Camille Chalmers
economista y activista haitiano: “Haití
siempre ha sido un mal ejemplo para
determinados intereses”
Haití, la nación más pobre de América. Una de las
más desiguales del mundo. Un pueblo que se muere
de hambre. Camille Chalmers, que es haitiano, economista,
docente universitario y militante político en
su país, se queja de esas frases repetidas. Asegura
que es lo único que se dice o se sabe sobre Haití y
lo atribuye al aislamiento que padece esta nación
caribeña.
Así, para Chalmers, se conocen poco -o
se ocultan- las razones de fondo que explican la
verdadera crisis social, política y económica haitiana.
Mucho menos, se habla de las responsabilidades
que, sobre esta realidad, tiene la actuación de la
Misión de Estabilización de las Naciones Unidas en
Haití (Minustah), que ya lleva once años en el país.
Charlmes asegura que esta operación militar en
la que participan 39 naciones (incluida la Argentina)
es funcional a los objetivos geoestratégicos y militares
estadounidenses, con la implantación de una
base militar en el Caribe, cubierta por el manto de
la ayuda humanitaria.
En esta entrevista, este miembro del partido
haitiano Raíces Campo del Pueblo explica la puja
de intereses que dominan el paisaje político local
y regional, y enumera los desafíos de esta nación
caribeña, que llevó a cabo la primera revolución de
América Latina, una de las más radicales hecha por
negros esclavos.
A cinco años del terremoto, ¿cómo describe
el panorama social y político de su país?
Hace tres décadas se desarrolla un enfrentamiento
entre dos modelos de país. Uno es el proyecto del
movimiento social y popular, el que derrocó a la dictadura
de Jean-Claude Duvalier en 1986.
Éste tiene el
economista y activista haitiano: “Haití
siempre ha sido un mal ejemplo para
determinados intereses”
Camille Chalmers
objetivo de construcción de un país democrático, que
transforme las actuales estructuras de desigualdad,
opresión, exclusión y dominación que fueron conformadas
desde 1915, con la primera intervención
militar de EEUU. Frente a esto, se contrapone el
proyecto del imperialismo norteamericano, sumado
al de otros imperialistas y a la oligarquía haitiana,
quienes intentan mantener el status quo. Para ello,
se perpetraron tres grandes intervenciones militares:
en 1994, con el regreso de Jean-Bertrand Aristide;
en 2004, con el establecimiento de la Minustah; y en
2010, con la excusa de terremoto.
¿Cuál es la situación de los movimientos
sociales?
En todo ese período, se propició un proceso de
corrupción de las organizaciones populares, de
cooptación e instrumentalización del movimiento, especialmente, mediante el accionar de una ola de
ONG provenientes de EEUU y de Europa que se instalaron
en el país. Pero, aunque lograron desviarlo
de gran parte de sus grandes objetivos, no pudieron
frenar el movimiento social, que sigue en pie.
El actual presidente Michel Martelly terminará
su mandato este año.
¿Qué balance
hace de la gestión?
Martelly accedió al poder mediante un proceso
fraudulento y manipulado, sumado a una muy baja
participación del electorado. El presidente representa
a lo más atrasado de la oligarquía haitiana.
Formó parte de las fuerzas conservadoras locales
muy ligadas a EEUU que perpetraron el golpe contra
Jean-Bertrand Aristide. Martelly está entre quienes
quieren mantener el status quo de la brutal desigualdad
en la distribución de los ingresos. Además,
ha gobernado negando la Constitución de 1987,
hija de todo el proceso previo de luchas democráticas.
Durante todo su mandato, no convocó a
elecciones legislativas, ni de ningún tipo. Creó una
situación de vacío político e institucional muy grave.
Pero no es casual, forma parte del plan de retroceso
político para anular conquistas democráticas.
Durante estos últimos cuatro años, el gobierno de
Martelly ha sido aplaudido por EEUU, Francia y toda la
llamada comunidad internacional, representado en
el país por la Minustah. Este hecho refleja la fuerte
alianza entre las fuerzas conservadoras locales e
internacionales.
MODELO PARA ARMAR
Usted mencionó dos modelos de país. ¿Cómo
describe sus diferencias?
Con las organizaciones sociales, trabajamos para la
construcción de una alternativa que rompa totalmente
con el modelo social y económico totalmente
dependiente y donde el rol principal de Haití en la
división internacional del trabajo es suministrar mano
de obra barata a la industria capitalista regional. Los
haitianos y haitianas se ven obligados a trabajar en
otros países en condiciones pésimas. Se trata de un
modelo capitalista raquítico, caracterizado por una
violenta exclusión de las masas. Así, se constituyó
un Estado que funciona sobre esa exclusión y que
sirve a los intereses de una capa oligárquica muy
limitada.
El grueso del país está totalmente afuera de
los servicios educativos, de salud pública, etcétera.
Un Estado neocolonial constituido en la contrarrevolución
y alimentado por el permanente racismo
contra Haití, que siempre ha sido visto como un mal
ejemplo. Frente a esto, tenemos que generar nuevas
relaciones de producción y un nuevo modelo cultural.
Si la pobreza es funcional al actual modelo,
¿cómo impactó el terremoto registrado
en 2010?
Estimuló la fabricación de pobreza y, por lo tanto,
la hemorragia permanente de mano de obra. Cabe
destacar que uno de los grandes legados de la revolución
antiesclavista fue que la tierra quedó en
manos de los campesinos. Por ello, en la actualidad,
una de las ofensivas más importantes es el intento de
quitarles la tierra a los campesinos para transferirla
a las multinacionales. Se aprovechan de Martelly y
de la coyuntura post sismo. Después del terremoto,
se observa una penetración y avance del capital
sobre todo en áreas económicas como la minería, el
turismo de lujo, las exportaciones agrícolas, así como
la constitución de una zona franca. Respecto de la
minería, se confirmó que en Haití hay yacimientos
muy importantes de metales como el oro y la plata,
entre otros. Actualmente, en el norte del país, nueve
empresas están instalando industrias mineras.
¿Y cuál es la situación de la industria del
cultivo de arroz? El ex presidente estadounidense
Bill Clinton hizo un mea culpa
sobre la destrucción de esta actividad en
Haití.
Sí, su gobierno impuso a Haití bajar los aranceles
de importación del arroz estadounidense, pero
cuya producción local sí estaba y está subvencionada.
Actualmente, se siguen aplicando las mismas
políticas neoliberales que llevaron a la quiebra a la
industria del arroz en mi país, lo que implica un sabotaje
permanente al modelo de vida campesino y
que socaba toda chance de soberanía. En la década
del 70, Haití autoabastecía su consumo de arroz,
producto esencial en la dieta nacional. En cambio,
actualmente, importa el 82% de EEUU. Para peor, es
un arroz de baja calidad en comparación al nuestro.
Por otro lado, la invasión de productos alimentarios
importados ocurre en un contexto donde el hambre
aumenta. Tenemos 3,8 millones de habitantes, de un
total de diez, en situación de inseguridad alimentaria,
cuando existen reservas de productividad muy
importantes en la economía campesina.
Actualmente, ¿la industria textil es el principal
generador de divisas?
Sí, casi el 80% de los ingresos de divisas proviene de
esa actividad. El resto se completa con café, un poco
de mango, cacao y artesanías. Además, el país recibe
casi dos mil millones de dólares de transferencias
por remesas de la diáspora haitiana.
¿Qué rol geoestratégico considera que
juega actualmente el Caribe?
No es casual que en la región esté el ejército francés,
el británico, el holandés, el norteamericano, entre
otros.
Y, ahora, también está la presencia de China
con la construcción del canal interoceánico. Así que
hay una concentración de fuerzas impresionante para
unas pequeñas islas. Ocurre que además de ser un
punto geográfico clave para el comercio global, el
Caribe tiene recursos naturales muy importantes,
una notable biodiversidad, incluso en Haití a pesar
de la deforestación masiva que ha sufrido. Por otro
lado, el Caribe presenta dos grandes proyectos
contestatarios, que son Cuba y Venezuela. Y, si se
observa el mapa, Haití está exactamente ubicado
entre ambos países.
¿Le gustaría que Haití adoptara un modelo
de características similares al venezolano,
por ejemplo?
No creo que un país pueda copiar modelos, más bien
debe inventar el propio. Pero, sí podemos inspirarnos
en algunos éxitos y elementos muy interesantes del
modelo bolivariano en Venezuela. Haití integra el
Petrocaribe y eso explica que no haya un desplome
de su sistema financiero. Y con Cuba tenemos una
cooperación muy interesante y fructífera.
EL ROL DE LA MINUSTAH
Usted tiene una posición muy crítica respecto
de la Minustah. ¿Cómo la explica?
¿Cuál es el balance?
El balance es totalmente negativo. Ninguno de los
objetivos de la Minustah, establecidos en la resolución
de la ONU, se cumplió. La ocupación militar
empeoró, en todos sus aspectos, la crisis institucional
del país. Actualmente, hay nuevas formas de inseguridad
ciudadana que están muy ligadas al tráfico de
drogas, cuyo flujo por el país ha aumentado entre
2004 y 2015 a pesar del sofisticado equipamiento
de control que tiene la Minustah. Sin ir más lejos,
el 12 por ciento de la cocaína que consume EEUU
transita por la isla, lo que da un indicio de la connivencia
y del peso del sabotaje a las instituciones
democráticas. Por otro lado, la Minustah participó de
las maniobras fraudulentas para imponer a Martelly.
Y la gente perdió la confianza en el sistema electoral.
Asimismo, esa fuerza militar no hace nada frente a
las permanentes violaciones a los derechos humanos
que padecen los haitianos en la frontera.
¿Se refiere a cuando son repatriados por
República Dominicana?
Sí, muchos son deportados sin respeto por su dignidad
humana, mientras que la Minustah, presente
la frontera, ni siquiera emite un comunicado. Pero
no todo termina ahí. Miembros de la Minustah protagonizan
ciclos permanentes de violaciones contra
mujeres, niños y niñas haitianos. Uno de los casos
más conocidos fue el cometido por tropas uruguayas.
O las violaciones sistemáticas de mujeres de una
favela por parte de 118 soldados de Sri Lanka, que
cuando regresaron a su país no fueron sometidos a
ningún proceso judicial. También, hay que recordar
que, en un comienzo, los militares de la Minustah
se instalaron en universidades y liceos, desalojando
a los alumnos que no pudieron seguir sus estudios.
El ejército brasileño ocupó un campus universitario
durante más de cinco años, en un país que tiene un
déficit de infraestructura universitaria. Entonces,
en Haití impera una cultura de la impunidad, que
tuvo su expresión más caricaturesca y trágica con la
propagación del cólera, cuya responsabilidad recae
en el conjunto de la Minustah.
“El Caribe tiene recursos
naturales muy importantes,
una notable biodiversidad, incluso
en Haití a pesar de la deforestación
masiva que ha sufrido”
2015
iDeAL
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¿Qué opina de la participación de países de
América Latina en la Minustah?
Es una vergüenza y es muy doloroso. Se observa una
complicidad con la dominación imperialista y es una
consecuencia de los límites políticos e ideológicos
de esos gobiernos latinoamericanos. Porque EEUU
necesitaba nuevas formas de presencia militar en la
región, pero sabía que era muy difícil justificar una
invasión de tropas norteamericanas. Entonces, se
justificó la operación con el lenguaje manipulador
de la ayuda otorgada por una fuerza multilateral de
39 países, que dicho sea de paso es más económica.
Aunque la comandancia está en manos Brasil, los
oficiales del Norte juegan un papel decisivo en el
Estado Mayor. En este contexto, influye el aislamiento
de Haití. La gente no sabe qué está pasando en el
país. La única imagen conocida es muy negativa, la
de un pueblo que se está muriendo de hambre.
La
propaganda oficial instala la idea de que las tropas
realizan un trabajo humanitario, lo cual es totalmente
falso. Esto no podría ocurrir en ninguno de los países
de la región porque hay mucho más conocimiento y
flujo de información.
Usted mencionó la frontera. ¿Cómo es la
relación con República Dominicana, en
momentos en que su gobierno planea deportar
a miles de haitianos?
A pesar de que en estos últimos años ha habido actos
de racismo preocupantes, entre los dos pueblos
predominan relaciones de amistad, de convivencia.
Pero las oligarquías de ambos países siempre trabajan
para crear enemistad.
De hecho, en República Dominicana
el racismo anti haitiano es parte del discurso
público de la clase dirigente. El actual presidente,
Leonel Fernández, sigue esta línea al igual que lo
hicieron los ex mandatarios Joaquín Balaguer y Rafael
Trujillo. En este momento, estamos viviendo una
situación inusual y escandalosa. En 2013, el Tribunal
Constitucional del país vecino decidió desnacionalizar
a 250 mil dominicanos de origen haitiano, es decir,
hijos de haitianos pero que nacieron en República
Dominicana. Actualmente, pesa sobre ellos la amenaza
de expulsión. Hay que tener cuidado que esto
no sea otra estrategia de desestabilización del proceso
electoral que se avecina en Haití. Porque hay
muchas fuerzas internas y externas que prefieren
ir a un periodo de transición para poder cambiar el
régimen político y la Constitución del 87 en vez de
llamar a elecciones.
Recientemente, el presidente de Francia,
François Hollande, visitó Haití y prometió
ayudar a su ex colonia gala. Sin embargo,
muchos haitianos esperan el reembolso
de la deuda que el país contrajo hace dos
siglos para obtener su independencia. ¿En
qué medida es posible?
Desde el punto de vista jurídico se puede avanzar en
el reclamo. Tras la independencia, Francia impuso a
Haití una deuda de 150 millones de francos oro que
tuvo que pagar durante 100 años y significaba el 68
% del presupuesto anual del Estado. Se trató de una
suerte de indemnización que se le dio a los antiguos
dueños de esclavos y plantaciones. Y como en Francia
la esclavitud está declarada como crimen contra
la humanidad es una causa que no prescribe. Por
tanto, Haití tiene derecho a reclamar. Sin embargo,
no es fácil. Dependerá de la correlación de fuerzas
políticas. Sin duda, todo esto tuvo consecuencias
nefastas para el desarrollo del país
Notas
I
Lista completa disponible en http://forodesaopaulo.org
II Para el caso brasileño, ver por ejemplo Calixtre, André B., Nas fronteiras da desigualdade brasileira, FES Brasil III CEPAL.
Panorama Fiscal de América Latina y el Caribe 2015: Dilemas y espacios de políticas
IV Lima, Maria Regina Soares. Relações Interamericanas: a nova agenda sul-americana e o Brasil. Lua Nova, São Paulo, 90, 2013 V Ver por ejemplo Fiori, José Luis. Multipolar, contraditória e beligerante. Carta Maior, 21/08/2014.
Desde la Fundación IDEAL (Izquierda Democrática en América Latina)
queremos dedicar este primer número de la revista a Hugo Chávez,
Nestor Kirchner y Lula Da Silva, arquitectos junto a Fidel Castro y los
pueblos de Nuestra América del proceso de integración latinoamericana
y caribeña, a 10 años de la derrota del ALCA en Mar del Plata
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