MORAL Y LUCES

MORAL Y LUCES

lunes, 4 de abril de 2016

Los vientos de una nueva recesión soplan con fuerza en Estados Unidos

por Ariel Noyola Rodríguez

Se insiste en promover la idea de que la recuperación de la economía de Estados Unidos viene cobrando fuerza desde hace tiempo. Incluso funcionarios de alto nivel de organismos financieros internacionales llegaron a declarar que la economía norteamericana había conseguido desacoplarse de la tendencia al bajo crecimiento que prevalece en el resto de los países industrializados. Sin embargo, ese optimismo desenfrenado contrasta con la realidad: la inflación no consigue aumentar de modo significativo y el desempleo se ha vuelto crónico en más de 30 estados de la Unión Americana, con lo cual, persisten los riesgos de deflación y de una nueva recesión.


Janet Yellen

La economía norteamericana ha incrementado los riesgos de convertirse en el epicentro de la próxima recesión global. A pesar de que la tasa de interés de los fondos federales (“federal funds rate”) se mantiene en un nivel históricamente bajo, entre 0,25 y 0,50%, los bancos continúan negándose a otorgar crédito a las empresas. Es que los banqueros no confían en que los préstamos les serán devueltos, simplemente no ven señales contundentes de recuperación en la esfera productiva.

En estos momentos, a los magnates de las finanzas de Estados Unidos les resulta más rentable realizar fusiones y adquisiciones (“mergers & acquisitions”) entre corporaciones, comprar sus propias acciones, o bien comprar bienes raíces en los países emergentes. El incremento de la productividad no es suficiente, la inversión empresarial es demasiado débil y los salarios permanecen estancados. En consecuencia, la inflación sigue muy por debajo del objetivo del 2% [1]. Esta situación tiene desesperada a la presidenta de la Reserva Federal (FED), Janet Yellen, quien ya no encuentra cómo dinamizar la economía.

El proceso de recuperación es tan frágil que a mediados de marzo el Comité Federal de Mercado Abierto (FOMC, por sus siglas en inglés) de la FED dejó intacta la tasa de interés de los fondos federales. Recordemos que apenas en diciembre pasado, cuando se llevó a cabo el primer aumento de la tasa de interés de referencia en casi una década, Dean Turner, analista de la firma de servicios financieros UBS, pronosticó que los integrantes del FOMC iban a subir por lo menos cuatro veces los tipos de interés a lo largo de 2016 [2].

Sin embargo, hoy los inversionistas bursátiles más optimistas consideran que como máximo habrá dos incrementos: siempre y cuando el mercado laboral mejore y la inflación aumente, será durante la segunda mitad del año cuando la FED eleve otra vez la tasa de interés de referencia en no más de un cuarto de punto porcentual. Es que el panorama ahora es más sombrío. Toda vez que la confianza puesta en la recuperación de la economía global bajo el liderazgo de la locomotora norteamericana se ha venido desvaneciendo, incluso hay quienes anticipan que Estados Unidos volverá a caer en recesión.

De acuerdo con los cálculos del equipo de asesores de Citigroup a cargo de Willem Buiter, la economía mundial únicamente se expandió 2% durante el último trimestre de 2015, la cifra más baja desde que la zona euro padeció los mayores estragos de la crisis de deuda soberana durante los años 2012 y 2013 [3]. A los economistas de Citigroup no deja de sorprenderles que los países industrializados, aquellos que venían disfrutando de un crecimiento más sólido del Producto Interno Bruto (PIB) en los meses recientes, ahora se estén desacelerando dramáticamente, en especial Estados Unidos.

Para el famoso empresario norteamericano Jim Rogers, el escenario es todavía más pesimista. A su juicio, existe una probabilidad de 100% de que la economía de Estados Unidos vuelva a sumergirse en la recesión a lo largo del año en curso. «No hay que prestar atención a las cifras del gobierno, hay que prestar atención a los números reales», declaró en una entrevista [4].

Sucede que, durante los primeros tres meses del año, la economía estadounidense manifestó nuevas señales de vulnerabilidad. La evolución del mercado de trabajo no es tan boyante como todo el mundo piensa [5]. De acuerdo con los datos publicados por el Departamento del Trabajo, la nómina no agrícola añadió un récord de 242 000 empleos en febrero, con lo cual, la tasa de paro oficial se mantuvo por segundo mes consecutivo en 4,9%, el registro más bajo de los últimos 8 años. Por añadidura, según los datos actualizados de los meses previos, en enero las contrataciones aumentaron a 172 000, mientras que en diciembre de 2015 subieron a 271 000, una revisión al alza de 30 000 empleos en ambos casos.

Aparentemente, todo se desenvolvía de modo favorable para la economía norteamericana. El incremento de la nómina no agrícola del mes pasado superó con creces los 230 000 puestos de trabajo, el promedio mensual obtenido a lo largo de 2015. Sin embargo, de acuerdo con las propias cifras del Departamento del Trabajo, 80% de los nuevos empleos de febrero corresponden a los sectores con los salarios peor pagados: cuidado de la salud, asistencia social, comercio minorista, servicios de alimentación y servicios educativos privados [6]. Por otro lado, si se contabilizan aquellas personas que han abandonado la búsqueda de empleo (1,8 millones) así como las ocupadas a tiempo parcial (6 millones), el subempleo alcanza una tasa de 9,7% [7].

Es evidente que Estados Unidos no goza de «pleno empleo». En la actualidad 36 estados de la Unión Americana padecen de desempleo crónico, pues su tasa de paro promedio (en términos anuales) fue superior en 2015 que en 2007. De hecho, una investigación [8] realizada por Danny Yagan y publicada por la Universidad de California (Berkeley) hace unos días, apunta que bajo el ritmo actual de recuperación, no será sino hasta el año 2020 cuando el mercado de trabajo de las regiones más deprimidas vuelva a la normalidad: más de una década después de la Gran Recesión, la misma que amenaza con regresar más fuerte que nunca.
Ariel Noyola Rodríguez

Fuente
Russia Today (Rusia)

¿Quién será el próximo presidente de Estados Unidos?


ANTE NUESTRA MIRADA
por Thierry Meyssan

Thierry Meyssan analiza aquí el sistema político y electoral de Estados Unidos. Y estima que lo único que realmente está en juego en la elección presidencial es el poder de los WASP, que no se ha visto nunca cuestionado desde los tiempos de la Declaración de Independencia. Ted Cruz y Hillary Clinton serían los garantes de ese poder, mientras que la candidatura de Donald Trump anuncia una perturbación en el sistema, una perturbación que podría producirse cuando los anglosajones sean minoría.



Son muy numerosos los candidatos que se enfrentan en las primarias. Los medios de prensa sólo prestan atención a demócratas y republicanos. Ignoran a todos los demás porque saben que el sistema está concebido para que no puedan ganar.

Las elecciones primarias estadounidenses ofrecen un espectáculo desolador en el que los principales no parecen conscientes de que las opiniones que ellos emiten apresuradamente y sus declaraciones demagógicas van a tener consecuencias, interna y externamente, si llegan a la presidencia.

A pesar de las apariencias, son limitados los poderes del presidente de Estados Unidos. Por ejemplo, fue evidente para todos que el presidente George W. Bush no era capaz de gobernar y que otros lo hacían en su lugar. De la misma manera, hoy en día es evidente que el presidente Barack Obama no logra hacerse obedecer en todos los sectores de su propia administración. Así hemos podido ver, en el terreno –en Ucrania y en Siria–, como los hombres del Pentágono libran una guerra feroz contra los de la CIA. En realidad, el principal poder de la Casa Blanca no es el mando de los ejércitos sino más bien la posibilidad de nombrar o de confirmar las nominaciones de 14 000 altos funcionarios –6 000 de ellos cuando el presidente entra en funciones. Más allá de las apariencias, el presidente de Estados Unidos es por consiguiente quien garantiza que la clase dirigente se mantenga en el poder y, por esa razón, no es el Pueblo sino la clase dirigente quien elige al presidente.

Es importante recordar que, según la Constitución estadounidense (artículo 2, seccion 1), contrariamente a lo que afirman los medios de comunicación ignorantes, el presidente de Estados Unidos no es electo según mediante el sufragio universal de segundo grado sino únicamente por los 538 representantes de los gobernadores. La Constitución estadounidense no obliga a los gobernadores a designar estos grandes electores según el deseo expresado por sus administrados, a través de las urnas, durante lo que no pasa de ser un escrutinio de consulta. Fue por eso que, en la elección del 2000, la Corte Suprema de Estados Unidos se negó a invalidar los electores designados por el gobernador de La Florida, a pesar de que existía la duda sobre la voluntad expresada por los ciudadanos de ese Estado.

No es menos importante recordar también que, contrariamente a lo que sucede en Europa, las «primarias» estadounidenses no las organizan los partidos políticos sino los Estados –bajo la responsabilidad de los gobernadores– y que cada Estado aplica su propio sistema. Las primarias están concebidas, finalmente, para que los grandes partidos presenten cada uno un candidato compatible con los intereses de los gobernadores. Se organizan, por tanto, según el modelo del «centralismo democrático» soviético, para eliminar a todo individuo que muestre un pensamiento original o que simplemente pudiera llegar a cuestionar el sistema y para favorecer a una personalidad «de consenso». Si los ciudadanos participantes no llegaran a designar un candidato, o principalmente si llegaran a designar un candidato incompatible con el sistema, la subsiguiente Convención del partido es quien toma la decisión final, de ser necesario, invirtiendo el voto de los ciudadanos.

Las primarias estadounidenses no son, por consiguiente, un «momento democrático» sino, por el contrario, un proceso que permite, por un lado, que los ciudadanos se expresen mientras que en realidad los conmina a renunciar a sus intereses y a sus propias ideas para apoyar una candidatura conforme con el sistema.

En 2002, Robert A. Dahle, profesor de Derecho Constitucional en la universidad de Yale, publicaba un estudio sobre la manera cómo se escribió la Constitución estadounidense, en 1787, para garantizar que Estados Unidos nunca llegara a ser una verdadera democracia [1]. Más recientemente, en 2014, dos profesores de Ciencias Politicas, Martin Gilens en Princeton y Benjamin I. Page en Northwestern, demostraron que el sistema ha evolucionado de manera tal que hoy en día todas las leyes se votan a pedido y bajo el control de una élite económica sin que nunca lleguen a tenerse en cuenta las opiniones de la población [2].

La presidencia de Barack Obama se vio marcada por la crisis financiera, y después por la crisis económica –en 2008– cuya principal consecuencia es el fin del contrato social. Hasta este momento, lo que unía a los estadounidenses era el «sueño americano», la idea de que cualquiera podía salir de la miseria y hacerse rico gracias al fruto de su trabajo. Podían admitir todo tipo de injusticias con tal de que existiera la esperanzar de «salir adelante». En este momento, exceptuando a los «súper-ricos» –que siguen haciéndose aún más ricos–, lo más que se puede esperar es no caer en el abismo.

El fin del «sueño americano» suscitó primeramente el surgimiento de movimientos de cólera, a la derecha con el Tea Parti –en 2009– y a la izquierda con Occupy Wall Street –en 2011. La idea general era que el sistema de desigualdad ya no era aceptable, no porque porque la desigualdad se había acentuado enormemente sino porque se había convertido en algo permanente e invariable. Los partidarios del Tea Party afirmaban que para mejorar las cosas había que disminuir los impuestos y que cada cual tenía que arreglárselas por sí mismo, sin esperar contar con alguna forma de protección social. Los participantes en el movimiento Occupy Wall Street pensaban que, por el contrario, había que incrementar los impuestos de los súper-ricos y redistribuir lo que lograra recuperarse por esa vía. Pero aquella etapa quedó atrás en 2015, con la llegada de Donald Trump, un multimillonario que no cuestiona el sistema pero que dice haberse beneficiado con el «sueño americano» y ser capaz de reactivarlo. En todo caso, así interpretan los ciudadanos el eslogan de Trump «America great again!» (¡América grande de nuevo!). Sus partidarios no tienen intenciones de apretarse un poco más el cinturón para financiar el complejo militaro-industrial y reanimar el imperialismo, lo que esperan es que se les permita enriquecerse ellos mismos, como lo hicieron varias generaciones de estadounidenses antes que ellos.

Mientras que el Tea Party y Occupy Wall Street legitimaron respectivamente las candidaturas del republicano Ted Cruz y del demócrata Bernie Sanders, la candidatura de Donald Trump pone en peligro las posiciones adquiridas por los individuos que se protegieron bloqueando el sistema durante la crisis financiera de 2008. Trump no está en contra de los súper-ricos sino en contra de los altos funcionarios y de los profesionales de la política, en contra de todos los «pudientes acomodados», que obtienen grandes ingresos sin asumir nunca riesgos personales. Si hubiese que comparar a Trump con una personalidad europea, no sería con Jean-Marie Le Pen, ni con Jorg Haider, sino con Bernard Tapie y con Silvio Berlusconi.
¿Cómo van a reaccionar los gobernadores? 
¿A quién designarán presidente?

Hasta este momento, la «aristocracia» estadounidense –según la expresión de Alexander Hamilton– se componía exclusivamente de WASP, o sea de los White Anglo-Saxons Protestants (Blancos anglosajones protestantes) [Al principio, la «P» significaba «puritanos», pero con el paso del tiempo el concepto se amplió a todos los «protestantes».]. Sin embargo, una primera excepción apareció, en 1961, con el católico irlandés John F. Kennedy, quien permitió resolver pacíficamente el problema de la segregación racial. La segunda apareció en 2008, con el negro kenyano Barack Obama, cuya elección permitió ofrecer una imagen de integración racial.

Pero Kennedy y Obama no utilizaron su poder como presidentes para renovar la clase dirigente. Tampoco pudieron hacer nada para contrarrestar el poder del complejo militaro-industrial, a pesar de que Kennedy había prometido un desarme generalizado y de que Obama había prometido el desarme nuclear. Cierto es que a los dos les habían impuesto como vicepresidente un representante del complejo militaro-industrial –Lyndon B. Johnson y Joe Biden–, garantizando así una posibilidad de reemplazo, que fue utilizada en el caso de Kennedy.

Donald Trump, por su parte, encarna, con su lenguaje descaradamente franco, un populismo que se sitúa en los antípodas de lo «políticamente correcto» que tanto estiman los WASP. Parece evidente que la endeble relación entre el presidente de la National Governors Association (la Asociación Nacional de Gobernadores), el gobernador del Estado de Utah, Gary Herbert, y Donald Trump indica que será muy difícil llegar a un acuerdo entre este aspirante a la candidatura republicana y la casta dirigente.

Quedan otras dos opciones: Hillary Clinton y Ted Cruz.

Ted Cruz es un hispano «convertido» al protestantismo evangélico, lo cual hace de él un WASP en el plano intelectual. Su designación permitiría realizar una operación comparable a la de la elección de Obama, mostrando esta vez una voluntad de integrar a los «latinos», después de haberle acariciado el lomo a los «negros». Desgraciadamente, aunque su candidatura fue lanzada por une firma que trabaja simultáneamente para la CIA y el Pentágono, Ted Cruz es un personaje totalmente artificial a quien le costará mucho trabajo meterse en el traje de presidente.

Queda entonces la abogada feminista Hillary Clinton, cuya elección permitiría ofrecer una imagen de integración de la mujer. Pero su comportamiento irracional y sus crisis de furia histérica son muy inquietantes. Por otro lado, también es cierto que la grave investigación judicial que pende sobre su cabeza la convierte en un personaje fácil de chantajear, y por ende fácil de controlar.

Observarán ustedes que no menciono en este análisis los programas de los candidatos. Si no lo hago es porque en la filosofía política local ese factor no cuenta. Desde los tiempos del «Commonwealth» de Oliver Cromwell, el pensamiento político anglosajón considera la noción de interés general como una mentira tendiente a disimular intenciones dictatoriales. Así que los candidatos no tienen programa para su país sino «posiciones» sobre ciertos temas, las cuales les permiten obtener «respaldos». Los políticos electos no pretenden servir el Bien Común sino satisfacer la mayor cantidad posible de sus electores. En un mitin electoral, un candidato nunca presentará su «visión del mundo» sino que mencionará la lista de respaldos que ya tiene de su parte para invitar a otras «comunidades» a confiar en él para que las defienda. Es por esa razón que en Estados Unidos la traición política no es cambiar de partido sino actuar contra los supuestos intereses de su comunidad.

La originalidad de esta manera de ver las cosas reside en el hecho que los políticos no están obligados a mantener una coherencia en su discurso sino sólo a mantener coherencia entre los intereses que defienden. Por ejemplo, se puede afirmar que los fetos son seres humanos y condenar el aborto en nombre de la protección de la vida y, en la frase siguiente, pronunciarse a favor de la pena de muerte.

La realidad es que no habría mucha diferencia entre la política que podrían aplicar el evangelista Ted Cruz, la feminista Hillary Clinton o el marxista Bernie Sanders. Los tres se verían obligados a seguir los pasos de George W. Bush y Barack Obama. Ted Cruz recurre a la Biblia –en realidad invoca los valores judíos del Antiguo Testamento– y habla a un electorado religioso del regreso a los valores fundamentales de los «Padres Fundadores». Para él, desbloquear el sistema sería por tanto una cuestión de moral personal, ya que el dinero es supuestamente «un don de Dios a quienes le temen». Por su parte, Hillary Clinton hace una campaña dirigida principalmente a las mujeres y da por seguro que cuenta con el voto de quienes se enriquecieron bajo la presidencia de su esposo. Para ellos, el desbloqueo del sistema sería entonces un asunto de familia. Mientras tanto, Bernie Sanders denuncia que un 1% de la población estadounidense acapara las riquezas y lanza un llamado a redistribuir esa riqueza. Quienes lo apoyan sueñan con una revolución, con la cual se beneficiarían sin tener que hacerla.

Sólo la elección de Donald Trump implicaría un cambio en el sistema. Contrariamente a sus declaraciones, Trump es el único candidato racional, porque no es un político sino un hombre de negocios, un dealmaker. Trump no sabe nada sobre temas que tendría que abordar como presidente y no tiene, por tanto, ningún a priori. Se limitaría por consiguiente a tomar decisiones a medida que fuera estableciendo alianzas, con las ventajas y desventajas que ello implicaría.

Extrañamente, los Estados donde Bernie Sanders ha salido ganador son más o menos los mismos donde ha ganado Ted Cruz, mientras que los Estados donde ha vencido Donald Trump son casi todos los que apoyan a Hillary Clinton. Lo que sucede es que, inconscientemente, los ciudadanos ven su propio futuro a través de la moral que conduce a la redención, y posteriormente al enriquecimiento (Sanders y Cruz), o a través del trabajo y el éxito que dicho trabajo debería garantizar (Trump y Clinton).

En este momento, es imposible predecir quién será el próximo presidente y si ello tendrá o no alguna importancia. Sin embargo, por irremediables razones demográficas, el sistema se derrumbará por sí solo en los próximos años, ya que los anglosajones están convirtiéndose en minoría.



[1] How Democratic is the American Constitution?, Robert A. Dahl, Yale University Press, 2002.

[2] «Testing Theories of American Politics: Elites, Interest Groups, and Average Citizens», Martin Gilens y Benjamin I. Page, Perspectives on Politics, Volume 12, Issue 03, septiembre de 2014, pp. 564-581.
Thierry Meyssan
Thierry MeyssanIntelectual francés, presidente-fundador de la Red Voltaire y de la conferencia Axis for Peace. Sus análisis sobre política exterior se publican en la prensa árabe, latinoamericana y rusa. Última obra publicada en español: La gran impostura II. Manipulación y desinformación en los medios de comunicación (Monte Ávila Editores, 2008).
 
El suicidio europeo ante Turquía
El suicidio europeo ante Turquía 
La Historia está a punto de repetirse
 
Red Voltaire
Voltaire, edición Internacional

domingo, 3 de abril de 2016

La concentración de la riqueza del mundo en pocas manos

146 accionistas controlan el 40% del valor total de las empresas
Quién controla el mundo: las 10 empresas que participan en más de 40.000

El Salmón Contracorriente


Un total de 737 accionistas, el 0,123%, controlan el 80% del valor de las más de 43.000 compañías multinacionales

En 2011, S. Vitali, J.B. Glattfelder, and S. Battiston, publicaron un artículo de gran importancia, no sólo muy citado, sino muy leído: The network of global corporate control (PLOS ONE, 26 de octubre de 2011) donde expusieron los resultados de una investigación gigantesca, realizada en la Escuela Politécnica de Zúrich, sobre la relación entre los propietarios de las mayores empresas del mundo.
Esta investigación examina las relaciones de propiedad existentes entre las 43.060 mayores empresas multinacionales del mundo, con datos procedentes de la base de datos Orbis en 2007. Esas relaciones se analizan como cadenas de participaciones en el capital de una empresa en otra. Los autores encuentran 1.006.987 cadenas de relaciones de propiedad entre 600.508 nodos, actores económicos que incluyen a las más de 40.000 multinacionales y a otros agentes no incluidos en esta lista inicial de empresas.
Los resultados del análisis de esta red son muy interesantes: 737 accionistas, el 0,123% del total, controlan el 80% del valor de las más de 43.000 compañías multinacionales. Y, además, 146 de estos accionistas, el 0,024%, controlan el 40% del valor total de estas empresas. Es decir, existe una alta concentración del control. Y, lo que es quizás todavía más importante, esos accionistas están extremadamente conectados entre ellos. En el artículo se expone además la lista de los 50 mayores accionistas que se encontraron con los datos que, no olvidemos, son de 2007.
Con una metodología diferente y con datos de 2012, procedentes de la base de datos OSIRIS, la Dra. Reyes Herrero, de la Universidad Complutense de Madrid, estudiando las redes formadas por los accionistas comunes entre las 150 mayores empresas del mundo, encontró unos resultados muy semejantes. Los accionistas más importantes en este estudio coinciden casi totalmente con los de Vitali, Glattfederer y Batiston. Incluimos aquí la lista de los 10 inversores más importantes, con el número de empresas participadas por cada uno de ellos, que constituye una manera de ver directa e intuitiva de la importancia de los mayores inversores.
Lo más significativo además es que en muchas de las participadas están presentes simultáneamente varios de esos inversores. Y que, por otra parte, son accionistas unos de otros.
Como toque de atención para españoles: muchos de estos accionistas están en las empresas del IBEX 35. El caso de Blackrock ha alcanzado una triste notoriedad, sobre todo en Madrid, como comprador de viviendas públicas a bajo precio.
Poco importa que hablemos de la investigación de la Escuela Politécnica de Zúrich o de la realizada sin medios económicos en Madrid en lo que a lo esencial se refiere: unos pocos grandes inversores interconectados controlan la economía mundial. ¿Hay que molestarse en subrayar que controlan también los gobiernos y los Estados?
Los escándalos de corrupción de los que tanto se habla exponen los vínculos entre políticos y empresas. En los relatos nos centramos en los políticos y denunciamos su comportamiento. Pero no tenemos bastante en cuenta a las empresas corruptoras: si el político se vende es porque alguien compra. Y lo que las empresas compran es la voluntad política. Imponen las decisiones que benefician sus intereses financiando a los partidos y a sus miembros. Las gigantescas cantidades de dinero de las que disponen son una herramienta de control. De control del mundo.
La dimensión científica y técnica de esta investigación se expone claramente en el vídeo ¿Quién controla el mundo?


Fuente: http://www.elsalmoncontracorriente.es/?Quien-controla-el-mundo-Las-10

Relaciones Cuba y EEUU, si, pero con dignidad y respeto...

La nueva relación no puede nacer de la amnesia colectiva


La visita de Obama a Cuba, creo fue buena para todos, un paso positivo, un paso más hacia adelante, un reconocimiento a que la política de EE.UU. contra Cuba por más de medio siglo fracasó.

Sobre el discurso… La invitación a olvidar el pasado, la invitación a ocuparse y luchar cada uno por sí mismo, lo cual es una tentación pero no es mi opción. Obama subestimó la estatura moral e intelectual de una nación y un pueblo culto, como el nuestro.

Fue un discurso inteligente y cuidadoso, pero lamentablemente también injerencista, lleno de mensajes dirigidos a mostrarnos el llamado “sueño americano” y el proyecto en vitrina para que “los cubanos decidan su futuro”. No podía ser de otro modo.

Contrario a lo que dicen, respetamos su derecho a defender su modelo democrático en el que cuesta 1 millón de dólares ser diputado y 3 mil millones ser presidente, donde solo dos partidos se turnan en la protección de privilegios para una minoría, entre otros derroches insólitos que nadie en sus plenos cabales puede admirar.

Ellos son así y les funciona y nadie puede ir a su casa a criticarles.
Cuando la gente allí se harta porque no funciona para la mayoría (y a cada rato se hartan), la policía reparte golpes, gases lacrimógenos, arresta, aísla, mata, y nadie se molesta mucho con eso, ni en EE.UU., ni en el mundo. (Ocupywallstreet, Ferguson, la mayor población carcelaria del mundo y un largo etc…)

No fue un discurso inspirador, no para mí, ni para muchos de mis compatriotas. Muchos aplaudieron y otros muchos no aplaudieron o aplaudieron algunas partes. Y nadie les obligó.

No es el presidente de Estados Unidos quien debe pedirles a los jóvenes cubanos que olviden el pasado. En Cuba les pedimos estudiar la historia para construir un futuro diferente y mejor, sin los atropellos del gigante país vecino que trazaron nuestra relación. Nuestro pasado y presente, que no han sido perfectos, están marcados por la búsqueda de una sociedad mejor.

Nuestra nueva relación no puede nacer de la amnesia colectiva, sino de la grandeza mutua de reconocer por lo que hemos pasado, en una relación asimétrica y desigual donde una parte sostiene por el cuello a la otra preguntándole ¿Y por qué será que tú no respiras bien?

Sanciones que nunca debieron existir, nacidas de aquella época nada lejana en que EE.UU. era el sostén de todas las dictaduras del mundo entero y entrenaba asesinos y torturadores en la famosa Escuela de las Américas cerrada hace muy poco. Es cierto que Obama no tuvo que ver con eso y es lógico que no se quiera ni acordar, pero nosotros más vale no se nos olvide.

De esa época es la política que hoy todavía nos golpea duramente y no acaba de acabar. Alguien dijo que terminó el último capítulo de la guerra fría pero la política dirigida a asfixiar a Cuba y hacernos colapsar se mantiene, como bien recordó Raúl en su declaración de prensa.

Como dice Calle 13, perdono pero no olvido… Sería muy tonto hacerlo y no es necesario olvidar para llevarnos bien y con respeto. Hay que saber de dónde venimos para saber hacia dónde vamos. Eso no quiere decir negarnos al cambio en la construcción de una nueva relación que todos apoyamos, con optimismo, esperanza, sin odio ni resentimientos, pero también sin euforia y con la cautela del que ya fue herido y traicionado.

Tengo familia, muchos amigos y conocidos en Estados Unidos y aplaudo a Obama por todo lo que ha comenzado a hacer diferente y siempre, siempre le agradeceré la parte importante que le corresponde en la libertad de los Cinco.
Creo que es legítimo su cariño por Cuba y espero que este viaje ponga también en su corazón el rostro bueno de los millones de cubanos que en nuestra Patria queremos vivir mucho mejor pero no soñamos con tener un yate para cada uno como si eso fuera todo en la vida.

Respetamos a los que sueñan con ser multimillonarios, pero pedimos que no se castigue a quienes queremos repartirnos entre todos la riqueza que entre todos generamos, sin bloqueo ni presiones artificiales para hacernos fracasar.
Cuba no bloquea a Estados Unidos, es al revés. Que no se nos olvide. Faltó la disculpa por tanta agresión, pero no la esperaba y entiendo, allí no lo perdonarían.

Apoyo 100% la visita y sus resultados que nos permitirán a ambas partes avanzar todavía más en positivo, en paz, en múltiples áreas en pie de igualdad en los próximos meses por el bienestar de ambos pueblos y las familias cubanas, y todo eso es muy importante.

Fue un discurso inteligente, electorero… eso sí, que demuestra una vez más que, contrario a lo que dicen, Estados Unidos no está listo para permitir, sin intervenir, que los cubanos tengamos el derecho conquistado a discutir entre nosotros cómo dibujar nuestro futuro.

Ahí están ellos todavía repartiendo fondos al que se porte bien para “tomarnos de la mano, guiar el pincel y dividirnos, apoyando a algunos, ignorando a muchos”, reconociendo la salud y la educación mientras nos llaman a privatizar todo y decidiendo que el Estado cubano no puede cobrar impuestos a los quemás ingresarán, pero el que ganó de EE.UU sí puede.

No por gusto las nuevas medidas favorecen al sector privado (apruebo los espacios para el sector privado y cooperativo que Cuba, por cierto, fue quien lo abrió hace 20 años en una medida correcta y bienvenida), pero defiendo la fortaleza del estatal. Estoy en contra de que EE.UU.penalice al sector público cubano, que debe seguir siendo fuerte y mejorado, como si fuera un crimen hacer cosas para todos y no para unos pocos.

No parecen aptos para permitir que perfeccionemos nuestro socialismo, pero confío en que seamos mayoría los que no estamos listos para abandonar nuestro proyecto, imperfecto por demás, que es más difícil de lograr pero que siempre será mucho mejor que el que nos quieren imponer, ahora a las “buenas”. De nosotros depende.

Y hablando de no olvidar, recuerdo que se mantiene el bloqueo, la ocupación ilegal del territorio cubano en Guantánamo, la asignación ilegal anualmente de más de 100 millones de dólares por parte del Congreso para “ayudar a quienes mejor respondan al llamado de nuestro vecino”.

Sé que no hay otro camino, pero somos muchos los que no nos damos por vencidos. Mientras tanto, debemos seguir mejorando nuestro país por nosotros mismos, para responder a nuestras legítimas aspiraciones de un futuro mejor para todos. Esa es la mejor contribución a nuestra soberanía y bienestar para que no haga falta que venga nadie a explicarnos cómo deberíamos hacer las cosas.

Por lo pronto tras el discurso de Obama a los cubanos me siento más libre para decirles a los jóvenes estadounidenses y de otras partes del mundo que luchen y abran los ojos, porque no es humano morir por no tener dinero para pagar una cirugía o estudiar. Los cubanos tenemos derechos con los que millones sueñan y vamos a seguir por más.

En un mundo lleno de ideas y valores por escoger, yo sigo pensando que seré siempre más feliz al sentirme parte de un esfuerzo colectivo para mejorar todo para todos y no para unos pocos.

Por suerte en Cuba siempre hemos visto gratuitamente lo mejor del cine y la televisión de Hollywood y nuestra gente aprendió a ver el filme y a apagar el televisor conociendo que la vida es otra cosa, que la felicidad está en otra parte, en las opciones dentro de uno mismo para empezar.

(Tomado de Pensando Américas)

sábado, 2 de abril de 2016

Leonel: “No soy imprescindible en esta campaña”

Reveladora declaraciones de expresidente Leonel Fernández






El psiquiatra que fue amigo del Che


Fernando Barral: El psiquiatra que fue amigo del Che
Por: Eduardo Febbro










Fernando Barral.

Fernando Barral siempre fue un invitado de la Historia, a veces la más trágica, otras la mejor. La vida lo condujo a acumular una de esas existencias en las que caben las pesadillas, los sueños, los éxitos, los fracasos, las aventuras y las desventuras de varias vidas humanas. Don Fernando es la memoria viva de varias revoluciones, del período más estruendoso de la Cuba revolucionaria, la memoria del peronismo naciente en la Argentina y la de muchos entreveros del destino. Nada de eso ha marcado su jovialidad orgullosa. Hoy, a sus casi 90 años, en su casa de La Habana, Fernando Barral contempla su destino con una satisfacción y un humor elocuentes. Ha tenido casi cuatro patrias y sigue siendo hijo del ideal revolucionario que lo trajo a Cuba gracias a la amistad que trabó con el Che cuando residía en la provincia de Córdoba, en la Argentina.

Mucho antes de llegar a La Habana revolucionaria, Don Fernando nació en España, en 1928. Creció primero sin padre, el escultor Emiliano Barral, muerto en el frente de Usera durante los primeros tiempos de la Guerra Civil Española. Murió en la defensa de Madrid “contra un ejército de traidores, de mercenarios y de extranjeros”, escribió sobré él el poeta Antonio Machado. Lo que quedaba de la familia se mudó a Levante, donde vivió bajo la protección del abuelo anarquista, Isidro Barral. En el año 1939, a los 11 años, Fernando y su madre embarcaron rumbo al exilio en el carguero “African Trader”. El barco los dejó en Oran, desde donde, tras varios meses espantosos, partieron hacia Francia y luego con destino a Chile en el barco Winnipeg que zarpó del puerto francés de Burdeos. En Valparaíso los esperaba el hermano de su madre, Fernando Arranz, quien ya residía en la Argentina. Madre e hijo tocaron suelo argentino en el año trágico del suicidio de Lisandro de la Torre y de la presidencia maltrecha de Roberto María Ortiz.

La Argentina fue, por un tiempo, una tierra acogedora. Se fueron a vivir a la casa que Fernando Arranz tenía en Córdoba, donde ejercía como director de la Escuela Provincial de Cerámica. Residieron en Córdoba hasta el año 1942. Era la época de los últimos suspiros de lo que se conoce en la Argentina como “la década infame”, el período donde imperó la restauración neoconservadora. El ambiente político nacional poco tenía que ver con los ideales anarquistas y republicanos de los Barral. En el 42, Fernando Barral, su madre y el hermano de esta se mudaron a Buenos Aires. La aventura porteña sólo duró dos años.

La Revolución del 43 había derrocado al gobierno de Ramón Castillo y al año siguiente, en 1944, Don Fernando regresó a Córdoba y empezó a estudiar medicina. Barral cuenta que en Córdoba ingresó en la Federación Juvenil Comunista y luego en el departamento de propaganda del Partido Comunista Argentino. En esa Córdoba juvenil –Alta Gracia– Barral trabó una fuerte amistad con Ernesto Guevara, quien todavía estaba lejos de ser “El Che”. “Yo tenía mi pistolita por esos tiempos”, recuerda Don Fernando, quien en ese entonces estaba enamorado de una prima de Guevara, Córdova Iturburu.

La historia, sin embargo, esperaba a Don Fernando agazapada en un rincón de la Argentina. Ernesto Guevara cursaba cuarto año de medicina cuando Perón empezó a reprimir a la izquierda y a invocar “la amenaza comunista”. A finales de los años 40, en pleno auge del peronismo y sus famosas “purgas”, Fernando Barral cayó en las purgas: fue detenido y trasladado a Buenos Aires.

“Primero me llevaron a la cárcel municipal de Córdoba. Allí me sentía bien y pensaba que me iban a liberar a los pocos días, pero no. Un día se rompió la rutina. Me sacaron de la cárcel y me llevaron hacia al campo. Ahí me asusté. Creí que me iban a matar en un lugar desconocido, como era el modo operatorio típico de la Policía Federal argentina, el famoso ‘paseo’. Pero no, me condujeron en avión a Buenos Aires. Me llevaron a la cárcel de Devoto, donde estuve preso ocho meses. Ahí me anunciaron que estaba deportado por el gobierno argentino por actividades contra el Estado. Pensé que me iban deportar a la España franquista de la cual toda mi familia había huido”, cuenta.

Las gestiones de su madre y de un abogado eficaz le ahorraron ese destino: Fernando Barral fue deportado a Hungría. En 1952, sin siquiera conocer el idioma, Barral ingresó en la Facultad de Medicina de su nuevo país. Se insertó en la sociedad, aprendió también el obligatorio Latín necesario para establecer recetas médicas y consiguió un trabajo en el Consejo Mundial de Paz. Barral llevó a su madre a Hungría y se casó. En el 55 se recibió de médico y empezó a trabajar en el barrio de Ujpest. Le quedó tiempo para participar en las agitadas crisis políticas Húngaras y hasta para colaborar en la redacción de un diccionario húngaro-español y español-húngaro.

A finales de los años 50, el triunfo del movimiento 26 de Julio liderado por Fidel Castro condujo a la caída del gobierno de Fulgencio Bautista y a la llegada al poder de la Revolución. Fernando Barral todavía no lo sabía, pero su vida volvería a cambiar. La victoria de la Revolución llevó a Ernesto Guevara a Hungría, donde se enteró de que allí vivía su amigo de Córdoba. “El Che pasó por Hungría, supo que yo estaba ahí y me dejó una nota en la puerta de la casa. Eso me permitió venir a Cuba. La nota decía: “Querido Fernando: Sé que tenías dudas sobre mi identidad, pero creías que yo era yo. Efectivamente, aunque no, pues ha pasado mucha agua bajo mis puentes y del ser asmático, amargado e individualista que conociste, queda el asma. Me enteré que te habías casado. Yo también, tengo dos hijas, pero sigo siendo un aventurero, solo que ahora mis aventuras tienen un fin justo. Saludos a tu familia de este sobreviviente de una época pasada y recibe el abrazo fraterno de Che, que tal es mi nuevo nombre”.

La carta del Che fue una llamada para unirse a ese “fin justo” al que se refería quien ya era el Che. “Yo tenía en Hungría una vida hecha, acomodada, pero lo dejé todo para venir a vivir a Cuba. Con la ayuda del revolucionario argentino, Fernando Barral se mudó a Cuba, donde integró primero el Hospital Psiquiátrico de La Habana y luego el equipo de psiquiatría de los Servicios Médicos del Ministerio del Interior. Los meandros de las burocracias locales le dieron más de un disgusto. Don Fernando trabajó en las cárceles, cortó caña de azúcar en las zafras, trabajó en el departamento de investigaciones sociales y hasta sacó del olvido a un célebre prisionero norteamericano detenido en Vietnam: John McCain, el ex candidato republicano a las elecciones presidenciales, Vietnam, un tipo grande, de pelo rubio y mandíbula cuadrada.

En 1969, Fernando Barral fue el primer extranjero en ser autorizado a entrevistarse en Vietnam con un prisionero norteamericano. Don Fernando quien, tras volver a Cuba, informó a la familia del prisionero. La versión que Barral da sobre la situación en la que estaba McCain en Vietnam difiere en mucho de la leyenda de héroe que el senador norteamericano se construyó. McCain mencionó brevemente a Barral en su autobiografía de 1999, “La fe de mis padres”, donde lo califica de “propagandista cubano disfrazado de psicólogo español que se hacía pasar por periodista”.

En Cuba, Don Fernando se volvió a casar, esta vez con Laly, con quien tuvo dos hijos. Su esposa hace a menudo de traductora entre él y el mundo. Su sordera no le permite siempre captar lo que escucha. Entre los 1980 y 1986 Barral trabajó en el Programa de Investigaciones Sociales sobre la Juventud “con el fin de estudiar los distintos problemas sociales del país. Todo eso me salió bien. Logré también que se abriera la primera clínica psiquiátrica que hubo en Cuba con métodos modernos”. En 1998, recuperó su nacionalidad española y volvió a visitar su país. Pero su última Patria fue Cuba. Nada lo movió ni lo moverá de aquí, a pesar de que jamás perdió el acento de su España natal. En el living de su casa, todo lo que más quiere preside el lugar: un fusil, las fotos del Che, los recortes de diario que trazan los momentos decisivos de una historia personal que recorre más de un siglo y que sigue arraigada al sueño original. “Aquí”, dice Fernando Barral, “me realicé en todo lo que quise hacer”.

(Tomado de Página 12, Argentina)


Fumando mientras está herido en una cama

Fumando mientras está herido en una cama

jueves, 24 de marzo de 2016

Del Presidente Danilo Medina a la Familia Nuñez Polanco

El Presidente Danilo Medina da las condolencias a la familia Nuñez Polanco por la perdida de don Manuel Antonio Nuñez, padre de Diomedes Nuñez Polanco, Miguel Nuñez; Domingo Nuñez, Modesto Nuñez, Felix Nuñez; Jose Nuñez Y Carmen Nuñez.







Palabras de Domingo Nuñez Polanco en la Iglesia San Antonio de Padua dándole las gracias de agradecimiento a los amigos y familiares que lo acompañaron en acto de solidaridad por la muerte de don Manuel.    





Buenas tardes hermanos, amigos, familiares y relacionados.

Perder a un ser querido es siempre un momento muy duro y doloroso en el que se necesita el apoyo y el cariño de familiares y amigos.

Su ayuda es necesaria para superar el golpe y es muy reconfortante saber y sentir que ustedes están ahí, pero también es importante que sepan cuanto lo agradecemos.

La familia Núñez Polanco Siente una gran herida por la partida de nuestro querido Padre, don Manuel Antonio Núñez Bourdiel,  pero sé que sanará y recordaremos  por siempre todos los buenos momentos que juntos pasamos. 

Dios tiene derecho de llamar de este mundo a sus hijos y llevarlo  habitar la  mansión eterna, a quién desee, cuando quiera, y del lugar y de la forma que él quiera. No se consulta con nadie sobre nuestra muerte, ni exonera a nadie de la muerte. El es el Creador de nuestro cuerpo y de nuestra alma, el Señor absoluto del tiempo y de la eternidad, de los ámbitos materiales y de las esferas espirituales, y por eso, todos estamos ante Dios en actitud de humildad y fe frente a la muerte.
El pensamiento sobre la muerte nos debería dar a cada uno otra dimensión: es decir, la vida es breve, y es necesario dejar detrás de cada uno, claros signos, señales, indicaciones de amor. Huellas que los demás recordarán con agrado, rastros y caminos por los cuales los demás podrán dirigirse.
Don Manuel Antonio Núñez se ha ido físicamente, ha  emprendido el viaje hacia el mundo donde todos tenemos que ir en algún momento de nuestras vidas, a la morada eterna.

Si, se ha ido físicamente pero nos ha dejado por legado un valioso tesoro espiritual. Signos, señales, indicaciones de amor. Huellas que nosotros y los  demás recordaremos con agrado.

Honraremos tu memoria siguiendo tu ejemplo y siguiendo por senda del camino que nos señalaste desde nuestra tierna infancia.

Recuerdo ahora una frase del Profesor Juan Bosch que decía: “Nadie muere de verdad, si hay alguien que respete y recuerde su memoria”  Viejo mucho te recordaremos  y respetaremos tu memoria.

Fuiste en vida un hombre digno; siempre estuviste del lado de las causas nobles y justa del pueblo dominicano.  

Hoy tomo el poema que el Poeta Universal Pablo Neruda le canto a su padre que por igual es tu retrato, eres tal como dice el Poeta:

A Dios doy gracias por ser mi padre.
Por tus reproches y consejos.
Por el bien que me enseñaste
y de mi ser siempre cuidaste.
Por ser padre bondadoso,
lleno de paz y sabiduría.
Porque amas la verdad.
Justicia y rectitud en demasía.
Por ser mi padre amado
y enseñarme la caridad.
Sentimientos nobles te cubren.
No conoces la maldad.
Caballero noble y parco,
me enseñaste a luchar.
Aspirando siempre a lo más alto
y a mis sueños no renunciar.
Por aborrecer todo lo malo.
Por tus celestiales valores.
Por guiarme de la mano
en senderos llenos de flores.”

Queremos  agradecer a todos nuestros familiares  y amigos por brindarnos tantas palabras de ánimo y de consuelo en medio del dolor por la partida de nuestro padre. En verdad nos han demostrado lo importante que es contar con buenos amigos y con una familia que nos  quieres de verdad.

Muchas gracias.


 

domingo, 20 de marzo de 2016

DE VANGUARDIA DEL PUEBLO, PERIÓDICO DEL PLD

Fallece don Manuel Antonio Núñez Burdier, miembro emblemático de la familia peledeista y padre del dirigente Diómedes Núñez Polanco




El Partido de la Liberación Dominicana (PLD) informó el fallecimiento del señor Manuel Antonio Núñez Burdier, de 93 años, cabeza familiar en la provincia Monseñor Nouel a la que pertenece su hijo Diómedes Núñez Polanco actual Director de la Biblioteca Nacional y miembro del Comité Central de dicha organización Política.

La nota luctuosa divulgada por la Secretaría de Comunicaciones del partido morado precisa que el deceso del señor Núñez Burdier se produjo en las primeras horas de este miércoles en la ciudad de Nueva York, Estados Unidos de Norteamérica.

Diómedes Núñez Polanco, ex director del periódico Vanguardia del Pueblo del PLD, explicó que su progenitor padecía achaques de salud propios de la edad por lo que recibía atenciones médicas y de los familiares.

Completan la familia Núñez Polanco, el destacado pintor Miguel Núñez que tiene una colección de retratos del Profesor Juan Bosch y del patricio Juan Pablo Duarte así como también Modesto, Domingo, Feliz, José y Carmen Núñez Polanco.



Con la muerte del señor Manuel Antonio Núñez Burdier pasa a viudez la señora Ramona Polanco, matriarca de la familia de dirigentes peledeístas.


EL DUARTE DE MIGUEL NÚÑEZ

DANIEL BALCÁCER: EL DUARTE DE MIGUEL NÚÑEZ

De  Juan Pablo Duarte  solo se conoce una fotografía hecha en  Caracas  en 1873 cuando el patricio contaba con 60 años de edad.  A...