Atrapados sin salida en la lógica capitalista
Julio C. Gambina, Rebelión
El FMI acaba de difundir su Informe sobre la Economía Mundial a julio del 2019 y da cuenta del “lento crecimiento mundial”.
Resulta interesante considerar los datos, las explicaciones y sugerencias del organismo internacional, para de ese modo poder discutir la lógica de pensamiento de uno de los principales promotores de la ideología dominante en el mundo contemporáneo.
Crecimiento
Lo que hace el FMI es calcular a la baja las perspectivas de la evolución económica mundial. Señala el organismo que el crecimiento fue del 3,8% en 2017; bajó a 3,6% en 2018 y está prevista una reducción al 3,2% para el presente año de 2019; con una tendencia del 3,5% para el 2020.
Es bueno acá discutir el propio concepto de crecimiento, algo que no hace el FMI, ya que sugiere tener en cuenta el “cambio climático y la desigualdad persistente como riesgo a mediano plazo”, como si ambos aspectos no fueran consecuencia directa de la lógica del capital. Por un lado, en la exacerbada explotación de la tierra y los bienes comunes y por otro, en la permanente demanda por mejorar las ganancias de los inversores contra los salarios y otros ingresos populares.
La lógica productiva del capitalismo define la distribución, el intercambio y el consumo para extender la miseria y la marginación en la mayor parte de la sociedad contemporánea y la satisfacción de una minoría social, imposible de socializar ante lo limitado de la Naturaleza.
No hay posibilidad de crecer para abastecer a la población mundial al mismo ritmo de la demanda de los pocos enriquecidos del sistema mundial.
El calentamiento del planeta y la desigualdad no son fenómenos aleatorios, sino consecuencia directa del orden capitalista. Claro que no se le puede pedir al FMI que transite ideológicamente por estos caminos, siendo un instrumento directo del poder político de los principales países del capitalismo desarrollado.
Se trata del fetiche del crecimiento, a cualquier costo, donde lo importante es crecer de cualquier manera, un tema que se reproduce en el sentido común de la sociedad.
No se discute el tipo de crecimiento y, por ende, crecimiento de qué tipo de producción, para favorecer que distribución y que circulación.
El modelo productivo y de desarrollo del capitalismo se orienta a la extensión de la explotación de la fuerza laboral y a la depredación de la naturaleza, por lo que se requiere la discusión sobre la lógica misma del orden capitalista.
Comercio mundial
Respecto a los datos del comercio mundial, los registros son del 5,4% para 2017 y bajas consecuentes en 2018, del 3,7% y del 2,4% para 2019; con perspectiva de retomar el 3,7% para el 2020.
Si bien reconoce que son las tensiones comerciales y tecnológicas las que promueven este retroceso, convoca a “cooperar entre las naciones” para resolver el problema.
¿Puede escuchar el gobierno estadounidense esas demandas del FMI ante la escalada de la guerra comercial con China y otros ámbitos?
¿Qué disposición existe en el gobierno de Donald Trump para considerar estos llamados con relación a la recreación de los acuerdos comerciales con Canadá y México?
¿Algo podrá inducir en el debate del nuevo gobernante británico y su gabinete respecto de la ruptura de Gran Bretaña con la Unión Europea?
¿Son las nuevas amenazas y sanciones promovidas por EEUU y sus gobiernos amigos hacia Cuba y Venezuela la cooperación requerida para aminorar tensiones?
¿Acaso las nuevas rondas favorables al libre comercio que empujan los gobiernos de la derecha regional favorecen el interés por resolver los problemas socio ambientales en nuestro tiempo?
Los interrogantes se responden a contramano de la verborragia del FMI, haciendo evidente la falsedad argumental del diagnóstico y las propuestas y perspectivas señaladas.
EEUU acrecienta las sanciones contra Cuba en el mismo día de la celebración del 66 aniversario del asalto al Cuartel Moncada. Al mismo tiempo extiende por tres meses el permiso a Chevron y a otras 4 petroleras para producir en Venezuela, al vencimiento de un permiso de 6 meses luego de las sanciones de enero del 2019. Trump amenaza a Francia con subir aranceles a los vinos en réplica a las imposiciones a las empresas de tecnología estadounidense. Además, EEUU es quien tiene el poder de veto en el FMI y a cargo del organismo hoy está el representante de Washington, David Lipton.
Nada de lo que dice el FMI resulta imparcial, es interesado y está asociado a la lógica del poder económico y político mundial.
Europa, EEUU, América Latina y el Caribe
El horizonte a futuro es preocupante para la Zona del Euro, para EEUU y para América latina y el Caribe.
Para Europa augura desde el 2,4% de 2017 y su baja al 1,9 en 2018, una reducción del 1,3% en 2019 y un 1,6& para el 2020, consolidando la escasa aportación del viejo continente a la recuperación de la economía mundial.
La situación de EEUU llama la atención por su expansión en los últimos años y su papel de liderazgo, con 2,2% para el 2017, 2,9% para el 2018 y una baja al 2,6% para 2019 y un 1,9% para 2020. Son datos preocupantes porque exacerbará la agresividad de la política exterior estadounidense en las guerras económicas, comerciales, tecnológicas, monetarias en que está involucrado.
Para la región latinoamericana y caribeña se viene de un pobre 1,2% en 2017, un 1% en 2018 y una baja pronosticada par 2019 del 0,8%, con repunte del 2,3% para el 2020. Nuevamente insistiremos en la cuestión conceptual de qué tipo de producción, distribución y circulación para el crecimiento en la región.
El interrogante pasa por apuntar a resolver las necesidades sociales y de la naturaleza o reiterar la senda de la lógica de la ganancia, la acumulación de capitales y la reproducción de los mecanismos de dominación capitalista.
Se trata de un debate a contramano de una realidad regional de extensión de un modelo productivo de inserción subordinada en el sistema mundial como proveedores de materia prima y bajo la dominación de las transnacionales del agro-negocio, la agro-energía; con tendencia creciente en la primarización de las exportaciones, la profundización de la dependencia tecnológica del mecanismo de ensamble industrial dependiente y una constante lógica especulativa asociada a crecientes endeudamientos públicos y privados.
Debates electorales
La región nuestramericana necesita discutir esta evolución y perspectiva para retomar un profundo debate sobre la realidad y la posible transformación con eje en la satisfacción de las necesidades sociales en un marco de cuidado y reproducción de la Naturaleza, reivindicando el carácter constitucional sustentado en algunos de nuestros países relativo al derecho de la Naturaleza.
En las próximas elecciones de renovación presidencial, de Argentina, Bolivia o Uruguay se discuten más o menos abiertamente estas cuestiones.
¿Qué rumbo asumirán los nuevos gobiernos que surjan en estos tres países y cómo ello intervendrá en el debate regional sobre el rumbo de la integración y las relaciones económicas y sociales en cada territorio?
La preocupación por Bolivia es importante, no solo por sus reservas de gas o litio, sino por la impronta de un discurso crítico a la hegemonía del poder local, regional y mundial.
En el caso uruguayo se habilita una discusión sobre las negociaciones colectivas y los derechos laborales ampliados en los gobiernos del Frente Amplio.
Para la Argentina se concentra la atención en el vínculo con el FMI, expuesto con el mayor préstamo de la historia y que afecta al 65% de la capacidad prestable del organismo. El economista Carlos Calvo, escuchado habitualmente por el poder acaba de declarar que convendría el triunfo de la oposición peronista para asegurar el ajuste con consenso, algo que no podría ejecutar un nuevo gobierno de Mauricio Macri, ante la resistencia popular que ello generaría.
Las recetas del FMI apuntan al crecimiento en la lógica del capital y eso contacta con el sentido común que instala el poder en el ámbito global, por lo que nuestra reflexión apunta a procesos de ruptura en el plano de las ideas y propuestas a sustentar para resolver la agenda de la mayoría de la sociedad.
Son cuestiones que adquieren relevancia en momentos de debates de ideas, y en los procesos electorales ello se puede procesar, si es que existe voluntad política de hacerlo.
No son los diagnósticos ni las propuestas del FMI y las del poder mundial las que pueden resolver las ampliadas e insatisfechas necesidades populares, que requieren de nuevas formas de producción, distribución, intercambio y consumo para en armonía atender la demanda social al tiempo que se sostiene la capacidad de reproducir la vida natural.
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