MORAL Y LUCES

MORAL Y LUCES

martes, 12 de abril de 2016

En busca de la idiosincrasia latinoamericana


José Martí y sus “apuntes de viajes”


Oleo de Fidel y Marti pintado por el Miguel Nuñez, pintor de la patria. 

Centro de Estudios Martianos

Introducción 

José Martí, guía moral del pueblo cubano, es conocido por sus escritos políticos, poéticos y filosóficos. Su análisis Nuestra América forma parte del Panteón del pensamiento latinoamericano y cimenta los procesos de integración que marcan la nueva América Latina del siglo XXI. La fundación de la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América en 2004 es un ejemplo emblemático.

No obstante, la obra del Apóstol cubano, rica y variada, explora otros campos históricos y geográficos. Marcado por los viajes debidos al exilio, José Martí estuvo en el Viejo Continente, particularmente en España, Francia e Inglaterra. También visitó numerosos países latinoamericanos y vivió en Guatemala, México, Honduras, Venezuela, Haití, Costa Rica, Panamá, República Dominicana y, desde luego, Cuba. También pasó por Jamaica y vivió muchos años en Estados Unidos, particularmente en Nueva York.

De sus viajes, a veces con carácter iniciático, el Héroe Nacional cubano legó a la posteridad muchas notas reveladoras de su pensamiento y de su estado de ánimo, pero también de sus propios límites. Así, José Martí estuvo marcado por sus estancias en México en 1875 y 1877 y en 1881 en Venezuela y Curazao, donde sus reflexiones suscitan la polémica. Descubrió culturas y tradiciones que lo ayudarían a forjar su visión de la idiosincrasia latinoamericana y de la identidad de los pueblos del Sur. 

México 

México ocupa un lugar primordial en el destino luminoso y trágico de José Martí. Tras varias semanas de travesía a bordo del Celtic, procedente de Inglaterra, el joven cubano desembarca por primera vez en tierra azteca el 8 de febrero de 1875, con 22 años, en el puerto de Veracruz. Viaja a la capital para reunirse con su familia tras más de cuatro años de separación. El exilado profesa una admiración cariñosa por la patria de Benito Juárez que “siempre tuvo corazones de oro y brazos sin espinas donde se ampara sin miedo el extranjero”. [1]

En este país con alma altruista hacia los perseguidos del continente, descubre no obstante la explotación de las poblaciones indígenas y defiende su causa, recordando con pasión que las civilizaciones precolombinas constituyen la identidad de América Latina. Sus escritos adquieren rápidamente una celebridad por su pertinencia y su diversidad y los sectores intelectuales lo integran en sus círculos, particularmente en las sociedades Alarcón e Hidalgo. Martí no se aleja de la base popular y elige otra vez el campo de los pobres y de los explotados y colabora con el diario El Socialista, órgano oficial del Gran Círculo Obrero de México. Incluso es nombrado delegado ante el Congreso obrero de 1876 y sigue de modo atento la situación política y social del país.

Desde un punto de vista sentimental, México también constituye la tierra prometida ya que el patriota cubano conoce allí a Carmen Zayas-Bazán e Hidalgo, con quien se casaría en 1877 y nacería su hijo José Francisco en 1878. 

En sus escritos titulados “Apuntes” José Martí relata su largo viaje a través de los océanos, afrontando las inclemencias de la naturaleza, con “inmigrantes”, esos “ héroes respetables”, y “príncipes”, todos compañeros de infortunio durante la travesía transatlántica. Martí admira el espectáculo que ofrece el desencadenamiento de los elementos naturales, sin jamás sentir miedo: “Verdad que nunca oí manera de rugir más formidable”. [2]

Martí, precursor del antiimperialismo latinoamericano, expresa un sentimiento sin ambigüedad hacia Estados Unidos: “¡Oh!, la nación norteamericana morirá pronto, morirá como las avaricias, como las exuberancias, como las riquezas inmorales. Morirá espantosamente como ha vivido, ciegamente. Sólo la moralidad de los individuos conserva el esplendor de las naciones”. [3]

En esta sentencia, el Maestro recuerda el egoísmo de una nación que se edificó mediante la codicia, exterminando y expoliando a las poblaciones indias, condenando a la esclavitud a los hijos de África e invadiendo los países vecinos, como México que perdió más de la mitad de su territorio en la guerra contra Estados Unidos entre 1846 y 1848. Denuncia las disparidades económicas entre una casta que vive en la opulencia, la indolencia y la indiferencia, y la masa popular de los humillados, de los explotados y de los olvidados que sobrevive difícilmente a las vicisitudes cotidianas. El Apóstol cubano recuerda también una gran verdad: detrás de cada fortuna se esconde un crimen. La acumulación sin límites de riquezas por parte de una minoría sólo puede realizarse en detrimento del bienestar de la mayoría y del interés general. Martí, cuya filosofía se basa en la ética, concluye su reflexión haciendo un llamado a la “moralidad”, único valor capaz de caracterizar la grandeza de las naciones. [4]

El intelectual cubano esboza luego una reflexión sobre el arte, y más generalmente sobre la cultura, conforme a su famosa máxima “ser culto para ser libre”: “El ritmo de la poesía, el eco de la música, […] la suave melancolía que se adueña del espíritu después de estos contactos sobrehumanos, son vestimentos místicos y apacibles augurios de un tiempo que será todo claridad”. El arte es la puerta de salvación para el alma humana y se debe preservar la cultura a todo precio. Lamenta las carencias del pueblo de Estados Unidos al respecto. En vez de edificar una sociedad nueva basada en la cultura, como fue el caso de la Grecia antigua cuyos rayos iluminan el mundo dos milenios después, la ambición fue el principal motor de la construcción de la patria de George Washington. [5]

Para Martí, México debe desempeñar un papel fundamental en el equilibrio de América Latina y el Nuevo Mundo debe contribuir a su vez a la armonía del mundo. México “ha de crecer pa[ra] la defensa, cuando sus vecinos crecen pa[ra] la codicia. Ha de ser digno del mundo, cuando a sus puertas se vea librar la batalla del mundo”. Para el patriota cubano un México fuerte, soberano y edificado en torno a valores altruistas ayudará a preservar la independencia de América Latina. Otra vez, Martí menciona el principal peligro que acecha el continente: los apetitos del Vecino del Norte. [6]

“¿Qué va a ser América: Roma o América, César o Espartaco?”, pregunta el Maestro. ¿Acaso el Nuevo Mundo será un faro de libertad y de justicio o una amplia zona donde reinarán la tiranía y la arbitrariedad? Desde luego, Martí ha hecho su elección: “¡Abajo el cesarismo americano!”. Para él, “¡Las tierras de habla española son las que han de salvar en América la libertad!”, ya que la América del Norte condena a una parte de su población a la segregación racial. Los pueblos de Bolívar deben dar el ejemplo al planeta pues “la mesa del mundo está en los Andes”. [7]

Exhorta a los mexicanos a tomar conciencia de los peligros y cita al “vecino avieso”. Se presenta ante ellos como un hijo que nació en otra parte y le recuerda al país su “deber continental”, pues de la independencia y de la fuerza de la patria de Cuauhtémoc dependerá la soberanía de América Latina. [8] 

Islas Mujeres 

Durante su estancia en Islas Mujeres, situadas en la Península del Yucatán, en febrero de 1877, a José Martí le impactó la belleza de la naturaleza que le recordaba su país natal. Pero un encuentro marcó su visita: un hombre de una edad venerable, erudito, capaz de citar “de memoria” a Voltaire, Ronsard o Molière, pero que vive en la más total indigencia, “con los pies descalzos y el bolsillo totalmente aligerado de dineros”, en el crepúsculo de su existencia. [9]

A partir de este personaje, Martí elabora una reflexión sobre la condición humana y evoca “esta vejez sin gloria”, reflejo de una vida golpeada por “la miseria y [el] descuido” que encierra seguramente “un secreto culpable y doloroso”. Para el Maestro, el viejo no ha realizado el precepto árabe: “Este hombre no ha hecho un libro, no ha plantado un árbol, no ha creado un hijo”.[10]

La vida miserable de los pocos habitantes de la isla aflige a José Martí. La oligarquía local explota a la población, que sufre de indigencia y sobrevive gracias a la pesca. “Dicen que eso es vivir; y veo que viven. En mí, el fuego de la impaciencia, lanzaría roto mi cráneo al mes de aquella vida sin cielo de alma; sin líos de mujer; sin trabajo, sin gloria y sin amor”. Martí lamenta también que los habitantes de la isla no haya sabido aprovechar la generosidad de la naturaleza para salir de la pobreza y tengan que emigrar: “Sus hijos no han sabido aprovechar tan raras ventajas, tan productivo suelo, tan amable clima”. [11] 

Curazao 

José Martí viajó a Curazao en marzo de 1881 y redactó un artículo sobre este archipiélago. Estos escritos son los más controvertidos en la medida en que se le reprocha al patriota cubano –no obstante autor de vibrantes llamados contra el racismo– vehicular algunos estereotipos sobre la gente de color. [12]

En su descripción de Curazao, donde evoca la naturaleza, la arquitectura y la vida cotidiana, Martí se interesa también por los habitantes. Evoca la presencia de “unos cuantos negros de lánguido andar y pies descalzos” que deambulan en el muelle del puerto. Subraya también que “las pastoras son aquí mulatas anémicas, negras informes, viejas harapientas”. [13]

La descripción de la mujer de color y el juicio emitido al respecto suscitan una confusión evidente: 

No las redimen a nuestros estéticos ojos de su negro color la curva llena, la hendida espalda, los fulminantes ojos, la hinchada sensual boca, las pomas altivas, los hombros redondos, los menudos pies de la mujer negra de África. Y de los blancos ¡ay! no tienen más que el desdén que las envilece, y los vicios que empujadas de la miseria y de la ignorancia de más puros placeres –comparten y halagan. Ahí van, raza degenerada, raza enferma, hablando rápidamente, con la exuberante fluidez del trópico, una lengua innoble y singular, mezcla incorrecta y bochornosa de castellano y neerlandés, una lengua que está entera en su nombre: papiamento. [14] 

¿Cómo puede José Martí, el universalista, el antirracista, el amigo de los pobres y de los marginados, el poeta de la diversidad, el internacionalista solidario, el defensor de los oprimidos, expresar semejantes comentarios que rozan con los estereotipos más abyectos, el elitismo más excesivo, por no decir el racismo más repulsivo? ¿Cómo puede el Apóstol cubano, símbolo de la lucha contra todas las injusticias, dar prueba de semejante desprecio hacia las mujeres de color de Curazao? ¿Cómo puede Martí, el erudito, el sabio, expresar esa condescendencia hacia la lengua papiamiento, usando los calificativos más violentos? Sigue siendo un misterio sin aclarar. ¿Acaso sus palabras eran el reflejo de los prejuicios de una época? Desde luego no, pues ilustres voces latinoamericanas se elevaban contra todo tipo de discriminación. El mismo Martí se uniría al concierto de la lucha contra el racismo y escribiría ardientes alegatos a favor de la igualdad para todos. [15]

En sus reflexiones sobre Venezuela José Martí vuelve a hablar de su estancia en Curazao. Las palabras del intelectual cubano son chocantes: 

Esa ciudad es como algunos grandes hombres: hay que verlos de lejos. Si se desembarca en ella, la ilusión, cual si fuera una flor sumergida en una atmósfera miasmática, se desvanece. No hay en ella más que calles sucias, casas amarillas, caras enfermizas, negras gritonas y negros desvergonzados: algo así como una eterna disputa entre loros y cotorras: se maldice, se insulta, se amenaza con matar […] Las riñas de los negros de Curazao –tal es el nombre de la ciudad– son como nubes tronadoras de las que jamás se desprendería el rayo. La ciudad, llena de criollas perezosas, de holandeses que representan a la metrópoli, de judíos ricos […], está atravesada por un brazo de mar. […] La noche cae solemnemente sobre esa triste ciudad: es como un cementerio poblado de seres vivientes. [16] 

El contraste es estremecedor con la descripción de los inmigrantes de origen europeo. Martí menciona las “fantásticas, honradas mujeres” neerlandesas, “doncellas honestas y robustas, de grande, fuerte cuerpo, cabello abundantísimo, grandes ojos, franca risa y seno alto”. [17]

Martí evoca también la pobreza de la población negra de Curazao, pero no refleja ningún sentimiento de compasión en sus palabras ni denuncia el orden colonial, responsable de las desigualdades. [18]

El viajero evoca también la presencia judía en el archipiélago neerlandés. Menciona “perfiles de acero, arrogantes perfiles semíticos”. No obstante el cubano se muestra elogioso con ellos y subraya su generosidad hacia los más desposeídos: “Los judíos son allí muy amados, porque las gentes del pueblo –dicen que hacen obra– la mejor de las obras, la hermosa limosna”. [19] 

Sin duda las reflexiones sobre Curazao constituyen el lado oscuro de la obra martiana y siguen siendo incomprensibles ya que se oponen, desde cualquier punto de vista, a los valores que defiende el Apóstol en la inmensa mayoría de sus escritos. Texto poco estudiado por los académicos, este artículo merecería una atención más marcada. 

Venezuela 

José Martí vivió en Venezuela de enero a julio de 1881 y siempre profesó una gran admiración por ese país. Así, su viaje hacia la Patria de Bolívar se asemeja a una búsqueda iniciática en la tierra prometida. Según el patriota cubano, Venezuela es “la Jerusalén de los sudamericanos, la cuna del continente libre, donde Andrés Bello, un Virgilio, estudió, donde Bolívar, un Júpiter, nació”. Martí impartió clases y desarrolló una intensa actividad periodística colaborando con La Opinión Nacional. [20]

En sus escritos el cubano recuerda la pesada herencia de la colonización: “La Biblia dijo la verdad: son los hijos quienes pagan los pecados de los padres: son las repúblicas de la América del Sur las que pagan los pecados de los españoles”. Las desigualdades sociales, los conflictos entre ricos y pobres, la desconfianza basada en la pertenencia étnica, “la ignorancia, los odios intestinos”, funesto legado colonial, amenazan Venezuela. [21]

No obstante los habitantes del Sur no se resignan a su triste suerte y aspiran a ocupar “su puesto en el concierto de los grandes pueblos”. Martí expresa su admiración al respecto: “Esos pueblos tienen una cabeza de gigante y un corazón de héroe en un cuerpo de hormiga loca”. Para él, el continente rebosa de “talentos” que se consagran “a las grandes ideas del próximo siglo”. [22]

No obstante, aunque sean “los ideales más generosos, los sueños más puros” entre la vanguardia intelectual latinoamericana, le cuesta ubicarse al alcance de su pueblo. “Son plantas exóticas en su propio suelo”, apunta Martí con pesar. Para él, “Cuando el pueblo en que se ha nacido no está al nivel de la época en que vive, es preciso ser a la vez el hombre de su época y el de su pueblo, pero hay que ser ante todo el hombre de su pueblo”. [23] El patriota cubano parece retomar a su cuenta la célebre máxima de Robespierre: “Soy del pueblo, nunca he sido otra cosa, sólo quiero ser eso; desprecio a quien tenga la pretensión de ser algo más”. [24] Invita a las mentes iluminadas a no romper el hilo con las masas y, sobre todo, a defender sus intereses, lamentando “el abandono de los pobres pobladores”. [25]

Un equilibrio entre pasión e interés es imprescindible para Martí. La primera lleva a los hombres a la gloria y al sacrificio y les permite realizar obras grandiosas. El segundo tempera los ardores en nombre del instinto de supervivencia. Para el Maestro, “la nación que descuida una de esas fuerzas, muere”. Martí lamenta que “la fuerza de la pasión” de los pueblos latinoamericanos haya aplastado “la fuerza del interés”. Para Martí el ideal ha sustituido la búsqueda material: “Se desprecia el dinero, se adora a la idea”. Nada puede superar la vida aunque sea verdad que “morir ha sido el deber en esos países de la América del Sur” que pagaron el precio de la libertad. En adelante, la era de las revoluciones violentas debe ceder el espacio a la evolución pacífica. Martí precisa que ello es válido para América del Sur, en las naciones independientes. Evidentemente su juicio es distinto para su isla natal, todavía bajo yugo español, donde preconizaría la vía de las armas, “la guerra necesaria”, para conseguir la soberanía de Cuba. [26]

Martí llama a desarrollar las economías de los países del Sur, las cuales permitirán construir sociedades más justas. Según él los textos constitucionales, por progresistas que fuesen, no serían aplicables si no se adaptan la realidad económica del país. [27]

El Maestro reivindica la herencia bolivariana, cita a los héroes de las guerras de independencia como José Antonio Páez o Francisco de Mirando, de quien recuerda la participación en la obra emancipadora que fue la Revolución Francesa. También se extasía ante la belleza natural de los paisajes venezolanos, pero lamenta la existencia de divisiones, la pobreza que golpea las capas pauperizadas y el egoísmo de las elites que se niegan a compartir las riquezas. La independencia no fue sinónimo de justicia social. Para Martí la libertad tiene un padre, “el amor”, y una madre, “la paz”. “Sin mutuo amor, sin mutua ayuda, siempre será un país raquítico”. [28]

Martí se muestra ditirámbico con Venezuela. Saluda a los habitantes “gritones y felices”, vestidos con elegancia. Insiste en las riquezas naturales, oro, plata, hierro, la tierra tan generosa y diversificada, los distintos climas y los cursos de agua tan abundantes, que permiten todo tipo de cultivo. [29]

Martí recuerda la diversidad migratoria que puebla el país, alemanes, franceses, italianos, españoles y emite a veces juicios expeditivos al respecto. Así los canarios son, para el cubano, “hombres rutinarios, de poco alcance mental, de mano pesada, preocupados y mezquinos”. En cuanto a los alemanes, “tienen el arte de vender bien lo que laboran mal”. Los italianos “limpian zapatos” de la gente acomodada. [30]

El cubano se detiene en la influencia extranjera. Lamenta, otra vez, que Venezuela copie modelos ajenos, sin buscar su propia vía: “ En materia de República, después que imitaron a los Estados Unidos, quieren imitar a Suiza”, en alusión a la creación de un Consejo Federal, nombrado por los distintos estados del país. La literatura europea se estudia y traduce con abundancia. En cambio “nadie habla la lengua india del país”. Las elites en el poder están totalmente alejadas de las preocupaciones populares y las políticas que pueden dar resultados en Europa son inútiles en la selva amazónica. La literatura ajena tiene su interés, pero hay que buscar soluciones latinoamericanas “en el libro de la naturaleza, junto a esas míseras chozas”. [31]

Martí presenta una requisitoria contra las “fuerzas intelectuales de la república” que se dejan seducir por el “lujo” que corrompe las almas más nobles. La inteligencia debe estar al servicio de la República y no destinarse a satisfacer la sed de riqueza. El intelectual venezolano no debe prostituirse al servicio de un “gobierno que paga, o [de] las revoluciones que prometen”. No debe ponerse “a los pies de los amos, que odian a los talentos viriles y gozan destruyendo los caracteres, venciendo a la virtud, refrenando a la inteligencia”. Quienes ceden a las sirenas de la riqueza, traicionando sus valores e ideales, se hunden inevitablemente en el desprestigio. Martí critica también la exhibición de riquezas que observa durante el carnaval o Semana Santa. En cambio, saluda “la grandeza de corazón” de quienes “dan todo cuanto tienen y piden aún más para dárselo al prójimo”. [32]

La belleza de las mujeres venezolanas, que “poseen el don de detener a los hombres audaces con una sonrisa”, atrae al viajero. “No son criaturas humanas, sino nubes que sonríen. Estrellas pasajeras, sueños que vagan”, apunta el poeta cubano. La mujer venezolana subyuga a Martí. En su presencia se siente “pleno de fuerza y borracho de una dulce bebida”. La mujer de la patria bolivariana no es una mujer fácil: “El bello Don Juan se aburriría soberanamente en Caracas […] porque la inteligencia superior de las mujeres constituye una salvaguarda contra las seducciones de los tenorios. [33]

En cuanto a la tradición católica en Venezuela, los habitantes son más de cultura cristiana que de fe, según Martí. Hay una razón para ello: “Un pueblo inteligente no puede ser fanático”. Según él la religión tiene poca influencia en el país, aunque las instituciones son sólidas. [34]

Martí termina su relato evocando la capital y el Panteón donde reposan las cenizas de Bolívar. El lugar, majestuoso, al pie de la montaña, constituye “digna sepultura de un muerto de tanta grandeza”. La veneración de Martí por el Libertador y su emoción se notan en la descripción del monumento erigido a la memora del Padre de la independencia latinoamericana. [35] 

Para Martí, Venezuela es una belleza natural, poblada de inteligencias pero marcada por profundas desigualdades sociales. Lamenta que las elites no tengan “suficiente conocimiento de las verdaderas necesidades de su patria, para hacerla un país rico, feliz y fuerte”. No obstante se muestra optimista pues “se puede esperar todo de un pueblo donde la mujer es virtuosa y el hombre es honrado”. [36] 

Conclusión 

Los viajes de José Martí a través de América Latina, particularmente México y Venezuela, le permitieron descubrir las diversas realidades continentales. El cubano pudo impregnarse de las aspiraciones populares, estudiar las potencialidades de las jóvenes naciones y ver el tamaño de la tarea a realizar para edificar una sociedad que se ocuparía de todos sus hijos. Ese recorrido iniciático le permitió forjar su pensamiento latinoamericanista.

En cambio sus reflexiones sobre Curazao y sus habitantes suscitan un sentimiento de incomprensión y perplejidad. Constituyen sin duda el lado oscuro de autor, aunque son marginales –dos párrafos – en una inmensa obra que Martí legó a la humanidad. Se trata –según parece– de los únicos escritos martianos con contenido racista que, desde luego, no reflejan la esencia de su pensamiento.

Su estancia en Venezuela fue para el gran admirador de Simón Bolívar un viaje al corazón de la cuna de la independencia latinoamericana. Allí se reforzó su vocación de lucha por la emancipación total del continente y su voluntad de federar a las fuerzas vivas en torno a una integración regional para resistir al “vecino pujante y ambicioso”.



Notas:

[1] José Martí, « Heredia », El Economista Americano, Nueva York, julio de 1888, in José Martí, Nuestra América, Biblioteca Ayacucho. http://www.bibliotecayacucho.gob.ve/fba/index.php?id=97&backPID=103&begin_at=16&tt_products=15 (sitio consultado el 20 de abril de 2015).

[2] José Martí, « Apuntes », in José Martí, Nuestra América, Biblioteca Ayacucho. http://www.bibliotecayacucho.gob.ve/fba/index.php?id=97&backPID=103&begin_at=16&tt_products=15 (sitio consultado el 20 de abril de 2015).

[3] Ibid.

[4] Ibid.

[5] Ibid.

[6] José Martí, « México », in José Martí, Nuestra América, Biblioteca Ayacucho. http://www.bibliotecayacucho.gob.ve/fba/index.php?id=97&backPID=103&begin_at=16&tt_products=15 (sitio consultado el 20 de abril de 2015).

[7] Ibid.

[8] Ibid.

[9] José Martí, « Isla de Mujeres », in José Martí, Nuestra América, Biblioteca Ayacucho. http://www.bibliotecayacucho.gob.ve/fba/index.php?id=97&backPID=103&begin_at=16&tt_products=15(sitio consultado el 20 de abril de 2015).

[10] Ibid.

[11] Ibid.

[12] José Martí, « Curazao », in José Martí, Nuestra América, Biblioteca Ayacucho. http://www.bibliotecayacucho.gob.ve/fba/index.php?id=97&backPID=103&begin_at=16&tt_products=15 (sitio consultado el 20 de abril de 2015).

[13] Ibid.

[14] Ibid.

[15] Ibid.

[16] José Martí, « Un viaje a Venezuela », in José Martí, Nuestra América, Biblioteca Ayacucho. http://www.bibliotecayacucho.gob.ve/fba/index.php?id=97&backPID=103&begin_at=16&tt_products=15 (sitio consultado el 20 de abril de 2015).

[17] José Martí, « Curazao »,op. cit.

[18] Ibid.

[19] Ibid.

[20] José Martí, « Un viaje a Venezuela »,op. cit.

[21] Ibid.

[22] Ibid.

[23] Ibid.

[24] Philippe Joshep Benjamin Luchez & Prosper Charles Roux, Histoire parlementaire de la Révolution française, Paris, 1834, Volume 13 à 14, p. 137.

[25] Ibid.

[26] Ibid.

[27] Ibid.

[28] Ibid.

[29] Ibid.

[30] Ibid.

[31] Ibid.

[32] Ibid.

[33] Ibid.

[34] Ibid.

[35] Ibid.

[36] Ibid.

*Doctor en Estudios Ibéricos y Latinoamericanos de la Universidad Paris Sorbonne-Paris IV, Salim Lamrani es profesor titular de la Universidad de La Reunión y periodista, especialista de las relaciones entre Cuba y Estados Unidos. Su último libro se titula Cuba, the Media, and theChallenge of Impartiality, New York, Monthly Review Press, 2014, con un prólogo de Eduardo Galeano. http://monthlyreview.org/books/pb4710/ Facebook: https://www.facebook.com/SalimLamraniOfficiel




El futuro de la Izquierda de Perú tras la elecciones del pasado domingo 10/4/2016

Entrevista a Luis Huamán Sánchez, investigador sobre juventud, participación y medio ambiente de FLACSO Ecuador
Nueva izquierda en el poder que abre un nuevo ciclo histórico en el Perú




“Somos las hijas de las campesinas que no pudiste esterilizar”, gritaron miles de peruanos en Lima como en Paris, en Helsinki como en Milán, para recordar la política fujimorista de esterilizaciones forzadas, durante la marcha del 5 de abril, en el triste aniversario del autogolpe de Alberto Fujimori del 5 de abril de 1992.

Gabriela Wiener desde Madrid me explica que “Llevábamos un muñeco de Keiko Fujimori y le hicimos bailar 'el baile del chino, el baile asesino', hasta hacerla caer al suelo con un golpe sordo. Celebramos el símbolo. Gritamos también los nombres de los culpables. Y los nombres de las víctimas. Leímos un manifiesto para tener memoria y no repetir la historia. Al final se nos acercaron dos chicas españolas, estudiantes de periodismo, y nos preguntaron de qué iba todo eso. Se lo explicamos como pudimos —resumir 24 años de anti-fujimorismo en un minuto— y se fueron diciendo 'no os rindáis, no os rindáis'.”

En mi artículo anterior “El futuro de Verónika Mendoza y el pasado de Keiko Fujimori“, yo he documentado algunas preocupaciones de Europa frente al posible regreso de un régimen autoritario fujimorista (1).

Es difícil entender la complejidad de un país andino-amazónico como Perú que se está demostrando el más conservador del continente, que el ex presidente de Uruguay Pepe Mujica considera que “Los peruanos se acostumbraron a vivir con la corrupción, si, lo digo por que votaron por Keiko y Pedro Pablo Kuczynski".

Por esta razón, he entrevistado a Luis Huamán Sánchez, Master en Estudios Socioambientales-Flacso Ecuador(2), investigador sobre juventud, participación y medio ambiente de FLACSO Ecuador, ex delegado de la Juventud Obrera Cristiana JOC a nivel continental de las Américas, originario de Cajamarca. Tiene el objetivo de visualizar el proceso electoral 2016, para pensar la segunda vuelta electoral y las elecciones al 2021.

Esta reflexión se realiza antes del amanecer del día once de Abril, momento en que seguramente continúan el conteo de votos para presidenta-te y congresistas del Perú para el periodo 2016 – 2021, y que incluso nos lleva a pensar en una segunda vuelta electoral para la presidencia del país.

Pregunta: ¿Qué ha pasado en estas primeras elecciones de 2016?

Respuesta: Las elecciones 2016 también iniciaron, como cada proceso electoral, con información de las encuestadoras transmitidas por los medios informativos. Ciertos medios informativos que hasta el cierre de campaña difundían que Keiko mantenía un voto duro entre el 30 a 35%, aproximadamente. Porcentaje para reflexionar dado el rechazo que ha tenido Keiko Fujimori durante sus mítines de campaña, y las últimas marchas en contra de la Candidata.

Pregunto, ¿por qué, si el voto es secreto, las encuestadoras deberían obtener datos de los votantes?. Quiere decir que el voto dejo ser un voto secreto que se define en las ánforas y al momento de votar. Quiérase o no, las encuestadoras, más que informar al ciudadano-a o informar a los candidatos-as a que mejoren sus estrategias, se han convertido en orientadoras del voto. Aunque minoritariamente no pueden orientar el voto de quienes pueden analizar que las encuestadoras se han convertido en un orientador más del proceso electoral. ¿Quiénes pagan a las encuestadoras, de dónde salen los recursos para gestionar las encuestas, el pago de encuestadores-as? Etc. No estoy en contra de las encuestadoras, pero debería existir cierta regulación, y de esta manera permitir que las elecciones se centren en las propuestas, y no en las informaciones de las encuestadoras.Pregunta: ¿Quiénes ganaron y quiénes perdieron en estas elecciones?

Respuesta: Ayer diez de abril, en horas de la tarde, se mencionaba desde los medios de comunicación, que quienes perdieron en este proceso electoral fueron la Alianza Popular: Partido Aprista Peruano (Alianza Popular Revolucionaria Americana APRA, Partido Popular Cristiano PPC y Vamos Perú -Partido político del Alcalde del Callao, Juan Sotomayor; y si ha logrado tener entre cinco a seis curules en el congreso es porque el Jurando Nacional Electoral emitió, un día antes de las elecciones, que el porcentaje para no pasar la valla electoral es de 5% y no del 7% como fija la ley de organizaciones políticas. También perdió el partido Perú Posible con su candidato Alejandro Toledo, ya que al no obtener el 5% no tendrá representantes en el congreso. Además perdieron el resto de partidos políticos como Solidaridad Nacional, etc.

Quien sí ha ganado es el partido que se encontraba agonizando. Se trata del partido Acción Popular con Alfredo Barnechea. Es decir, Acción Popular comienza a jugar un rol importante para las elecciones del 2021. Otro de los partidos que ganó, aunque no llego a pasar la valla electoral del 5%, es el candidato Gregorio Santos con el partido Democracia directa; ganó no solo por acumular cerca de un 3%, sino también porque lo hizo en condición de recluido, desde más de un año, desde el penal de Ancón I.

También ganó el Frente Amplio con Verónica Mendoza, quien junto con Gregorio Santos representan la izquierda que comienza a tener mayor representatividad y visibilidad. Ganó Verónica Mendoza, porque el partido al que pertenece será una tercera fuerza mayoritaria en el Congreso. Significa además, que para el 2021 tanto Verónica como Goyo seguirán representando las demandas, alternativa y propuestas de la izquierda. Por lo que, el panorama para el 2021 ya cuenta con dos candidatos de Izquierda.

Asimismo ganó el partido Alianza Para el Progreso dirigido por un candidato retirado por el jurado nacional de elecciones. Se trata de Cesar Acuña quien junto con Guzmán del Partido Todos por el Perú, también fue sacado por el Jurado Nacional de Elecciones. Ganó Alianza Para el progreso porque sin candidato a la presidencia obtendrá un aproximado de 12 representantes al Congreso.

Finalmente estos dos partidos políticos, Alianza Para el Progreso y Todos por el Perú, que fueron expulsados de la contienda electoral por el Jurado Nacional de Elecciones, dejan mucho que reflexionar por el papel que jugó el Jurado Nacional de Elecciones para ciertos partidos. Por ejemplo, no expulso del proceso electoral al partido Fuerza Popular de Keiko Fujimori, pese a que hubo y se presentaron pruebas dando dinero a los electores; además la resolución de que había pruebas suficientes sale, por el jurado nacional de elecciones, la misma noche que juega la selección nacional. A esto se suma, que a un día antes de las elecciones, el jurado nacional de elecciones, se pronuncia que las alianzas de los partidos como el APRA, ya no son del 7%, sino del 5%. Solo así, lograron continuar en campaña, y pasar a segunda vuelta Keiko Fujimori, y obtener entre 5 a seis curules la Alianza Popular, APRA, PPC y Vamos Perú. Fueron unas elecciones donde no todos fueron medidos con las mismas reglas.Pregunta: ¿qué se espera de la segunda vuelta y el 2021: Cambio o continuidad?

Respuesta: Hasta aproximadamente las cuatro de la tarde del día 10 de abril, los medios informaron desde las encuestas, que Keiko Fujimori obtenía el primer puesto, con una mayoría Congresal pero no lo suficiente para gobernar, en caso Keiko ganara en segunda vuelta. Y quien competiría con Keiko serían Pedro Pablo Kuczynski o Verónica Mendoza, ya que una de las encuestas mencionaba que PPK tenía el 20.9%, mientras que Verónica el 20.3%. Ya a inicios de la seis de la tarde, se mencionaba a boca de urna, que quien pasaría a segunda vuelta, para competir con Keiko Fujimori, seria Pedro Pablo Kuczynski, ya que se distanciaba con un 3%, a boca de urna, de Verónica Mendoza.

Suponiendo que las elecciones se decida entre Keiko Fujimori de Fuerza Popular y Pedro Pablo Kuczynski por Peruanos por el Cambio, lo más probable es que gane PPK, dado que Keiko Fujimori no tendría apoyo del Frente Amplio, que está en tercer lugar, ni de Acción Popular que está en cuarto lugar, y menos del partido de la Alianza de Alan García. Es decir, en una segunda vuelta, más de un 60% de votos iría para Peruanos por el Cambio.

Pero, si las elecciones de segunda vuelta, para la presidencia, se decidirían entre Fuerza Popular de Keiko Fujimori, y el Frente Amplio de Verónica Mendoza, el proceso electoral sería muy difícil de predecir. Primero porque los votos de Pedro Pablo Kuczynski por Peruanos por el Cambio, no se sabe si irían a Verónica, que representa la izquierda, o Keiko que representa la derecha o la continuidad del modelo basado en el crecimiento económico. Quizá podrían ir para Verónica los votos de Acción Popular por ser un partido que se acerca al centro Izquierda. Y tampoco se sabría los votos de la Alianza representada por Alan García. De otro lado, en caso ganar Verónica Mendoza en segunda vuelta, la vería muy difícil gobernar y el panorama de gobernabilidad podría ser como la Susana Villarán (3) quien fue alcaldesa de Lima, y represento a la izquierda o de Humala quien no pudo contar con una mayoría en el congreso, dejando de lado las propuestas de transformación para pasarse a las propuestas de la derecha.

En caso de ganar Verónica Mendoza en primera vuelta a Keiko Fujimori, también sería muy difícil gobernar porque Fuerza Popular de Keiko Fujimori y Pedro Pablo Kuczynski de Peruanos por el Cambio representan los dos grupos mayoritarios en el Congreso. Es decir, sería un gobierno de Verónica ingobernable y de un 2021 con un desgaste negativo como partido de Izquierda. Es decir, el periodo de Verónica seria ingobernable porque no podrían concretarse los cambios de fondo que representa Verónica Mendoza desde el Frente Amplio.

Por lo que, la izquierda con Verónica Mendoza ganó al estar tercero en el Congreso, y fue eso que se esperaba. Un tercer lugar que da pie a que la sociedad peruana pueda estar informada del proceso de la derecha, y sus acuerdos tanto de Fuerza Popular, como Peruanos por el Kambio en el Congreso. Un tercer lugar, que si es que no hubiera cambio de camiseta por parte de la izquierda, se consolida a pensar desde ahora para las elecciones del 2021. Menciono el 2021, porque tanto el partido de Keiko Fujimori, como de Peruanos para el Kambio no son tan diferentes, ya que apuestan por cambios pequeños, pero no de fondo, apuestan por la continuidad del crecimiento económico. Es decir, el 2021, empezó desde hoy con la formación militante partidaria y de izquierda, con una identidad de izquierda, con una discusión de planes de gobierno, con una campaña de ideologías y no de clientelismos, por una defensa de los recursos naturales, y no únicamente de extractivismo que mata el planeta. Seguramente estos entre muchos otros, son los desafíos de la izquierda actual, de la izquierda del pueblo, de la izquierda con una voz de quienes aún están excluidos.Pregunta: ¿qué pasa con la actividad extractiva, los recursos naturales, y las poblaciones afectadas por los impactos negativos del extractivismo?

Respuesta: En caso que ganaran las elecciones Keiko Fujimori o Pedro Pablo Kuczynski (Partido Independiente Peruanos por el Kambio), continuara, sin grandes cambios, la actividad extractiva y por consiguiente el daño a los recursos naturales, el daño al hábitat de las comunidades, y la exclusión de los pobladores de las comunidades cercanas a la actividad extractiva. A pesar que el costo de los hidrocarburos, y minerales está de bajada, no quiere decir, que los conflictos, y daños ambientales van a modificarse. Esto porque aún se impondrá el modelo del crecimiento económico, donde la extracción de recursos naturales seguirá siendo prioritario en la agenda de los partidos de Keiko Fujimori o Pedro Pablo Kuczynski. Incluso, las mesas de dialogo seguirán siendo un saludo a la bandera, porque hasta ahora predomina la prioridad del interés nacional, por sobre las implicancias de impactos ambientales a las poblaciones cercanos a la actividad extractiva.

Un aspecto importante de la campaña ha sido el tema del agua. Aunque no se menciona que la escasez del agua, también se debe a la contaminación de dicho recurso por la actividad extractiva, a la desaparición de manantiales, fuentes de agua, quebradas a causa de los tajos mineros. El discurso del agua y la actividad extractiva, va únicamente por la tecnologízación del agua. Es decir, tener agua de riego tecnificada, garantizar agua para todos y todas. De esto, ningún partido se atrevió a hablar, y se cree que únicamente, cosechando el agua, o creando reservorios la población podrá tener agua. Cuando en tema de fondo, y que no interesa a ninguno de los partidos que gane estas elecciones son la contaminación del agua, la desaparición de quebradas que forman los ríos, de lagunas que sirven como reservorios naturales de agua, y de manantiales de agua que se van formando de forma natural. El tema de los recursos hídricos también debería ser una prioridad para el 2021, ya que en este nuevo periodo de gobierno dejara de ser interés del nuevo presidente-a electo-a, dado que la minería aunque ha dejado de ser rentable, aún es parte del modelo del crecimiento económico.

Finalmente estas elecciones y candidato-a que logre ganar en segunda vuelta, será para seguir garantizando un modelo de crecimiento, sin importar los impactos negativos ambientales. Será un periodo donde las comunidades que habitan alrededor de la actividad extractiva seguirán en la pobreza, y pobreza extrema, porque la continuidad de la actividad económica extractiva es fundamental y prioritario para los gobiernos o partidos de derecha. Por tanto, los conflictos seguirán, y las mesas de negociación o diálogo seguirán siendo una farsa. La izquierda representada por Verónica Mendoza tienen estos desafíos desde los congresistas electos, y para las nuevas elecciones del 2021.Pregunta: ¿Qué piensa de los conflictos en Cajamarca, Conga y Quilish, con un Frente Amplio en tercer lugar en el Congreso de la Republica?

Respuesta: Como ya había mencionado antes, ganó Verónica del Frente Amplio con una tercera posición en el Congreso. Significa entonces que se contara con Congresistas cajamarquinos que defienden los intereses de las poblaciones ubicadas en zonas extractivas, con Congresistas cajamarquinos que conocen bien la situación de los recursos naturales, y han ido creando propuestas. Es decir, aunque el Frente Amplio no sea mayoría, el tercer lugar en el Congreso le permite legislar e informar a la población y sus organizaciones, los acuerdos, decisiones y reflexiones que se vayan dando en el Congreso por parte de Keiko Fujimori o Peruanos por el Kambio.

Significa entonces que las empresas extractivas ubicadas en zonas de Cajamarca, no lo verán muy fácil el continuar extrayendo recursos, o irrespetar las zonas de protección que tienen resolución municipal de protección. Quiere decir, que Conga y el Quilish ahora tendrán defensores y legisladores desde el congreso. En esto jugaran un papel importante el congresista Marco Arana y otros del Frente Amplio, conocedores de los impactos extractivos, y voceros de las poblaciones afectadas por dicha actividad. Sí es que no hubiesen congresistas prófugos, por parte del Frente Amplio, todo indica que la población afectada de forma negativa por el crecimiento económico, y prioridades del modelo económico extractivo, tendrá voz, tendrá justicia, y más aún se preparan para ser los protagonista de las elecciones para el 2021.

Notas






A Susana Villarán se planteó una revocatoria del mandato, del cual salió relativamente bien librada, pero con un costo muy alto: se fracturo la gobernabilidad cuando perdió la mayoría de los regidores en el Consejo Municipal (Fernando Carrión (2015), en El giro a la izquierda: los gobiernos locales de América Latina).

Cristiano Morsolin, trabajador social e investigador italiano radicado en Latinoamérica desde 2001 con experiencias en Perú, Colombia, Ecuador, Bolivia, Paraguay, Brasil. Cofundador del Observatorio sobre Latinoamérica SELVAS de Milán (Italia), autor de varios libros.


Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.

lunes, 11 de abril de 2016

Lo que no se dice de los papeles de Panamá


                                 Lo que no se dice ni se dirá de los papeles de Panamá



Vincenç Navarro, Público


La publicación por parte de los mayores medios de comunicación del mundo occidental de las empresas ficticias establecidas con la ayuda de la firma de abogados panameña Mossack Fonseca ha creado un gran revuelo, pues documenta lo que todo el mundo ya conoce, a saber, que el 1% de la población mundial (y el 1% de la gente más rica en cada país) deposita su dinero en paraísos fiscales a fin de esconderlo y/o evitar pagar impuestos en su propio país. Tal descubrimiento, por lo tanto, no es una novedad. La gran mayoría de la población sabe que los “super-ricos” tienen su dinero en paraísos fiscales. Lo que no saben, sin embargo, es que esta situación sería fácilmente corregible si hubiera voluntad para resolverla. Que no se resuelva se debe a que las personas que podrían hacerlo están ellas mismas implicadas en la transferencia de fondos a estos paraísos fiscales, o pertenecen a instituciones (representativas o no representativas) sumamente dependientes e influenciadas por los grupos financieros o empresariales, que son los que se benefician de tales paraísos. Es también ampliamente conocido que los mayores bancos en cada país, incluido en España, están metidos hasta la médula en este proceso de falsificación de empresas en dichos paraísos. Hasta aquí todo esto es conocido.

Ahora bien, lo que despierta gran interés y también curiosidad es ver los nombres concretos de los personajes relacionados con estos paraísos fiscales. Que ahora se vaya conociendo quién depositó allí sus fondos es una buena noticia. Y, sin embargo, tiene un gran problema que no se cita. Y este problema es que la enorme cantidad de información que se está descubriendo está siendo canalizada por los mismos medios de comunicación que han sido cómplices con el silencio ensordecedor que ha existido sobre este tema. Veamos, pues, los datos.


¿Quién obtuvo estos datos?La investigación conocida ahora como “Panamá Papers” la ha realizado el International Consortium of Investigative Journalists (el Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación), que ha sido financiado por varias instituciones estadounidenses tales como la Ford Foundation, el Carnegie Endowment, el Rockefeller Family Fund, la WK Kellog Foundation y la Open Society Foundation (financiada por el filántropo George Soros). Y tal información ha sido canalizada a través de los mayores rotativos a los dos lados del Atlántico Norte, y muy en particular los medios de la Unión Europea y de EEUU, que tienen su propia agenda en la distribución de tal información. En realidad, el periódico alemán Süddeutsche Zeitung (SZ) fue el primer receptor de parte de aquella información que también fue recogida por el Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación, distribuyéndose a partir de entonces a través de The Guardian y otros medios. Son estos medios los que controlan esta información, habiendo mostrado solo una parte de los 11,5 millones de documentos recogidos. Esta situación es particularmente preocupante en España, donde los mayores medios de información tienen una relación muy estrecha, de dependencia financiera, con los grandes bancos del país (como el BBVA, el Santander y otros), bancos que han jugado un papel fundamental en canalizar dinero hacia otros paraísos fiscales, incluyendo Panamá. Es bien conocido que la gran prensa de España carece de diversidad ideológica, consecuencia, en parte, de la dependencia de tales medios de la gran banca que los financia.


La promoción del neoliberalismo por parte de la Gran Prensa y su silencio sobre la BancaEn este país, los grandes bancos, a través de su enorme influencia en los medios de información y persuasión, así como en los centros de investigación y propaganda como las fundaciones y revistas económicas, son los grandes promotores de las políticas neoliberales, incluyendo los recortes de gasto público social con el fin de reducir el déficit público y la deuda pública. A la vez, estos bancos han estado facilitando la utilización de paraísos fiscales para que las grandes empresas, las grandes familias y los super-ricos no paguen impuestos, generando así el déficit público. En realidad, si no hubiera habido este fraude fiscal, no habría habido ninguna necesidad de recortar en servicios públicos como sanidad, educación, servicios domiciliarios y un largo etcétera. El poder de la banca en España es enorme. Y de ahí que les aseguro a los lectores de este artículo que no verán en los medios españoles (incluyendo, naturalmente, los catalanes), tanto públicos como privados, sean escritos, orales o televisivos, un análisis de cómo los grandes bancos juegan un papel clave en el establecimiento de los paraísos fiscales. Esperen y lo verán. Y me sabe muy mal llevar razón en este punto, pero les garantizo que va a haber un silencio ensordecedor sobre cómo el BBVA o el Santander, entre otros (que promueven los recortes), están facilitando que se vaya el dinero a Panamá.


Otras observacionesEsta canalización de las noticias explica también la gran atención que se ha dado a la figura de Putin, el actual presidente de Rusia, el supuesto enemigo nº 1 de Occidente, que ha sido objeto de un gran ataque mediático, presentándolo como el responsable de la inestabilidad en la Europa oriental y en Siria. He escrito críticamente sobre tal personaje (incluso antes de que colapsara la Unión Soviética) y la clase corrupta que representa, continuadora de aquella que controló el Estado Soviético (ver mi libro Social Security and Medicine in the USSR, escrito en 1977). Como consecuencia de tal crítica, mi libro fue prohibido y yo declarado persona non grata en aquel país. Cualquiera que haya leído mis trabajos sobre la Unión Soviética y su colapso entenderá que Putin no sea santo de mi devoción. Ahora bien, este dirigente ruso no es el único responsable de tales tensiones que estamos viendo en Ucrania o en Siria. En realidad, la mayor parte de las tensiones se derivan del comportamiento de la OTAN. Y entre los aliados de tal organización están algunas de las dictaduras más horribles hoy en el mundo, mucho peores que la rusa, como la de Arabia Saudí, profundamente corruptas, con amplias inversiones no solo en Panamá sino en España, sin que los mayores medios de información y persuasión españoles hayan analizado nunca estas inversiones y estas amistades con el establishment financiero-político-mediático español. Verán ustedes cómo aparecen muchos artículos sobre Putin (cuyo nombre, por cierto, no aparece en ninguno de los papeles) y muy pocos sobre los dirigentes de Arabia Saudí y su relación con los bancos españoles.

Una última observación. Es más que probable que en la lista de nombres que depositaban su dinero en Panamá no aparezcan ciudadanos o residentes estadounidenses, lo cual tiene que ver primordialmente con el hecho de que los paraísos fiscales que utilizan los super-ricos de EEUU están en el propio país (Wyoming, Delaware o Nevada). Los super-ricos estadounidenses no necesitan Panamá, Suiza u otros paraísos conocidos. Los tienen en su propio país. Sería interesante que se analizaran estos paraísos. También se sorprenderían de lo que verían. Pero es probable que tampoco lo vean. La libertad de prensa es la libertad de los que la poseen y controlan. Así de claro.

- See more at: http://mamvas.blogspot.com/2016/04/lo-que-no-se-dice-ni-se-dira-de-los.html#more

El Che y el hombre nuevo para la nueva sociedad

El socialismo y el hombre en Cuba

Estimado compañero *:
Acabo estas notas en viaje por África, animado del deseo de cumplir, aunque tardíamente, mi promesa. Quisiera hacerlo tratando el tema del título. Creo que pudiera ser interesante para los lectores uruguayos.
Es común escuchar de boca de los voceros capitalistas, como un argumento en la lucha ideológica contra el socialismo, la afirmación de que este sistema social o el período de construcción del socialismo al que estamos nosotros abocados, se caracteriza por la abolición del individuo en aras del Estado. No pretenderé refutar esta afirmación sobre una base meramente teórica, sino establecer los hechos tal cual se viven en Cuba y agregar comentarios de índole general. Primero esbozaré a grandes rasgos la historia de nuestra lucha revolucionaria antes y después de la toma del poder.
Como es sabido, la fecha precisa en que se iniciaron las acciones revolucionarias que culminaron el primero de enero de 1959, fue el 26 de julio de 1953. Un grupo de hombres dirigidos por Fidel Castro atacó la madrugada de ese día el cuartel Moncada, en la provincia de Oriente. El ataque fue un fracaso, el fracaso se transformó en desastre y los sobrevivientes fueron a parar a la cárcel, para reiniciar, luego de ser amnistiados, la lucha revolucionaria.
Durante este proceso, en el cual solamente existían gérmenes de socialismo, el hombre era un factor fundamental. En él se confiaba, individualizado, específico, con nombre y apellido, y de su capacidad de acción dependía el triunfo o el fracaso del hecho encomendado.
Llego la etapa de la lucha guerrillera. Esta se desarrolló en dos ambientes distintos: el pueblo, masa todavía dormida a quien había que movilizar y su vanguardia, la guerrilla, motor impulsor de la movilización, generador de conciencia revolucionaria y de entusiasmo combativo. Fue esta vanguardia el agente catalizador, el que creó las condiciones subjetivas necesarias para la victoria. También en ella, en el marco del proceso de proletarización de nuestro pensamiento, de la revolución que se operaba en nuestros hábitos, en nuestras mentes, el individuo fue el factor fundamental. Cada uno de los combatientes de la Sierra Maestra que alcanzara algún grado superior en las fuerzas revolucionarias, tiene una historia de hechos notables en su haber. En base a estos lograba sus grados.
Fue la primera época heroica, en la cual se disputaban por lograr un cargo de mayor responsabilidad, de mayor peligro, sin otra satisfacción que el cumplimiento del deber. En nuestro trabajo de educación revolucionaria, volvemos a menudo sobre este tema aleccionador. En la actitud de nuestros combatientes se vislumbra al hombre del futuro.
En otras oportunidades de nuestra historia se repitió el hecho de la entrega total a la causa revolucionaria. Durante la Crisis de Octubre o en los días del ciclón Flora, vimos actos de valor y sacrificio excepcionales realizados por todo un pueblo. Encontrar la fórmula para perpetuar en la vida cotidiana esa actitud heroica, es una de nuestras tareas fundamentales desde el punto de vista ideológico.
En enero de 1959 se estableció el gobierno revolucionario con la participación en él de varios miembros de la burguesía entreguista. La presencia del Ejército Rebelde constituía la garantía de poder, como factor fundamental de fuerza.
Se produjeron enseguida contradicciones seria, resueltas, en primera instancia, en febrero del 59, cuando Fidel Castro asumió la jefatura de gobierno con el cargo de primer ministro. Culminaba el proceso en julio del mismo año, al renunciar el presidente Urrutia ante la presión de las masas.
Aparecía en la historia de la Revolución Cubana, ahora con caracteres nítidos, un personaje que se repetirá sistemáticamente: la masa.
Este ente multifacético no es, como se pretende, la suma de elementos de la misma categoría (reducidos a la misma categoría, además, por el sistema impuesto), que actúa como un manso rebaño. Es verdad que sigue sin vacilar a sus dirigentes, fundamentalmente a Fidel Castro, pero el grado en que él ha ganado esa confianza responde precisamente a la interpretación cabal de los deseos del pueblo, de sus aspiraciones, y a la lucha sincera por el cumplimiento de las promesas hechas.
La masa participó en la reforma agraria y en el difícil empeño de la administración de las empresas estatales; pasó por la experiencia heroica de Playa Girón; se forjó en las luchas contra las distintas bandas de bandidos armadas por la CIA; vivió una de las definiciones más importantes de los tiempos modernos en la Crisis de Octubre y sigue hoy trabajando en la construcción del socialismo.
Vistas las cosas desde un punto de vista superficial, pudiera parecer que tienen razón aquellos que hablan de supeditación del individuo al Estado, la masa realiza con entusiasmo y disciplina sin iguales las tareas que el gobierno fija, ya sean de índole económica, cultural, de defensa, deportiva, etcétera. La iniciativa parte en general de Fidel o del alto mando de la revolución y es explicada al pueblo que la toma como suya. Otras veces, experiencias locales se toman por el partido y el gobierno para hacerlas generales, siguiendo el mismo procedimiento.
Sin embargo, el Estado se equivoca a veces. Cuando una de esas equivocaciones se produce, se nota una disminución del entusiasmo colectivo por efectos de una disminución cuantitativa de cada uno de los elementos que la forman, y el trabajo se paraliza hasta quedar reducido a magnitudes insignificantes; es el instante de rectificar. Así sucedió en marzo de 1962 ante una política sectaria impuesta al partido por Aníbal Escalante.
Es evidente que el mecanismo no basta para asegurar una sucesión de medidas sensatas y que falta una conexión más estructurada con las masas. Debemos mejorarla durante el curso de los próximos años pero, en el caso de las iniciativas surgidas de estratos superiores del gobierno utilizamos por ahora el método casi intuitivo de auscultar las reacciones generales frente a los problemas planteados.
Maestro en ello es Fidel, cuyo particular modo de integración con el pueblo solo puede apreciarse viéndolo actuar. En las grandes concentraciones públicas se observa algo así como el diálogo de dos diapasones cuyas vibraciones provocan otras nuevas en el interlocutor. Fidel y la masa comienzan a vibrar en un diálogo de intensidad creciente hasta alcanzar el clímax en un final abrupto, coronado por nuestro grito de lucha y victoria.
Lo difícil de entender, para quien no viva la experiencia de la revolución, es esa estrecha unidad dialéctica existente entre el individuo y la masa, donde ambos se interrelacionan y, a su vez, la masa, como conjunto de individuos, se interrelaciona con los dirigentes.
En el capitalismo se pueden ver algunos fenómenos de este tipo cuando aparecen políticos capaces de lograr la movilización popular, pero si no se trata de un auténtico movimiento social, en cuyo caso no es plenamente lícito hablar de capitalismo, el movimiento vivirá lo que la vida de quien lo impulse o hasta el fin de las ilusiones populares, impuesto por el rigor de la sociedad capitalista. En esta, el hombre está dirigido por un frío ordenamiento que, habitualmente, escapa al dominio de la comprensión. El ejemplar humano, enajenado, tiene un invisible cordón umbilical que le liga a la sociedad en su conjunto: la ley del valor. Ella actúa en todos los aspectos de la vida, va modelando su camino y su destino.
Las leyes del capitalismo, invisibles para el común de las gentes y ciegas, actúan sobre el individuo sin que este se percate. Solo ve la amplitud de un horizonte que aparece infinito. Así lo presenta la propaganda capitalista que pretende extraer del caso Rockefeller —verídico o no—, una lección sobre las posibilidades de éxito. La miseria que es necesario acumular para que surja un ejemplo así y la suma de ruindades que conlleva una fortuna de esa magnitud, no aparecen en el cuadro y no siempre es posible a las fuerzas populares aclarar estos conceptos. (Cabría aquí la disquisición sobre cómo en los países imperialistas los obreros van perdiendo su espíritu internacional de clase al influjo de una cierta complicidad en la explotación de los países dependientes y cómo este hecho, al mismo tiempo, lima el espíritu de lucha de las masas en el propio país, pero ese es un tema que sale de la intención de estas notas.)
De todos modos, se muestra el camino con escollos que aparentemente, un individuo con las cualidades necesarias puede superar para llegar a la meta. El premio se avizora en la lejanía; el camino es solitario. Además, es una carrera de lobos: solamente se puede llegar sobre el fracaso de otros.
Intentaré, ahora, definir al individuo, actor de ese extraño y apasionante drama que es la construcción del socialismo, en su doble existencia de ser único y miembro de la comunidad.
Creo que lo más sencillo es reconocer su cualidad de no hecho, de producto no acabado. Las taras del pasado se trasladan al presente en la conciencia individual y hay que hacer un trabajo continuo para erradicarlas.
El proceso es doble, por un lado actúa la sociedad con su educación directa e indirecta, por otro, el individuo se somete a un proceso consciente de autoeducación.
La nueva sociedad en formación tiene que competir muy duramente con el pasado. Esto se hace sentir no solo en la conciencia individual en la que pesan los residuos de una educación sistemáticamente orientada al aislamiento del individuo, sino también por el carácter mismo de este período de transición con persistencia de las relaciones mercantiles. La mercancía es la célula económica de la sociedad capitalista; mientras exista, sus efectos se harán sentir en la organización de la producción y, por ende, en la conciencia.
En el esquema de Marx se concebía el período de transición como resultado de la transformación explosiva del sistema capitalista destrozado por sus contradicciones; en la realidad posterior se ha visto cómo se desgajan del árbol imperialista algunos países que constituyen ramas débiles, fenómeno previsto por Lenin. En estos, el capitalismo se ha desarrollado lo suficiente como para hacer sentir sus efectos, de un modo u otro, sobre el pueblo, pero no son sus propias contradicciones las que, agotadas todas las posibilidades, hacen saltar el sistema. La lucha de liberación contra un opresor externo, la miseria provocada por accidentes extraños, como la guerra, cuyas consecuencias hacen recaer las clases privilegiadas sobre los explotados, los movimientos de liberación destinados a derrocar regímenes neocoloniales, son los factores habituales de desencadenamiento. La acción consciente hace el resto.
En estos países no se ha producido todavía una educación completa para el trabajo social y la riqueza dista de estar al alcance de las masas mediante el simple proceso de apropiación. El subdesarrollo por un lado y la habitual fuga de capitales hacia países «civilizados» por otro, hacen imposible un cambio rápido y sin sacrificios. Resta un gran tramo a recorrer en la construcción de la base económica y la tentación de seguir los caminos trillados del interés material, como palanca impulsora de un desarrollo acelerado, es muy grande.
Se corre el peligro de que los árboles impidan ver el bosque. Persiguiendo la quimera de realizar el socialismo con la ayuda de las armas melladas que nos legara el capitalismo (la mercancía como célula económica, la rentabilidad, el interés material individual como palanca, etcétera), se puede llegar a un callejón sin salida. Y se arriba allí tras de recorrer una larga distancia en la que los caminos se entrecruzan muchas veces y donde es difícil percibir el momento en que se equivocó la ruta. Entre tanto, la base económica adaptada ha hecho su trabajo de zapa sobre el desarrollo de la conciencia. Para construir el comunismo, simultáneamente con la base material hay que hacer al hombre nuevo.
De allí que sea tan importante elegir correctamente el instrumento de movilización de las masas. Este instrumento debe ser de índole moral, fundamentalmente, sin olvidar una correcta utilización del estímulo material, sobre todo de naturaleza social.
Como ya dije, en momentos de peligro extremo es fácil potenciar los estímulos morales; para mantener su vigencia, es necesario el desarrollo de una conciencia en la que los valores adquieran categorías nuevas. La sociedad en su conjunto debe convertirse en una gigantesca escuela.
Las grandes líneas del fenómeno son similares al proceso de formación de la conciencia capitalista en su primera época. El capitalismo recurre a la fuerza, pero, además, educa a la gente en el sistema. La propaganda directa se realiza por los encargados de explicar la ineluctabilidad de un régimen de clase, ya sea de origen divino o por imposición de la naturaleza como ente mecánico. Esto aplaca a las masas que se ven oprimidas por un mal contra el cual no es posible la lucha.
A continuación viene la esperanza, y en esto se diferencia de los anteriores regímenes de casta que no daban salida posible.
Para algunos continuará vigente todavía la fórmula de casta: el premio a los obedientes consiste en el arribo, después de la muerte, a otros mundos maravillosos donde los buenos son los premiados, con lo que se sigue la vieja tradición. Para otros, la innovación; la separación en clases es fatal, pero los individuos pueden salir de aquella a que pertenecen mediante el trabajo, la iniciativa, etcétera. Este proceso, y el de autoeducación para el triunfo, deben ser profundamente hipócritas: es la demostración interesada de que una mentira es verdad.
En nuestro caso, la educación directa adquiere una importancia mucho mayor. La explicación es convincente porque es verdadera; no precisa de subterfugios. Se ejerce a través del aparato educativo del Estado en función de la cultura general, técnica e ideológica, por medio de organismos tales como el Ministerio de Educación y el aparto de divulgación del partido. La educación prende en las masas y la nueva actitud preconizada tiende a convertirse en hábito; la masa la va haciendo suya y presiona a quienes no se han educado todavía. Esta es la forma indirecta de educar a las masas, tan poderosa como aquella otra.
Pero el proceso es consciente; el individuo recibe continuamente el impacto del nuevo poder social y percibe que no está completamente adecuado a él. Bajo el influjo de la presión que supone la educación indirecta, trata de acomodarse a una situación que siente justa y cuya propia falta de desarrollo le ha impedido hacerlo hasta ahora. Se autoeduca.
En este período de construcción del socialismo podemos ver el hombre nuevo que va naciendo. Su imagen no está todavía acabada; no podría estarlo nunca ya que el proceso marcha paralelo al desarrollo de formas económicas nuevas. Descontando aquellos cuya falta de educación los hace tender al camino solitario, a la autosatisfacción de sus ambiciones, los hay que aun dentro de este nuevo panorama de marcha conjunta, tienen tendencia a caminar aislados de la masa que acompañan. Lo importante es que los hombres van adquiriendo cada día más conciencia de la necesidad de su incorporación a la sociedad y, al mismo tiempo, de su importancia como motores de la misma.
Ya no marchan completamente solos, por veredas extraviadas, hacia lejanos anhelos. Siguen a su vanguardia, constituida por el partido, por los obreros de avanzada, por los hombres de avanzada que caminan ligados a las masas y en estrecha comunión con ellas. Las vanguardias tienen su vista puesta en el futuro y en su recompensa, pero esta no se vislumbra como algo individual; el premio es la nueva sociedad donde los hombres tendrán características distintas: la sociedad del hombre comunista.
El camino es largo y lleno de dificultades. A veces, por extraviar la ruta, hay que retroceder; otras, por caminar demasiado aprisa, nos separamos de las masas; en ocasiones por hacerlo lentamente, sentimos el aliento cercano de los que nos pisan los talones. En nuestra ambición de revolucionarios, tratamos de caminar tan aprisa como sea posible, abriendo caminos, pero sabemos que tenemos que nutrirnos de la masa y que ésta solo podrá avanzar más rápido si la alentamos con nuestro ejemplo.
A pesar de la importancia dada a los estímulos morales, el hecho de que exista la división en dos grupos principales (excluyendo, claro está, a la fracción minoritaria de los que no participan, por una razón u otra en la construcción del socialismo), indica la relativa falta de desarrollo de la conciencia social. El grupo de vanguardia es ideológicamente más avanzado que la masa; esta conoce los valores nuevos, pero insuficientemente. Mientras en los primeros se produce un cambio cualitativo que le permite ir al sacrificio en su función de avanzada, los segundos sólo ven a medias y deben ser sometidos a estímulos y presiones de cierta intensidad; es la dictadura del proletariado ejerciéndose no sólo sobre la clase derrotada, sino también individualmente, sobre la clase vencedora.
Todo esto entraña, para su éxito total, la necesidad de una serie de mecanismos, las instituciones revolucionarias. En la imagen de las multitudes marchando hacia el futuro, encaja el concepto de institucionalización como el de un conjunto armónico de canales, escalones, represas, aparatos bien aceitados que permitan esa marcha, que permitan la selección natural de los destinados a caminar en la vanguardia y que adjudiquen el premio y el castigo a los que cumplen o atenten contra la sociedad en construcción.
Esta institucionalidad de la Revolución todavía no se ha logrado. Buscamos algo nuevo que permita la perfecta identificación entre el Gobierno y la comunidad en su conjunto, ajustada a las condiciones peculiares de la construcción del socialismo y huyendo al máximo de los lugares comunes de la democracia burguesa, trasplantados a la sociedad en formación (como las cámaras legislativas, por ejemplo). Se han hecho algunas experiencias dedicadas a crear paulatinamente la institucionalización de la Revolución, pero sin demasiada prisa. El freno mayor que hemos tenido ha sido el miedo a que cualquier aspecto formal nos separe de las masas y del individuo, nos haga perder de vista la última y más importante ambición revolucionaria que es ver al hombre liberado de su enajenación.
No obstante la carencia de instituciones, lo que debe superarse gradualmente, ahora las masas hacen la historia como el conjunto consciente de individuos que luchan por una misma causa. El hombre, en el socialismo, a pesar de su aparente estandarización, es más completo; a pesar de la falta del mecanismo perfecto para ello, su posibilidad de expresarse y hacerse sentir en el aparato social es infinitamente mayor.
Todavía es preciso acentuar su participación consciente, individual y colectiva, en todos los mecanismos de dirección y de producción y ligarla a la idea de la necesidad de la educación técnica e ideológica, de manera que sienta cómo estos procesos son estrechamente interdependientes y sus avances son paralelos. Así logrará la total consciencia de su ser social, lo que equivale a su realización plena como criatura humana, rotas todas las cadenas de la enajenación.
Esto se traducirá concretamente en la reapropiación de su naturaleza a través del trabajo liberado y la expresión de su propia condición humana a través de la cultura y el arte.
Para que se desarrolle en la primera, el trabajo debe adquirir una condición nueva; la mercancía-hombre cesa de existir y se instala un sistema que otorga una cuota por el cumplimiento del deber social. Los medios de producción pertenecen a la sociedad y la máquina es sólo la trinchera donde se cumple el deber. El hombre comienza a liberar su pensamiento del hecho enojoso que suponía la necesidad de satisfacer sus necesidades animales mediante el trabajo. Empieza a verse retratado en su obra y a comprender su magnitud humana a través del objeto creado, del trabajo realizado. Esto ya no entraña dejar una parte de su ser en forma de fuerza de trabajo vendida, que no le pertenece más, sino que significa una emanación de sí mismo, un aporte a la vida común en que se refleja; el cumplimiento de su deber social.
Hacemos todo lo posible por darle al trabajo esta nueva categoría de deber social y unirlo al desarrollo de la técnica, por un lado, lo que dará condiciones para una mayor libertad, y al trabajo voluntario por otro, basados en la apreciación marxista de que el hombre realmente alcanza su plena condición humana cuando produce sin la compulsión de la necesidad física de venderse como mercancía.
Claro que todavía hay aspectos coactivos en el trabajo, aún cuando sea necesario; el hombre no ha transformado toda la coerción que lo rodea en reflejo condicionado de naturaleza social y todavía produce, en muchos casos, bajo la presión del medio (compulsión moral, la llama Fidel). Todavía le falta el lograr la completa recreación espiritual ante su propia obra, sin la presión directa del medio social, pero ligado a él por los nuevos hábitos. Esto será el comunismo.
El cambio no se produce automáticamente en la conciencia, como no se produce tampoco en la economía. Las variaciones son lentas y no son rítmicas; hay períodos de aceleración, otros pausados e incluso, de retroceso.
Debemos considerar, además como apuntáramos antes, que no estamos frente al período de transición puro, tal como lo viera Marx en la Crítica del Programa de Gotha, sino de una nueva fase no prevista por él; primer período de transición del comunismo o de la construcción del socialismo. Este transcurre en medio de violentas luchas de clase y con elementos de capitalismo en su seno que oscurecen la comprensión cabal de su esencia.
Si a esto de agrega el escolasticismo que ha frenado el desarrollo de la filosofía marxista e impedido el tratamiento sistemático del período, cuya economía política no se ha desarrollado, debemos convenir en que todavía estamos en pañales y es preciso dedicarse a investigar todas las características primordiales del mismo antes de elaborar una teoría económica y política de mayor alcance.
La teoría que resulte dará indefectiblemente preeminencia a los dos pilares de la construcción: la formación del hombre nuevo y el desarrollo de la técnica. En ambos aspectos nos falta mucho por hacer, pero es menos excusable el atraso en cuanto a la concepción de la técnica como base fundamental, ya que aquí no se trata de avanzar a ciegas sino de seguir durante un buen tramo el camino abierto por los países más adelantados del mundo. Por ello Fidel machaca con tanta insistencia sobre la necesidad de la formación tecnológica y científica de todo nuestro pueblo y más aún, de su vanguardia.
En el campo de las ideas que conducen a actividades no productivas, es más fácil ver la división entre la necesidad material y espiritual. Desde hace mucho tiempo el hombre trata de liberarse de la enajenación mediante la cultura y el arte. Muere diariamente las ocho y más horas en que actúa como mercancía para resucitar en su creación espiritual. pero este remedio porta los gérmenes de la misma enfermedad.: es un ser solitario el que busca comunión con la naturaleza. Defiende su individualidad oprimida por el medio y reacciona ante las ideas estéticas como un ser único cuya aspiración es permanecer inmaculado.
Se trata sólo de un intento de fuga. La ley del valor no es ya un mero reflejo de las relaciones de producción; los capitalistas monopolistas la rodean de un complicado andamiaje que la convierte en una sierva dócil, aún cuando los métodos que emplean sean puramente empíricos. La superestructura impone un tipo de arte en el cual hay que educar a los artistas. Los rebeldes son dominados por la maquinaria y sólo los talentos excepcionales podrán crear su propia obra. Los restantes devienen asalariados vergonzantes o son triturados.
Se inventa la investigación artística a la que se da como definitoria de la libertad, pero esta «investigación» tiene sus límites imperceptibles hasta el momento de chocar con ellos, vale decir, de plantearse los reales problemas del hombre y su enajenación. La angustia sin sentido o el pasatiempo vulgar constituyen válvulas cómodas a la inquietud humana; se combate la idea de hacer del arte un arma de denuncia.
Si se respetan las leyes del juego se consiguen todos los honores; los que podría tener un mono al inventar piruetas. La condición es no tratar de escapar de la jaula invisible.
Cuando la Revolución tomó el poder se produjo el éxodo de los domesticados totales; los demás, revolucionarios o no, vieron un camino nuevo. La investigación artística cobró nuevo impulso. Sin embargo, las rutas estaban más o menos trazadas y el sentido del concepto fuga se escondió tras la palabra libertad. En los propios revolucionarios se mantuvo muchas veces esta actitud, reflejo del idealismo burgués en la conciencia.
En países que pasaron por un proceso similar se pretendió combatir estas tendencias con un dogmatismo exagerado. La cultura general se convirtió casi en un tabú y se proclamó el summum de la aspiración cultural, una representación formalmente exacta de la naturaleza, convirtiéndose ésta, luego, en una representación mecánica de la realidad social que se quería hacer ver; la sociedad ideal, casi sin conflictos ni contradicciones, que se buscaba crear.
El socialismo es joven y tiene errores.
Los revolucionarios carecemos, muchas veces, de los conocimientos y la audacia intelectual necesarias para encarar la tarea del desarrollo de un hombre nuevo por métodos distintos a los convencionales y los métodos convencionales sufren de la influencia de la sociedad que los creó. (Otra vez se plantea el tema de la relación entre forma y contenido.) La desorientación es grande y los problemas de la construcción material nos absorben. No hay artistas de gran autoridad que, a su vez, tengan gran autoridad revolucionaria. Los hombres del Partido deben tomar esa tarea entre las manos y buscar el logro del objetivo principal: educar al pueblo.
Se busca entonces la simplificación, lo que entiende todo el mundo, que es lo que entienden los funcionarios. Se anula la auténtica investigación artística y se reduce al problema de la cultura general a una apropiación del presente socialista y del pasado muerto (por tanto, no peligroso). Así nace el realismo socialista sobre las bases del arte del siglo pasado.
Pero el arte realista del siglo XIX, también es de clase, más puramente capitalista, quizás, que este arte decadente del siglo XX, donde se transparenta la angustia del hombre enajenado. El capitalismo en cultura ha dado todo de sí y no queda de él sino el anuncio de un cadáver maloliente en arte, su decadencia de hoy. Pero, ¿por qué pretender buscar en las formas congeladas del realismo socialista la única receta válida? No se puede oponer al realismo socialista «la libertad», porque ésta no existe todavía, no existirá hasta el completo desarrollo de la sociedad nueva; pero no se pretenda condenar a todas la formas de arte posteriores a la primer mitad del siglo XIX desde el trono pontificio del realismo a ultranza, pues se caería en un error proudhoniano de retorno al pasado, poniéndole camisa de fuerza a la expresión artística del hombre que nace y se construye hoy.
Falta el desarrollo de un mecanismo ideológico cultural que permita la investigación y desbroce la mala hierba, tan fácilmente multiplicable en el terreno abonado de la subvención estatal.
En nuestro país, el error del mecanicismo realista no se ha dado, pero sí otro signo de contrario. Y ha sido por no comprender la necesidad de la creación del hombre nuevo, que no sea el que represente las ideas del siglo XIX, pero tampoco las de nuestro siglo decadente y morboso. El hombre del siglo XXI es el que debemos crear, aunque todavía es una aspiración subjetiva y no sistematizada. Precisamente éste es uno de los puntos fundamentales de nuestro estudio y de nuestro trabajo y en la medida en que logremos éxitos concretos sobre una base teórica o, viceversa, extraigamos conclusiones teóricas de carácter amplio sobre la base de nuestra investigación concreta, habremos hecho un aporte valioso al marxismo-leninismo, a la causa de la humanidad. La reacción contra el hombre del siglo XIX nos ha traído la reincidencia en el decadentismo del siglo XX; no es un error demasiado grave, pero debemos superarlo, so pena de abrir un ancho cauce al revisionismo.
Las grandes multitudes se van desarrollando, las nuevas ideas van alcanzando adecuado ímpetu en el seno de la sociedad, las posibilidades materiales de desarrollo integral de absolutamente todos sus miembros, hacen mucho más fructífera la labor. El presente es de lucha, el futuro es nuestro.
Resumiendo, la culpabilidad de muchos de nuestros intelectuales y artistas reside en su pecado original; no son auténticamente revolucionarios. Podemos intentar injertar el olmo para que dé peras, pero simultáneamente hay que sembrar perales. Las nuevas generaciones vendrán libres del pecado original. Las posibilidades de que surjan artistas excepcionales serán tanto mayores cuanto más se haya ensanchado el campo de la cultura y la posibilidad de expresión. Nuestra tarea consiste en impedir que la generación actual, dislocada por sus conflictos, se pervierta y pervierta a las nuevas. No debemos crear asalariados dóciles al pensamiento oficial ni «becarios» que vivan al amparo del presupuesto, ejerciendo una libertad entre comillas. Ya vendrán los revolucionarios que entonen el canto del hombre nuevo con la auténtica voz del pueblo. Es un proceso que requiere tiempo.
En nuestra sociedad, juegan un papel la juventud y el Partido.
Particularmente importante es la primera, por ser la arcilla maleable con que se puede construir al hombre nuevo sin ninguna de las taras anteriores.
Ella recibe un trato acorde con nuestras ambiciones. Su educación es cada vez más completa y no olvidamos su integración al trabajo desde los primeros instantes. Nuestros becarios hacen trabajo físico en sus vacaciones o simultáneamente con el estudio. El trabajo es un premio en ciertos casos, un instrumento de educación, en otros, jamás un castigo. Una nueva generación nace.
El Partido es una organización de vanguardia. Los mejores trabajadores son propuestos por sus compañeros para integrarlo. Este es minoritario pero de gran autoridad por la calidad de sus cuadros. Nuestra aspiración es que el Partido sea de masas, pero cuando las masas hayan alcanzado el nivel de desarrollo de la vanguardia, es decir, cuando estén educados para el comunismo. Y a esa educación va encaminado el trabajo. El Partido es el ejemplo vivo; sus cuadros deben dictar cátedras de laboriosidad y sacrificio, deben llevar, con su acción, a las masas, al fin de la tarea revolucionaria, lo que entraña años de duro bregar contra las dificultades de la construcción, los enemigos de clase, las lacras del pasado, el imperialismo…
Quisiera explicar ahora el papel que juega la personalidad, el hombre como individuo de las masas que hacen la historia. Es nuestra experiencia no una receta.
Fidel dio a la Revolución el impulso en los primeros años, la dirección, la tónica siempre, peros hay un buen grupo de revolucionarios que se desarrollan en el mismo sentido que el dirigente máximo y una gran masa que sigue a sus dirigente porque les tiene fe; y les tiene fe, porque ellos han sabido interpretar sus anhelos.
No se trata de cuántos kilogramos de carne se come o de cuántas veces por año se pueda ir alguien a pasearse en la playa, ni de cuántas bellezas que vienen del exterior puedan comprarse con los salarios actuales. Se trata, precisamente, de que el individuo se sienta más pleno, con mucha más riqueza interior y con mucha más responsabilidad. El individuo de nuestro país sabe que la época gloriosa que le toca vivir es de sacrificio; conoce el sacrificio. Los primeros lo conocieron en la Sierra Maestra y dondequiera que se luchó; después lo hemos conocido en toda Cuba. Cuba es la vanguardia de América y debe hacer sacrificios porque ocupa el lugar de avanzada, porque indica a las masas de América Latina el camino de la libertad plena.
Dentro del país, los dirigentes tienen que cumplir su papel de vanguardia; y, hay que decirlo con toda sinceridad, en una revolución verdadera a la que se le da todo, de la cual no se espera ninguna retribución material, la tarea del revolucionario de vanguardia es a la vez magnífica y angustiosa.
Déjeme decirle, a riesgo de parecer ridículo, que el revolucionario verdadero está guiado por grandes sentimientos de amor. Es imposible pensar en un revolucionario auténtico sin esta cualidad. Quizás sea uno de los grandes dramas del dirigente; éste debe unir a un espíritu apasionado una mente fría y tomar decisiones dolorosas son que se contraiga un músculo. Nuestros revolucionarios de vanguardia tienen que idealizar ese amor a los pueblos, a las causas más sagradas y hacerlo único, indivisible. No pueden descender con su pequeña dosis de cariño cotidiano hacia los lugares donde el hombre común lo ejercita.
Los dirigentes de la Revolución tienen hijos que en sus primeros balbuceos, no aprenden a nombrar al padre; mujeres que deben ser parte del sacrificio general de su vida para llevar la Revolución a su destino; el marco de los amigos responde estrictamente al marco de los compañeros de Revolución. No hay vida fuera de ella.
En esas condiciones, hay que tener una gran dosis de humanidad, una gran dosis de sentido de la justicia y de la verdad para no caer en extremos dogmáticos, en escolasticismos fríos, en aislamiento de las masas. Todos los días hay que luchar porque ese amor a la humanidad viviente se transforme en hechos concretos, en actos que sirvan de ejemplo, de movilización.
El revolucionario, motor ideológico de la revolución dentro de su partido, se consume en esa actividad ininterrumpida que no tiene más fin que la muerte, a menos que la construcción se logre en escala mundial. Si su afán de revolucionario se embota cuando las tareas más apremiantes se ven realizadas a escala loca y se olvida el internacionalismo proletario, la revolución que dirige deja de ser una fuerza impulsora y se sume en una cómoda modorra, aprovechada por nuestros enemigos irreconciliables, el imperialismo, que gana terreno. El internacionalismo proletario es un deber pero también es una necesidad revolucionaria. Así educamos a nuestro pueblo.
Claro que hay peligros presentes en las actuales circunstancias. No sólo el del dogmatismo, no sólo el de congelar las relaciones con las masas en medio de la gran tarea; también existe el peligro de las debilidades en que se puede caer. Si un hombre piensa que, para dedicar su vida entera a la revolución, no puede distraer su mente por la preocupación de que a un hijo le falte determinado producto, que los zapatos de los niños estén rotos, que su familia carezca de determinado bien necesario, bajo este razonamiento deja infiltrarse los gérmenes de la futura corrupción.
En nuestro caso, hemos mantenido que nuestros hijos deben tener y carecer de lo que tienen y de lo que carecen los hijos del hombre común; y nuestra familia debe comprenderlo y luchar por ello. La revolución se hace a través del hombre, pero el hombre tiene que forjar día a día su espíritu revolucionario.
Así vamos marchando. A la cabeza de la inmensa columna —no nos avergüenza ni nos intimida decirlo— va Fidel, después, los mejores cuadros del Partido, e inmediatamente, tan cerca que se siente su enorme fuerza, va el pueblo en su conjunto sólida armazón de individualidades que caminan hacia un fin común; individuos que han alcanzado la conciencia de lo que es necesario hacer; hombres que luchan por salir del reino de la necesidad y entrar al de la libertad.
Esa inmensa muchedumbre se ordena; su orden responde a la conciencia de la necesidad del mismo ya no es fuerza dispersa, divisible en miles de fracciones disparadas al espacio como fragmentos de granada, tratando de alcanzar por cualquier medio, en lucha reñida con sus iguales, una posición, algo que permita apoyo frente al futuro incierto.
Sabemos que hay sacrificios delante nuestro y que debemos pagar un precio por el hecho heroico de constituir una vanguardia como nación. Nosotros, dirigentes, sabemos que tenemos que pagar un precio por tener derecho a decir que estamos a la cabeza del pueblo que está a la cabeza de América. Todos y cada uno de nosotros paga puntualmente su cuota de sacrificio, conscientes de recibir el premio en la satisfacción del deber cumplido, conscientes de avanzar con todos hacia el hombre nuevo que se vislumbra en el horizonte.
Permítame intentar unas conclusiones:
Nosotros, socialistas, somos más libres porque somos más plenos; somos más plenos por ser más libres.
El esqueleto de nuestra libertad completa está formado, falta la sustancia proteica y el ropaje; los crearemos.
Nuestra libertad y su sostén cotidiano tienen color de sangre y están henchidos de sacrificio.
Nuestro sacrificio es consciente; cuota para pagar la libertad que construimos.
El camino es largo y desconocido en parte; conocemos nuestras limitaciones. Haremos el hombre del siglo XXI: nosotros mismos.
Nos forjaremos en la acción cotidiana, creando un hombre nuevo con una nueva técnica.
La personalidad juega el papel de movilización y dirección en cuanto que encarna las más altas virtudes y aspiraciones del pueblo y no se separa de la ruta.
Quien abre el camino es el grupo de vanguardia, los mejores entre los buenos, el Partido.
La arcilla fundamental de nuestra obra es la juventud, en ella depositamos nuestra esperanza y la preparamos para tomar de nuestras manos la bandera.
Si esta carta balbuceante aclara algo, ha cumplido el objetivo con que la mando.
Reciba nuestro saludo ritual, como un apretón de manos o un «Ave María Purísima»:
Patria o muerte!

* Carlos Quijano, editor del semanario uruguayo, Marcha, quien publica la carta en la edición del 12 de marzo de 1965.

EL DUARTE DE MIGUEL NÚÑEZ

DANIEL BALCÁCER: EL DUARTE DE MIGUEL NÚÑEZ

De  Juan Pablo Duarte  solo se conoce una fotografía hecha en  Caracas  en 1873 cuando el patricio contaba con 60 años de edad.  A...