MORAL Y LUCES

MORAL Y LUCES

viernes, 19 de septiembre de 2014

El papel de Urbano Gilbert durante la invasión militar de Estados Unidos en 1916

Juan Bosch fue tildado de “comunista” por los conservadores y sectores de la Iglesia Católica

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HECTOR MINAYA h.minaya@elnacional.com.do
e-mail: redaccion[@]elnacional.com.do

El profesor Juan Bosch, entonces líder del PRD.

Tildado de “comunista” por los conservadores y un sector de la Iglesia Católica, el profesor Juan Bosch tuvo que soportar con estoicismo el baldón que significaba el adjetivo en plena Guerra Fría. El acoso con una campaña de diatribas, que rayaba en la difamación e infundios, se intensificaba a medida que se acercaba el 20 de diciembre de 1962 cuando se celebrarían las elecciones presidenciales.

Cada días era más frecuente en los medios de comunicación los ataques del clero contra el líder perredeísta.

La radio católica Santa María abiertamente llamó a los fieles para que no votaran por Bosch.

El padre Faustino García llegó a leer y comentó un artículo del sacerdote jesuita Laútico García, que había aparecido poco antes de las elecciones en el diario La Nación, hoy desaparecido.

Después de la lectura el padre Faustino comentó el artículo de Láutico García y concluyó pidiendo a sus oyentes que no votaran por Bosch “porque es marxista leninista”.

Agregó que “si Bosch sube al Gobierno, podrá pisotear a cualquier ciudadano, a cualquier campesino, a cualquier obrero, a cualquier mujer, a cualquier niño, como Fidel Castro, que ha fusilado hasta a los niños”.

Luego comparó al candidato del Partido Revolucionario Dominicano (PRD) con los grandes dictadores, entre ellos Hitler, Mussolini y Castro.

Ante la campaña de sectores de la Iglesia Católica el profesor Bosch y su partido enviaron una comunicación al arzobispo Octavio A. Beras, obispo Francisco Panal, obispo Hugo Eduardo Polanco Brito, obispo Juan Félix Pepén y obispo Tomás O’Reilly.

En el documento, que fue firmado por el alto mando del PRD, expresaban la profunda pena de las las acusaciones, de comunistas y ateos que “están lanzando contra nosotros numerosos sacerdotes desde los púlpitos de varias iglesias y a través de Radio Santa María del Santo Cerro y Radio El Sol de Higüey”. También se refería a esas acusaciones más o menos veladas aparecidas en el diario La Nación y el periódico católico El Amigo del Hogar.

“Desde que inició sus actividades en el exilio, -indicaba el documento-, hace 23 años, el Partido Revolucionario Dominicano ha sido un combatiente por la democracia, al lado de partidos como Liberación Nacional de Costa Rica, A. P. R. A. del Perú, Acción Democrática de Venezuela, Partido Popular Democrático de Puerto Rico, Partido Revolucionario Cubano, Partido Revolucionario Guatemala y el Partido Liberal de Honduras”.

Refería que “nuestros dirigentes han sido distinguidos siempre con el afecto fraternal de grandes líderes de la democracia americana como José Figueres, Rómulo Betancourt, Luis Muñoz Marín, Víctor Haya de la Torre, Mario Méndez Montenegro, Ramón Villeda Morales, Ramón Grau San Martín, y todos los dirigentes de la democracia latinoamericana”.

Agregaba que “jamás ha pertenecido a un partido comunista o pro comunista ningún líder del Partido Revolucionario Dominicano”.

Tampoco “hemos mantenido relaciones con ningún partido comunista en ninguna parte del mundo, jamás ha viajado ninguno de nosotros a países comunistas y la violencia con que hemos sido atacados durante más de 20 años por los comunistas de América y Europa es superior a la violencia con que nos atacaba Rafael Leonidas Trujillo”.

“Sólo Trujillo, mientras vivió, y ahora los dirigentes de Unión Cívica Nacional y varios sacerdotes de nuestra patria han osado acusarnos de comunistas sin que hasta el momento ninguno de esos acusadores haya podido presentar la menor prueba de que somos comunistas o de que mantenemos relaciones con los comunistas”, añade el documento.

Dice que “Nuestra actitud frente a la Iglesia Católica está escrita en el Acta Notarial de una declaración que espontáneamente extendieron en la ciudad de Costa Rica, el día 8 de abril de 1961, los compañeros Juan Bosch y Angel Miolán, según la copia fotostática que va con la presente en las repetidas peticiones que hizo nuestro partido durante las crisis políticas habidas en el país entre los meses de octubre de 1961 a enero, de 1962 solicitando la mediación de la alta jerarquía católica para evitar que se desatara la violencia en nuestra patria”.

También -añadió- “en las repetidas declaraciones hechas por el candidato presidencial del Partido Revolucionario Dominicano, compañero Juan Bosch, oponiéndose a la derogación del Concordado varias veces pedido por el presidente del partido Unión Cívica Na cional y sobré todo en la prédica constante de nuestro partido en favor de la paz, la convivencia y el amor entre los dominicanos, tan opuestos a la violencia”.

UN APUNTE

Niegan nexos comunista
En un cable de AP fechado en San José Costa, el15 de diciembre de 1962, el expresidente José Figueres y el sacerdote católico Benjamín Núñez, director del Instituto de Educación Politica de esta ciudad,afirmaron que el candidato presidencial por el PRD nunca ha tenido nexos con los comunistas.

jueves, 18 de septiembre de 2014

Juan Bosch de regreso a la patria.

HECTOR MINAYA h.minaya@elnacional.com.do
e-mail: redaccion[@]elnacional.com.do
Juan Bosch retornó por el aeropuerto Punta Caucedo.
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Juan Bosch llegó a República Dominicana del exilio el 20 de octubre de 1961, tras comunicárselo dos días antes al entonces presidente Joaquín Balaguer en un telegrama desde Curazao. El deseo de Bosch de regresar al país luego de la caída del régimen de Rafael Leonidas Trujillo el 30 de mayo de ese mismo año, fue comunicado al presidente Balaguer en una reunión en privado que sostuvieron a principios de octubre en el hotel Waldorf Astoria de Nueva York.
Balaguer había ido a esa ciudad a la Asamblea General de las Naciones Unidas, donde denunció los atropellos de la dictadura de Trujillo en un esfuerzo de distanciarse del régimen al que sirvió y de ablandar a la comunidad internacional para que levantara las sanciones contra el país.
El 18 octubre de 1961 el presidente Balaguer recibió un telegrama enviado por Bosch desde Curazao comunicándole su regreso y cuyo texto es el siguiente:
“Wddgx3 Curacaona 22 18 943am; Presidente Balaguer Ciudad Trujillo repdom; Llegaré Esa Pasado Mañana Viernes con Propósito Fundamental Colaborar Progreso Democratización Según Lineamientos Nuestras Conversaciones Nueva York Atentamente; Juan Bosch.
B SP18 18 Octubre-61 9:35 AM.”
Era una situación todavía convulsa porque el hijo del dictador Ramfis Trujillo Martínez continuaba al mando de las Fuerzas Armadas. El escenario para Bosch era difícil y seguían las hostilidades.
No obstante, dijo que hay que matar el miedo, “pongo pie en mi tierra en circunstancias difíciles para los dominicanos”.
Por informaciones de primeras manos que obtuvo en su ruta hacia el país se enteró detalladamente del estado de agitación en que se vivía entonces y lo atribuyó a “la fruta terrible de una situación prolongada, del miedo que ha estado padeciendo nuestro país, nuestro pueblo”.
Regresó con un discurso de convivencia democrática y parodiando a José Martí dijo: “Los dominicanos no podemos vivir como la hiena en la jaula, dándole vueltas al odio”.
“Dominicanos de todas las razas, de todas la clases sociales, de todas las categorías oficiales o no, hagamos un alto”, expuso ante una multitud concentrada en el parque Colón, de la Ciudad Colonial.
Tras descender del avión de Panamerican cerca de las 4:00 de la tarde en el Aeropuerto de Punta Caicedo, Bosch se dirigió directamente al local del Partido Revolucionario Dominicano (PRD) situado en la calle El Conde número 10.
Aclamado por la muchedumbre que lo esperaba tras 23 años de de exilio le expresó: “Yo he venido aquí para pedirles esto y para servir en esto. Yo estoy dispuesto a hacer cuanto deba hacer, a arrodillarme ante quien deba arrodillarme, para que podamos sacar de mi humillación, si es necesaria, y de la disposición de ustedes, que es imprescindible, una fórmula de convivencia democrática”.
Observaba que “No hay corazón infatigable para sufrir, no hay pueblo infatigable para padecer agresiones; llega una hora en que no se puede sufrir más y en que no se puede humillar más”.
“Estamos a tiempo to davía, sostuvo, y lo digo para el pueblo dominicano, y lo digo para los gobernantes dominicanos de emprender una cruzada de corazón limpio y brazo fuerte para matar el miedo en este país, para que termine el miedo en este país, para que termine el miedo del pueblo al Gobierno y a los soldados, para que termine el miedo de los soldados y del gobierno al pueblo, para que termine el miedo de los opresores a la libertad, y para que termine el miedo de los luchadores de la libertad a sus opresores”.
“Nosotros somos una tierra pequeña, que solo podemos engrandecernos por el amor, por la virtud, por la cultura, por la bondad. Nuestro pueblo tiene básicamente amor, bondad, virtud y una gran capacidad para adquirir la cultura. Nosotros estamos en América que ha tomado ya resueltamente el rumbo de las democracias con libertades públicas y justicia social”, dijo.
Bosch con palabras casi profética advirtió: “Nuestro pueblo, nuestro país nuestro Gobierno, no pueden sustraerse a ese rumbo del destino americano; todo esfuerzo que se haga, voluntario o involuntario, para detener a la República Dominicana en la marcha hacia el destino común de América, será un esfuerzo inútil, un esfuerzo que no producirá sino nueva vez sangre, exilio, torturas, prisiones, tumbas ignoradas, corazones de madres adoloridos, hijos huérfanos que no saben donde están enterrados sus padres”.
Por eso pidió al pueblo, y en especial a la juventud, a los funcionarios públicos, a los que llevan uniformes y a los que no lo llevan, que “pensemos en nuestro pueblo, un pueblo sufrido durante más de cuatrocientos años; un pueblo cuyo sufrimiento últimamente se exaltó a términos increíbles, inexpresables”.
UN APUNTE
Vergüenza
Juan Bosch dijo que durante mucho tiempo ser dominicano fuera de Santo Domingo era casi infamante, “y nosotros teníamos que mantener en el exilio la frente alta cuando nos miraban despreciativamente o con la piedad con que se mira al que sufre sin haber cometido delito”.

Bosch Penetra en el pueblo con discurso sencillo y lenguaje llano

HECTOR MINAYA h.minaya@elnacional.com.do
e-mail: redaccion[@]elnacional.com.do

El profesor Juan Bosch conversa con una señora en un encuentro con campesinos tras su regreso al país.
Tras radicarse en el país y aun sin descanso por el agobiante viaje de regreso del exilio, Juan Bosch inició una labor de orientación política que tuvo, principalmente, como medio de difusión la radio, utilizando un original método de exposición sencillo y un lenguaje llano que caló en el alma de las masas del país.
A los humildes los denominó “hijos de Machepa” mientras llamaba “tutumpotes” a los sectores económicamente poderosos, que representaban en su mayoría la reminiscencia del régimen dictatorial de Rafael Leonidas Trujillo Molina.
Esa forma directa y sencilla de dirigirse a las capas más bajas de la población, tanto del campo como de las ciudades, le facilitó a Bosch desarrollar una profunda influencia y simpatía populares, que lo colocaron en una posición cimera en la población.
Bosch trabajó de inmediato en la expansión del Partido Revolucionario Dominicano (PRD), que se había fundado el 21 de enero del año 1939 en la Villa de El Cano, cercana a La Habana, Cuba.
Los fundadores fueron, además de Bosch, Enrique Cotubanamá Henríquez, Ángel Miolán, Nicolás Silfa, Juan Isidro Jiménez Grullón, Virgilio Mainardi Reyna, Lucas Pichardo, José Manuel Santana (Pipi) y Thelma Frías.
Una comisión de ese partido llegó al país el 5 de julio de 1961, integrada por Angel Miolán, Nicolás Silfa y Ramón A. Castillo.
Dos días después, el 7 de julio, cientos de personas se reunieron en el parque Colón frente al recién inaugurado local del partido en la calle el Conde número 10, para el primer mitin de un partido de oposición después de la muerte de Trujillo.
Miolán, Silfa y Castillo desafiaron el terror de entonces y promovieron la lucha por la libertad, para esos fines organizaron ese partido en subcomités y comités provinciales y municipales.
Con la llegada de Bosch, ese partido toma un discurso cuyo mensaje principal era combatir los males sociales y económicos que abatían a la sociedad, estableciendo claramente la estratificación de la sociedad, abogando por una amplia reforma agraria y cambio en la orientación estatal.
Precisamente, esa metodología diferenció a Bosch de sus oponentes representados por los partidos Unión Cívica Nacional (UCN) y 14 de Junio (1J4), que se enfocaron en una lucha antitrujillista e ignorando las contradicciones clasistas.
La UCN, que lideraba el luchador antitrujillista doctor Viriato A. Fiallo, representaba los intereses de la burguesía tradicional desplazada por la burguesía trujillista en 1930 y que había recuperado el poder parcialmente con el Consejo de Estado
El 1J4, dirigido por el inmenso doctor Manuel Aurelio Tavárez Justo, ostentaba la bandera de una juventud revolucionara inspirada en un noble ideal, con sentido patriótico y con la meta de liberación nacional, influenciada por las ideas pregonadas por Fidel Castro.
Bosch en sus alocuciones por el programa radial del PRD Tribuna Demócratica, empieza a delinear sus ideas sobre importantes temas nacionales.
Plantea, entre otras propuestas, consolidar el sector estatal de la economía al reorganizar la administración de centrales azucareros y las empresas manufactureras que eran propiedad del dictador Trujillo y nacionalizadas tras su muerte.
Aboga por proscribir el latifundio, implementar una reforma agraria y reconocer el derecho de los trabajadores a participar en las ganancias de las empresas.
El inteligente político supo confundirse con la pasión de su pueblo, ver sus necesidades, y plantear inmediatas soluciones
En sus discursos usó como estrategia la no persecución a los trujillistas, lo que le valió el voto de estos en las elecciones que se celebraron el 20 de diciembre de 1962.
UN APUNTE
Fundadores
Además de  Juan Bosch, el PRD fue fundado por  Enrique Cotubanamá Henríquez, Ángel Miolán, Nicolás Silfa, Juan Isidro Jiménez Grullón, Virgilio Mainardi Reyna, Lucas Pichardo, José Manuel Santana (Pipi) y Thelma Frías.

Bosch resultó electo primer candidato presidencial del PRD

La elección de Juan Bosch como candidato presidencial del PRD fue unánime
El profesor Juan Bosch resultó electo candidato presidencial el 21 de octubre de 1962, en la Primera Convención Nacional del Partido Revolucionario Dominicano (PRD) al lograr el respaldo mayoritario de los cerca de 500 delegados reunidos en el Teatro Ozama, de la Zona Oriental. Buenaventura Sánchez Féliz fue escogido en la misma convención como candidato vicepresidencial, pero una semana después fue sustituido por el médico Segundo Armando González Tamayo, de 33 años, tras ser objetado por Bosch.
Sánchez Féliz, que no era el favorito del líder del PRD, alcanzó en la contienda interna 155 votos de los 485 depositados.
Para defenestrarlo, el Comité Ejecutivo del PRD en un comunicado declaró irregular su escogencia y alegó que no reunió la cantidad de sufragios necesarios como lo disponía el artículo 79 de la Ley Electoral y 88 de los Estatutos del PRD.
En la nueva convención González Tamayo, que no participó como candidato en la primera, obtuvo 148 votos de 193 delegados. Sánchez Féliz y Juan Casasnovas Garrido sólo lograron 13 votos cada uno.
Sánchez Féliz había pronunciado el discurso de bienvenida a los delegados en la jornada inaugural de la convención.
Bosch, como presidente de ese partido pronunció el discurso de orden para informar y dar a conocer los ideales que llevaron al PRD a formarse en el exilio.
Como histórico calificó el momento político de entonces, resaltando que el pueblo tenía una delicada sensibilidad de los problemas del mundo y de los suyos, aunque a veces no supiera cómo expresarlo por el largo período de atraso a que fue sometido.
Al observar el avance registrado, dijo que anteriormente el pueblo apenas podía usar zapatos y tener camisas encima y escribir en los cartelones los nombres de los barrios de Guchupita y Gualey, de donde venían al centro de la ciudad a reclamar libertad para su patria.
“Ellos que sufrieron la tiranía (porque aquí todo el mundo sufrió la tiranía, pero unos la sufrieron con la barriga llena y otros con la barriga vacía) y de esos muchos que hoy hablan de la tiranía, ¿cuántos sacaron gruesas cuentas en los bancos”, se preguntó.
Bosch aseguró que los hombres que componían el PRD tenían fe en la capacidad del pueblo dominicano, en sus reservas de lucha para sacar adelante esta nueva democracia con justicia social que está tratando de imponer desde las filas de su partido.
Refirió que el PRD se organizó en el exilio sobre bases sociales, un caso curioso y único en el continente americano. Dijo que los partidos que precedieron a esa organización comenzaron con grupos pequeños de intelectuales que trataron de conquistar las masas campesinas y obreras de sus respectivos países, pero que su partido ha hecho todo lo contrario: las clases campesinas y obreras se han unido para conquistar a los intelectuales.
El político sostuvo que los hombres que componen el PRD tienen fe en la capacidad del pueblo dominicano, en sus reservas de lucha para sacar adelante esta nueva democracia con justicia social.
Luego del discurso de Bosch fue elegido el nuevo presidente del partido, resultando electo por aclamación Angel Miolán. El doctor Washington Aníbal de Peña fue escogido secretario general y el licenciado Jocobo Majluta, en organización.
Otros directivos fueron el doctor Armando González, Thelma Frías, José Francisco Peña Gómez, doctor Plutarco Ascensión, Francisco Andújar Díaz, José A Brea Peña, ingeniero Luis del Rosario, agrimensor Aybar Nicasio y Virgilio Gell.
También Jorge Yeara Nasser, Manuel Eusebio, doctor Abraham Jaar y doctor Freddy Zabulón.
Según declaraciones de Washington de Peña, la convención resultó un verdadero éxito, ya que todas las elecciones se llevaron a cabo en un ambiente de democracia y honradez política.
“Al concluir nuestra Primera Convención Nacional –dijo- hemos dado un ejemplo de honradez política y una demostración de fuerza extraordinaria y justas, las cuales se utilizarán solamente para hacer justicia al pueblo dominicano”.
EN NÚMERO
485
Delegados
participaron en la Primera Convención Nacional del PRD.

Bajo consigna Vergüenza contra dinero Bosch inició su campaña electoral

HECTOR MINAYA h.minaya@elnacional.com.do
e-mail: redaccion[@]elnacional.com.doShare on email
El profesor Juan Bosch y su esposa Carmen Quidiello junto a activistas y dirigentes del Partido Revolucionario Dominicano (PRD) tras una reunión política durante la campaña de 1962.
Bajo la consigna “Vergüenza contra dinero”, el profesor Juan Bosch inició una campaña por la presidencia de la República después de lograr un amplio apoyo de las masas campesinas, los obreros, los desempleados, y otros núcleos de bajas condiciones económicas. Esta frase del político cubano fundador en 1947 del Partido del Pueblo Cubano o Partido Ortodoxo), Eduardo René Chibás y Ribas, fue el “leitmotiv” en la campaña de Bosch.
Bajo ese lema desarrolló una intensa campaña caracterizada por su acento en la denuncia de la corrupción del pasado régimen dictatorial de Rafael Leonidas Trujillo Molina.
Resumía el conflicto ético principal de la sociedad en esa convulsa etapa, y parecía como una de sus mayores frustraciones políticas por esa situación– que aún tiene plena vigencia en estos días.
Bosch observaba, con un dejo de tristeza, como políticos daban ejemplo de cinismo, avaricia y desvergüenza.
Atraídos por la personalidad y las ideas de Bosch miles de jóvenes y adultos, principalmente de la clase media, así como obreros y campesinos, acompañaron al político desconocido, pero que había causado buena impresión en la ciudadanía por su peculiar estilo de expresión.
Su presencia en la vida política nacional ya como candidato presidencial del Partido Revolucionario Dominicano, fue un nuevo cambio para los dominicanos. Desarrolló una profunda influencia y simpatía populares, causando celos entre algunos sectores de los poderes fácticos del país.
Tuvo que soportar inmediatamente acusaciones despiadadas de sectores de la Iglesia católica y los conservadores que lo tildaban de comunista.
Como candidato a la presidencia de la República revolucionó y modificó substancialmente el estilo de realizar campaña electoral en el país.
Esa particularidad fue lo que le permitió desarrollar una profunda influencia y simpatías populares, que lo perfilaron como incuestionable ganador de los comicios que se efectuaron el 20 de diciembre de 1962.
Se presentaba un escenario nuevo, pues bajo la dictadura de Trujillo las actividades políticas estaban controladas, permitiéndose sólo el Partido Dominicano que era su aparato de propaganda del régimen.
Bosch compartió el escenario con diversos partidos que se organizaron fuera del país, como el PRD, la Vanguardia Revolucionaria Dominicana, VRD, y el Partido Nacional, PN. En 1959 fue fundado en el país el Movimiento Revolucionario 14 de Junio que se mantuvo en la clandestinidad hasta la muerte de Trujillo. Lo presidió el doctor Manuel Aurelio Tavárez Justo.
Pero el principal rival de Bosch era Unión Cívica Nacional, un movimiento que originalmente se formó como una agrupación de la sociedad civil. Sin embargo, fue transformado en partido político para las elecciones de diciembre del 62.
Esta agrupación estaba presidida por el doctor Viriato Fiallo, quien fue su candidato presidencial y el cual sucumbió frente a Bosch.
La lucha por la presidencia en el 1962 se centró entre Bosch y Fiallo.
Fiallo, cuyo partido representaba a la burguesía tradicional del país, se percibía como un posible ganador de la contienda. Su campaña antitrujillista fue intensa y su lema !Basta ya! caló profundamente.
Sin embargo, el profesor Juan Bosch supo atraer a los sectores trujillistas que heredó Joaquín Balaguer, porque en su campaña no los enfrentó directamente y de esa manera logró salir airoso en esa batalla electoral.

miércoles, 17 de septiembre de 2014

Juan Bosch Narra sobre su experiencia en una prisión en 1934

Lo relacionaron con una bomba que estalló en el cementerio de la avenida Independencia pero la acusación no pudo ser comprobada.

Una reciente interpretación en el Teatro Nacional de la canción “La Gaviota” de Juan Bosch, me hizo recordar una carta que recibí hace veintiún años del profesor y que hace referencia a esos versos suyos.

En los archivos de Trujillo había encontrado una correspondencia de 1934 de los padres de Bosch, dirigida a Trujillo, pidiendo que interviniera pues su hijo llevaba mes y medio preso “acusado de asuntos políticos”.

 No tenía ningún conocimiento sobre ese apresamiento y el propio Bosch no había publicado nunca nada al respecto.  Le escribí pidiendo información, pues iba a hacer referencia a esa carta en un próximo li Al cabo de dos semanas fui sacado de esa celda y llevado al presidio de Nigua, donde padecí un ataque palúdico que hubiera podido costarme la vida y sin embargo diobro mío.  Esperaba recibir la típica respuesta de un político, citando el complot en que se había involucrado, los grandes riesgos que había corrido por su actitud patriótica, etc., etc.

La respuesta que recibí fue totalmente diferente y refleja su honestidad intelectual.  Veamos:

“El Lic. Bernardo Vega me dice:

‘En los últimos días de diciembre de 1933 Juan Bosch fue apresado acusado de asuntos políticos.  ¿Cuáles fueron las actividades políticas que provocaron ese encarcelamiento y cuánto tiempo estuvo preso?’.

Y le respondo:

Ninguna.  En los meses de noviembre y diciembre de 1933 yo estaba en La Vega atendiendo a la publicación de mi primer libro, uno de cuentos titulado Camino Real; a fines de noviembre vine a la capital al cumpleaños de mi novia, Isabel García Aguiar, y fui a hacerme recortar el pelo en una barbería que estaba en lo que hoy es la avenida Duarte y allí estuve hablando con un vecino de esa barbería apellidado Medrano quien me presentó a un joven llamado Paquito Olivieri.

Estando en la casa de mi novia, en la calle 16 de agosto, al comenzar la segunda cuadra, partiendo del parque Independencia hacia San Carlos, se oyó un estampido como de cañonazo y dos o tres días después un hermano de Isabel me dijo que ese estruendo había sido producido por una bomba que lanzaron al cementerio de la Capital, que estaba en la avenida Independencia a pocos metros del parque de ese nombre.

Volví a la Capital el 31 de diciembre con una parte de los ejemplares de Camino Real y el día 3 de enero se presentó en la casa de mis padres, donde yo vivía (calle Villa Esmeralda, hoy Dr. Faura, No. 5) un oficial del Ejército conocido con el apodo de Chino y el apellido Gutiérrez, quien me pidió que lo siguiera y me llevó a la Fortaleza Ozama, de donde me sacaron diez, tal vez doce días después, y me condujeron al Juzgado de Instrucción que estaba en la calle de Las Damas esquina a la calle Mercedes.

Allí fui interrogado por el juez Miguel Ángel González y devuelto a la Fortaleza Ozama, donde al cabo de varias semanas de estar con 6 ó 7 presos comunes me rebelé y reclamé a gritos que se me pusiera en libertad porque yo no había cometido ningún delito.  De paso debo decir que en esa celda estuvo preso conmigo el músico y escritor seibano Julio Gautreaux, que le puso música a la letra de La Gaviota, unos versitos que yo había compuesto allí mismo dedicados, aunque no la mencionaba por su nombre, a mi novia Isabel, que después sería mi esposa y la madre de mis hijos León, el pintor, y Carolina.

Lo que califico de rebelión ocurrió en los momentos en que se llevaba a cabo en el patio de la cárcel una revista de presos, y al parecer eso disgustó a las autoridades militares, las cuales me castigaron con el traslado a una celda de la Torre del Homenaje desde la cual veía sólo el río Ozama.  La celda se abría por fuera y sólo para llevarme dos comidas al día.  Allí no había cama ni mesa ni lavamanos ni sábana ni almohada.  Junto con la comida me llevaban un jarrito de agua y me las arreglé para lavarme la cara y las manos con la mitad de un jarrito, y como me llevaban dos jarritos al día, lo que bebía diariamente era jarrito y medio cada día.

Al cabo de dos semanas fui sacado de esa celda y llevado al presidio de Nigua, donde padecí un ataque palúdico que hubiera podido costarme la vida y sin embargo dio origen a mi libertad, porque al enterarse de mi situación César Herrera consiguió del general José Pimentel que se le diera al general José García la noticia de mi enfermedad con el argumento de que era una persona conocida como escritor en el país y en el extranjero y mi muerte en presidio iba a perjudicar al gobierno.  Unos días después el jefe militar del penal, un oficial de apodo Liquito y apellido de León, que trataba a los presos con muy buenos modos, se presentó en la celda donde yo me hallaba en cama acompañando a un médico militar, el Dr. Quiñónez; éste me hizo un exámen y al día siguiente fui trasladado a la Fortaleza y llevado a una celda en la Torre del Homenaje de donde salí una semana después para ser conducido a la oficina de don Teódulo Pina Chevalier, quien me comunicó que se había cursado la orden de libertad a favor mío y que por tanto podía ir a mi casa.  En la oficina de Pina Chevalier estaba mi madre, a quien él le había pedido que fuera a verlo, y de allí salí yo con ella hacia la casa de mis padres.

De ese final se deduce que la acusación que se me había hecho, la de pertenecer a un grupo de terroristas que habían colocado una bomba en el cementerio de la avenida Independencia, no pudo ser comprobada, y no pudo ser comprobada porque de haberlo sido otra habría sido mi suerte.  Lo que sin duda sucedió fue que un agente secreto de la dictadura de Trujillo me acusó de ser miembro del grupo que puso la bomba en el mencionado cementerio.

Debido a que meses después supe que Medrano y Olivieri fueron detenidos e interrogados, sospeché que el autor de la denuncia en perjuicio mío fue el barbero que me recortó el pelo a fines de noviembre de 1933, pero debo aclarar que no fui confrontado o careado ni con Medrano ni con Olivieri ni fui interrogado por autoridades militares o policiales ni en ningún momento se me amenazó de palabra o se me maltrató de hecho, lo que indica que se me hizo preso porque alguien me acusó de haber puesto o de haber participado en la colocación de la bomba que estalló en el cementerio de la Capital pero no se presentaron pruebas de esa acusación.  En suma, que estuve preso porque se tenían sospechas de mí, y esas sospechas sólo podían justificarse si alguien me presentó ante las autoridades como autor de la explosión de la susodicha bomba.

Juan Bosch
29 de agosto de 1986”.

Escrito por Bernardo Vega, Hoy   

EL DUARTE DE MIGUEL NÚÑEZ

DANIEL BALCÁCER: EL DUARTE DE MIGUEL NÚÑEZ

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