MORAL Y LUCES

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jueves, 25 de mayo de 2017

La Unidad Cívico Militar en Venezuela entren en acción!!!

Venezuela sumida en la guerra civil
Por: Atilio Borón

Sectores de la oposición generan violencia en Venezuela. Foto: Archivo.

Sectores de la oposición generan violencia en Venezuela.

Desgraciadamente ahora le toca hablar a las armas, antes de que, como dijera en su tiempo Simón Bolívar, el chavismo tenga que reconocer que también él ha “arado en el mar” y que toda su esperanzadora y valiente empresa de emancipación nacional y social haya saltado por el aire y desaparecido sin dejar rastros. No hay que escatimar esfuerzo alguno para evitar tan desastroso desenlace. 

Siguiendo el guion pautado por los expertos y estrategos de la CIA especializados en desestabilizar y demoler gobiernos, en Venezuela la contrarrevolución produjo un “salto de calidad”: del calentamiento de la calle, fase inicial del proceso, se pasó a una guerra civil no declarada como tal pero desatada con inusual ferocidad. 

Ya no se trata de guarimbas, de ocasionales refriegas o de violentos disturbios callejeros. Los ataques a escuelas, hospitales infantiles y maternidades; la destrucción de flotas enteras de autobuses; los saqueos y los ataques a las fuerzas de seguridad, inermes con sus cañones de agua y gases lacrimógenos ante la ferocidad de los mercenarios de la sedición y el linchamiento de un joven al grito de “chavista y ladrón” son síntomas inequívocos que proclaman a los gritos que en Venezuela el conflicto ha escalado hasta convertirse en una guerra civil que ya afecta a varias ciudades y regiones del país. Si algo faltaba para caer en cuenta de la inédita gravedad de la situación y de la determinación de las fuerzas sediciosas de consumar sus designios hasta sus últimas consecuencias el emblemático incendio de la casa natal del Comandante Hugo Chávez Frías pone doloroso fin a cualquier especulación al respecto.

Sería ingenuo y suicida pensar que la dinámica de este enfrentamiento, concebido para generar una devastadora crisis humanitaria, puede ser otra cosa que el prólogo para una “intervención humanitaria” del Comando Sur de Estados Unidos. Esta amenaza exige de parte del gobierno bolivariano una respuesta rápida y contundente, porque a medida que pase el tiempo las cosas irán empeorando. El patriótico y democrático llamado del presidente Nicolás Maduro a una Constituyente sólo sirvió para atizar la violencia y el salvajismo de la contrarrevolución. La razón es bien clara: esta no quiere una solución política de la crisis que ella misma ha creado. Lo que pretende es profundizar la disolución del orden social, acabar con el gobierno chavista y aniquilar a toda su dirigencia, propinando un brutal escarmiento para que en los próximos cien años el pueblo venezolano no vuelva a tener la osadía de querer ser dueño de su destino. Los intentos de acordar con un sector dialoguista de la oposición fracasaron por completo. No por falta de voluntad del gobierno sino porque, y esa es la ominosa realidad, la hegemonía de la contrarrevolución ha pasado, en la coyuntura actual, a manos de su fracción terrorista y esta es comandada desde Estados Unidos. En Venezuela se está aplicando, con metódica frialdad y bajo el permanente monitoreo de Washington, el modelo libio de “cambio de régimen”, y sería fatal no tomar conciencia de sus intenciones y sus consecuencias.

El gobierno bolivariano ha ofrecido en innumerables ocasiones el ramo del olivo para pacificar al país. No sólo su oferta fue desechada sino que la derecha golpista escaló sus actividades terroristas. Ante ello, la única actitud sensata y racional que le resta al gobierno del presidente Nicolás Maduro es proceder a la enérgica defensa del orden institucional vigente y movilizar sin dilaciones al conjunto de sus fuerzas armadas para aplastar la contrarrevolución y restaurar la normalidad de la vida social. Venezuela es objeto no sólo de una guerra económica, una brutal ofensiva diplomática y mediática sino que, ahora, de una guerra no convencional que ha cobrado más de medio centenar de muertos y producido ingentes daños materiales. “Plan contra plan”, decía Martí. Y si una fuerza social declara una guerra contra el gobierno se requiere de éste una respuesta militar. El tiempo de las palabras ya se agotó y sus resultados están a la vista.

Y esto es así porque lo que está en juego no sólo es la Revolución Bolivariana; es la misma integridad nacional de Venezuela la que está amenazada por una dirigencia antipatriótica y colonial que se arrastra en el estiércol de la historia para implorar al jefe del Comando Sur y a los mandamases de Washington que acudan en auxilio de la contrarrevolución. Si esta llegara a triunfar, ahogando en sangre al legado del Comandante Chávez, Venezuela desaparecería como estado-nación independiente y se convertiría, de facto, en el estado número 51 de Estados Unidos, apoderándose mediante esta conspiración de la mayor riqueza petrolera del planeta. Sería ocioso detenernos a elaborar el tremendo retroceso que tal eventualidad tendría sobre toda Nuestra América. Queda muy poco tiempo, días apenas, para erradicar esta mortal amenaza.

La absoluta y criminal intransigencia de la oposición terrorista cierra cualquier otro camino que no sea el de su completa y definitiva derrota militar. Desgraciadamente ahora le toca hablar a las armas, antes de que, como dijera en su tiempo Simón Bolívar, el chavismo tenga que reconocer que también él ha “arado en el mar” y que toda su esperanzadora y valiente empresa de emancipación nacional y social haya saltado por el aire y desaparecido sin dejar rastros. No hay que escatimar esfuerzo alguno para evitar tan desastroso desenlace.


domingo, 10 de abril de 2016

En Venezuela parece que el Imperio no se saldrá con la suya

Ignacio Ramonet valora lucha por igualdad social de la Revolución Bolivariana Nacional

Ignacio Ramonet. Foto: Archivo de Cubadebate
Ignacio Ramonet. Foto: Archivo de Cubadebate


El periodista español Ignacio Ramonet destacó la noche de este sábado la fuerza política del presidente de la República Bolivariana de Venezuela, Nicolás Maduro, que resiste con dignidad las embestidas del imperio.

“Usted está dando el ejemplo precisamente como líder de una Revolución que se mantiene contra vientos y mareas; a pesar de todas las dificultades subjetivas y objetivas, usted sigue llevando a cabo este proyecto”, manifestó Ramonet quien se en encuentra en Venezuela para participar en el XII Encuentro Internacional de la Red de Intelectuales y Artistas en Defensa de la Humanidad, denominado Venezuela en la Encrucijada, Nuevos Tiempos, Nuevos Desafíos.

Desde la Universidad Nacional Experimental de la Seguridad (Unes), en Caracas, donde el Presidente Nicolás Maduro instaló el Congreso de la Patria capítulo Educación, el periodista español mencionó que las fuerzas revolucionarias que se levantan en París y en otras ciudades de Francia fundamentan sus estudios en los procesos de América Latina.

Agregó que es precisamente el legado del comandante de la Revolución Bolivariana, Hugo Chávez, y la resistencia que ha mantenido desde hace tres años el Presidente Maduro y su Gobierno, junto al pueblo, lo que alimenta el proyecto revolucionario de esas nueva fuerzas que se levantan en el mundo.

“Son noches de discusiones, conversaciones y debates (donde) se cita enormemente a toda América Latina, los procesos latinoamericanos, se cita al Presidente Chávez y se cita también su propia experiencia, Presidente (Maduro), se recuerda cómo lo están hostigando y cómo usted está resistiendo desde hace tres años”, mencionó el periodista, al tiempo en que recordó que esas arremetidas se soportan además sobre una intensa campaña de desinformación fomentada por las corporaciones mediáticas del mundo.

Ramonet indicó que el plan mediático muestra al mundo una realidad distinta de Venezuela, donde los derechos sociales del pueblo son garantizados y protegidos por el Gobierno bolivariano. “La política que usted está llevando a cabo sin ceder un ápice en los objetivos sociales de la Revolución, a pesar de las dificultades, esto es muy entusiasmante, es un ejemplo para el mundo”, dijo.

Ante esa realidad, le “traigo el mensaje de solidaridad, de amistad de tantos europeos que le dicen, Presidente, no solo ‘no se rinda’ sino que estamos aquí con usted para combatir hasta donde haga falta”, reiteró Ramonet.

(Tomado de Agencia Venezolana de Noticias)

domingo, 13 de diciembre de 2015

Venezuela, infinita mirada

“(…) y sin sacudirse el polvo del camino, no preguntó dónde se comía ni se dormía, sino cómo se iba adonde estaba la estatua de Bolívar”, quizás sea este conocido relato de José Martí, escrito en La edad de oro, lo primero que conocí de Venezuela. A más de un siglo del paso del más universal de los cubanos estoy parado en la Plaza Bolívar, delante de la misma estatua, en el corazón del casco histórico de la capital venezolana. Este es el punto inicial de “Venezuela, infinita mirada”, una serie de crónicas fotográficas que intentará describir durante unos días la cotidianidad de este hermano país y sus panas. Comenzamos viaje.
“Cuentan que un viajero llegó un día a Caracas al anochecer, y sin sacudirse el polvo del camino, no preguntó dónde se comía ni se dormía, sino cómo se iba adonde estaba la estatua de Bolívar”. José Martí. Foto: Kaloian/Cubadebate.
"Chávez no se murió, Chávez no se murió, Chávez vive en el pueblo...", reza un cántico popular. Mural en un barrio popular de Caracas.
“Chávez no se murió, Chávez no se murió, Chávez vive en el pueblo…”, reza un cántico popular. Mural en un barrio popular de Caracas. Foto: Kaloian/Cubadebate.
Venezuela es el país con la mayor mezcla racial en América.
Venezuela es el país con la mayor mezcla racial en América. Foto: Kaloian/Cubadebate.
En la calle puede disfrutarse de un buen café venezolano.
La chicha criolla, una de las bebidas más típicas de Venezuela. Está hecha a base de leche de vaca y arroz, un poco espesa y dulce. Foto: Kaloian/Cubadebate.
Cerro La Planicie, Caracas.
Cerro La Planicie, Caracas. Foto: Kaloian/Cubadebate.
Impronta bolivariana. Foto: Kaloian Santos Cabrera.
Impronta bolivariana. Foto: Kaloian Santos Cabrera.
El dominó es uno de los esparcimientos más populares.
El dominó es uno de los esparcimientos más populares. Foto: Kaloian/Cubadebate.
Las paredes hablan. Foto: Kaloian Santos.
Las paredes hablan. Foto: Kaloian/Cubadebate.
Barbería al aire libre.
Barbería al aire libre. Foto: Kaloian/Cubadebate.
Uno de los barrios de la Gran Misión Vivienda Venezuela, que lleva ya casi un millón de casas entregadas en todo el país y la meta es alcanzar las 3 millones.
Uno de los barrios de la Gran Misión Vivienda Venezuela, que lleva ya casi un millón de casas entregadas en todo el país y la meta es alcanzar las 3 millones. Foto: Kaloian/Cubadebate.
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Músico popular tocando el cuatro venezolano o llanero, instrumento tradicional.Foto: Kaloian/Cubadebate.
Siempre hay tiempo para una buena siesta.
Siempre hay tiempo para una buena siesta. Foto: Kaloian/Cubadebate.
En la calle puede disfrutarse de un buen café venezolano,
En la calle puede disfrutarse de un buen café venezolano.Foto: Kaloian/Cubadebate.





Venezuela, infinita mirada (II)

Los ojos del Comandante Hugo Chávez miran desde otros ojos en ciudades y pueblos venezolanos, hechos esténcil, grafiti, mural, mosaico, camisetas y cuanto recurso gráfico pueda imaginarse. Esa mirada inspiradora del líder popular es la misma huella que me interpela en mi paso este país y su revolución bolivariana. Y es sabido el alma de un pueblo habla a través de los ojos de sus hijas e hijos.
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Vea la primera parte de esta entrega: Venezuela, infinita mirada

Venezuela, infinita mirada (III)

Aragua fotos Kaloian-3Va cayendo la tarde. Llego al asentamiento campesino La Natividad, en el municipio Francisco Linares Alcántara, en el estado venezolano de Aragua. Piso la tierra y mi mirada se pierde en el horizonte, entre las montañas. Quedo tan absorto con la luz que apenas me percato de que estoy en medio de un surco y de que, por mi lado, pasan hombres y mujeres camuflados de bejucos. Son campesinos en plena cosecha de caraota, esa misma legumbre a la que los cubanos llamamos frijoles.
Me encuentro en tierras que estaban en desuso hasta hace no mucho tiempo y que el gobierno bolivariano intervino para cederlas –con títulos de propiedad– a familias campesinas. Esta reforma agraria incluyó, además, maquinarias agrícolas financiadas por el Consejo Federal de Gobierno, un organismo compuesto por los Poderes Municipales, Estadales y Nacionales de la República Bolivariana de Venezuela.
Me cuentan que aquí en La Natividad en lo que va de año ya han cosechado 15 mil kilos de caraota. Importante, si tenemos en cuenta además que es uno de los alimentos básicos y populares en la mesa de los venezolanos. Pero la apuesta por apoyar un nuevo modelo socioproductivo y regional no termina ahí: Tareck El Aissami, Gobernador del estado Aragua, acaba de anunciar un fondo especial de 100 millones de bolívares para la producción agrícola en 2016.
Así se va generando un nuevo modelo productivo en todo el país ante el desabastecimiento de insumos en medio de una guerra económica y la caída sistemática de los precios del petróleo (fuente fundamental de la economía venezolana) que pasaron desde los 100 dólares por barril hasta menos de 40 dólares.
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Vea las entregas anteriores de esta serie:

viernes, 11 de diciembre de 2015

Mensaje de Fidel a Nicolás Maduro

Por: Fidel Castro Ruz


Fidel Castro y Nicolás Maduro. Foto: Archivo de Cubadebate / Estudios Revolución
Fidel Castro y Nicolás Maduro. Foto: Archivo de Cubadebate / Estudios Revolución
Querido Nicolás:
Me uno a la opinión unánime de los que te han felicitado por tu brillante y valiente discurso la noche del 6 de diciembre, apenas se conoció el veredicto de las urnas.
En la historia del mundo, el más alto nivel de gloria política que podía alcanzar un revolucionario correspondió al ilustre combatiente venezolano y Libertador de América, Simón Bolívar, cuyo nombre no pertenece ya solo a ese hermano país, sino a todos los pueblos de América Latina.
Otro oficial venezolano de pura estirpe, Hugo Chávez, lo comprendió, admiró y luchó por sus ideas hasta el último minuto de su vida. Desde niño, cuando asistía a la escuela primaria, en la patria donde los herederos pobres de Bolívar tenían también que trabajar para ayudar al sustento familiar, desarrolló el espíritu en que se forjó el Libertador de América.
Los millones de niños y jóvenes que hoy asisten a la mayor y más moderna cadena de escuelas públicas en el mundo son los de Venezuela. Otro tanto puede decirse de su red de centros de asistencia médica y atención a la salud de un pueblo valiente, pero empobrecido a causa de siglos de saqueo por parte de la metrópoli española, y más tarde por las grandes transnacionales que extrajeron de sus entrañas, durante más de cien años, lo mejor del inmenso caudal de petróleo con que la naturaleza dotó a ese país.
La historia debe dejar también constancia de que los trabajadores existen y son los que hacen posible el disfrute de los alimentos más nutritivos, las medicinas, la educación, la seguridad, la vivienda y la solidaridad del mundo. Pueden también, si lo desean, preguntarle a la oligarquía: ¿saben todo eso?
Los revolucionarios cubanos —a pocas millas de Estados Unidos, que siempre soñó con apoderarse de Cuba para convertirla en un híbrido de casino con prostíbulo, como modo de vida para los hijos de José Martí— no renunciarán jamás a su plena independencia y al respeto total de su dignidad. Estoy seguro de que solo con la paz para todos los pueblos de la Tierra y el derecho a convertir en propiedad común los recursos naturales del planeta, así como las ciencias y tecnologías creadas por el ser humano para beneficio de todos sus habitantes, se podrá preservar la vida humana en la Tierra. Si la humanidad prosigue su camino por los senderos de la explotación y continúa el saqueo de sus recursos por las transnacionales y los bancos imperialistas, los representantes de los Estados que se reunieron en París, sacarán las conclusiones pertinentes.
La seguridad no existe hoy ya para nadie. Son nueve los Estados que cuentan con armas nucleares, uno de ellos, Estados Unidos, lanzó dos bombas que mataron a cientos de miles de personas en solo tres días, y causaron daños físicos y psíquicos a millones de personas indefensas.
La República Popular China y Rusia conocen mucho mejor que Estados Unidos los problemas del mundo, porque tuvieron que soportar las terribles guerras que les impuso el egoísmo ciego del fascismo. No albergo dudas que por su tradición histórica y su propia experiencia revolucionaria harán el máximo esfuerzo por evitar una guerra y contribuir al desarrollo pacífico de Venezuela, América Latina, Asia y África.
Fraternalmente,
Fidel Castro Ruz
Diciembre 10 de 2015
6 y 42 p.m.

jueves, 10 de diciembre de 2015

El chavismo ante su prueba más dura y difícil

Por: Angel Guerra Cabrera


Angel Guerra Cabrera
Periodista cubano residente en México y columnista del diario La Jornada.
El resultado de las elecciones parlamentarias del 6 de diciembre en la República Bolivariana de Venezuela constituye el más duro revés infligido al chavismo por la contrarrevolución y el imperialismo.
Seguramente el gobierno bolivariano ha cometido errores de importancia que contribuyeron a esta derrota y deberán ser evaluados por sus líderes y por los militantes revolucionarios de ese país para adoptar los correctivos que exijan. Es una tarea de ellos en la que no me inmiscuiré.
Pero más allá de eso, lo que muestra este desastroso desempeño electoral es la creciente asimetría de condiciones en que se han visto forzados cada vez más a desenvolverse los gobiernos de izquierda ante los continuos torneos comiciales a que obliga la democracia representativa, con el desgaste que ello implica. En su caso, no se trata, como los gobiernos neoliberales, de limitarse a administrar el sistema, subordinados a los dictados de creciente depredación y saqueo de pueblos del capitalismo neoliberal y sus centros imperiales de poder financiero; sino de construir un nuevo proyecto social.
Estas elecciones venezolanas se desarrollaron en un marco geopolítico y una correlación de fuerzas distintos al de las 19 organizadas anteriormente por el gobierno bolivariano.
Primero, la derecha y Estados Unidos han conseguido recomponerse después de la sorpresa que les depararon la rebelión de las masas populares de América Latina y el Caribe(ALC) contra el neoliberalismo y sus importantes consecuencias. Entre ellas, el surgimiento de un líder de la talla de Hugo Chávez y de otros de gran valía que llegaron a ocupar la presidencia de varios países de la región, e iniciaron procesos de redistribución de la riqueza orientados en lo externo a romper la dependencia de Estados Unidos, impulsar la unidad e integración latino-caribeña y la emergencia de un mundo multipolar.
Segundo, repuestas de la sorpresa y el susto que les produjo la nueva realidad, esas fuerzas desencadenaron una contraofensiva con el propósito de derrocar por distintas vías a los gobiernos posneoliberales de ALC. La misma fue intensificada a partir del fallecimiento del comandante Chávez, una pérdida cuyo carácter extremadamente sensible no escapó a su percepción.
Tercero, ese accionar ha comprendido –con énfasis particular en el caso venezolano- la aplicación del recetario de las llamadas guerras de cuarta generación: guerras económica, diplomática y mediática, así como otras formas solapadas o violentas de acción, legal e ilegal, incluyendo la intervención del paramilitarismo en asesinatos de líderes populares y la desestabilización interna.
A la especulación del capital local e internacional con los fondos financieros del gobierno bolivariano, el acaparamiento y el desabasto se unió la caída de los precios del petróleo, a todas luces una jugada de Washington contra Rusia, Irán y Venezuela. Es este el factor que más daño hizo a la capacidad de maniobra de Caracas ante el embate de la derecha local e internacional.
Como si todo esto fuera poco, cabe recordar que el presidente Obama firmó un decreto el 6 de marzo de este año que calificaba a Venezuela como “un peligro para la seguridad nacional de Estados Unidos”. Es con esta pistola en la sien y el acoso y agobio ya expuestos que concurrieron a votar este 6 de diciembre los venezolanos.
Cabe recordar que las revoluciones auténticas, como la bolivariana y chavista, no surgen ni orientan su rumbo con arreglo a los tiempos o eventos electorales. Sí, la derrota sufrida es de gran trascendencia. La victoria electoral lograda por la contrarrevolución al obtener la mayoría calificada en la Asamblea Nacional, le otorga una cuota enorme de poder político que podría eventualmente permitirle el desmantelamiento de los logros sociales del chavismo pero no significa el fin de la revolución.
El chavismo, sujeto político fundamental de ella, está vivo y si se mantiene estrechamente unido, explica al pueblo la gravedad de la situación creada, traza una estrategia inteligente frente a la nueva situación y construye una amplia coalición de fuerzas populares puede recomponerse y preparar el contragolpe contra una derecha que va por todo.
El momento en Venezuela, y en América Latina y el Caribe, es de combate. Las fuerzas populares que lograron poner fin al ALCA en Mar de Plata, crear el ALBA, PETROCARIBE, UNASUR y la CELAC, hacer que nuestra región dejara de ser traspatio imperial, no se darán por vencidas y pervivirán.


(Tomado de La Jornada)

Ver mas:

Angel Guerra Cabrera
Periodista cubano residente en México y columnista del diario La Jornada.


Venezuela, punto de bifurcación

Por: Katu Arkonada


Katu Arkonada
Politólogo vasco. Ha coordinado las publicaciones “Transiciones hacia el Vivir bien” y “Un Estado muchos pueblos, la construcción de la plurinacionalidad en Bolivia y Ecuador”. Es miembro de la Red de Intelectuales en Defensa de la Humanidad.

Según las matemáticas, una bifurcación sucede cuando una variación en los parámetros de un sistema, en principio pequeña, produce cambios importantes de grado cualitativo. La dimensión de la bifurcación es el número de parámetros que deben ser modificados para que esa bifurcación ocurra.

En Venezuela, la llegada al gobierno de una sola persona, especie de número primo de la política, produjo un punto de bifurcación en todo el sistema: neoliberalismo o emancipación; el pueblo venezolano optó por la construcción de un proyecto de dimensión nacional-popular no sólo para Venezuela, sino para toda América Latina.

Como no podía ser de otra manera, la muerte de esa misma persona produjo un nuevo punto de bifurcación: restauración o chavismo. En ese punto es en el que nos encontramos y en función de cómo se resuelva ese dilema está en juego no sólo el futuro de Venezuela, sino de buena parte de América Latina y el Caribe, cuanto menos la posibilidad de seguir profundizando los procesos de cambio en la región.

Hay dos variables que nos pueden ayudar a entender qué está pasando en Venezuela. Una se llama petróleo, y la otra posneoliberalismo. Pero si vamos más allá de estos dos elementos tan obvios como permanentes en nuestros análisis, descubrimos que detrás de la rama de Venezuela hay todo un bosque llamado América Latina y una serie de intereses que encabeza el complejo industrial-militar estadunidense, lobby golpista que se sustenta sobre dos patas que se entrelazan, los intereses de las trasnacionales españolas en la región, con Felipe González de cabildero mayor del reino, y una serie de operaciones de contrainsurgencia mediática para desgastar cualquier opción que se salga del sendero trazado, sea posneoliberal, como Venezuela, Bolivia o Ecuador, o simplemente reformista, como Honduras o Paraguay.

Y en medio de esta ecuación un hombre, de apellido Maduro, al que la historia le puso en un lugar que nunca buscó. Un hombre al que hay que desmitificar, al que no se le puede pedir que sea lo que no es, un hombre al que hay que apoyar porque apoyarlo es respaldar la posibilidad de seguir transformando, avanzando, descolonizando y, en definitiva, profundizando proyectos que con distintos ritmos, matices e intensidades, sirven por vez primera a las mayorías sociales y no a unas élites minoritarias.

Este es el escenario en el que llegamos a la Cumbre de las Américas, organizada por la OEA en Panamá los días 10 y 11 de abril, para la que necesitamos hacer uso de un diagrama de dispersión, una gráfica que se puede usar para examinar la posible relación entre dos variables llamadas en este caso Cuba y Venezuela. Después de declarar fracasada su política hacia/contra Cuba, Estados Unidos necesita seguir manteniendo un enemigo externo en el otrora patio trasero, y ese no podía ser otro que Venezuela, el país con las reservas de petróleo probadas más grandes del mundo y el que dejó atrás el fin de la historia que los intelectuales del imperio se empeñaron en teorizar.

Pero una vez más, igual que el teorema de Chávez vino a contradecir las tesis de Fukuyama demostrando que era posible acceder al gobierno y a continuación tomar el poder para, desde una propuesta de izquierda y nacional-popular, refundar el Estado y redistribuir la riqueza, el teorema de Maduro va a demostrar a Brzezinski que el nuevo orden mundial ya no pasa más por un imperio en decadencia por muy peligroso que éste sea en su descenso y pérdida de hegemonía, que hoy América Latina y el Caribe tienen instrumentos para hacer frente al caos destructivo desde la integración política, económica, energética, científica, tecnológica, alimentaria y cultural.

Panamá va a ser el inicio del fin de la era Obama, y la constatación del fracaso de su política exterior hacia nuestra América. Seguramente aumentará el número de bases militares, seguramente se seguirán produciendo golpes blandos contra las democracias nacional-populares, pero al pasado ya no vamos a volver jamás. En Panamá se verá una imagen de unidad frente al imperio sin precedente en el continente, el legado de Obama será la imagen de la unidad latinoamericana y caribeña; un fracaso para Estados Unidos, una victoria de la soberanía del sur.

Las fichas en el gran tablero mundial han saltado por los aires y los jugadores se han reordenado a la vez que otros nuevos se sentaban a la mesa. En un extremo de la misma tenemos a Venezuela y el núcleo bolivariano, rodeado por un segundo anillo progresista; en el otro extremo tenemos el capitalismo depredador que en su fase imperial cristaliza en atrocidades como la de Ayotzinapa, recordatorio de ese futuro-pasado al que los pueblos de nuestra América no pueden regresar. El único axioma posible en esta partida es de seguir profundizando y radicalizando los procesos desde la unidad que hoy, aquí y ahora, pasa por la defensa de una Venezuela acechada y asediada por los buitres, pero más respaldada que nunca por América Latina y el sur geopolítico, actores protagonistas del nuevo orden multipolar.

(Tomada de http://www.jornada.unam.mx/2015/04/04/opinion/018a1mun"target="_blank" rel="nofollow">La Jornada)


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¿Fin del ciclo progresista o reflujo del cambio de época en América Latina?

Por: Katu Arkonada



Katu Arkonada
Politólogo vasco. Ha coordinado las publicaciones “Transiciones hacia el Vivir bien” y “Un Estado muchos pueblos, la construcción de la plurinacionalidad en Bolivia y Ecuador”. Es miembro de la Red de Intelectuales en Defensa de la Humanidad.

Hace tiempo que venimos leyendo que el ciclo progresista en América Latina y el Caribe ha llegado a su fin. Aprovechando la muerte del Comandante Chávez, y un cierto reflujo en los avances logrados por los procesos de cambio en el continente, la derecha comenzó a construir un discurso que intenta deslegitimar la década ganada para las mayorías sociales y populares.
Pero en los últimos tiempos, también desde varios sectores de la izquierda se ha venido construyendo la tesis del fin del ciclo que viene a complementar el discurso de la derecha contra los gobiernos de izquierda y nacional-populares. Uno de los amanuenses de la izquierda lightberal, Pablo Stefanoni, habla de una deriva lulista[1] de la izquierda latinoamericana. Una compañera de Stefanoni en el grupo de apoyo al trotskismo anti kirchnerista del FIT en la Argentina, Maristella Svampa, escribe en el diario de la oligarquía Clarín sobre una crisis del pluralismo político y un populismo de alta intensidad[2] en Bolivia y Ecuador. Mientras tanto, por el lado de la izquierda autonomista, Raúl Zibechi sostiene que estamos no solo ante el final del ciclo progresista, sino que el progresismo no ha sido un avance[3].
Desde otra posición, el paraguayo-brasileiro y militante del PT Gustavo Codas afirma[4]que Venezuela, Brasil y Ecuador, cada uno con sus matices, enfrentan una serie de problemas económicos y políticos, con una importante movilización de la derecha nacional (en ocasiones con apoyo del exterior). Esta coyuntura, unida a la solución de compromiso en Argentina donde la candidatura presencial la encabeza Daniel Scioli, nos lleva a pensar en que nos encontramos inmersos en un reflujo del cambio de época puesto en marcha en América Latina en 1998.
Ese flujo que dejó atrás la larga noche neoliberal tuvo su apogeo en los dos años que transcurrieron entre finales de 2004 y finales de 2006 donde se puso en marcha el ALBA-TCP; llegaron al gobierno Evo Morales y Rafael Correa; fueron puestas en marcha herramientas fundamentales del cambio de época como teleSUR o la Red de Intelectuales en Defensa de la Humanidad; y en Mar del Plata el instrumento imperialista llamado ALCA fue enterrado por 3 patriotas nuestroamericanos, Chávez, Lula y Néstor Kirchner.
En cambio hoy, sin la presencia física del Comandante y con Fidel retirado de la conducción política en Cuba; con una derecha recargada que trata de llegar al gobierno a veces por dentro de la institucionalidad y a veces por fuera; y con instrumentos de desintegración latinoamericana como la Alianza del Pacifico, el TPP o el TISA tratando de construir un Consenso anti-posneoliberal, la guerra de posiciones en Nuestra América conduce a las fuerzas de izquierda, tanto las revolucionarias como las reformistas, a posiciones de repliegue.
Este nuevo momento del cambio de época exige un esfuerzo de honestidad intelectual para, desde la lealtad y el compromiso con los procesos de cambio, tratar de leer el momento de reflujo y generar propuestas para las izquierdas latinoamericanas y caribeñas. En ese sentido proponemos  7 tesis para alimentar el debate desde la necesidad que tenemos de hacer un diagnóstico del momento histórico en que nos encontramos con el fin de obtener una radiografía de la coyuntura actual.
1.- La crisis del capitalismo ha venido para quedarse
Entre 2004 y 2014 el precio medio del barril de Brent  fue de 86’989 dólares. 87 USD de media en 10 años a pesar de que en 2008 y tras la quiebra de Lehman Brothers el precio del barril de Brent se desplomó de los 147 USD de julio hasta los 35’58 USD con los que cerraba el año.
Actualmente el barril de Brent se mantiene entre los 45 y 50 dólares, y no se prevén subidas significativas mientras la desaceleración china favorezca el exceso de producción actual. Al mismo tiempo, importantes productores como Arabia Saudita o Venezuela no disminuyen la producción para garantizar el 100% de los ingresos, lo que nos sume en un círculo vicioso en el que no hay manera de desactivar la sobreproducción. A la reducción de la demanda del gigante asiático y el mantenimiento de la producción de los países productores de la OPEP se le suma la producción en Estados Unidos de gas de esquisto mediante fracking, método de extracción que se convierte en terrorismo ambiental solamente rentable a partir de precios entre 60 y 70 dólares. Por lo tanto, es en la franja entre los 50 dólares actuales y los 70 que permitirían a la mayor parte de los campos de extracción ser rentables, donde se va a mover en los próximos meses la guerra energética no declarada entre Estados Unidos y Arabia Saudita.
En cualquier caso no parece que en los próximos años los precios del petróleo vayan a volver a acercarse a los de la última década, que permitieron a los procesos de cambio en América Latina y el Caribe una redistribución de la riqueza y reducción de la pobreza sin precedentes. Si además le sumamos la tendencia a la baja en el precio de los minerales adquiridos por China, que consume cerca del 40% de la producción mundial, parece un hecho que los tiempos de vacas gordas han terminado.
Todo lo anterior apuntala la necesidad de una diversificación productiva y un cambio en la matriz energética. Es necesario generar una transición desde el modelo extractivista, herencia colonial y neoliberal, a un nuevo modelo de desarrollo que incorpore el derecho al desarrollo y a sacar de la pobreza a una parte significativa de la población, con los Derechos de la Madre Tierra.
2.- El mundo multipolar ya está aquí
Aunque solemos hablar de la transición a un nuevo mundo pluripolar y multicéntrico, la realidad es que ya estamos inmersos en él. El declive de la hegemonía de Estados Unidos (al mismo tiempo que entra en una peligrosa fase de dominación violenta); la emergencia de los BRICS; el rol geopolítico de América Latina en las relaciones Sur-Sur; o el avance de la integración latinoamericana con una CELAC sin EEUU ni Canadá reflejo de la Patria Grande que soñaron los libertadores, son claros síntomas de este nuevo escenario geopolítico.
Hay dos variables fundamentales de este escenario en América Latina y el Caribe. La apertura de relaciones y embajadas entre Estados Unidos y Cuba, inicio de una nueva era y símbolo de la soberanía no solo de una Cuba digna a lo largo de más de 60 años de agresiones ininterrumpidas, sino de toda Nuestra América. El otro síntoma es la presencia cada vez mayor de China en la región. Hoy en día, excepto el Puerto de Mariel en Cuba, todas las grandes inversiones en la región son de capital chino, comenzando por la faraónica obra para construir un canal en Nicaragua y siguiendo por las principales inversiones en recursos naturales, petróleo, gas y minería. Pero la cada vez mayor presencia china tiene grandes diferencias con la otrora hegemonía estadounidense; frente al hard power de los Estados Unidos, basado en la imposición económica o militar, se está construyendo un soft power con características chinas que hace de la diplomacia económica y cultural la base para las relaciones. O dicho de otra manera, China no va a construir bases militares en America Latina y el Caribe o patrocinar golpes de estado contra gobiernos legítimos.
Pero la voraz demanda china de recursos naturales ha provocado una reprimarización de la economía latinoamericana. Excepto en los países donde los recursos están en manos del Estado, que ejerce de flujo conductor hacía otros sectores, en general el sector primario está más ligado al capital financiero que a otros sectores de la economía. América Latina y el Caribe se mueven ahora mismo en un triángulo incierto entre un Consenso Bolivariano, un Consenso de Beijing y un Consenso de las Commodities.
3.- Necesidad imperiosa de profundizar la integración
En la medida en que la crisis del capitalismo se profundiza y la derecha avanza en su ofensiva, los procesos corren el riesgo de cerrarse hacia dentro y mantener una posición defensiva. Ningún proceso va a poder profundizar y mucho menos radicalizar los cambios por sí solo si no es inserto dentro de un proceso de integración latinoamericana y caribeña más amplio.
Es necesario por tanto ampliar la integración política a una integracion económica, científica, tecnológica y cultural, integracion amplia que permita, como propone Gustavo Codas, y frente al proceso de reprimarización continental, crear cadenas de valor regionales.
Al mismo tiempo, se hace urgente y necesaria la reactivación del ALBA e ir dotando de una institucionalidad mayor a la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC).
4.- Desactivación de los instrumentos para la desintegración latinoamericana
Es necesario sumar al cambio de época los países que siguen apostando por un modelo económico neoliberal. Especialmente los de la Alianza del Pacifico y en particular Colombia y México. Es por ello que tenemos que hacer nuestras la reivindicación de la paz, con justicia social, en Colombia, y la apuesta por fortalecer un proyecto alternativo de izquierda en México, frontera sur de los Estados Unidos. La incorporación de estos dos países no solo abriría un horizonte radicalmente diferente sino que profundizaría la integración nuestroamericana y ayudaría a desactivar los nuevos ALCA del siglo XXI, instrumentos para la desintegración latinoamericana como la Alianza del Pacífico, el TPP o el TISA.
5.- Enfrentar la derecha recargada
Durante buena parte del cambio de época, la derecha quedó desorientada y a la defensiva. Fueron las embajadas de Estados Unidos los que hicieron el papel de principal opositor a los gobiernos de izquierda en la región mediante el patrocinio de golpes de Estado, duros o blandos. Los opositores locales eran simples títeres todavía anclados en el discurso del Consenso de Washington y parapetados tras los viejos partidos del neoliberalismo.
Sin embargo hoy tenemos una derecha renovada, asesorada por los gurús del marketing político neoliberal y asumiendo un rol de paraopositores que no dudan ni un momento en camuflarse bajo una estética y discurso más amable tan posmoderno como pseudo posneoliberal, que no ataca directamente las conquistas logradas en la década ganada.
Esta derecha reciclada y transformista trata de robarse las banderas de la democracia y los derechos humanos apelando sobre todo a los nuevos actores de la política, la juventud y las clases medias. Y ahí es donde los procesos tienen un reto en reactualizar su programa y praxis política para seducir a una juventud que no ha vivido el terrorismo social neoliberal y llega a una mayoría de edad dando por sentada la presencia del Estado en la economía y la redistribución de la riqueza. Lo mismo sucede con las nuevas clases medias que tienen la “ilusión” de continuar su ascenso social y para ello se les hace atractiva la idea de votar por un “gestor”, normalmente un candidato proveniente del mundo empresarial y con un discurso que apela a la ciudadanía moderada por encima del clivaje izquierda-derecha.
Frente a ello, más que perder tiempo en atacar a esta derecha que solo hace sus tareas, amparada por las elites económicas y con el apoyo de las transnacionales comunicacionales, debemos reactualizar y hacer más atractivo el proyecto político de las izquierdas, como única manera de sostener y profundizar los procesos. Las posibles derrotas electorales por venir serán única y exclusivamente responsabilidad nuestra.
6.- La necesidad de los liderazgos
Y para prepararnos para las próximas batallas políticas, es necesario dar un debate sobre la cuestión de los liderazgos. La muerte del Comandante Chávez nos coloca ante el espejo de unos procesos que dependen en demasía de líderes de una enorme talla política e intelectual. Pero además estos liderazgos son fruto de una época de resistencia e insurrección al neoliberalismo que ya dejamos atrás.
Será difícil que en Bolivia vuelva a surgir un líder como Evo Morales que lleva en su esencia el componente antiimperialista, anticolonial y anticapitalista cuando han sido expulsadas del territorio nacional la DEA, USAID y el propio embajador estadounidense; cuando los dirigentes sindicales han pasado de enfrentar un gobierno neoliberal a ocupar cargos de conducción política en el Estado; o incluso cuando las relaciones internacionales del movimiento social se construyen sobre todo con otras izquierdas en el gobierno. Es por ello más necesaria que nunca la necesidad de construir liderazgos colectivos y fortalecer el poder popular y la formación política pues solo de estas semillas pueden germinar otros dirigentes preparados para liderar una nueva etapa ascendente del cambio de época que deje atrás el reflujo coyuntural. Pero al mismo tiempo mientras líderes como Evo sigan con la capacidad de conducir los procesos, debemos habilitar los mecanismos que sean necesarias para que la legalidad no obstaculice la legitimidad.
7.- La importancia de las batallas electorales
Por paradójico que parezca, la irreversibilidad de los procesos depende en buena parte en este momento histórico de las victorias electorales que se vayan produciendo en el campo de la izquierda. Para ello a su vez es necesario no retroceder en ni una sola de las conquistas logradas hasta el momento. Tenemos claro que llegar al gobierno no supone tener el poder, y que una vez llegado hay que enfrentar una guerra de posiciones con el poder ejercido por las burguesías nacionales e internacionales desde sus atalayas económicas o mediáticas. Pero para poder llegar a ese momento de plantearse la construcción de hegemonía es necesario primero la victoria electoral.
Este 2015 nos deja todavía 2 importantes citas electorales, las elecciones presidenciales de Argentina en octubre y las legislativas de Venezuela en diciembre. A pesar de las contradicciones que nos pueda generar, es necesario apoyar la candidatura de Scioli-Zannini en la Argentina, bien rodeada por el núcleo duro kirchnerista; ya llegará el momento de la crítica si el próximo gobierno se desvía del horizonte trazado por Néstor Kirchner y Cristina Fernandez. Y lo mismo en Venezuela, donde debemos dar todo el apoyo a los candidatos y candidatas del PSUV y del Gran Polo Patriótico frente al terrorismo económico y mediático que enfrente la Revolución Bolivariana y Chavista. Lo mismo en el caso de dos países como Brasil o Ecuador, donde más allá de las tensiones, debemos apoyar los legítimos gobiernos de Dilma y Correa.
Ya no es tiempo de política ficción sino de definición. Tiempo de audacia para generar pensamiento crítico siempre desde abajo y a la izquierda, manchándose con el barro de la praxis en medio de las contradicciones, y no leyendo la realidad con el lápiz rojo virtual en una mano desde el wifi de los cafés de los barrios de clase media. Recordando las palabras del Comandante Chávez: “Que nadie se equivoque, que nadie se deje confundir, uno puede criticar a la revolución pero este es el camino de la salvación de la Patria”.


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