La imprescindible de Stalingrado
Al igual que me ocurrió con Marta Harnecker, rompo el fin de semana un momento para recordar a otra imprescindible: Ekaterina Mijailova. La imprescindible de Stalingrado. Conocemos muchas historias de Stalingrado, la mayoría colectivas. Pocas individuales, como la casa de Pavlov.
Tuve la suerte, y el privilegio, de conocer a Ekaterina (Catalina, en castellano) en el año 2000 y su historia es tanto fascinante como desconocida. Como la de la mayoría de las mujeres luchadoras y, en la Unión Soviética, fueron millones. En muchos otros sitios también, las hubo y las hay. Pero en la Unión Soviética, durante el combate contra el fascismo, fueron determinantes.
Ekaterina se alistó voluntaria con 17 años, con 19 se convirtió en la salvadora de miles de vidas durante la defensa de Stalingrado. Uno de los aspectos menos conocidos de la guerra es que el tráfico fluvial por el Volga, la última frontera entre los nazis y la Unión Soviética no ocupada, estuvo en manos de mujeres. Capitaneaban, eran la tripulación y la defensa de centenares de barcazas que desafiaban una y otra vez a los bombarderos nazis, a los cazas nazis.
Esas barcazas transportaban alimentos, municiones, soldados... para la defensa de Stalingrado, la primera ciudad tras el Volga, la primera ciudad en esa frontera. Ekaterina mandaba una de ellas, la que se convirtió en la principal para la salvación de millares de personas, civiles y militares, heridas en Stalingrado. Ekaterina fue voluntaria a Stalingrado. Insisto, tenía 19 años. Todos los días, durante más de un año (desde enero de 1942 a febrero de 1943), se jugó la vida, ella y su tripulación, todas mujeres, transportando heridos del frente de Stalingrado. Ekaterina era enfermera también. Sus cuidados, exquisitos, fueron determinantes en las primeras curas. Fue herida en tres ocasiones por los ametrallamientos producidos por los aviones nazis. Pero siguió, y siguió combatiendo en otros frentes después de la victoria contra los nazis en Stalingrado, ya como enfermera.
Ekaterina Mijailova recibió el título de Heroína de la Unión Soviética y su última misión fue en Austria.
Se ha ido otra mujer irrepetible. Hasta siempre.
El Lince
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