MORAL Y LUCES

MORAL Y LUCES

miércoles, 10 de junio de 2015

Rebelion: Discurso feminista



¿Están Martha Lamas y Beatriz Preciado más allá del feminismo?

Pedro Echeverría V.
20-08-2014

¿Qué es, en realidad, un piropo?

Antonieta Moreno
13-08-2014

Entrevista a Gilda Luongo, escritora, crítica e investigadora feminista. Integrante de la Coordinadora Feministas en Lucha

Ainara Valles
04-08-2014


¿Quién dijo violencia contra la mujer?

Valentina Portillo Fabián
02-08-2014

Las marchas por el aborto libre, seguro y gratuito en Chile

Gilda Luongo
01-08-2014



Entrevista a Adriana Carrillo (Samantha), trabajadora sexual de Guatemala
“Todo lo que se salga de la llamada moral sexual normal es mal visto”
Marcelo Colussi
21-07-2014

La importancia de la reproducción social

Estelle Cooch
12-07-2014


Violencia sexual y capitalismo: un círculo vicioso

Ángela Solano
07-07-2014

Género, clase y ciencia de las oprimidas

Krasnaya
05-07-2014

Nuestros cuerpos, sus herramientas

Núria Pérez
04-07-2014



Eleanor Marx, madre del feminismo marxista (doc. pdf)
La vida de Eleonor Marx, madre del feminismo socialista
Rachel Holmes, Jeanette Winterson
19-06-2014

Ucrania y Rusia
Unidas en la homofobia
Dani Celma
12-06-2014


El Salvador
Maternidad y maternalismo
Julia Evelyn Martínez
10-06-2014

Entrevista a la escritora y activista Silvia Federici
“Las mujeres están en el centro de una crisis increíble”
Irene G. Rubio y Kike Castro
09-06-2014

La guerra no declarada contra las mujeres y las niñas

Nuria Varela
17-05-2014

Sindicatos para ganar al machismo

Mireia Gargallo
16-05-2014

La abeja obrera: Seguir siendo mujer al hacer la revolución

Valeria Silva
10-05-2014

América Latina: Mujer insurgente y libertaria

Daniel Benadava
08-05-2014




La antropóloga y activista feminista, Marcela Lagarde, diserta sobre feminismo y violencia de género en la Universitat de València
“El feminismo no es una fe; ha de ser creado, aprendido y aplicado a la vida propia”
Enric Llopis
07-05-2014

¿Espacios seguros? El reto de enfrentarse al patriarcado en contextos militantes

Nagua Alba Goveli y Lucía Alba Martínez
26-04-2014


El cuerpo de Scarlett: sexismo al desnudo

Ángela Solano
24-04-2014

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Pecados y capitales
Andrea D Atri
12-04-2014

Aborto seguro y legal también es clave para el desarrollo

Michelle Tullo
29-03-2014


Entrevista a Laura Gaelx, activista del Movimiento Feminista de Madrid
“El discurso y las prácticas feministas se han asumido en muchos movimientos”
Aitor Bayón
19-03-2014

El Día Internacional de la Mujer visto por los medios de Ecuador
El tabú de ser feminista
Silvia Arana

10-03-2014


 






Desmontando el relato neoliberal desde una perspectiva feminista

Olga Abásolo
08-03-2014



Entrevista a Silvia Federici, escritora y activa militante feminista
"La cuestión de la reproducción es esencial no solo para la organización capitalista del trabajo, sino para cualquier proceso genuino de transformación social"
Tesa Echeverria y Andrew Sernatinguer
08-03-2014

En el Día Internacional de la Mujer
Producción y reproducción de la fuerza de trabajo: Una mirada feminista
Mario Hernández
08-03-2014


8 de marzo
Mujer campesina: besa la tierra y vuela
Malu Egiluz
08-03-2014

Entrevista a Rosa Cobo Bedia, doctora en Ciencias Políticas y Sociología
“La prostitución es una de esas prácticas sociales en las que con mayor claridad se puede ver que hay una alianza a muerte entre capitalismo neoliberal y patriarcado”
Ane Garay Zarraga y Andrea Gago Menor
06-03-2014

Comienza la quincena de lucha feminista, que se extiende por distintas ciudades españolas y extranjeras
Acciones creativas en el camino hacia el 8 de marzo
04-03-2014


Zanzíbar se pone más violento con las mujeres

Kizito Makoye
28-02-2014

Madrid, del 1 al 16 de marzo
A por todas: Quincena de lucha feminista
25-02-2014

El control social de la reproducción

Neus Roca
21-02-2014

El feminismo reactiva la lucha contra el "extractivismo" en América Latina

Miriam Gartor
19-02-2014

La desigualdad socava 20 años de conquistas de las mujeres

Jonathan Rozen
19-02-2014

Entrevista a Rita Segato, especialista argentina sobre la violencia de género en todo el suelo latinoamericano
Mujer y cuerpo bajo control
Karina Bidase
18-02-2014

Cada 14 de febrero One Billion Rising contra la violencia hacia las mujeres

Marta Marco Buyolo
17-02-2014

Demandan un nuevo modelo económico redistributivo, solidario y sustentable
Mujeres indígenas se posicionan ante procesos globales para construir agenda mundial
12-02-2014

Las mujeres, sin tierra, alimentan al mundo

Mª Ángeles Fernández
25-01-2014

¿Cuántas vidas costará?

Luisa Capel
25-01-2014

Ecuador
La escuela de mujeres que mira de frente la vida
Orlan Cazorla y Miriam García Torres
14-01-2014

Mercedes Olivera y la construcción del feminismo indígena
Mujeres zapatistas, vivo ejemplo de lucha y resistencia
Itandehui Reyes Díaz
02-01-2014

América Latina carece de políticas de empleo con visión de género
El trabajo precario es todavía femenino, según la ONU
26-12-2013

martes, 9 de junio de 2015

BOSCH: Fui al Asia y Sudeste Asiático a buscar la Verdad

                                    VIAJE A LOS ANTÍPODAS 

 


                                            (Publicado en la revista ¡Ahora!, Nº 326 del 9 de febrero de 1970.)


“Durante años y años creí que políticamente la Verdad se hallaba en la llamada democracia representativa, pero sucedió que cuando el pueblo dominicano se lanzó a morir por esa democracia que yo, entre varios pero quizá más que muchos, le había enseñado a buscar, la tal democracia representativa sacó de sus entrañas la putrefacción, el crimen, la mentira, el abuso”

“vi a la soldadesca norteamericana llegar a Santo Domingo armada hasta los dientes para bombardear a la ciudad más vieja de América, para aniquilar el impulso creador de nuestro pueblo y para exterminar, como se hace con las fieras, a los luchadores democráticos dominicanos; vi a la República desamparada, engañada por los organismos internacionales y traicionada por la OEA”




La dignidad y bravura del hombre Quisqueyano se puso a prueba en el abril cuando la patria fue agredida por la botas invasoras. Aquí, en esta fotografía,un dominicano, se enfrenta a puños limpios a un soldado Yanqui que intenta agredirlo.

“he visto morir dominicanos día tras día desde el momento en que desembarcaron en el país los primeros infantes de marina del señor Trujijohnson hasta el momento en que escribo estas líneas, ya a punto de terminar el año de 1969, a pocos meses de cumplirse los cinco años de la intervención norteamericana. Así, la mentira y el crimen aplicados y desatados por la llamada democracia representativa yanqui en Santo Domingo no fueron el resultado de un error momentáneo; fueron y siguen siendo la obra sistemática de todos los días”

“a partir del 28 de abril de 1965 comencé a estudiar cuidadosamente la historia de los Estados Unidos tal como es y no como la cuentan los norteamericanos; comencé a darme cuenta de que ese país gigantesco y poderoso tiene una antigua tradición de engaños y una capacidad asombrosa para mentirle al mundo”



Los países del Asia están geográficamente en el lado del mundo opuesto a la República Dominicana, y además, tres de los cuatro que visité en los meses de octubre y noviembre de 1969 son, en el orden político, el polo opuesto de Santo Domingo; así, para nosotros los dominicanos Corea del Norte, China y Vietnam del Norte representan con toda propiedad nuestros antípodas, porque la palabra antípoda quiere decir eso: lo que se halla en el lado de la Tierra opuesto a nosotros, y además lo que representa algo totalmente distinto de lo que somos.


¿Por qué he viajado a los antípodas geográficos y políticos de nuestro país?

Aunque la respuesta a esa pregunta podría ser larga y complicada, voy a tratar de hacerla corta y clara: Fui al Asia y al Sudeste Asiático a buscar la Verdad.

Durante años y años creí que políticamente la Verdad se hallaba en la llamada democracia representativa, pero sucedió que cuando el pueblo dominicano se lanzó a morir por esa democracia que yo, entre varios pero quizá más que muchos, le había enseñado a buscar, la tal democracia representativa sacó de sus entrañas la putrefacción, el crimen, la mentira, el abuso. Yo oí al presidente de los Estados Unidos, país líder de la tal democracia representativa, mentir como sólo mienten los seres más abyectos; oí a él y a senadores, diputados, altos personajes y a la radio oficial de los Estados Unidos acusar a la revolución democrática del pueblo dominicano de criminal y salvaje; vi a la soldadesca norteamericana llegar a Santo Domingo armada hasta los dientes para bombardear a la ciudad más vieja de América, para aniquilar el impulso creador de nuestro pueblo y para exterminar, como se hace con las fieras, a los luchadores democráticos dominicanos; vi a la República desamparada, engañada por los organismos internacionales y traicionada por la OEA; la vi atropellada por soldados latinoamericanos, enviados a nuestro país para justificar el crimen de los Estados Unidos, que habían violado tratados hemisféricos y no querían ni podían quedarse solos ante la conciencia del mundo como autores de esa violación; he visto morir dominicanos día tras día desde el momento en que desembarcaron en el país los primeros infantes de marina del señor Trujijohnson hasta el momento en que escribo estas líneas, ya a punto de terminar el año de 1969, a pocos meses de cumplirse los cinco años de la intervención norteamericana. Así, la mentira y el crimen aplicados y desatados por la llamada democracia representativa yanqui en Santo Domingo no fueron el resultado de un error momentáneo; fueron y siguen siendo la obra sistemática de todos los días.




Valientes Mujeres Quisqueyanas se enfrentan a los soldados americanos en una marcha protesta por los atropellos por parte de la soldadesca americana contra el pueblo. 

Si alguien en quien tuvimos fe nos sorprende mostrándonos de manera inesperada lo que es en verdad y no lo que había simulado ser, empezamos a poner en duda todo lo que habíamos estado creyendo de él hasta entonces; y eso me sucedió a mí. Así, a partir del 28 de abril de 1965 comencé a estudiar cuidadosamente la historia de los Estados Unidos tal como es y no como la cuentan los norteamericanos; comencé a darme cuenta de que ese país gigantesco y poderoso tiene una antigua tradición de engaños y una capacidad asombrosa para mentirle al mundo; ha hallado la forma de atropellar de la manera más brutal a los pueblos débiles y presentar esos atropellos como si fueran grandes y costosos esfuerzos para liberarlos de males infernales y para defender la libertad humana. Cuando los libros de historia me convencieron de que los Estados Unidos no son lo que sus propagandistas dicen que son, sino todo lo contrario, me dije a mí mismo que esos libros podían ser en fin de cuentas obras de fanáticos antiyanquis y que mi deber era comprobar los hechos sobre el terreno; y visto que la prensa, la televisión, la radio y la mayor parte de los medios de comunicación norteamericanos tienen años y años presentando al mundo socialista como el espejo de la esclavitud, el atraso y la miseria, fui a visitar Yugoeslavia y Rumanía. Allí, en Yugoeslavia y Rumanía comprobé que de cada mil palabras sobre los países socialistas que se escriben en los Estados Unidos, novecientas noveintinueve son mentiras, y llegué a la conclusión de que el empeño que ponen los yanquis en hacer que los gobiernos sirvientes de América Latina persigan como a un criminal al que viaja a los países socialistas tiene un fin, el de evitar por medio de la violencia que los pueblos de América Latina se enteren de que la propaganda norteamericana contra esos países se basa en la mentira y sepan que cualquiera de ellos tiene un grado de desarrollo y bienestar, y sobre todo de justicia social, incomparablemente más alto que el de los latinoamericanos. Yo, que no soy comunista y por eso mismo no estoy obligado en ningún sentido ni por ninguna razón a defenderlos, lo afirmo categóricamente ante el pueblo dominicano, y digo a conciencia, con la mano puesta en el corazón, que de cada diez verdades sobre los países comunistas que dice un yanqui, dice al mismo tiempo, y con la mayor tranquilidad, noventa y nueve mil novecientas noventa mentiras.


La mentira es una parte tan importante en la vida norteamericana que sus historiadores, escritores, ensayistas, periodistas y funcionarios mienten hasta sin darse cuenta. Unas veces mienten directamente y otras de manera indirecta; unas veces dicen lo que no es verdad y otras veces se callan la verdad. Y esto lo hacen no sólo cuando hablan de otros países sino también cuando hablan del suyo; no sólo cuando se refieren a hechos actuales sino también cuando se refieren a hechos históricos. Por ejemplo, hace algo así como año y medio el ex embajador Crimmins respondió a una carta del PRD y en esa carta afirmó que los Estados Unidos son un país que se ha desarrollado pacíficamente, mediante la sola aplicación de las leyes; y recientemente el sucesor del Sr. Crimmins ha repetido lo que éste había dicho.


Pues bien, ni el señor Crimmins ni su sucesor dijeron la verdad, y yo me permito poner en duda que los embajadores norteamericanos ignoren la historia de su país. Claro que la conocen, pero la deforman para presentar a su país ante el pueblo dominicano como no es y como nunca ha sido. Al contrario de lo que han dicho los dos embajadores, los Estados Unidos han tenido revoluciones sangrientas, de las más sangrientas que ha conocido la Humanidad; en una de ellas murieron miles y miles y miles de hombres y mujeres, desde civiles y soldados hasta el presidente de la república; ciudades enteras fueron destruidas a cañonazos y se combatió ferozmente durante cuatro años. ¿Cómo es posible que el señor Crimmins y su sucesor pretendan hacernos creer que la fabulosa matanza de 1861-1865 no existió? ¿Y saben los dominicanos por qué no mencionan los señores embajadores esa hecatombe? Pues porque los norteamericanos le cambiaron el nombre; en vez de revolución pasaron a llamarle “guerra de secesión”. Pero fue una revolución provocada por los dueños de esclavos del Sur, que se levantaron en armas cuando creyeron que el gobierno de Lincoln iba a decretar la libertad de los esclavos. Lincoln no pensaba hacer eso, pero él representaba a los industriales del Norte, que para poder vender sus máquinas necesitaban que desapareciera la esclavitud en el Sur, puesto que los esclavos no estaban capacitados para manejar maquinarias y esto tenían que hacerlo obreros asalariados; y como Lincoln representaba a esos industriales, los esclavistas creyeron que iba a poner en peligro su “sagrado derecho” a ser propietarios de hombres.


Además de la revolución de la independencia y de la llamada “guerra de secesión”, los Estados Unidos han conocido y sufrido revoluciones larvadas que han producido millares y millares de víctimas, entre ellas varios presidentes de la república asesinados. Y ahora mismo, ¿qué está sucediendo con los negros de los llamados “ghettos” y con los “panteras negras”, a quienes cazan a balazos todos los días? Por último, los Estados Unidos han evitado más revoluciones dentro de sus fronteras mediante el método de proyectar sus crisis y su violencia hacia el mundo exterior, pues se trata de un país que ha vivido agrediendo a otros pueblos desde antes de nacer como república. Cuando todavía no eran independientes, los yanquis hacían matanzas memorables de indios americanos para quedarse con sus tierras, y siguieron haciéndolas hasta fines del siglo pasado(IX); después de independientes, arrebataron las Floridas a España y le quitaron a México más territorio del que ocupa hoy esa nación; se quedaron a cañonazos con Puerto Rico; se quedaron con Hawai y la Zona del Canal de Panamá; partieron en dos a Colombia y hoy tienen sus tropas establecidas en Corea del Sur y en Vietnam del Sur, dos países inventados por ellos a costa de la unidad de los viejos pueblos de Corea y de Vietnam, así como inventaron en Formosa una China nacionalista sustraída de la China continental e inventaron en Santo Domingo el llamado gobierno de reconstrucción nacional para mantener dividido al pueblo dominicano.




Un humilde hombre del pueblo pide a un soldado Yanqui Invasor dejarlo pasar para llevar a su niño herido a la Cruz Roja luego de un ataque indiscriminado por las tropas invasoras a la indefensa población civil.

Pero el embajador norteamericano no se atiene a decir lo que no es verdad en el caso de su país; va más allá y afirma que Inglaterra se ha desarrollado también sin violencias. ¿Sí? ¿Y qué cuenta la historia inglesa? ¿O son invenciones de novelistas las sangrientas revoluciones de 1648 y 1688, para mencionar sólo las del siglo XVII? Quien le cortó la cabeza a Carlos I en 1649 no fue un cirujano que quería devolverle la salud; fue el verdugo que le aplicó la pena de muerte votada por el Parlamento; y las ruinas de las iglesias que se ven en algunos lugares de Inglaterra no se deben a los maltratos del tiempo, sino a los hombres de Oliverio Cromwell, que las saquearon y las quemaron en los días de la revolución de 1648.

Esa necesidad de ocultar la verdad, ¿es acaso una deformación sicológica que se ha propagado, como una epidemia, entre los norteamericanos?

Pues no señor; no se trata de una deformación sicológica. Hubo una época en que los yanquis estaban orgullosos de sus revoluciones y hablaban de ellas con entusiasmo, pero ahora necesitan hacerles creer a los pueblos pobres como el dominicano y los de la América Latina que las revoluciones son un gran pecado, algo muy malo, algo que no debe hacerse nunca, y para decir eso tienen que arrancar de la historia de su país, de Inglaterra y de otros lugares, todas las páginas que se refieran a sus revoluciones; necesitan presentarse como libres del pecado revolucionario para poder reclamar de otros que no lo cometan.


¿Y cuál es la causa de esa actitud? ¿Por qué los norteamericanos, que hicieron revoluciones sangrientas, sin las cuales no habrían podido desarrollarse ni económica ni política ni socialmente, fueron entonces partidarios de revoluciones y ahora son enemigos de ellas?


Porque aquellas revoluciones inglesas y norteamericanas de los siglos XVII, XVIII y XIX fueron hechas por las masas de los pueblos de Inglaterra y los Estados Unidos para entregarles el poder a las minorías capitalistas de sus respectivos países, y las revoluciones que se hacen ahora en el mundo tienen la finalidad de establecer en el poder a las masas, no a las minorías capitalistas. En el caso concreto de la República Dominicana, la revolución se hará para desmantelar el Frente Oligárquico, que es el instrumento de que se valen los Estados Unidos para gobernar nuestro país a su antojo, y los señores embajadores norteamericanos pretenden hacerle creer al pueblo de Santo Domingo que la revolución es innecesaria, que en Norteamérica y en Inglaterra jamás hubo revoluciones, que los que tienen hambre deben esperar su oportunidad para comer, aunque haya que ir a servirles la comida al cementerio. Al tomar el poder, lo primero que harán las masas dominicanas y las de todos los países pobres del mundo —con los de la América Latina a la cabeza, desde luego— será tomar posesión de lo que es legítimamente suyo, de lo que se halla en su tierra y de lo que ha sido creado con el trabajo de sus hijos; es decir, procederán a nacionalizar las empresas norteamericanas. Y como eso significa que los millonarios norteamericanos dejarán de seguir recibiendo los dólares que sacan de nuestros países, hay que evitar por todos los medios que hagamos revoluciones. Esa es la razón de esas mentiras. Hay que engañar a nuestros pueblos haciéndoles creer que las revoluciones son pecados mortales, obra del demonio comunista, crímenes horrendos contra la libertad, y si los pueblos creen eso y se mueren de hambre, allá ellos con sus miserias; que se los lleve quien los trajo, porque eso no le quita el sueño a ningún ricacho norteamericano.


Pero sucede que el mentiroso y el cojo no llegan lejos. La red de mentiras con que los Estados Unidos tienen envuelto al mundo está destruyéndose rápidamente. En la América Latina la destruyó la invasión militar de Santo Domingo; en el resto del mundo la ha destruido la incalificable guerra de agresión a Vietnam. Por otra parte, el ser humano busca instintivamente la verdad, y cuando da con ella siente la necesidad de transmitírsela a otros. Como a cualquiera persona, a mí me sucede eso; pero ocurre además que tengo una responsabilidad ante el pueblo dominicano, la de ayudarle a disipar las sombras de la mentira en que quieren sumirlo a fin de que vea claramente por dónde va el camino hacia la libertad, la justicia social y el bienestar. Si al visitar Yugoeslavia y Rumanía comprobé que las mentiras que se dijeron sobre la Revolución de Abril eran iguales a las que se decían de esos dos países, ¿no era natural que me dijera a mí mismo que igual debía suceder en el caso de Corea del Norte, de China y de Vietnam? ¿Y no era lógico, en consecuencia, que aceptara las invitaciones que se me hicieron para visitar esos países?


Aquí digo lo que vi, sin la menor deformación. Lo que digo es el resultado de mis observaciones; no es propaganda de partidos ni de gobiernos. Y lo escribo para servir al pueblo dominicano; para que éste conozca la verdad y juzgue por sí mismo, no a base de las mentiras que le sirven los que tienen interés —y ganan dinero al hacerlo— en mantenerlo confundido.


Este breve resumen de un viaje a los antípodas comienza por:


La República Democrática de Corea


La historia escrita de Corea tiene miles de años, de manera que la lengua de sus pobladores es vieja. En esa lengua, que ya se hablaba cuando todavía no se había formado Roma, Corea se llama “el país de los amaneceres luminosos”. Hubiera podido llamarse también “el país de la gente que sonríe”, porque el coreano reacciona ante cualquier estímulo con una sonrisa franca; pero yo recordaré siempre a Corea como “el país de los niños alegres”. Kim Il Sung, el padre…. de la patria, dijo una frase que es a la vez profunda y conmovedora; dijo: “En Corea, el niño es ley”. Tómese esa frase por dondequiera y como quiera, y el resultado será siempre uno: El pueblo coreano está dedicado a sus niños; vive y muere, trabaja, lucha y crea por sus niños. De alguna manera, con esa extraña sensibilidad que tienen los niños en todas partes, los de Corea se dan cuenta de eso, porque donde ellos están —sea en la escuela, en las calles, en los parques—, sus risas y sus gritos de júbilo dan la impresión de una enorme pajarera colmada de cantos. En mis años, que no son pocos, jamás había visto nada igual.


Kim Il Sung sabía lo que decía al afirmar que en Corea el niño es ley, pues los países perduran en la medida en que sus ciudadanos los amen y los defiendan, y los niños de hoy serán los ciudadanos de mañana. El mismo Kim Il Sung era apenas algo más que un niño cuando a los trece años de edad comenzó a cumplir misiones de los grupos de patriotas que estaban luchando contra los japoneses —que habían ocupado el país en 1910—, y se hallaba en la flor de la vida cuando hacia 1932, acabando de cumplir los veinte años, inició la guerra de guerrillas por la liberación de Corea.


“¿Cuántos eran sus hombres en ese momento?”, le pregunté, entre cucharada y cucharada de una sabrosa sopa coreana que él mismo me servía con la naturalidad conque se comporta alguien con un hermano.

Kim Il Sung sonrió. Como todos sus compatriotas, es de sonrisa fácil y expresiva. Pero en esa ocasión la sonrisa del líder de Corea quería decir muchas cosas; quería decir, según me pareció: “Usted no va a creerlo”.

“Dieciocho”, dijo.

¿Y por qué no debía yo creerlo? ¿No se había quedado Fidel Castro con sólo doce seguidores poco después de haber desembarcado al pie de la Sierra Maestra? Fidel Castro había bajado de la Sierra, convertido en vencedor, a los dos años de haber subido a ella, y Kim Il Sung estuvo guerrilleando trece años, y los dos tomaron el poder al cumplir los treintidos. ¡Extraña similitud de destinos entre el líder de un viejo pueblo oriental y el de un pueblo nuevo del Caribe! Pero si el destino de Kim Il Sung y el de Fidel Castro se parecen, en cambio el de Corea y el de Cuba son distintos, porque a Corea le ha tocado ser uno de esos países a los que Norteamérica les ha aplicado la fórmula que ensayó con Colombia en Panamá, la de dividir las naciones y de cada una hacer dos: dos Coreas, dos Chinas, dos Vietnam. A lo mejor, en esa historia de país dedicado a dividir pueblos hallaron los negros norteamericanos la idea de dividir ellos a su vez a los Estados Unidos en una nación para los blancos y otra para los negros.

Corea quedó liberada en agosto de 1945 y el día 15 de ese mes fue proclamada república bajo un gobierno encabezado por el joven que había estado trece años dirigiendo las guerrillas antijaponesas, esto es, por el mismo Kim Il Sung de quien vengo hablando. Unas semanas después de establecida la república, los norteamericanos desembarcaban en el sur al mando de Douglas MacArthur, y éste proclamaba, con su conocida arrogancia: “… Todos los poderes del gobierno sobre el territorio de Corea, al sur del paralelo 38 de latitud Norte, y sobre el pueblo que lo habita, serán... ejercidos bajo mi autoridad”; y fue así como Corea, un país con más de tres mil años de historia escrita, quedó cercenado como un cuerpo al que le cortan la mitad.


Cinco años después de eso comenzó el ataque norteamericano contra Corea del Norte. Al cabo de tres años de guerra, todas las ciudades coreanas habían sido destruidas, o dicho con más propiedad, habían sido demolidas por los bombardeos yanquis. Dieciséis años después, ningún extranjero que visite el país verá las huellas de esa destrucción masiva, pues una por una, todas las ciudades han sido levantadas otra vez, y aun-que cualquiera se da cuenta de que son nuevas porque sus avenidas están trazadas y sus edificios concebidos según los conceptos característicos de la arquitectura más moderna, parece que tienen siglos de habitadas, porque a primera vista se nota que entre sus habitantes y ellas hay esa coherencia y esa intimidad que son propias de las ciudades antiguas.

Debido a que en los años de la vida de Kim Il Sung su país pasó de colonia a república, y en la lucha para hacer ese cambio él fue durante trece años el líder de la resistencia patriótica; debido a que a causa de su papel como líder de la resistencia él pasó automáticamente a ser el jefe del primer gobierno libre de Corea; y dado que debido al ataque norteamericano las ciudades del país quedaron demolidas y fueron reconstruidas bajo ese gobierno del antiguo guerrillero, la historia de la república de Corea y su renacimiento se ha confundido con la de Kim Il Sung. Decir Corea del Norte es, pues, decir Kim Il Sung; o si se prefiere expresado al revés, Kim Il Sung es Corea del Norte. Mi impresión es que para los coreanos no hay diferencia alguna entre el país y su líder, y que ellos se imaginan a Kim Il Sung como una parte esencial de Corea y a Corea como una obra de Kim Il Sung.


Esa identidad entre líder y país es un fenómeno poco común en la historia humana, y gracias a ella el poder de Kim Il Sung va más allá del campo político y alcanza una calidad que no puede ser apreciada fácilmente; no es un poder que descansa en la autoridad, en el terror, en el carisma del líder, en los bienes que éste distribuye. Nada de eso. Es algo más profundo. Para el pueblo coreano, Corea y Kim Il Sung son una sola y misma cosa.


Ese hombre que es a la vez su pueblo se presenta de improviso en una escuela de párvulos, se sienta en un pupitre y comienza a hacer preguntas como otro escolar; o se va al campo y se pone a vivir en una cooperativa para ayudar a los campesinos en su trabajo. Héctor Aristy y yo estábamos alojados en una residencia que tiene el gobierno para sus huéspedes y se suponía que antes de irnos de Corea visitaríamos a Kim Il Sung, y sucedió lo contrario: una mañana Kim Il Sung se presentó en la residencia, comenzó a hablar conmigo y se quedó a comer con nosotros. Como yo estaba a su derecha en la mesa, él mismo me servía la comida. Iba vestido con la sencillez característica de los líderes socialistas de Asia: un traje simple, pantalón y chamarra negros, y una gorra de tela, de ésas que en Santo Domingo no usaría un campesino porque le parecería pobre. Lo que hablamos en más de tres horas de conversación fue mucho, variado y bueno, y me sorprendió lo bien informado que está acerca de América Latina y sus problemas. Pero también tiene a flor de labios las estadísticas de su país.

“En comparación con 1948, hasta 1967 la producción industrial de Corea había aumentado 22 veces, y la fabricación de maquinarias, 100 veces, a pesar de la guerra; en 1946, la proporción de la industria en el Producto Nacional Bruto era de 28 por ciento y en 1964 era de 75 por ciento; en 1965, la producción de tejidos había aumentado 195 veces en comparación con la de 1944; en ese año de 1944, la producción de tejidos per cápita era de 14 centímetros y en 1965, de 25 metros”.

Todo eso lo dijo de un tirón, a pesar de que las comparaciones son tan dispares en lo que se refiere a los años que es difícil retenerlas en la memoria. De todos modos, no era necesario que lo dijera, pues el que visita Corea del Norte se da cuenta inmediatamente de que es un país con un desarrollo económico vertiginoso. Los que conocen Alemania del Este dicen que es el país cuya economía crece más de prisa en el campo socialista. Yo no he estado en Alemania del Este, pero me asombraría que su ritmo de crecimiento superara al de Corea. Corea produce el 98 por ciento de lo que consume, desde maquinaria pesada hasta fósforos, y lo que consume es mucho a juzgar por el nivel en que vive el pueblo.

La totalidad de las familias usa electricidad. Por la vivienda se paga sólo 57 centavos por cada 100 pesos de salario, de manera que la persona que gane, digamos, 200 pesos, paga 1 peso y 14 centavos. Actualmente está construyéndose una casa para cada familia campesina, y ya hay 600 mil familias campesinas con casas nuevas. Todo lo que se refiere a medicinas, médico, hospital, operaciones y tratamiento es gratuito y según pude ver visitando hospitales, el servicio es como para tutumpotes de nuestro país. La cuarta parte de la población está estudiando en 9,260 establecimientos escolares y no hay un solo analfabeto; el teatro, el ballet y el circo —que es muy popular en el país— son de primera categoría; su cine y su televisión, excelentes.

Corea tiene que destinar una suma enorme al mantenimiento de sus fuerzas armadas, lo que se explica porque vive esperando de un día a otro el ataque norteamericano. A eso se debe que la parte más importante de su industria pesada —y según algunos, toda su industria de guerra— se halle bajo tierra, dotada además de hospitales, escuelas, viviendas, almacenes de provisiones y agua, luz eléctrica y hasta vías de comunicación subterráneas. Ya es un esfuerzo grande mantener un ejército en pie de guerra, pero estar preparado para la guerra nuclear es un esfuerzo extraordinario para cualquier país, cuanto más para uno pequeño que en quince años ha rehecho todas sus ciudades y todas sus industrias, y las ha multiplicado. Si Corea pudiera dedicar a su desarrollo todos los recursos que tiene que destinar a defenderse, sería el asombro del mundo. Para los partidarios del régimen socialista, ese poder de progreso será fruto del socialismo; para mí, al socialismo hay que sumar las condiciones naturales del pueblo coreano y la circunstancia de que cuenta con un líder —desde luego, socialista— que es a la vez resuelto y prudente; de una prudencia exquisita, al grado que en Corea no se ha impuesto a la fuerza ninguna medida socialista: todas han sido llevadas a la práctica después que han sido clara y metódicamente explicadas al pueblo y después que éste ha decidido aceptarlas. En cuanto al pueblo, es sobrio, disciplinado, trabajador, ardientemente patriota, y muy inteligente, y muy fino. De lo último da prendas abundantes su actitud ante la obra artística. El coreano es un artista nato.

Volviendo de Pammunjong —el punto donde se celebran desde hace años las conversaciones de paz— llegamos a media tarde a Kessong, y allí, en el Palacio de los Pioneros, se improvisó una fiesta de teatro infantil. Toda la vida recordaré aquellos diminutos artistas de 6 y 7 años; sus cantos, sus danzas, sus pequeñas piezas de teatro, y sobre todo el final del acto. Los niños coreanos no me dejaban salir. Me abrazaban, me besaban; cada uno de ellos era un surtidor de alegría. Yo tenía los ojos puestos en ellos, pero a quienes veía era a los niños de mi país.


JUAN BOSCH

(Publicado en la revista ¡Ahora!, Nº 326 del 9 de febrero de 1970.)

Premoniciones, profecías y brujerías

POR EDUARDO GARCÍA MICHEL

Confieso que hace pocos años tuve una premonición. Ahora estoy asustado de que pudiera convertirse en profecía. 

En mayo del 2011 recibí una invitación del Ministerio de Cultura para que participara en un coloquio sobre el ajusticiamiento del tirano Trujillo, con motivo del cincuenta aniversario de la Gesta del 30 de Mayo.

Para hacer más entretenida la exposición quise empezarla como sigue: 

"Desde el ajusticiamiento de Lilís al inicio de la Era de Trujillo transcurrieron 31 años, que casualmente coincide con el período de 31 años que duró la tiranía de éste último. Suele decirse que Lilís y Trujillo eran supersticiosos, y creían en brujerías. Siendo así es probable que ambos hubieran apostado al 62 (31 + 31) como el número de años en que se repetiría otra dictadura. Si sumamos, esto nos llevaría al 2023. O sea, según el vaticinio imaginario de los dos tiranos podríamos tener una nueva dictadura dentro de 3 elecciones y un poco más. ¡Zafa!, dirían los que no creen en supercherías, pero tampoco dejan de hacerlo, por si acaso."

Y agregaba: "No se asusten. Esta no es una profecía. Espero que no suceda. Es sólo una manera distinta de introducir este tema tan amplio que no deja resquicios firmes por donde agarrarlo."

La ponencia que presenté en el coloquio, terminaba diciendo lo siguiente:

"La gesta del 30 de Mayo marcó un punto de inflexión en nuestra historia: la del paso de la sumisión a la libertad. No crean, sin embargo, que el 30 de Mayo se agotó con el episodio que ocurrió en 1961. No. De ninguna manera. De seguro que habrá otros 30 de Mayo, cada vez que fuere necesario."

Y, agregaba: "Ahora el reto que tenemos es el de construir una gesta diferente, que en vez de la libertad sería de la institucionalidad. No tendría por qué haber sangre derramada, sino un concierto de voluntades que determine que la educación es la base perdurable de la democracia y del desarrollo, y que las instituciones que la deben soportar, nacen de ella.

Esa es la batalla que nos convoca a todos a convertirnos en héroes para impulsar el progreso, educación e igualdad social con oportunidades para todos, lo cual pasa por el fortalecimiento ineludible de las instituciones y el respeto integral a la ley, sin mediatizaciones. Esa es la batalla que no nos podemos dar el lujo de perder, para lo cual debemos inspirarnos en el espíritu de nuestros antepasados, en su determinación, para ganar el derecho al desarrollo."

Lo que dije en aquel tiempo, al releerlo ahora me provoca preocupación. Los acontecimientos se encaminan en la dirección en que no debieron hacerlo. 

Los hechos que se están produciendo hacen evidente, contrario a todas las expectativas positivas que se habían formado, que la batalla que esta sociedad está perdiendo es precisamente la del fortalecimiento de la institucionalidad y el respeto al espíritu y la esencia de la ley. 

En este momento se está concretando uno de los episodios más lamentables de retroceso institucional que ha sufrido el país en su historia. Agazapados en el silencio e hiperactivos en la penumbra, la Constitución que juraron acatar ante los símbolos patrios está siendo modificada para incumplirla. 

Una oligarquía política se reparte el poder y sus prebendas sin el menor rubor. Decide y usurpa la representación de todos, sin legitimidad ni derecho para hacerlo. 

La actividad más noble ha devenido en un simple ejercicio de trueque y compra venta de consciencias. La clase política ha visto esfumarse su credibilidad, aunque hay valiosas excepciones que confirman la regla. Los partidos se han convertido en ruinas carcomidas. 

Las prácticas más refinadas de adormecimiento colectivo y mediático se están imponiendo.

Una trompeta emite sonidos lastimeros que hieren el alma. La democracia se encuentra en trance de muerte. De la patria va quedando el cascarón huero y hediondo. Sentimientos de angustias asaltan el pensamiento. 

¡Dios mío! ¿Cuál es la opción que están dejando a la consciencia de este pueblo, si han roto y quebrado la institucionalidad para satisfacer meras ambiciones personales, cuando tenían abiertas las páginas de la historia para esculpir con gloria su perfil? 

¡Qué pena tan grande! Han convertido el funcionamiento de los poderes del Estado en un espectáculo indigno y servil.

¿Adónde pretenden llevar este pueblo, si no existen contrapesos ni equilibrio? Y, sobre todo, ¿en qué creen que habrá de desembocar todo esto? 

Tiemblo al pensarlo. 

El espectro que se advierte en lontananza es terriblemente oscuro, pero no desfallezco en la esperanza de que al final brillará la luz.

TOMADO DEL DIARIO LIBRE

De Américo Lugo a Trujillo



POR RAFAEL NÚÑEZ

Cuando Rafael Leónidas Trujillo materializó el golpe de Estado contra Horacio Vásquez, la intelectualidad dominicana de entonces, unida al coro de políticos de ocasión, trató de justificar de mil maneras aquella acción, esgrimiendo argumentos que iban desde la dudosa legitimidad de los dos últimos años del destituido Presidente, hasta la construcción de mitos para legitimar lo que terminó siendo una dictadura, una de las más sangrientas y bárbaras de la región.

Desde los discípulos de Eugenio María de Hostos, hasta los admiradores del uruguayo José Enrique Rodó y del venezolano Vallenilla Lanz, el tropel de casi toda la intelectualidad vernácula, se plegó ante la nueva fuerza que aún no daba visos de ser tan férrea y avasalladora como terminó siendo.

El nacionalismo, el modernismo, la fundación de una “Patria Nueva”, la paz, la concordia, el orden, la continuidad y la independencia económica fueron los mitos construidos por los intelectuales de Trujillo, que asomaron sus hombros a la dictadura para justificarla y justificarse.

Hay, sin embargo, entre los seguidores del pensamiento hostosiano un distinguido intelectual dominicano, Américo Lugo, que sobresale por una histórica misiva que envió al tirano el 26 de enero de 1936, luego de que Trujillo en la inauguración de un mercado y acueducto en Esperanza, lo llamó “historiador oficial”, debido a que el ensayista firmó un contrato con el gobierno para escribir una “Historia de la isla de Santo Domingo”.

Al ser señalado por el tirano en ciernes con el calificativo de “historiador oficial” en aquel acto público, Trujillo pretendía dejar en la memoria colectiva que Lugo había firmado un contrato con su gobierno para escribir la historia del pasado y del presente. En la valiente carta a Trujillo, con todo respeto a su investidura, Américo Lugo puso de relieve su independencia de criterio y la claridad de su rol, y cito: “Me veo en la necesidad de ocupar su elevada atención para manifestarle que no me considero historiador oficial, ni obligado a escribir la historia de lo presente. No me considero historiador oficial, porque mi convenio excluye por naturaleza toda idea de subordinación, y debe ser cumplido exclusivamente bajo los dictados de mi conciencia. No recibo órdenes de nadie, y escribo en un rincón de mi casa. Tampoco me considero historiador del presente, porque, por el contrario, la cláusula primera de mi contrato con el Gobierno Dominicano excluye de manera expresa el escribir la historia del presente. Dicha cláusula dice así: “El doctor Américo Lugo se obliga frente al Gobierno Dominicano a escribir una obra intitulada Historia de la Isla de Santo Domingo, que constará de cuatro volúmenes en octavo, de cuatrocientas páginas, más o menos, cada volumen; la cual comprenderá el período comprendido entre los años 1492 a 1899, o sea desde el descubrimiento de la isla hasta la última administración del Presidente Ulises Heureaux inclusive. A partir de esa fecha, el Dr. Lugo se obliga a hacer en su obra un recuento histórico de las demás administraciones”. “Recuento” significa: Enumeración, inventario”.

“En consecuencia, recuento histórico significa una enumeración de sucesos históricos; pero de ningún modo significa escribir la historia de dichos sucesos. Y un recuento es lo único a que me he obligado, a contar de 1899 o sea de la última administración del Presidente Heureaux. El título de historiador oficial carecía de sentido aplicado a un historiador del pasado. No podría referirse sino a la persona nombrada para escribir la historia de la administración actual; y la historia de la administración actual está excluida de mi Contrato con el Gobierno Dominicano, como lo está la de todas las demás administraciones públicas posteriores al 26 de julio de 1899. Yo manifesté al enviado de Ud. que mi deseo era, y había sido siempre no escribir historia, sino hasta el año 1886 solamente. Se me arguyó que mi historia quedaría muy atrás para los estudiantes; y en obsequio de éstos convine en alargarla hasta 1899, y en hacer un recuento o enumeración de sucesos históricos a contar de esa fecha, pero nada más”.

Américo Lugo no sólo traza la raya de Pizarro para dejar constancia de su independencia de criterio, sino de su desapego a lo material y al dinero, al oro corruptor que se lleva de encuentro casi a todos los políticos. Y lo hizo con estos formidables párrafos en su carta al dictador:

“A Ud. no podía sorprenderle que yo me negase a traspasar en mi historia, los linderos del siglo XX. Ud. recordará que en Marzo de 1934, Ud. me ofreció una fuerte suma de dinero para que yo salvara mi casa, a cambio de que yo escribiera la Historia de la Década, lo cual era proponerme que fuese su historiador oficial; y Ud. recordará así mismo que preferí perder mi casa, como efectivamente la perdí, contestando a Ud. en carta de fecha 4 de abril de 1934 lo siguiente: “Yo podría ser, aunque humilde, historiador, pero no historiógrafo… Creo un error la resolución de escribir la historia de la última década. Lo acontecido durante ella está todavía demasiado palpitante. Los sucesos no son materia de la historia, sino cuando son materia muerta. Lo presente ha menester ser depurado, y sólo el tiempo destila el licor de verdad dulce y útil para lo porvenir. Todo cuanto se escribe sobre lo actual o lo inmediatamente inactual, está fatalmente condenado a revisión.

“La administración del general Vásquez y la de Ud. sólo podrán ser relatadas con imparcialidad en lo futuro. El juicio que uno merece de la posteridad no depende nunca de lo que digan sus contemporáneos; depende exclusivamente de uno mismo. Aparte de estas consideraciones decisivas, yo no podría escribir ese trozo de historia por dos razones: la primera, mi falta de salud; la segunda, mi falta de recursos. Recibir dinero por escribirla en mis presentes condiciones, tendría el aire de vender mi pluma, y ésta no tiene precio.

“…Un historiógrafo o historiador oficial huele a palaciego y cortesano, y yo soy la antítesis de todo eso. No soy ni puedo ser sino un humilde historiador de lo pasado, y sólo como tal me he obligado con el Gobierno. Un historiador oficial es un historiógrafo, y la diferencia que hay entre simple historiador e historiógrafo ha sido magistralmente expuesta por Voltaire en su “Diccionario Filosófico”.

No tiene desperdicio el cuerpo completo de la carta, de la cual solo escogí por razones de espacio algunos párrafos en los que se resaltan la conciencia que Américo Lugo tuvo de su papel, así como el carácter de acero demostrado, cualidades que la historia les reserva a pocos, a quienes asumen responsabilidades con su pueblo

“¿Objetivo a favor de quién?”


por  el 09/06/15 at 9:47 am
Unos amigos lectores me han observado que estoy “muy pesimista”.
Según ellos, no estoy viendo las tantas cosas buenas que se están haciendo, y que debiera ser “más objetivo” en mis opiniones.
A uno de ellos le recordé la respuesta de don Rafael Herrera cuando le pidieron que fuera “objetivo”, y él preguntó “¿objetivo a favor de quién?”…
Debo reconocer que no soy devoto de las solas obras materiales. Si tuviésemos orden, los elevados serían menos necesarios. Si hubiésemos educado a nuestros niños, no tuviésemos tantos matones en las calles.
Al igual que Schumpeter, me considero un “pesimista constructivo”, es decir alguien que busca mejorar las cosas que están mal, sin quedarse solamente en el lamento. Trato de proponer soluciones, y de no quedarme callado ante lo que considero que está mal, particularmente en el campo institucional, que es el duradero.
Por ejemplo, no puedo estar de acuerdo en una inversión sin planificación, como ha estado pasando en tantas áreas del Gobierno. Decir que se han construido cientos de escuelas, no significa que todas estén bien o que tengan maestros preparados. A lo mejor, una inversión más provechosa hubiese sido hacer menos escuelas y más hospitales u otras obras, por ejemplo.
Igualmente, no puedo estar de acuerdo con una reelección motivada por un pleito entre dos con la complicidad de muchos que debieran estar presos.
El país que estamos construyendo no es el que quiero para mis nietos.
atejada@diariolibre.com
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LEONARDO FAVIO







Publicado el 20 ago. 2012
00:00 Fuiste mia un verano,03:38 Ni el clavel ni la rosa, 07:30 La foto del carnet 10:15 Ojos azules,14:50 La rubia del cabaret, 19:30 Mas que un loco, 22:58 Mi amante nina, mi companera, 27:00 Vanidad, 29:50 O quizas simplemente le regale una rosa, 38:50 como me duele la piel, 42:00como poder saber si te amo, 44:33 Aquella noche de verano, 48:33 La copa rota, 53:35 Ella... ella ya me olvido, 1:01:50 La bamba.
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LA DICTADURA PERFECTA - Tráiler oficial - Disponible en BR - DVD y Plata...















Publicado el 20 ago. 2014
Tráiler oficial de la película LA DICTADURA PERFECTA.
De los creadores de LA LEY DE HERODES y EL INFIERNO, una película de Luis Estrada.
La televisión ya puso un presidente... ¿Lo volverá a hacer?
SINOPSIS:

El Presidente de la República comete uno más de sus frecuentes disparates. TV MX, la poderosa Corporación Mexicana de Televisión, tiene que ayudar a su amigo y aliado a salir del problema antes de que se convierta en otra grave crisis de imagen y popularidad. Para desviar la atención, la televisora da a conocer en su noticiero estelar, y de manera muy escandalosa, un video que involucra al Gobernador Carmelo Vargas en horrendos crímenes y graves negocios ilícitos. El “Gober Vargas”, preocupado por su futuro político, decide negociar un millonario y secreto acuerdo con los dueños de la televisora. Carlos Rojo, un joven y ambicioso productor de noticias; Ricardo Díaz, reportero estrella de la televisora y Javier Pérez Harris, conductor del noticiero estelar, son comisionados para cambiar la imagen que la opinión pública tiene del corrupto y folclórico “Gober”, y lograr - a cualquier costo – convertirlo en una fulgurante estrella política y un posible candidato a la presidencia. La Televisión ya puso un Presidente… ¿Lo volverá a hacer?

lunes, 8 de junio de 2015

Pepe Mujica: La paz de Colombia es la paz del continente



El expresidente uruguayo clausuró el segundo Foro para la paz en Colombia e hizo un llamado a todos los colombianos a que busquen la paz. En el acto de clausura del II Foro por la Paz en Colombia este domingo, el expresidente y actual senador uruguayo, José “Pepe” Mujica afirmó que la paz de los colombianos es una causa de todos los latinoamericanos porque la guerra de Colombia, “es una puerta de entrada a la intervención de afuera, en las entrañas del continente”.
Señaló también que Latino américa no puede resignarse a ser un continente de cuarta “tenemos que darnos cuenta de que somos parte de la esperanza de la humanidad. Llegamos tarde pero tenemos la ventaja de haber aprendido de los errores que cometieron otros para tener la posibilidad de un continente de justicia y de paz y donde valga la pena nacer, y soñar”.
Pepe insta a seguir el ejemplo de Nelson Mandela en Sudáfrica "En estas cosas hay que estudiar lo que hizo Sudáfrica. La grandeza que tuvo Mandela y la gran prioridad que pudo establecer para una nación terriblemente dividida no solo por el costo de la guerra, sino también por el racismo", apuntó. Dijo también que el mundo se está aglutinando en gigantescas unidades y Latinoamérica está bajo la amenaza de convertirse en una "hoja al viento". En su alocución, Mujica estuvo acompañado en la mesa del auditorio del paraninfo de la Universidad de la República de Uruguay por el rector de la casa de estudios, Roberto Markarian, por la representante de la Cámara colombiana, Ángela María Robledo, y por la portavoz nacional del movimiento Marcha Patriótica, Patricia Ariza.  
EL DATO:
El Foro por la paz en Colombia se inició por primera vez en 2012 con la iniciativa de organizaciones de la sociedad civil latinoamericana, que se juntaron para apoyar los diálogos de paz iniciados en el país suramericano. El primer evento se realizó en 2013 en Brasil y contó con la participación de mil personas y la coordinación de casi cien organizaciones de los diversos países de la región. El encuentro entre movimientos políticos y sociales culminó este domingo con una declaración final en la cual ratificaron su apoyo a la paz en Colombia, la soberanía de Venezuela ante la injerencia de EE.UU. y el derecho de Argentina sobre las Islas Malvinas. 15 2 Tags Pepe Mujica Foro por la paz de Colombia paz colombia 

Este contenido ha sido publicado originalmente por teleSUR bajo la siguiente dirección:

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