MORAL Y LUCES

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viernes, 20 de julio de 2012

EL DUARTE VERDADERO,DE LA MANO DEL ARTISTA MIGUEL NUÑEZ


El Duarte verdadero, de la mano del artista Miguel Núñez, con miras al bicentenario


SANTO DOMINGO, DN.-Orlando Inoa (San José de las Matas, 1957), historiador, y Miguel Núñez (Bonao, 1959), pintor, se acaban de conocer y los ha reunido el interés por Juan Pablo Duarte. Mientras Orlando escribía su biografía de Duarte, reactualizando lo hasta ahora conocido del Padre de la Patria, Miguel pintaba más de cien obras al óleo, reinterpretando la imagen de Duarte. Ambos creen en el Duarte que conocen, están felices, y quieren compartir su devoción.
CLAVE los ha juntado. Ninguno conocía la obra del otro, y están pensando cómo unirse para conmemorar los 200 años del nacimiento del patricio, en el 2013, y para lo cual el gobierno deberá crear una comisión oficial. Esperan esa decisión.
Lo que emociona a Orlando es la iconografía de Duarte, adherida ahora por Miguel Núñez a la única fotografía que existe de él, tomada por Próspero Rey, en Venezuela en 1873, tres años antes de su muerte.

Orlando dice que cuando Abelardo Rodríguez Urdaneta pintó a Duarte, el más conocido y difundido, estaba asustado, porque había hecho una interpretación de la imagen de Duarte. Y quería que Federico lo valorara, un duartiano confeso. Cuando terminó el cuadro lo mandó a buscar, y le dijo –“Federico, venga a ver el cuadro”-.
Federico se quedó ensimismado, y luego de varios minutos dijo: “Ya he conocido a Duarte”. Esa imagen retocada es la que recuerda la posteridad y la que oficialmente asumieron los gobiernos. Duarte se retrató una sola vez. Esa fotografía trajo mucha controversia porque la foto se hizo al final de su vida, cuando estaba abatido. Su hermana, que era su protectora y cuidadora, Rosa Duarte, le dijo “Juan Pablo, vamos a sacarte una fotografía, porque en la posteridad no te van a conocer”. La fotografía presenta a un Duarte muy viejo, abatido por los sinsabores, ajetreos y dificultades, y con un traje desajustado, además del corbatín torcido.
Para Inoa Duarte triunfó con sus ideas, pero fracasó en los proyectos que había armado. Nunca perdió su fe en esta patria y eso lo distingue de todos sus contemporáneos, porque en algún momento cada uno de ellos flaqueó, menos él, según Inoa.
 Toda su vida Duarte dijo seremos libres, seremos independientes y lo haremos solos, porque tenemos capacidad para eso. “Solamente eso es suficiente para que Duarte esté a la altura de Bolivar, aunque no empuñó una espada. Tanto en la independencia como en la Restauración Duarte estuvo dispuesto a pelear, pero se fue con la espada virgen, porque no lo dejaron. El poder político establecido, Bobadilla y Santana, lo bloqueó”, dice el historiador.
Miguel Núñez se confiesa devoto de Duarte. “Sentía la necesidad de tomar las grandes figuras de nuestra historia y hacerlas parte de mi pintura. Y lo he hecho con Duarte, pero a partir de la única fotografía que existe de él, que es la de Próspero Rey”.
Cuenta lo que hizo. “En base a esa foto hice un esfuerzo para hacer un Duarte más heroico. No el mismo Duarte de la fotografía, y en las circunstancias en que se tomó la fotografía, sino más vigoroso, más activo, sin descuidar la imagen que nos dejó Próspero Rey de él. Los grandes hombres hay que acomodarlos de la mejor manera, ponerlos en su dimensión. También quise hacer una serie de grandes formatos, de formados heroicos. Pienso que la proporción da una dimensión de la grandeza de los hombres. Hice unos formatos gigantescos de Duarte. Trabajé el rostro y lo he colocado en diferentes posiciones, sentado, pensativo, en una biblioteca, con la bandera. Hay que pensar en el atraso de la época en que vivió Duarte”.
Orlando: la noticia de la muerte de Duarte tardó una semana para llegar a la República Dominicana.
Miguel: Quise valorar el acercamiento de Duarte al conocimiento, su amor por los libros. De eso se trata el mundo de hoy. Y está vinculado estrechamente con los libros, los símbolos patrios.
Inoa: la vida de Duarte está muy ligada al muelle, al puerto, a los barcos y al exterior. La tienda de su padre vendía tola, soga, poleas para barcos que venían al muelle. Por lo tanto, capitanes de barcos eran amigos de la casa. Eso quiere decir que a través de un barco se mandaban a comprar bienes, porque el que iba volvía, y hay constancias de que Duarte mandaba a comprar libros.
Miguel: Es decir, Duarte estaba ligado a los libros, que en esa época era la mayor fuente de conocimiento. Es muy digno vincular a Duarte a los libros y que las nuevas generaciones se enteren y asimilen esas enseñanzas.
Orlando: Mira Miguel, una persona que haya pintado ese cuadro, solamente lo hace si es duartiano, si cree que lo que él hizo tiene valor. Las facetas de Duarte son variadas, pero hay una que es la que sobre todo a mi me conmueve: Cuando Duarte salió al exilio por primera vez, se quedó en Venezuela. Recibió una carta desde Santo Domingo, firmada por Vicente, su hermano, y por Francisco Sánchez. Le dicen que necesitan armas o dinero. “Mándanos lo que sea, por Guayacanes. La idea que tú sembraste ha progresado. Este es el momento de la independencia. Y ahí viene la famosa expresión “mándanos las armas aún te cuesten una estrella en el cielo”. Duarte se desesperó porque no consiguió nada, y envió una carta, que se perdió, que dice
Querido hermano: nuestro padre murió. Yo les pido que tomen lo de papá, que en base al trabajo sacrificado nos dejó en herencia, cójanlo, véndanlo, y entreguen el dinero a los muchachos, que la Patria será agradecida. Y cuando se independice el país yo iré a Santo Domingo y con el buen crédito de mi padre me pondré a trabajar para devolverles lo que les toca.
Es cierto que no se llegó a vender la casa, pero la decisión la tomó para él para que se hiciera. No dijo que vendría y pediría que le devolvieran eso, sino que trabajaría para pagar a sus hermanos lo que les tocaba de la herencia. Esa es la grandeza de Duarte. No es como ahora que se matan para ser senadores. Ese ejemplo de Duarte es lo que hay que enseñar en la escuela a los muchachos.
Miguel: En poco tiempo tendremos el bicentenario del nacimiento de Duarte. Tomando en cuenta esa fecha yo llevo tres años trabajando muchas imágenes, dedicado por completo a este proyecto. Ya el Estado debía estar involucrado, pero no existe todavía una comisión para el bicentenario de Duarte.
La idea es que estas imágenes, en lienzografía, postales, calendarios, sean un espejo para esta generación, con un Duarte vivo. Que los muchachos en las escuelas asocien lo que él era. Que su figura sea un espejo constante para los dominicanos.
Inoa: Lo visual de Duarte es muy importante. A Duarte hay que arrancárselo, quitárselo al oficialismo, porque el oficialismo marchita a Duarte. Pienso que Duarte es de los dominicanos, de nosotros. Esa idea que él propugnó es lo que nos hace dignos. Duarte no es para estar en un sello de correo como si fuera algo oficial, o en el despacho de muchos presidentes que se comportan como antiduartianos. A Duarte hay que ponerlo en el pueblo dominicano, para eso dio su vida.
Miguel: No hay exclusividades de Duarte. Yo me imagino la figura de Duarte en todos los aeropuertos, para que los dominicanos lo vean y lo sientan, como los extranjeros, cuando vienen o salen del país.
Orlando: La gente tiene que conocer a Duarte para quererlo, y después para respetarlo. Es para que voluntariamente la gente lo mire y se pare con respeto, que los caballeros se quiten el sombrero ante él, como lo hacen en Venezuela con Bolívar, y en Cuba con Martí. Nadie quiere lo que no conoce.
El régimen de Trujillo no fue oficialmente antiduartiano, pero el gallinero era chiquito para dos gallos, y había que promover a Trujillo. Quienes se encargaban de esa representación oficial del poder no se atrevían a darle el espacio a Duarte. Por lo tanto, Trujillo fue el padre de la Patria. Pero hubo un accidente, el balazo fue muy rápido y abrupto. Todo lo que llevaba el nombre de Trujillo cambió al nombre de Duarte sin que la sociedad lo asimilara. No hubo una transición y en el inconsciente quedó que lo que era Trujillo pasó a ser Duarte, y el gobierno siguiente lo aprovechó. Uno de los presidentes que más utilizó a Duarte es el más antiduartiano, el doctor Balaguer.
Miguel: He hecho 100 trabajos sobre Duarte. Muchos están ya para retoques. Son retratos de Duarte, en variedad de colores. Todo ha sido hecho en base a la fotografía de Duarte, una copia de la cual me fue entregada por el Archivo General de la Nación.
Inoa: Lo que más me gusta es que la imagen de Duarte es la misma y que está basada en la única fotografía que existe de él. Esto hay que empezar a ponerlo en las escuelas inmediatamente. Mientras yo escribía la biografía de Duarte, Miguel, tú estabas pintando su retrato.
Unos años después de la muerte de Duarte, y como parte de las gestiones para traer sus restos, fue traída la fotografía, con una gran ceremonia en la ciudad, incluyendo la banda de música. La fotografía no gustó, porque la gente esperaba una especie de Charles Atlas, y no lo que finalmente vieron que era la fotografía. La familia del historiador José Gabriel García donó sus papeles al Archivo Nacional, y entre los papeles estaba una copia de la fotografía, que es lo que se conserva y conoce.
Miguel: Nos estamos acercando al bicentenario y el país debe comportarse a la altura de Duarte, y comenzar a hacer algo grande.
Orlando: Una de las aportaciones que hay que hacer, es esta: el Duarte de Miguel es el Duarte acercándose al Duarte que era en realidad. Yo soy duartiano. Como tú estás en el proyecto todavía, a mi me gustaría que pintaras un Duarte para ti, lo más cercano a lo que está la fotografía. No es plegado, pero más fiel a la foto. Me gusta el Duarte jovial. Después de la fotografía de Próspero Rey Duarte cayó en cama y murió.
Miguel: Hace dos años, en una ocasión en la casa de doña Carmen (Quidiello), me encontré con el presidente Fernández. Yo había empezado el proyecto. Se lo comenté y le dije que algunas instituciones podrían tener retratos dignos de Duarte. Hay muchas figuras distorsionadas sobre Duarte. A él le pareció bien, pues aunque no será presidente en el 2013, a los cinco meses de dejar la presidencia ya el país estará en el bicentenario del nacimiento de Duarte. Este proyecto necesita un empujón del Estado.

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