Gedeón Santos
Washington, DC
Washington, DC
“La proliferación de la economía del conocimiento es, de hecho, la nueva fuerza explosiva que ha lanzado a las naciones avanzadas a una enconada competencia mundial, enfrentando a los países socialistas a su amarga obsolescencia, forzando a muchas naciones en vías de desarrollo a descartar sus tradicionales estrategias económicas, y que, en la actualidad, está desarticulando las relaciones de poder, tanto en la esfera personal como en la pública”.
Alvin Toffler, El cambio de Poder.
En la República Dominicana se presenta una nueva coyuntura para elegir al líder que conducirá el país en los próximos años. Este momento coincide con un profundo y disruptivo proceso de cambios económicos, sociales, políticos y tecnológicos a escala planetaria.
Y uno se pregunta: ¿Qué tipo de líder necesita nuestro país para superar el subdesarrollo y alcanzar a las sociedades punteras en el siglo XXI?
La nueva sociedad del conocimiento
Un acontecimiento ha cambiado la naturaleza de los liderazgos, de la gestión pública y del Poder: la llegada de la Sociedad del Conocimiento y la Información.
En su popular obra: “El Cambio de Poder”, Alvin Toffler considera el conocimiento como “la esencia del poder”, puesto que éste ha pasado a convertirse, de un simple accesorio de los valores físicos (como la tierra, el dinero y la fuerza), en su ingrediente más importante.
Cree el respetado futurólogo, que el alcance del conocimiento emana de su flexibilidad, al ser infinitamente ampliable y debido a que, es abstracto, no tiene sentido que se atesore, puesto que su valor está en el intercambio. Sin embargo, para Toffler, la característica más revolucionaria del conocimiento es que, en el mundo de hoy, tanto el débil como el pobre pueden adquirirlo. Por lo que cualquier nación, a partir de este cambio, puede superar el subdesarrollo siempre que tenga la visión de lograrlo y que, además, tengan el acceso a las redes globales del conocimiento e información.
Esto quiere decir que, la nueva sociedad que se configura está demandando de un nuevo tipo de liderazgo que esté a tono con esta transformación del Poder, puesto que en el siglo XXI el líder exitoso y transformador será: 1) El más informado del grupo social, 2) El que haya demostrado mayor solidez y amplitud de conocimiento, 3) El que tenga mayor actitud y destreza para adquirir, procesar y asimilar complejos flujos de información; y 4) El que luego sea capaz de convertir ese conocimiento en efectivas políticas públicas y programas de gobierno.
En el siglo pasado, para manejarse como dirigente político o como jefe de Estado, sólo bastaba con tener instinto, tacto y olfato.
Pero hoy, en la sociedad de la información, estas cualidades no bastan para tener éxito en la actividad política ni para conducirse en el complejo mundo del Estado Moderno, de las Altas tecnologías y de la Globalización.
La velocidad de los cambios
Pero quizás, la característica más desafiante de la nueva realidad es la velocidad a la que se suceden los cambios; lo que obliga, no sólo a buscar nuevos mecanismos de aceleración, sino también nuevos combustibles, que nos permitan velocidades cercanas a las que transitan las naciones más adelantadas.
Esto implica la búsqueda de líderes con real visión de futuro y vocación transformadora. Ayer se decía que, los pueblos que no conocían su historia repetían sus errores, pero hoy se puede decir que “los pueblos que no intuyen el futuro, quedan anclados en el presente”, cuya única vocación es ser pasado.
¿Cómo puede un político instintivo y primario, de escasa formación académica y de fugaces lecturas, conocer la necesidad de transformaciones estructurales que nos acerquen a un siglo XXI dominado por las altas tecnologías, las comunicaciones instantáneas y la globalización?
El líder instintivo vs. La nueva sociedad
¿Cómo puede, por ejemplo, un líder instintivo y primario, con escaso conocimiento del mundo de hoy afrontar con éxito problemas como la pérdida de importancia de las materias primas en la ecuación competitiva global? Hasta ahora, nuestro país no ha podido superar la economía intensiva en mano de obra y materias primas y pasar a una economía intensiva en tecnologías y capital. Ese proceso a su vez, nos ha retrasado en la capacidad para agregarle valor a nuestros recursos naturales y así hacerlos más competitivos en los mercados mundiales.
¿Puede un líder lograr estas complejas transformaciones sólo por instinto?
La escuela de pensamiento de Bosch
Felizmente, el profesor Juan Bosch, para que superáramos el instinto y la improvisación en la política y en la dirección del Estado, creó una escuela de pensamiento cuyo alumno más aventajado ha sido el Dr. Leonel Fernández.
Este extraordinario líder político ha llegado a escalar las posiciones más importantes de la vida política del país, y no lo ha hecho sobre la base de la herencia de su padre, porque su padre no era político; tampoco distribuyendo grandes cantidades de dinero, porque proviene de Villa Juana, un barrio pobre de la Capital; y mucho menos sobre la base de una revolución triunfante, pues a diferencia de Fidel Castro, ni bajó de las montañas ni tenía armas; pero tampoco ha llegado a la Presidencia de la República sobre la base de un apellido de abolengo, pues el compañero Leonel, no proviene de ninguna de las familias poderosas del país.
Entonces nos surge la pregunta: ¿Y cuál es la magia de este hombre que sin usar los métodos clásicos para ascender al Poder ha logrado calar tan alto y tan hondo en la vida política del país? No hay dudas que, además de las cualidades personales que lo adornan, se debe a la capacidad para adquirir información y conocimiento, y luego tener la inteligencia de traducirlos en propuestas políticas y en iniciativas de Estado para la transformación del país.
Desde muy joven, bajo la égida del profesor Juan Bosch, construyó una sólida base de conocimiento que le sirvió de plataforma para crearse una actualizada visión del mundo y de los más complejos problemas nacionales.
Un líder del conocimiento para el siglo XXI
Sin embargo, lo que resulta más fascinante cuando estudiamos a este extraordinario Estadista, es que a pesar del paso de los años y de haber ejercido el Poder, no ha abandonado ni por un minuto su profunda pasión por el conocimiento y por la búsqueda de la verdad. Por lo que podemos decir, que hoy por hoy, el doctor Leonel Fernández, no sólo es el más depurado líder del conocimiento con que cuenta el país, sino también el mayor activo global para conectarnos sin demora al intrincado mundo del siglo XXI.
Y como dice la frase: “En un mundo que va muy rápido hay que mirar más lejos”, el Dr. Leonel Fernández ha demostrado con sus hechos, que no sólo puede ser el líder que nos lleve más rápido a nuestras metas nacionales de desarrollo, sino que también es el líder que nos puede llevar más lejos en el sueño de alcanzar una sociedad ecológicamente sustentable, económicamente próspera y socialmente más justa.
CARACTERÍSTICAS
Leonel Fernández
“Hoy por hoy, el doctor Leonel Fernández, no sólo es el más depurado líder del conocimiento con que cuenta el país, sino también el mayor activo global para conectarnos sin demora al intrincado mundo del siglo XXI”.
Líder transformador
“En el siglo XXI el líder exitoso y transformador será el más informado del grupo social, el que haya demostrado mayor solidez y amplitud de conocimiento, el que tenga mayor actitud y destreza para adquirir, procesar y asimilar complejos flujos de información; y el que luego, sea capaz de convertir ese conocimiento en efectivas políticas públicas y programas de gobierno”.
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Tomado Listin Diario