas, ha estado disfrutando de enormes beneficios. La Revolución no les priva de toda su riqueza. La Revolución les permite seguir explotando una parte importante de sus riquezas, la necesaria extensión para lograr un estándar de vida. Y lo hace… (Interrupción en la transmisión.)

Así, con la Reforma Agraria se inicia para nosotros un trabajo de extraordinaria responsabilidad. Contamos con recursos económicos para ello, contamos con el resultado unánime de la nación, contamos con el entusiasmo de nuestros técnicos, de nuestros profesores universitarios, de nuestros estudiantes de agronomía, de veterinaria y, en fin, de todas las materias que se relacionan con la Reforma Agraria. Marchará esta a paso firme, construyendo sobre bases seguras y con el criterio de ir haciéndolo absolutamente todo sin anarquizar la producción, sin paralizar la producción, sin improvisar medidas, sino irlas tomando una por una, que es la forma de avanzar más rápido y con el mayor éxito.

El haber decretado la Ley Agraria no significa, por supuesto, que nadie tenga derecho a lanzarse sobre la tierra, que nadie tenga derecho a distribuirse la tierra por su cuenta; no significa que sea abrir las puertas del desorden ni mucho menos, sino que ahora, con más razón que nunca —puesto que ahora vamos a trabajar y a trabajar sistemáticamente y a trabajar ordenadamente—, es necesaria la más absoluta disciplina.

Es necesario que nadie se deje arrastrar por la idea egoísta de querer apropiarse de las cosas en beneficio exclusivamente personal, y apropiarse sin autorización y sin la intervención del Instituto Nacional de la Reforma Agraria. Porque está vigente la Ley que fue necesario dictar, en el sentido de que aquellos que se apropiasen de la tierra por su propia cuenta y sin autorización de los organismos correspondientes, y de acuerdo con la Ley Agraria, perderían el derecho a los beneficios de la misma.

Hacemos esta advertencia para evitar que el entusiasmo lleve a nuestros campesinos a cometer errores, para evitar que el ansia de la tierra —en este momento en que está más próxima de cumplirse que nunca— lleve a nuestros campesinos a extralimitarse. Que deben esperar, que nosotros nos dedicaremos a la tarea de organizar urgentemente el Instituto y a aplicar los planes de reforma que tenemos estudiados cuidadosamente… (Interrupción en la transmisión) y que ahora empieza la reforma.

Hay ya varias cooperativas organizadas, y varias cooperativas más organizándose en las tierras recuperadas de los colaboradores de la tiranía. Los trabajos de desecación de la Ciénaga de Zapata, por ejemplo, hace rato que se están adelantando. Y en fin, que se viene trabajando intensamente.

La aprobación de la ley y la creación del Instituto significa solo que ahora el trabajo se hará más técnico, más intensamente y más organizadamente.

En fin, que crearemos un organismo técnico, absolutamente técnico, y con la participación de nuestros hombres más competentes para llevar adelante esta obra. Conceder no solo tierras, sino, equipos de labranza, tener asistencia técnica, orientación hacia el cultivo económico a que deben dedicar esas tierras, estudios científicos de las mismas, métodos más modernos de cultivo, abono. En fin, convertir este país en lo que puede y debe ser. De manera que, de acuerdo con los preceptos de la reforma, dentro de dos años no quede una sola pulgada de terreno sin estar en explotación y sin estar dedicada no a cualquier tipo de explotación, sino a la mejor explotación económica, a aquellos productos que puedan venderse porque tengan el mercado seguro, a aquellos productos que permitan no solo la satisfacción de las necesidades diarias, sino la obtención de ingresos familiares que permitan a nuestras familias convertirse en consumidores —que no lo son actualmente—, que permitan a nuestros campesinos —que constituyen aproximadamente la mitad de la población— ­convertirse en consumidores —que no lo son actualmente.

Y así, la medida de la Reforma Agraria debe marchar parejo, con todas las demás medidas de la Revolución, en cada una de las cuales nos esmeraremos cada día más, los beneficios de cada una de las cuales se verán cada día más, no solo en el llano sino aun en estos apartados rincones de la Sierra Maestra, donde ya se levantan las gigantescas cooperativas de consumo, donde ya se disponen los créditos para comenzar a adelantar desde ahora mismo créditos a los campesinos.

Y así, comenzando por la Sierra Maestra, que fue el lugar más destruido por la guerra, el que más sufrió en la guerra, y que es sin lugar a dudas la zona del campo más pobre de Cuba, por no haberse podido desarrollar económicamente, por ser los que están en peor situación económica; a las familias de la Sierra Maestra que se dedican a la agricultura, que poseen algunas parcelas dedicadas a distintos cultivos, se dedicará de inmediato un millón de pesos para créditos, que recibirán a un interés solo del 4%, a pagar en dos años. Crédito que es simplemente para empezar.

Y así, siendo hoy domingo, ya para fines de esta semana se pueden dirigir a la oficina de la Asociación de Tiendas del pueblo, en Estrada Palma, llevando no otra cosa que el informe de la persona responsable de los barrios, de las personas más conocidas del barrio, que garanticen su seriedad e indiquen la dedicación, el cultivo a que se dedican, y brinden los informes, a fin de hacer les de inmediato efectivos los créditos, de forma que no tengan que gastar en escrituras, que no tengan que gastar en documentos. Y con la simple referencia comprobada de personas conocidas y serias que garanticen a cada una de las familias, se les faciliten los créditos, sin otro trámite en los casos necesarios que una previa investigación. En muchos casos no será necesario, porque precisamente los hombres que están prestando ese servicio de crédito agrícola son personas de esta zona, que conocen al campesinado.

Así, pues, las medidas se empezarán a recibir de inmediato, así como también de inmediato comenzarán los agrimensores a trabajar, y comenzarán a extenderse por todas estas tierras del Estado, conforme a la Ley, los títulos de propiedad, así como también en aquellas tierras que aunque no sean del Estado están comprendidas dentro del mínimo vital que señala la Ley de Reforma Agraria.

Los beneficios, pues, llegarán a los más apartados rincones de la Sierra Maestra. Ya está en construcción la carretera que va desde Santiago a Pilón, que tendrá un gran valor turístico; mientras, se proyecta otra carretera que va de Estrada Palma a la costa, a juntarse con la anterior y pasando junto al Turquino, brindándole la oportunidad al pueblo y a los extranjeros de conocer estos lugares históricos, donde se libraron más de 100 combates por la liberación de nuestra patria y para el triunfo de una Revolución que cumple sus promesas y que con tanta devoción se está dedicando a servir a su pueblo.

Así, pues, la Revolución, pese a los obstáculos iniciales, pese a la desventaja de que tuvimos que asumir la responsabilidad de un gobierno, reconstruir la administración pública con muchos jóvenes e inexpertos, comienza ya a exhibir sus logros, comienza ya a hacer evidentes sus frutos.

Y estimamos que el primero de enero de 1960, al cumplirse el primer aniversario, serán muchas las cooperativas organizadas y en plena producción, serán muchas las escuelas levantadas, serán muchas las casas repartidas, serán muchas las familias que habrán alcanzado directamente los beneficios directos de nuestras medidas. Y será entonces la ocasión de medir lo que se está haciendo hoy y lo que estamos adelantando.

No quiere esto decir que estemos satisfecho, o que no podíamos haber hecho más, o que no podemos hacer más.

Esperamos poder hacer más, porque nunca debemos darnos por satisfechos, sobre todo cuando se tiene certeza de que somos humanos, y que los humanos somos imperfectos, que los humanos cometemos errores, y que eso no importa si se tiene el propósito de ser cada vez mejores, de hacer cada vez mejores nuestras obras, de cumplir cada vez más eficazmente con nuestro deber.

No es necesario hablar más, puesto que la Ley habla por sí sola, y puesto que esperamos que en los días venideros tengamos muchas ocasiones para hablar de ella.

Deseamos solo que todos los cubanos, sin excepción, la acaten como una medida justa y que brinda extraordinarios beneficios a nuestra patria. Expresar nuestra satisfacción por usar esta tribuna de Radio Rebelde; Radio Rebelde desde el campamento de la Comandancia General del Ejército Rebelde, donde tuvo su sede durante la guerra, y Radio Rebelde desde la capital de la República, donde tiene hoy su sede.

En tantos actos como hemos tenido que participar en los últimos meses, desde tantas tribunas como hemos hablado, ninguna como esta: esta tribuna de la libertad; esta tribuna que llevó la orientación al pueblo en medio de la noche oscura de la censura; esta tribuna que llevó la esperanza al pueblo en medio del escepticismo y la adversidad; esta tribuna erigida en el escenario donde comenzó la guerra, donde se libró la primera batalla victoriosa un día 17, por cierto el 17 de enero de 1957; este escenario donde se libró la batalla decisiva de la guerra, por cuanto fue en ocasión de aquellos días tristes y escépticos que siguieron al mes de abril cuando la tiranía lanzó contra nosotros sus mejores y más selectas tropas, y además las que estaban mejor armadas, con los oficiales considerados más competentes, y cuyo empeño fue fundamentalmente tomar este campamento, destruir esta emisora, que en aquella ocasión —abandonando las tácticas de movimientos y las técnicas de guerrilla— nos atrincheramos para defenderla, porque comprendimos la importancia que tenía Radio Rebelde para el pueblo. Y no solo la defendimos con éxito, sino que logramos la total destrucción del enemigo, que abandonó la Sierra Maestra con más de 1 000 bajas, dejando en nuestras manos las armas que hicieron posible el avance de nuestras gloriosas y heroicas columnas en distintas direcciones del territorio nacional. Y desde aquí partieron también las consignas de guerra. Y desde aquí partió también la Columna Uno en la ofensiva final, que concluyó, junto con el esfuerzo de las demás columnas rebeldes, en la victoria completa del primero de enero.

Hablar, pues, desde esta tribuna para nosotros constituye un motivo de profunda emoción, que viene a sumarse a todas las emociones que en el día de hoy hemos recibido.

Así, pues, abandonamos de nuevo estos estudios con la satisfacción infinita de haber cumplido una promesa más, de haber contribuido a hacer posible el bienestar de millones de compatriotas que han estado sufriendo en el abandono y en el olvido, y que fueron los que en el 68, en el 95 y en esta última gesta libertadora hicieron los mayores sacrificios.

Era necesario escribir, de una vez y para siempre en nuestra limpia estrella solitaria, aquella fórmula del Apóstol de que la patria era de todos y para el bien de todos (APLAUSOS).

EL DUARTE DE MIGUEL NÚÑEZ

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