MORAL Y LUCES

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miércoles, 14 de agosto de 2019

Sobre la Anexión y Guerra de Restauración





Por: Arturo Martínez Moya

e-mail: a.martinez@hoy.com.do
El historiador que revisa archivo para pensar y luego escribir debe estar consciente de que su trabajo central es identificar las causas de los hechos históricos, y entre estas la principal, la determinante. Siempre hay una.
Sobre por qué la aventura de la Anexión de Pedro Santana y los hateros que lo acompañaron, “la causa de las causas” es que querían retener el poder político para siempre. Ni siquiera califica como “otra causa” la versión casi dominante por repetirse de que Haití constituía una amenaza para el país.
La realidad es que existía una tregua de cinco años con propuesta de paz del presidente Fabre Geffrard, que incluía reconocer la independencia dominicana y la devolución de los territorios ocupados por haitianos, de modo que no existía hostilidad entre Haití y República Dominicana.
¿Por qué, después de no tener interés en nuestro destino, España cambia de opinión y se interesa por la Anexión? La causa de las causas: Para proteger sus intereses en Cuba y Puerto Rico. Por ubicarnos en el medio de las dos Islas nos consideraba mal ejemplo, la esclavitud se había abolido dos veces, en 1801 y en 1822.
Como “Otra causa” puede considerarse el temor de que Estados Unidos se convirtiera en el “pato macho” del Caribe, poniendo en peligro sus intereses esclavistas y coloniales en Cuba y Puerto Rico. Dos hechos separados en el tiempo prendieron luz roja.
El Tratado Dominico-Norteamericano, que entre otros puntos incluía el arrendamiento de una parte de Samaná para instalar una estación carbonera para barcos comerciales y de guerra norteamericanos.
Y la presencia en el país del general tejano y experto en política expansionista William Cazneau, fue cuando España decidió nombrar un agente comercial en Santo Domingo, un cónsul y firmó el tratado de reconocimiento, paz, comercio y extradición. Si Cazneau no tuvo éxito en parte se debió a la Guerra Civil de Secesión entre los estados de la Unión y Confederación. Es otro tema.
Por otra parte, la Guerra de la Restauración. El historiador, al desenterrar ese pasado con papeles inéditos del Archivo General, advierte que si bien existieron corrientes políticas anti anexionistas y anticoloniales, como los liberales cibaeños, “la causa de las causas” que inspiró la Guerra de la Restauración fue la política administrativa discriminatoria española que lesionó los intereses de labradores, rancheros, peones, profesionales, comerciantes, artesanos, militares, hateros, etc.etc.
Todas lo demás fueron “otras razones importantes”. Por ejemplo, luego de iniciarse el movimiento, no antes, fue cuando devino en lucha antiimperialista, anticolonial y de liberación nacional contra el imperio español por la reconquista de la soberanía y la independencia. Y se manifestó el amor político del pueblo dominicano a su independencia y al desarrollo de conciencia nacional.
Finalizo indicando que como la historia se hace con papeles inéditos, pueden escribirse interesantes tesis doctorales identificando causa de causas de hechos del pasado. Por ejemplo, porque Washington no considero la Anexión como una agresión de España, y le aplicara la Doctrina Monroe (1823), política exterior que reclamaba hegemonía sobre las Américas. Y/o el Destino Manifiesto (1845), frase racista acuñada por el publicista John I. O. Sullivan para justificar la política de expansión en Texas y suroeste de Estados Unidos.

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