En los últimos 20 años, la preocupación por el rumbo de la Economía Mundial
ha predominado en el interés de los economistas, académicos, empresarios,
inversionistas de los mercados financieros, investigadores, los bancos
centrales y los gobernantes ya que la economía mundial ha dado fuertes giros y
se han producido perturbaciones que han expuesto a las grandes economías
y los diferentes mercados financieros en una situación de volatilidad. Pero
esto se ha producido a una velocidad inimaginable con grandes efectos políticos
en cada país.
La preocupación en el mundo la marcaron cuatro episodios económicos y
financieros en los 90’s, tales como la Burbuja Financiera, crisis bancaria en
el Japón, la Crisis del peso Mexicano y la Crisis Financiera Asiática. En
efecto el 29 de diciembre de 1989, en Japón, el índice Nikkei 225 cerró en
38.916, mientras 4 años antes se había situado en 13.083 puntos. Pero en los
primeros días de enero de 1990, la situación cambió totalmente, las ventas de
títulos se impusieron, de tal manera que la bolsa empezó a experimentar
abruptas caídas.
Es así como el 2 de abril de 1990: Índice 28.002, caída del 28%, 1 de
octubre de 1990: Índice cae 48.518 en agosto de 1992: Índice 14.309 marca el
mínimo. En poco más de dos años el índice se desvalorizó en un 63% desde el
máximo alcanzado en 1989. Este desplome también afectó a las entidades financieras,
así como la actividad económica por un largo período de estancamiento que se
prolongó cerca de 15 años.
Entre 1995 y 1997 aparecieron las tasas negativas de beneficios, aumentos
excesivos de las provisiones por efecto de un pésimo otorgamiento de créditos.
En cuanto a la crisis de México, tuvo como precedente la fuerte
entrada de capitales que comenzaron a tomar auge en 1990 hasta que explota la
crisis en 1994, la cual estuvo sustentada entre otros por la apertura de la
cuenta de capitales de la balanza de pagos. Como resultado de la apertura
financiera, los títulos en manos de no residentes, que alcanzaban el 8%
en 1990, pasaron a ser el 57% en 1993. Las acciones también fueron demandadas
por los inversionistas que promovieron una considerable alza en el precio de
esos activos y así se crea una especulación financiera indetenible.
Durante la segunda mitad de 1997, los precios de las divisas, acciones y
bonos de gran parte países del sudeste asiático sufrieron grandes convulsiones,
tales como Tailandia, Malasia, Indonesia, Filipinas, Corea del Sur, Taiwán,
Hong Kong y Singapur. La economía de estos países sufrió un fuerte deterioro,
con reducción del crecimiento, aumento del desempleo, quiebras de bancos y
cierres de empresas.
A finales de la primera década del siglo XXI, el mundo quedó estremecido
por la corrección en los mercados inmobiliarios y alzas en los precios de
materias primas hasta agosto 2007 y de ahí hasta abril 2008 se inicia la crisis
financiera iniciada tras el colapso de las hipotecas subprime en EE.UU. y en
septiembre del 2008 aparece la pérdida de confianza en las instituciones
financieras generándose bancarrotas, fusiones e intervenciones públicas de
apoyo a la solvencia. A esto se agrega la crisis crediticia con un mercado interbancario
virtualmente cerrado y pérdida casi total de confianza en contrapartidas
financieras. Fuerte aumento de la volatilidad en los mercados financieros.
Falta de liquidez para las empresas no financieras.
El impacto de estos acontecimientos se expresó en la economía de USA con
una desaceleración de -2,0% y una caída de un 71%, ya que el ritmo de
crecimiento era 2,8%, por igual en la Zona EURO con una desaceleración de
-1,7%, ya que su patrón de crecimiento era de 2,6% el cual representó una caída
de 65%. Es decir, que las grandes economías fueron estremecidas con esta crisis
y que han perjudicado las economías emergentes. Pues todo esto llevó a una gran
recesión económica cuya recuperación aún se procura de manera afanosa y que ha
colocado al mundo al revés.
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