Por Domingo Nunez Polanco
Juan Bosch: Del exilio a la presidencia
El niño que a temprana edad escribía cuadernillos de cuentos infantiles no había cumplido aun los nueve años. Hijo de José Bosch Subirats español de ascendencia catalana y la puertorriqueña de ascendencia española Ángela Gaviño Costales. El Infante Juan Emilio Bosch y Gaviño había nacido el 30 de junio de 1909 en Rio Verde, comunidad de la Vega. Vivió los primeros años de su infancia en su natal comunidad rural Río Verde, donde comenzó sus estudios de primaria; los estudios secundarios los hizo en el colegio San Sebastián de La Vega, llegando sólo hasta el tercer nivel del bachillerato.
Inclinación por la literatura
Juan Bosch: Del exilio a la presidencia
El niño que a temprana edad escribía cuadernillos de cuentos infantiles no había cumplido aun los nueve años. Hijo de José Bosch Subirats español de ascendencia catalana y la puertorriqueña de ascendencia española Ángela Gaviño Costales. El Infante Juan Emilio Bosch y Gaviño había nacido el 30 de junio de 1909 en Rio Verde, comunidad de la Vega. Vivió los primeros años de su infancia en su natal comunidad rural Río Verde, donde comenzó sus estudios de primaria; los estudios secundarios los hizo en el colegio San Sebastián de La Vega, llegando sólo hasta el tercer nivel del bachillerato.
Juan Emilio, siempre
bien vestido, mantenía su frágil cuerpo firme, con las manos cruzadas en la
espalda; su rostro era delgado, el mentón alargado, el pelo castaño muy corto,
la mirada gris. Con actitud, siempre, escudriñadora, era testarudo, pero tenía
buena cabeza y una voluntad indómita. Esperaba siempre acompañar a su padre a
las tertulias de don Federico García Godoy “Recuerdo las tertulias de don
Federico en el parque de la Vega, en un banco que daba a la iglesia. A esas
tertulias asistía el señor Gasso, que era profesor de la normal, don Carlos
María Sánchez, Jaime Suro (…). Mi padre iba algunas veces a ellas y me llevaba,
y aunque yo era muy muchacho y ponía a veces la atención en cosas que no eran
de la tertulia, también ponía mi parte de atención en la tertulia,
especialmente cuando hablaba don Federico, que siempre contaba cosas
interesantes y lo hacía con un lenguaje
muy moderado y con unas expresiones dulces, afables”. (Juan Bosch, Prologo, el Derrumbe, Federico
García Godoy, 2010)
Desde muy temprana edad, el jovencito
Juan Emilio Bosch leía todo lo que
llegaba a sus manos “(…) me gustaba leer y leía de todo. (…) y
compraba mucho los llamados cuentos de Calleja, que eran unos cuentos para
niños ilustrados que publicaba en España una editorial de nombre Calleja. Tal
vez eso influyo para que al fin me dedicara a escribir cuentos (…). Lo que sí
recuerdo es que cuando tenía unos ocho años hacia un periodiquito llamado El
Infante que yo mismo escribía a maquinilla y lo vendía en la escuela, y recuerdo
también que hice un librito de cuentos, también escrito en maquinilla e
ilustrado con dibujos míos encuadernado por mí,
porque en la escuela nos enseñaban oficios, y yo escogí dos: la talla en
madera y la encuadernación”.
En la mocedad de su juventud Juan Emilio hizo
y vivió una vida propia de ambiente
de un hogar del tipo de familia típicamente pequeño burguesa “(…) en carnaval
hacíamos mascaras y en cuaresma chichiguas y pájaros, que vendíamos para ayudar
en la casa, y cuando se presento la crisis de 1921, que hizo quebrar casi todas
las casas de comercio (…), papa nos dijo que sembráramos hortalizas y papas y
batatas en un solar que él había comprado al lado de la casa de Villa Carolina
donde vivíamos. (…) y lo sembrábamos
hasta de lechugas, rábanos, ajíes, y hasta de chicharos y guandules. Vendiendo
esas cosas a las mujeres del mercado. Sacábamos bastante para el diario de la
familia, que por aquellos años era de dos pesos”. (…) Pepito pasó aprender mecánica en un taller
que había no lejos de casa. Yo estaba vendiendo plátano en el mercado de la
capital, (…). Pero tanto Pepito como yo tuvimos que dejar los estudios temprano”. (Lil Despradel, “Encuentro con Juan Bosch en busca del
tiempo perdido”, entrevista)
Inclinación por la literatura
La cultura
de su abuelo, Juan Gaviño, así como el amor a los buenos libros y a la
sensibilidad social de su padre, José Bosch Subirats, determinaron luego su inclinación por la
literatura. Se le hablaba de la
intervención militar norteamericana a su país en 1916 y de los acontecimientos
políticos internacionales. Ese marco familiar le llevo a manifestar su
inquietud de escritor desde muy temprano. Esa inquietud artística se manifestó,
primero, a través de la escultura, y luego del cuento y la poesía. La madurez
intelectual de Bosch era tal que ya en 1929, en su artículo, “los dos camino de
la hora”, anunciaba una dictadura en la República Dominicana. (1) (buscar
el articulo para el apéndice)
En 1924 se traslada a Santo Domingo, donde trabajó
en varias tiendas comerciales. “Lo que
sé es que después vine a trabajar a la capital, en la Casa Lavandero, (…).
Hacia tareas de oficina, de aduana, y mi jefe inmediato (…) Ernesto Vitienes. Después
pase a trabajar en casa de Ramón Corripio. (…) con lo que había aprendido en el
comercio de papa y lo que me enseño Ernesto Vitienes llegue a conocer todo lo
que había que saber sobre la materia comercial, y alguna otra gente se dio
cuenta de eso porque se me hicieron ofertas para que trabajara en otros
lugares, y al fin me decidí por Font Gamundi y Cía.”
Más tarde, el joven Juan Emilio, en 1929 viajó a
España, Venezuela y algunas islas del Caribe. “(…) en 1929, me fui a España,
Barcelona, donde me quede a vivir. La vida era difícil en España. A fines de
octubre comenzó la gran crisis económica que iba a tener efectos terribles en
los países capitalistas y yo buscaba trabajo y no hallaba plaza. Hice varias
cosas, entre ellas vender un licor que fabricaban unos venezolanos, pero el
negocio fracaso” (JB)
Después de un largo y fatigado periplo por varios
países, más bien de aventura y aprendizaje, regresa a República Dominicana en
1931. A su regreso de Barcelona y Venezuela, Rafael Trujillo hacia poco había
tomado posesión como Presidente de la República. Es en esa época que se inicia
realmente su carrera de escritor. Para 1933 publicó su primer libro de cuentos,
“Camino Real”, y más adelante “La mujer”. Bosch creaba y editaba la sección
literaria del periódico Listín Diario, convirtiéndose en crítico y ensayista.
En 1933, Bosch junto a varios escritores destacados de la época forman el grupo
conocido como La Cueva. Publica cuentos
y poemas en los principales periódicos del país. Su nombre comienza hacerse un
lugar en los medios literarios e intelectuales de la República Dominicana.
Durante los primeros meses de 1935 es nombrado en la Dirección General de
Estadísticas. Organiza, bajo la dirección de Mario Fermín Cabral el Censo
Nacional de la República Dominicana de ese año. En 1936 publica la novela “La
Mañosa”, sobre las guerras civiles del siglo XIX, la cual fue muy bien valorada
por los críticos.
Rumbo
al exilio
Bosch fue encarcelado por sus ideas propias
de un intelectual comprometido, siendo liberado después de varios meses. En
1938, el joven escritor Juan Bosch se entera que el tirano lo quería comprar
con un puesto en el Congreso y como de todas maneras no lo iba aceptar, Bosch decide
salir del país.
Juan Emilio
Bosch, no tenía la menor duda de que el viaje que emprendía al exterior
iba para largo rato. El 15 de diciembre 1938 Había tenido que morderse los
labios y aguantarse las lágrimas
cuando medio se despedía de su madre y de sus parientes. Juan Bosch de 27 años,
lo acompañaban su esposa y su hijo Patricio. Ya en el barco, navegando hacia la
Isla del Encanto, veía desvanecerse el terruño de su media Isla; pero, aun
después de haber desaparecido la Isla, respiraba todavía el aroma de su tierra,
de su patria. Las fragancias de los pinos y de las amapolas, todo ese mundo
infantil quedaba confinado lejos, como
un secreto intimo. El cielo estaba gris y llovía de manera intermitente.
Para
esos años a su llegada a Puerto Rico, Bosch refiere: “El Dr. Henríquez se
presentó en la Biblioteca Carnegie, donde yo trabajaba en la transcripción de
todo lo que había escrito Eugenio María de Hostos. Lo que el Dr. Henríquez fue
a tratarme, o mejor sería decir, a proponerme, fue que yo debía dedicarme a la
creación de un partido político cuya finalidad sería liberar a la República
Dominicana de la dictadura trujillista. Ese partido, explicó, se llamaría
Revolucionario Dominicano… (…) Yo no
quería ser político. Para mí la política era lo que me había llevado a
abandonar mi país”. (PLD: Un
Partido nuevo en América)
El
exilio abre nuevos horizontes a Juan
Bosch. Durante casi un año dirige la edición de las obras completas de Eugenio
María de Hostos y publica en Alma Latina de Puerto Rico y Carteles de Cuba. “El campesino dominicano de esos años repetía con
frecuencia un refrán: Una cosa piensa el burro y otra el que lo está aparejando,
y el que aparejaba al burro de la historia dominicana tenía planes diferentes a
los míos; tan diferentes que de buenas a primeras Adolfo de Hostos, hijo de
Eugenio María de Hostos, entró en el salón de la Biblioteca Carnegie, donde
bajo mi dirección dos mecanógrafas copiaban los trabajos de Hostos, y me dijo:
“Prepárese para ir a Cuba a dirigir la edición de las obras completas”. (Juan Bosch)
De su trabajo en la Biblioteca Carnegie en la
edición de las obras completas de Eugenio María de Hostos Bosch refiere:
“El hecho más importante de mi vida hasta poco
antes de cumplir 29 años fue mi encuentro con Eugenio María de Hostos, que
tenía entonces casi 35 años de muerto. El encuentro se debía al azar; pues,
buscando trabajo, lo halle como supervisor del traslado a maquinilla de todos
los originales de aquel maestro de excepción… (…) Eugenio María de Hostos, que
llevaba 35 años sepultado en la tierra dominicana, apareció vivo ante mí a
través de su obra, de sus cartas, de papeles, que iban revelándome día tras día
su intimidad; de manera que tuve la fortuna de vivir en la entraña misma de uno
de los grandes de América, de ver cómo funcionaba su alma, de conocer –en sus
matices más personales- el origen y el desarrollo de sus sentimientos. Hasta
ese momento, yo había vivido con una carga agobiante de deseo de ser útil a mi
pueblo y a cualquier pueblo, sobre todo si era Latinoamericano; pero, para ser
útil a un pueblo, hay que tener condiciones especiales. ¿Y cómo podía saber yo
cuales condiciones eran esas, y como se las formaba uno mismo sino las había
traído al mundo, y como las usaba si las había traído? La repuesta a todas esas preguntas, que a
menudo me ahogaban en un mar de angustia, me la dio Eugenio María de Hostos, 35
años después de haber muerto. (…) la lectura de los originales de Eugenio María
de Hostos me permitió conocer que fuerza mueven, y como la mueven, el alma de
un hombre consagrado al servicio de los demás”, (Juan
Bosch, Hostos el sembrador)
El 30 de abril, Bosch abandona la tierra de
Eugenio María de Hostos. Se dirige hacia la patria de José Martí. De su llegada
a la patria de José Martí, Juan Bosch dice: ”En
la vida de algunos seres humanos se dan hechos que parecen fortuitos y no lo
son, pero es al cabo de algún tiempo cuando los protagonistas de esos hechos
advierten que no fueron casuales. Por ejemplo, un año antes de mí llegada a La
Habana rodeado de varios bultos en los que iban las copias mecanográficas de
todo lo que Eugenio María de Hostos había escrito —al menos, todo lo que se
había reunido hasta el año 1937— yo no conocía al Dr. Enrique Cotubanamá
Henríquez y ni siquiera tenía noticias de su existencia; y sin embargo cuando
descendí la escalera del vapor Iroquois para llegar al muelle junto al cual
había atracado el buque de ese nombre, allí estaba él esperándome, y mientras
aguardábamos la bajada del equipaje el Dr. Henríquez me dijo que había
contratado para mi uso, en una pensión, una habitación con baño y servicio
sanitario, que en el alquiler estaba incluida la comida y que la casa donde se
hallaba la pensión estaba cerca de la suya; que él me acompañaría en el viaje
del muelle a esa casa y me visitaría al día siguiente para llevarme al lugar
donde él vivía, al cual iríamos a pie porque la distancia entre las dos casas
era corta, y en efecto, así era, y por ser así al segundo día de mi llegada a
La Habana estaba yo en los altos de una casa de piedra situada frente al mar,
en el paseo llamado Malecón. Delante de mí, separado de él por un escritorio,
el Dr. Enrique Cotubanamá Henríquez leía unos papeles en los cuales se
describía lo que sería el Partido Revolucionario Dominicano, incluyendo un
esbozo de sus futuros estatutos, y con esa lectura comenzaba una etapa nueva en
mi vida, la del aprendiz de la teoría y la actividad política” (Juan Bosch)
Bosch
camina por la habana Cuba, mientras devora la ciudad con la avidez de su mirada.
Su aspecto es triste, sombrío y severo. Pero en su fuero interno, vibra como
una cuerda tensa. Mientras pasea, recuerda el cielo de su natal Rio Verde, los
paisajes, la belleza de sus montes y valles, los amigos, su familia.
Para julio de 1939, Juan Bosch con otros exiliados
políticos, fundó el Partido Revolucionario Dominicano, el cual se destacó por
ser el organismo más activo contra Trujillo fuera de la República Dominicana.
Juan
Bosch en su tiempo libre lo dedicaba
principalmente a buscar dominicanos anti trujillistas. En realidad, el
exilio de Bosch comienza con su llegada a la Habana y la fundación del Partido
Revolucionario Dominicano.
La
actividad política iba a comenzar a desplazar lentamente a la literatura. En la Habana su vida se transformo. En 1943,
luego de haberse divorciado de Isabel García Aguiar, se caso con Carmen
Quidiello. En pocos años se convirtió en un personaje de actualidad en los
medios políticos e intelectuales habaneros.
En los
años transcurridos entre 1940 y 1945, Juan Bosch se destacó como uno de los más
notables escritores de cuentos de la región y laboró activamente en la
formación de un frente antitrujillista encabezado por el Partido Revolucionario
Dominicano. Bosch fue uno de los principales organizadores de la conspiración
militar de 1947 de Cayo Confites que desembarco en la costa norte de la
República Dominicana, para derrocar la dictadura de Trujillo. Sin embargo, la
expedición fracasó, y Bosch, de Cuba, huyó a Venezuela, continuando su campaña
contra Trujillo. En Cuba, a donde regresó por exigencia de sus amigos en el
Partido Revolucionario Auténtico, desempeñó un papel notorio en la vida
política de La Habana, siendo reconocido como promotor de la legislación social
y autor del discurso pronunciado por el presidente Carlos Prío Socarrás, cuando
el cuerpo de José Martí fue trasladado a Santiago de Cuba. Al mismo tiempo, su
carrera literaria fue ascendente, obteniendo importantes reconocimientos como
el Premio Hernández Catá en La Habana, el cual se le otorgaba a los cuentos
escritos por autores de América Latina. Sus obras tenían un hondo contenido
social, entre ellas “La Noche Buena de Encarnación Mendoza”, “Luis Pie”, “Los
Maestros” y “El indio Manuel Sicuri”, todas ellas descritas por la crítica como
obras maestras del género.
En 1950
Bosch es ya una figura de dimensión latinoamericana. Había sido consejero del
Presidente cubano Carlos Prio Socarras,
se había relacionado con los Presidentes Betancour, Gallegos, Figueres,
Arévalo…
De exilio en
exilio: Peregrinaje por Centro y Sur América
La
presión de Trujillo al gobierno de facto de Fulgencio Batista en cuba le obligó
a refugiarse en Costa Rica. Por presiones de Zomoza, dictador de Nicaragua y
amigo de su homologo dominicano, se vio obligado a salir de Costa Rica y refugiarse
primero en Bolivia y luego en Chile.
En 1947
estando Bosch en el exilio, específicamente en una visita a México, iba ser víctima
de un atentado ordenado por Trujillo. El atentado fue malogrado por su futuro potencial
rival político Joaquín Balaguer, quien mientras se desempeñaba como embajador
en México, advirtió a las autoridades de dicho país dándoles detalles del plan
del tirano.
Fin de un largo exilio
En
1959, se llevó a cabo la Revolución Cubana, dirigida por Fidel Castro que
motorizó un reordenamiento político, económico y social en los países del
Caribe. Bosch, con instinto certero, percibió el proceso histórico que se había
iniciado, y escribió una carta a Trujillo, el 27 de febrero 1961. Le dijo a
Trujillo que su papel político, en términos históricos, había concluido en la
República Dominicana.
Después
de 24 años en el exilio, Juan Bosch regresó a su país luego que Trujillo fuera asesinado el 30 de mayo de
1961. Su presencia en la vida política nacional, como candidato presidencial
del Partido Revolucionario Dominicano, fue un nuevo cambio para los
dominicanos. Su manera de hablar, directa y sencilla, sobre todo al dirigirse a
las capas más bajas de la población, tanto rurales como urbanas, le permitió
desarrollar una profunda influencia y simpatías populares. Inmediatamente fue
acusado por la Iglesia y los conservadores de ser comunista, pero en las
elecciones del 20 de diciembre de 1962, Bosch obtuvo un triunfo total sobre su
principal opositor Viriato Fiallo de la Unión Cívica Nacional, lo que se conoce
como las primeras elecciones libres en la historia del país.
El 27
de febrero de 1963, Bosch y Segundo Armando González Tamayo tomaron posesión
como nuevo Presidente y Vicepresidente de la República Dominicana, en una
ceremonia que contó con la participación de importantes líderes democráticos y
personalidades, como Luis Muñoz Marín y José Figueres. Bosch hizo
inmediatamente una profunda reestructuración del país. El 29 de abril, se
promulgó una nueva constitución liberal. El nuevo documento concedía la
libertad que los dominicanos nunca habían conocido. Entre otras cosas, declaró
los derechos laborales, y mencionó los sindicatos, las mujeres embarazadas, las
personas sin hogar, la familia, los derechos del niño y los jóvenes, los
agricultores, y los hijos ilegítimos. Sin embargo, Bosch se enfrentó a
poderosos opositores. Tomo la iniciativa de romper los latifundios. Bosch dio inicio a una gestión gubernativa patriótica,
reformadora, de incuestionable honestidad administrativa provocando la ira de
los terratenientes.
La Iglesia Católica Romana creyó que Bosch estaba tratando de secularizar el país. A los industriales no le gustaba los beneficios que la nueva Constitución le otorgaba la clase obrera. Los militares, que antes disfrutaban de la libertad de hacer lo que quisieran, sintieron que Bosch los sometía. Además, el gobierno de los Estados Unidos se mostró escéptico ante el menor indicio de la política de izquierda en el Caribe después de que Fidel Castro se declarara abiertamente comunista.
La Iglesia Católica Romana creyó que Bosch estaba tratando de secularizar el país. A los industriales no le gustaba los beneficios que la nueva Constitución le otorgaba la clase obrera. Los militares, que antes disfrutaban de la libertad de hacer lo que quisieran, sintieron que Bosch los sometía. Además, el gobierno de los Estados Unidos se mostró escéptico ante el menor indicio de la política de izquierda en el Caribe después de que Fidel Castro se declarara abiertamente comunista.
Golpe
de Estado
El 25
de septiembre de 1963, después de siete meses en el cargo, Bosch fue derrocado
con un golpe de estado encabezado por el coronel Elías Wessin y Wessin con el
apoyo de la Embajada de los Estados Unidos y de sectores del frente oligárquico
que se oponían al nuevo rumbo de democracia y justicia social que trillaba la
República Dominicana. Bosch volvió al exilio, en esta oportunidad en Puerto
Rico.
A menos
de dos años, un descontento creciente generó otra rebelión militar el 24 de
abril de 1965, que exigía la restauración de Bosch. Los insurgentes, al mando
del coronel Francisco Caamaño y la oficialidad joven de las distintas ramas de
las fuerzas armadas comprometida por un mejor destino para la patria exigiendo
la vuelta a la constitucionalidad con Bosch sin elecciones. Pero el 28 de
abril, cuando las fuerzas constitucionalistas tenían control de la situación,
la victoria popular fue tronchada con la intervención de 42.000 tropas de la
82va.división de la infantería de la marina de los Estados Unidos. Con la intervención militar americana, la segunda en
40 años (la primera 1916) al pueblo se le prohibía la oportunidad de elegir su
propio destino en democracia.
Se formó un gobierno interino, y nuevas elecciones
fueron fijadas para el 1 de julio 1966. Bosch regresó al país y se lanzó como
candidato presidencial de su partido. Sin embargo, hizo una campaña algo menos
intensa, amenazado por el Departamento de Estado Americano de manera subliminal
que de no ir a la farsa electoral, las tropas Norte-americanas se quedarían en
el suelo patrio hasta tanto no se efectuaran las elecciones montada y
supervisada por los propios invasores.
Juan Bosch propuso
al Coronel Caamaño que asumiera el la candidatura por el PRD y el
Coronel respondió: “Profesor no es verdad que los Yanquis van a perder en votos
lo que vinieron a perder en balas”. Definitivamente, Bosch fue el candidato por
PRD. Fue como candidato presidencial a esas elecciones amañadas, aun sabiendo
que era una farsa, por razones
patrióticas, con ello garantizaba las salidas de las tropas de ocupación.
“La decisión de Bosch de participar en
las elecciones de 1966, no solo libero la presión generada a nivel continental
por la intervención norteamericana en Santo Domingo, sino que cambio en cierto
sentido la historia mundial, aunque no ha sido adecuadamente valorada por los
estudiosos del periodo.(… )Como ya lo señale, confirmo el carácter de estadista
de Bosch, no solo por su anterior gestión al frente del gobierno…de 1963, sino
porque al aceptar la confrontación electoral a cambio de la salida de los
norteamericanos, permitió la sobrevivencia de la nación independiente y
reiniciar el proceso de democratización de la vida dominicana, aunque ya en la
década de los setentas, después de reflexionar sobre esa experiencia y someter
a un largo periodo de critica sus viejas concepciones sobre la democracia,
elaboraría e intentaría implantar esa
particular visión del Estado democrático, soberano y socialmente justo que
había visto frustrarse en 1963 y con la invasión norteamericana de 1965”.
(Jesús Adolfo Becerril Valencia)
Durante la última mitad de la década de 1960,
Bosch se marchó al exterior radicándose en España, donde sigue siendo un
escritor muy prolífico de ensayos, tanto políticos como históricos. Publicó
algunas de sus obras más importantes durante este tiempo: “Composición social
dominicana”, “Breve Historia de la Oligarquía en Santo Domingo”, “De Cristóbal
Colón a Fidel Castro”, “El Caribe, “Frontera Imperial” y numerosos artículos de
diferentes enfoques. El periodo que va desde la llegada de Juan Bosch a
Benidorm, España, y el regreso definitivo a la Dominicana en abril de 1970,
constituiría el de mayor importancia creativa en su vida por haber escrito y
dado a conocer las cuatro obras que determinarían el camino de su pensamiento
sobre la historia dominicana y sobre la democracia, así como el de su futuro político. Las ideas vertidas en
esos libros, en la que quizás haya sido la polémica más importante de la
historia intelectual y política dominicana del siglo veinte: la discusión en
torno de la propuesta de Bosch sobre la instauración de un gobierno de
dictadura con respaldo popular. Aquí,
los Términos, tales como: Lucha de clases, feudalismo, formas económicas y
sociales, burguesía, constituían el armazón conceptual y categórica a partir de
la cual Bosch realiza su estudio, pero en la búsqueda de un sentido
eminentemente político. Juan Bosch habría entrado, como el
mismo lo dice, en contacto con la obra de Marx y Engels “por el año 1969, después de haberme
instalado en París, y fue de ese conocimiento de
donde salió mi afiliación al marxismo”
En estas últimas obras de Bosch, las que escribió en el viejo
continente, se percibía una clara influencia del pensamiento marxista. Bosch,
en relación de Marx y Engels decía: “leyéndolo directamente, no a través de
interprete suyos, descubrió que la verdad era de ellos y era él, el
equivocado”.
En
1970, Bosch tuvo la intención de reorganizar el Partido Revolucionario
Dominicano. Tenia el propósito que sus miembros, militantes activos, estudiaran la
realidad histórica y social del país. Su proyecto no fue aceptado por la
mayoría de los perredeístas, debido a que la mayoría de los miembros se
inclinaban hacia una dirección más de corriente socialdemócrata. Además, dada
la represión militar, y la falta de igualdad política entre el PRD y el Partido
Reformista Social Cristiano, Bosch se abstuvo de las elecciones de 1970.
Las
diferencias y contradicciones entre Bosch y un sector importante del PRD, así
como la corrupción que había empezado a crecer dentro del partido, le hicieron
abandonar la organización en 1973, y así se fundó el Partido de la Liberación
Dominicana (PLD) el 15 de diciembre de ese mismo año.
Don
Juan, como es cariñosamente recordado por muchos, murió el 1 de noviembre de
2001, en Santo Domingo. Como ex presidente, recibió los honores
correspondientes en el Palacio Nacional, y fue enterrado en su ciudad natal de
La Vega. Hasta la fecha, se le recuerda como un hombre de principios. Él mismo
se describió como Marxista y amigo de Fidel Castro.
Su
legado en la política es más que relevante. Muchos creen que la
República Dominicana habría prosperado tanto económica como políticamente, sin
ayuda exterior (es decir, EE.UU.) el gobierno de Bosch había sido capaz de
defenderse de las manifestaciones y presiones encubiertas de la administración
de Johnson contra todas las reformas de
cambios que propuso.
Las
contribuciones del profesor Bosch a la literatura a través de sus relatos,
novelas, cuentos y ensayos lo convirtieron en un modelo a seguir para varias
generaciones de escritores, periodistas e historiadores. En un momento dado, el
Premio Nobel Gabriel García Márquez dijo una vez que Bosch había sido uno de
sus mayores influencias.
Domingo
Núñez Polanco
No hay comentarios:
Publicar un comentario