MORAL Y LUCES

MORAL Y LUCES

viernes, 20 de mayo de 2016

JULIA DE BURGOS: A JOSÉ MARTÍ

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Óleo de Esteban Valderrama que representa la muerte de José Martí en Dos Ríos.
José Martí murió peleando por la independencia de Cuba en la manigua el 19 de mayo de 1895, en Dos Ríos, en la antigua provincia de Oriente. La puertorriqueña Julia de Burgos le dedicó este soneto:

A JOSÉ MARTÍ
Yo vengo de la tierra mitad de tu destino;
del sendero amputado al rumbo de tu estrella;
del último destello del resplandor andino
que se extravió en la sombra, perdido por tu huella.

Yo vengo de una isla que tembló por tu trino,
que hizo tu alma más fuerte, tu llamada más bella
a la que diste sangre, como diste camino
(que al caer por tu Cuba, ya caíste por ella).

Y por ella, la América debe un soplo a tu lumbre,
tu tiniebla hace un nudo de dolor en tu cumbre,
recio dios antillano, pulso eterno, Martí.

¡Porque tengamos cerca de la muerte un consuelo,
Puerto Rico, mi patria, te reclama en su suelo,
y por su voz herida se conduce hacia ti!

28 de enero de 1941

Julia de Burgos, poetisa puertorriqueña. Su obra tiene la influencia de grandes poetas como Luis Llorens Torres, Clara Lair, Rafael Alberti y Pablo Neruda. Incursionó en política, se unió a la rama femenina del Partido Nacionalista de Puerto Rico, y predicó por la independencia de Puerto Rico.

Otro poema a José Martí en VerbiClara:
Martí, de Mirta Aguirre
Otros poemas de Julia de Burgos en VerbiClara:
Soy una amanecida de amor

Para hallarte esta noche

Te seguiré callada
  1. Verena de la Caridad García García
    Hola me agrada leer los poemas y artículos que aquí se publican, todo muy interesante.
    Si me permiten le hago llegar la poesía que escribí a José Martí y Pérez en el 121 aniversario de su caída en Dos ríos.

    ¡NUESTRO QUERIDO MARTÍ!
    Hombre especial y sincero,
    De visión larga y certera,
    De palabra verdadera,
    Con la que él abrió el sendero
    A su Patria, y que ella fuera
    Siempre libre y soberana
    Y así abrir una ventana
    Para la América entera,
    Donde libre se viviera
    Sin el yugo imperialista
    Y fuera la gran conquista
    Que las Antillas tuviera.
    Este hombre de valía,
    Sensible y muy buen humano,
    Es ejemplo de cubano
    Honesto y con valentía.
    Él sigue viviendo aquí
    Porque es un hombre genial,
    Es el más universal…
    Es, ¡nuestro querido Martí!
    Vero
    18.05.16
Gracias por visitar mi blog. Muy bonita su poesía a nuestro José Martí. Gracias, en cuanto pueda la publico. Saludos cordiales.

Rusia y China tienen loco y vuelto sin idea a EEUU

Susto o muerte

Un viejo chiste que todo el mundo conoce. Esto es a lo que acaba de enfrentarse el Pentágono estadounidense. Es sabido que cuando la economía cae en picado, nada mejor que una amenaza de guerra para reflotar y revitalizar el complejo militar-industrial. En eso está ahora Occidente. Mientras que, por una parte, la OTAN se pasa el día amenazando a Rusia y asustando con la amenaza rusa (buscando incrementar los presupuestos de defensa de los países que la integran la OTAN), a quien se considera ya como "el adversario más peligroso de Occidente" (sic), y, por otra, Obama dice que "Rusia es, con mucho, el mayor enemigo agresivo del mundo, incluso más que los yihadistas internacionales" (sic), el Pentágono acaba de publicar su informe anual sobre "la amenaza militar de China". Así que da la impresión de que Occidente está rodeado por los malos malísimos. Sería un chiste si no fuese una mentira tan dramática y peligrosa.

Rusia amenaza, China amenaza... como si estos países tuviesen 800 bases militares repartidas por todo el mundo, que son las que tiene EEUU. Sumad a esas las que tienen sus vasallos europeos y os saldrá una bonita cifra. Pero quienes amenazan son Rusia y China. ¡Qué miedo!

Así que ahí tenemos a la OTAN desplegando misiles por doquier en Europa, sobre todo el Este de Europa, y a EEUU intentando hacer lo mismo en el Pacífico. Pero aquí el Pentágono parece que ha tomado muy buena nota de los tres mensajes que sin ninguna sutileza lanzó China el año pasado, cuando celebró a lo grande el 70 aniversario de la victoria sobre el fascismo japonés, aliado del alemán. Entonces presentó en sociedad parte de su más mortífero arsenal, en especial el misil "Viento del Este" que al ser capaz de hundir un portaaviones pulveriza la hegemonía que EEUU tiene en ese campo y que es, en lo que respecta a China, de 11 portaaviones estadounidenses por uno chino (aunque está construyendo otro).

 Esta es la faceta que más aparece reflejada en el informe que acaba de hacer público. O bien supone un susto indudable para EEUU -ahora que andan entretenidos con las elecciones presidenciales y una forma de llamar a capítulo a cualquiera de los dos para que hagan frente a la "amenaza" ruso/china-, o bien es un reconocimiento de la muerte que les llega entendida como el fin de la superioridad militar. Porque en ese informe, sea verdad o mentira interesada por aquello de presionar a demócratas y republicanos en las elecciones, se reconoce que China está convirtiendo su Ejército en una fuerza de combate "moderna" y que en muchas áreas ha llegado a la paridad con EEUU o lo ha sobrepasado en ciertos aspectos, como el de los misiles citados.

En concreto, el Pentágono dedica mucho espacio al misil "Viento del Este" (Dong Feng, DF-21D) que fue la estrella del desfile del que os hablé y os recuerdo.



Este misil es versátil, diseñado para hundir portaaviones pero también con capacidad para atacar objetivos en tierra, aunque para eso hay otro más específico, el también llamado "Viento del Este" pero con otra numeración DF-26. De ambos se dice que son capaces de llevar a cabo ataques "de precisión" y que "dan a China su primera capacidad de ataque de precisión nuclear", algo que contribuye "a la disuasión estratégica en la región de Asia y el Pacífico". Lo interesante del caso es que el Pentágono, aunque utiliza mucho el condicional, "podría", "tendría", etc., da la sensación de estar realmente asustado ante esa pérdida de su hegemonía.

Buscando un poco por ahí, he encontrado en páginas que tratan el tema militar esta foto, esclarecedora.


Si esta interpretación os parece algo traída por los pelos, aquí tenéis una representación más gráfica hecha por los chinos.


Así que sí, el Pentágono está preocupado con razón. De momento, es susto. Como siga tensando la cuerda tendrá que ver lo que pasa al elegir la muerte.

Buen fin de semana.

El Lin
ce

jueves, 19 de mayo de 2016

Efectos de la contaminación: Así amaneció México DF

Efectos de la contaminación: Así amaneció México DF



A pesar del endurecimiento de las medidas tomadas, la contaminación en la capital mexicana continúa siendo alta por cuarto día consecutivo, aunque los niveles se han reducido. Varios medios de comunicación de ese país reportan sobre las dificultades para respirar en toda la zona del Valle de México, donde el esmog cubre todas las localidades.

Ojo pelao con la anarquia y el desorden, puede tener fines macabros.

                Asedio norteamericano a la América Latina progresista


Cuidado con la anarquia que algunos sectores de las cavernas de la derecha y del izquierdismo trasnochado que promueve quema de neumaticos, de vehiculos, danos a la propiedad privada bajo la consigna de un supuesto robo a la voluntad popular de algunos candidatos Municipales y legislativo en las pasadas elecciones del de 15 de mayo 2016.  Cuidadito compay gallo, no sea  esto un plan para crear un ambiente de ingobernabilidad en la tierra de Duarte, Luperon y Juna Bosch.

 "Los “crímenes” de la presidenta Cristina Fernández de Kirchner y de la presidenta Dilma Rousseff son sus esfuerzos para que los gobiernos de Argentina y Brasil representen a los pueblos de Argentina y Brasil y no a sus respectivas oligarquías y a Wall Street. En Washington esto constituye un delito grave ya que Washington utiliza a las oligarquías para controlar a los países de América del Sur. Siempre que los latinoamericanos elijan un gobierno que los represente, Washington derribará al gobierno o asesinará al presidente". (Paul Craig Roberts)

"En suma, lo ocurrido en Brasil es un durísimo ataque encaminado no sólo a destituir a Dilma sino también a derrocar a un partido, el PT, que no pudo ser derrotado en las urnas, y a abrir las puertas para un procesamiento del ex presidente Lula da Silva que impida su postulación en la próxima elección presidencial. En otros términos, el mensaje que los “malandros” enviaron al pueblo brasileño fue rotundo: ¡no se les vuelva a ocurrir votar a al PT o a una fuerza política como el PT!, porque aunque ustedes prevalezcan en las urnas nosotros lo hacemos en el congreso, la judicatura y en los medios, y nuestro poderío combinado puede mucho más que sus millones de votos" (Atilio A. Borón)


Dejémonos de paños calientes. Llamemos a las cosas por su nombre. Lo de Brasil ha sido todo un Golpe de Estado fáctico, es decir, ejecutado por los poderes fácticos, y como estos poderes son de carácter político, el golpe en Brasil es de tipo político, pero un golpe al fin y al cabo. Pero cuando no pueden ser políticos intentan ser económicos, como en el caso de Venezuela, o Argentina, y cuando no pueden ser económicos ni políticos, intentan ser militares, como en el caso de Honduras, o Paraguay, aunque no se dispare ni un solo tiro. El asedio de USA a la América Latina progresista es persistente, pues no pueden soportar que estén haciendo pequeñas revoluciones en su "patio trasero". Desde el Chile de Allende, pasando por la contra nicaragüense, por la Cuba de Fidel, por la Venezuela de Chávez, por la Bolivia de Evo, por el Ecuador de Correa, o por la Argentina de los Kirchner, los Estados Unidos no perdonan ningún intento de implantar políticas no digamos ya anticapitalistas o socialistas, sino ni tan siquiera de carácter más social.

Después de los casos de Honduras y de Paraguay, donde sus legítimos Presidentes (Manuel Zelaya y Fernando Lugo) fueron despojados del poder mediante sucias maniobras golpistas, ahora ha llegado el turno al Brasil de Dilma Rousseff, de Lula y del PT, cuyos opositores, elevados a la categoría de jueces políticos mediante perversas leyes, están legitimando auténticos golpes blandos para desalojar del poder a los dirigentes que mejor han representando y velado por el bienestar del pueblo brasileño. La estrategia de fondo ha sido muy similar a la ya practicada en otros lugares de la América Latina progresista, consistente en provocar altercados callejeros, manifestaciones antigubernamentales, desestabilización económica y política, hostigamiento mediático, y todo ello con la inestimable colaboración de los sectores de la derecha local, apoyados en la sombra por el gobierno estadounidense y el gran capital transnacional.

Todo responde a la obsesión de sacar del poder a toda costa a los gobiernos de corte popular, para restablecer el criminal modelo neoliberal, que ya condujera a muchos países latinoamericanos (como está conduciendo ahora a los europeos) a la pobreza, a la exclusión y al desempleo de las clases populares, mientras la élite de la derecha alcanza cotas de riqueza y poder inusitadas.

En el caso de Brasil el cebo popular, el pretexto político para desarrollar su campaña, ha sido la corrupción, cuando los mismos que están detrás del derrocamiento de Dilma por "sospechas" de corrupción poseen un historial de corrupción probado y demostrado. Dicho de otro modo, los auténticos corruptos son los golpistas. Más concretamente, los instigadores del golpe y los que lo han corroborado con su voto son los que tienen abiertos procesos de corrupción en el Supremo Tribunal Federal. El objetivo está claro: desmontar a la fuerza lo que no han podido desmontar en las urnas, orquestar todo un proceso en la sombra de aparente legalidad institucional para revertir los avances en sanidad, en educación, en derechos laborales, y en fin, en instrumentos que garanticen la dignidad del pueblo. El destino final está claro, y no es otro que volver a situar a Brasil (a toda América Latina si les dejan) bajo las faldas de los gobiernos déspotas, desalmados y salvajes de los Estados Unidos. Les molestan los avances en la lucha contra la desigualdad, les molesta el reforzamiento del Estado, les molestan los sistemas de protección social, y los servicios públicos universales instalados durante los gobiernos progresistas latinoamericanos. Quieren imponer el regreso al Estado mínimo, a las "reformas" estructurales, a la dependencia y subordinación a los perversos mandatos del Fondo Monetario Internacional.

Les molesta la democracia y la soberanía popular, les molestan todos los intentos de recuperar una vida digna para las clases trabajadoras, y sólo persiguen la subordinación a las instituciones y organismos guardianes del orden mundial neoliberal, responsable de toda la devastación de países enteros, y de sus respectivas poblaciones, de la esclavitud de la deuda y de los programas de rescate. Y así, mediante un escandaloso y vergonzoso procedimiento de "juicio político" contra la ya ex Presidenta, han vuelto a consumar otro ataque golpista disfrazado de "democrático" y "legal". Los cómplices de la conjura han sido esta vez los mismos parlamentarios brasileños, de la Cámara de Diputados y del Senado, cuya mayoría es representante del gran capital, en vez de los intereses populares. El apoyo mediático nacional e internacional al golpe también ha sido, como de costumbre en este tipo de operaciones, fundamental. Casi todos los medios han presentado a una Presidenta corrupta, frente a unos representantes de las instituciones intentando velar por la democracia, cuando lo que había era un claro interés por despojarla del poder mediante cualquier pretexto. Como a Maduro en Venezuela, a Lula y luego a Dilma les ha sido muy difícil gobernar con todo el aparato económico neoliberal en su contra, cuyo único objetivo era desprestigiar y desgastar al gobierno a toda costa.

Aún así, las victorias electorales han podido siempre a los oscuros intereses de la derecha, y por ello organizan todas estas campañas de acoso y derribo, disfrazadas de procesos legítimos, para desalojarlos del poder por vías alternativas a las electorales. En el caso de Brasil, los grandes empresarios y la oligarquía le habían visto las orejas al lobo, como consecuencia del creciente protagonismo de clases populares, como los pobres, los negros y los habitantes de las favelas. A todo ello hay que unir las huelgas laborales, y las protestas juveniles, que ganaron sus respectivas batallas en las calles. El año 2013 fue especialmente intenso en huelgas y protestas, expandiéndose a sectores que anteriormente nunca se habían movilizado. Y así, trabajadores del sector de la alimentación (muy grande en Brasil) o de la limpieza urbana, reivindicaron mejoras en sus condiciones laborales, de salud o de seguridad, constituyendo peligrosos referentes para los sectores de la derecha. Y a pesar de la brutalidad policial desplegada para la represión de los sectores en huelga, las protestas sirvieron para canalizar núcleos de descontento popular, de denuncia y de defensa de los derechos humanos, en una escala creciente. Y todo ello constituyó la definitiva señal de alarma para los sectores de la oligarquía, que se han organizado finalmente para provocar el famoso "impeachment" sin causa justificada.

El resultado es que Dilma ha sido apartada del poder provisionalmente, mediante un golpe institucional y antidemocrático (por ir en contra de los 54 millones de votos), durante un período máximo de 180 días, durante el cual el Senado brasileño deberá decidir por una mayoría de dos tercios de los votos si la acusación contra Rouseff se ratifica o no. Pero mientras, es de suponer que Michel Temer, el sustituto de la ya ex Presidenta, oscuro personaje donde los haya, aprovechará el tiempo en intentar revertir algunos procesos y medidas tomadas por los sucesivos gobiernos del PT. Sólo la movilización popular, el apoyo del pueblo, de la inmensa mayoría social consciente de la auténtica naturaleza golpista de la maniobra, podrá devolver el poder a sus legítmos representantes elegidos, y detener esta involución democrática en uno de los países más pobres e injustos del globo. Esperemos que así ocurra. Pero aún así, no debemos nunca bajar la guardia: el diablo, que huele a azufre, parafraseando al Comandante Hugo Chávez, lo volverá a intentar, tarde o temprano. 


Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.

miércoles, 18 de mayo de 2016

El infortunio de una productura agropecuario

Agricultores reclaman ser el eje del desarrollo sostenible

IPS

La Organización Mundial de Agricultores reunió este mes a unos 600 representantes de por lo menos 570 millones de productores de todo el mundo en Zambia para debatir sobre varios asuntos que les tocan de cerca como el cambio climático, la tenencia de la tierra, la innovación y la construcción de capacidades, como los pilares para el desarrollo del sector.

“Tengo una granja de 35 hectáreas, pero solo uso cinco por falta de agua”, relató Mary Nyirenda, una agricultora residente en esta ciudad zambiana de Livingstone, donde se realizó la reunión de la OMA.

“Con un pozo solo puedo regar un área limitada. No dependo más de las lluvias desde la temporada 2013-2014, cuando perdí cinco hectáreas de maíz por la sequía”, contó a IPS.

Sintiéndose privilegiada por participar en la Asamblea General de la OMA de este año, Nyirenda espera aprender formas innovadoras de mejorar la productividad y lograr acceso mercados para sus productos hortícolas y avícolas.

“Aprendí que trabajar en grupo nos da una voz más fuerte y capacidad de negociación”, indicó Nyiendra, al comparar las expectativas del encuentro en relación con la realidad.

“He tenido varias dificultades sola, pero ahora comprendo que dos es mejor que uno, así que mi trabajo ahora es fortalecer nuestra cooperativa, que todavía está desarticulada en términos de asociación de productores”, precisó Nyirenda, al destacar el poder de las organizaciones de agricultores, que es para lo que existe OMA.

Bajo el lema “Asociación para el crecimiento”, el reclamo de los delegados en la conferencia, realizada entre el 4 y el 7 de ese mes, fue el de cambiar el discurso, pues a pesar de ser el eje del multimillonario sector alimentario, responsable de dar de comer a todo el mundo, los agricultores están entre las personas más pobres del mundo.

La presidenta de la OMA, Evelyn Nguleka, señaló que la situación tiene que cambiar.

“Es cierto que los agricultores en todas partes del mundo constituyen la mayoría de las personas pobres, pero ¿por qué?”, preguntó durante la conferencia de prensa en el cierre de la Asamblea General de la OMA.

Según ella, la falta de organización y de información son las principales razones de que no se logren muchos avances. “Si los agricultores permanecen aislados, seguirán siendo pobres”, sentenció.

“Por eso desarrollamos una herramienta legal de agricultura por contrato, que será especialmente útil para los pequeños agricultores cuyos conocimientos legales son escasos y son prezas fáciles de abuso”, explicó David Velde, presidente de la Unión Nacional de Agricultores de Estados Unidos e integrante de la junta de la OMA.

Velde dijo a IPS que se necesitarán varias herramientas para ayudar a los pequeños agricultores a estar bien equipados para sacar el máximo provecho de su trabajo, en especial en un mundo con un clima inestable, un subtema que se coló en todos los debates de la conferencia debido a su naturaleza multifacética.

Como la transferencia de tecnología es uno de los elementos clave de la agenda de desarrollo sostenible, como quedó remarcado en el Acuerdo de París, los delegados sostuvieron que tanto la innovación como la construcción de capacidad para que los agricultores mejoren su productividad no se puede discutir en el vacío.

El Acuerdo de París es el resultado de la 21 Conferencia de las Partes (COP21) de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (CMNUCC).

“La agricultura es, por cierto, un sector que necesita una atención seria”, coincidió el presidente de Zambia, Edgar Lungu, en su presentación frente a la Asamblea General de la OMA.

“El hecho de que exista una organización de agricultores es una señal de que la producción de alimentos, la seguridad alimentaria y el cambio climático son asuntos globales que no pueden considerarse de forma aislada”, prosiguió.

“Los agricultores necesitan información sobre los mejores métodos y tecnologías para aumentar la productividad con conciencia climática”, añadió Lungu.

Cuando el mundo busca la forma de alimentar a 793 millones de personas para 2030, con la perspectiva de que en 2050 haya 9.600 millones de habitantes en el planeta, de los cuales más de la mitad en África, la OMA existe para hacer frente a la enorme tarea que afrontan sus miembros y que solo podrá lograrse mediante el aumento de la productividad.

“La OMA reconoce que el mundo tiene dos asuntos conflictivos, alimentar al mundo y mitigar el cambio climático”, puntualizó William Rolleston, presidente de Agricultores Federados de Nueva Zelandia.

“Las dos requieren enormes recursos, pero creemos que es posible atender ambas cuestiones a través de una mayor productividad utilizando la última tecnología”, precisó.

Rolleston, también vicepresidente de la OMA, dijo a IPS que el trabajo de la organización no abarca la financiación de agricultores, pero sí ayuda a sus miembros a innovar y a forjar asociaciones para el crecimiento.

Existe un consenso mundial de que si no se hace frente al cambio climático, este podría ser un obstáculo para conseguir los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS).

Quizá esa sea la elección más difícil que tengan que hacer los gobernantes, contener el recalentamiento planetario, con enormes consecuencias para la capacidad de producción mundial, que a lo largo de los años ha dependido de una economía con vastas emisiones de carbono.

Al aprobarse los ODS y lograr un acuerdo climático histórico en 2015, la agenda socioeconómica global se encamina hacia un completo cambio de paradigma. Pero la presidenta de la OMA aspira a que los agricultores sigan siendo el eje de las políticas mundiales.

“Cualesquiera sean los cambios que el mundo decida emprender, no deben ser a expensas de que los agricultores sobrevivan o logren rentabilidad”, subrayó Nguleka.

Según Nyirenda, el acceso a los mercados es la clave de la capacidad de producción de los agricultores, en especial de las mujeres, quienes según la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), constituyen la mitad de la fuerza laboral del sector. En África, la proporción es notoriamente más alta, de alrededor de 80 por ciento.

“Mis intercambios con organizaciones internacionales, como FIDA (Fondo Internacional para el Desarrollo Agrícola) y otras interesadas en el empoderamiento de las mujeres me abrieron realmente los ojos para seguir adelante”, acotó.




Traducido por Verónica Firme.

Fuente original: http://www.ipsnoticias.net/2016/05/agricultores-reclaman-ser-el-eje-del-desarrollo-sostenible/

martes, 17 de mayo de 2016

Bosch: "Hay que educar al hombre para que respete las leyes".


Dice el Profesor Juan Bosch: "Hay que educar al hombre para que respete las leyes. Sin leyes no hay sociedad humana, y las leyes sólo tienen valor si cada persona las acepta y las respeta y las hace respetar”. “No es ciudadano el que ignora cuáles son sus deberes y cuáles son sus derechos (…). No puede haber paz donde no hay conciencia cívica y no hay conciencia cívica donde no hay cultura”.

Un desafío al poder de Estados Unidos (I)



Un poder imperial en la cuesta abajo
Un desafío al poder de Estados Unidos (I)

TomDispatch

Traducción del inglés para Rebelión de Carlos Riba García.

Los desafíos de 2016 Introducción de Tom Engelhardt


El otro día cogí un ajado ejemplar del estante “El lector de Chomsky” de mi biblioteca. Hojeando algunos ensayos de la época de la guerra de Vietnam que nombraba aquel libro en rustica publicado en 1987 recordé al joven Tom Engelhardt, que en la segunda mitad de los sesenta del siglo XX estaba realizando una sorprendente transformación: la que iba desde el sueño de servir a su gobierno hasta oponerse a él. Los escritos de Noam Chomsky tuvieron algo que ver con esa transformación. Me detuve en su escalofriante ensayo de 1970 After Pinkville, que recuerdo haberlo leído apenas se publicó (‘Pinkville’ [Villa Rosada], que connotaba la influencia comunista, era la expresión de la jerga militar utilizada para nombrar la aldea donde tuvo lugar la infame masacre de My Lay). No era el primer ensayo de Chomsky que leía. Este honor le podría corresponder a The Responsibility of Intellectuals [La responsabilidad de los intelectuales, en castellano, 1969], que él escribió en 1966 (“La responsabilidad de los intelectuales es hablar la verdad y poner al descubierto las mentiras, Lo menos que puede decirse de esto es que parece ser toda una perogrullada; sin embargo no lo es. Para el intelectual moderno no es algo tan obvio”).

After Pinkville todavía permanece muy vívido en mi conciencia, desde el momento en que una creciente sensación de horror provocada por una remota guerra estadounidense, que iba siendo cada vez menos ajena y más bruta,l me lanzó al activismo contra la guerra. Sus primeras frases continúan yendo al corazón de las cosas: “Es importante entender que la masacre de la población rural de Vietnam y su forzado desplazamiento no es un subproducto fortuito de la guerra. Antes bien, es la esencia misma de la estrategia de Estados Unidos”. Después de que él lo escribiera, Chomsky colocaría la matanza indiscriminada de unos 500 vietnamitas –hombres, mujeres y niños– en el penoso contexto de los mayores crímenes de la época. Tal vez sea notable que ninguno de ellos pareció ocasionar demasiada preocupación (en EEUU). Solo se trataba de la acción de una compañía de soldados medio locos que fue vista como un escándalo y una desgracia para Estados Unidos. Ciertamente, habría sido un escándalo nacional –si asumiéramos esa posibilidad– solo si hubieran sido llevados a los tribunales, aunque no lo fueran quienes habían creado y aceptado la atrocidad con la que aquellos habían contribuido con un detalle: apenas algunos centenares más de vietnamitas asesinados”.

Tantas décadas después, todo esto sigue siendo penosamente familiar. En parte debido a la naturaleza de nuestro momento mediático, continuamos absortos frente al televisor mirando los espantosos actos cometidos contra europeos y estadounidenses. Aun así, la ‘preocupación’ por lo que ha hecho Estados Unidos en nuestras lejanas guerras –desde el asesinato de civiles en bodas, funerales y ceremonias conmemorativas hasta la voladura de hospitales, secuestros e incluso el asesinato de prisioneros, los ataques con drones tan ‘quirúrgicos’ y ‘precisos’ que cientos de personan son asesinados a pesar de que hayan sido solo unos pocos los seleccionados oficialmente para morir– parece haber desaparecido en acción desde hace mucho tiempo. Al contrario de lo que fue en la época de la guerra de Vietnam, “nada de esto”, para citar a Chomsky, “parece que preocupe mucho”. Ciertamente.

No obstante, hay excepciones; permitidme que mencione una de ellas. Cincuenta años después, Noam Chomsky sigue escribiendo con la misma escalofriante elocuencia sobre la versión actualizada de la guerra contra el terror de esta pesadilla estadounidense. Su ‘preocupación’ no ha quedado atrás, algo que es imposible de dejar pasar en su nuevo libro, Who Rules the World? [¿Quién gobierna el mundo (N. del T.)], que se ocupa, entre otras cosas, de lo que en tiempos de la guerra de Vietnam podría haberse llamado ‘la arrogancia del poder’. En momento en que el avión de bombardeo preferido en Vietnam, el B-52, vuelve a ser utilizado en la guerra contra el Estado Islámico [en adelante, Daesh], él también ha vuelto a la acción. A continuación, la primera parte de un resumen de su libro sobre el poder de Estados Unidos y el mundo.

* * *

Amos de la humanidad (Parte 1)*

Generalmente, cuando preguntamos “¿Quien gobierna el mundo?”, lo hacemos en el marco de la convención estándar de que los actores de los asuntos internacionales son países, sobre todo las grandes potencias y pensamos en sus decisiones y en la relación existente entre esas decisiones. Esto no está mal. Pero estaría mejor que recordáramos que este nivel de abstracción puede ser también muy engañoso.

Por supuesto, las naciones tienen una compleja estructura interna, y las opciones y las decisiones de sus líderes políticos están intensamente influidas por la concentración interna del poder, mientras que la población está a menudo marginada. Esto es así incluso en las sociedades más democráticas; obviamente, en las que no lo son. No podemos llegar a una comprensión realista de quién gobierna el mundo si ignoramos a los “amos de la humanidad”, como los llamó Adam Smith: en su tiempo, los comerciantes y los dueños de las fábricas de Inglaterra; en el nuestro, los conglomerados multinacionales, las mayores instituciones financieras, los imperios de la venta al por menor y otros por el estilo. Aun así, según Smith, también es sensato prestar atención a la “maldad máxima” a la que se consagran los “amos de la humanidad”: “Todo para nosotros y nada para el pueblo”, una doctrina también conocida como lucha de clases, una lucha cruda e incesante, frecuentemente unilateral, en gran parte en detrimento del pueblo del país del que se hable y del mundo.

En el orden global contemporáneo, las instituciones de los amos detentan un enorme poder, no solo en el escenario internacional sino también en el interior de su país, en las que confían para proteger su poder y proporcionar apoyo económico con una gran variedad de medios. Cuando pensamos en el papel de los amos de la humanidad, nos referimos a las prioridades del estado policial de este momento, como el Acuerdo TransPacífico (TPP) uno de los acuerdos reivindicativos de los derechos de los inversores mal llamados “de libre comercio” en la propaganda y los comentarios. Aparte de los cientos de abogados corporativos y los lobbistas que se ocupan de redactar los detalles decisivos, se negocian en secreto. El objetivo es su aprobación en el mejor estilo stalinista con procedimientos de ‘vía rápida’ diseñados para impedir la discusión y permitir solo la opción por sí o por no (o sea, sí). En general, sus diseñadores lo hacen bastante bien. El pueblo llano es algo meramente incidental, con las consecuencias que es posible anticipar.

La segunda superpotencia

Los programas neoliberales de la pasada generación concentraron la riqueza y el poder en unas poquísimas manos y debilitaron el funcionamiento de la democracia, igualmente originaron oposición, sobre todo en América latina pero también en los centros del poder mundial. La Unión Europea (UE), una de las iniciativas más prometedoras del tiempo posterior a la Segunda Guerra Mundial se ha tambaleado debido a las consecuencias de las rigurosas políticas de ajuste durante un periodo recesivo, condenadas incluso por los economistas del Fondo Monetario Internacional (si no por los mismos actores políticos del FMI). La democracia ha quedado mal parada con el traspaso de la toma de decisiones a la burocracia de Bruselas y los bancos del norte de Europa; su sombra se proyecta sobre las deliberaciones.

Los partidos de la corriente dominante han perdido seguidores rápidamente en beneficio de la izquierda y la derecha. El director ejecutivo del grupo de investigación EuropaNova, con sede en París, atribuye el generalizado desencanto a “un clima de resentida impotencia a medida que el poder real para determinar los acontecimientos se ha trasladado de los líderes políticos (que, en principio al menos, están sujetos a la política democrática) al mercado, las instituciones de la UE y las corporaciones”, en un todo de acuerdo con la doctrina neoliberal. Un proceso muy similar está produciéndose en Estados Unidos, por más o menos las mismas razones; una cuestión relevante y preocupante no solo para EEUU sino también, dado el poder que este detenta, para el resto del mundo.

La creciente oposición contra el asalto neoliberal pone de relieve otro aspecto crucial de esta convención estándar: deja a un lado al público, que con frecuencia considera inaceptable la condición de mero ‘espectador’, en lugar de ‘participante’, que se le asigna en la teoría democrática legal. Esta desobediencia siempre ha inquietado a las cases dominantes. Si nos atenemos a la historia de Estados Unidos, George Washington veía al pueblo común que formaba la milicia que él debía comandar como “una gente excesivamente sucia y asquerosa [que muestra] una inexplicable estupidez en las clases más bajas”.

En su magnífico análisis de las insurgencias –desde la “insurgencia estadounidense” hasta la contemporánea en Afganistán e Iraq– Violent Politics, William Polk llega a la conclusión de que el general Washington “estaba tan ansioso por deshacerse [de los combatientes que despreciaba] que estuvo muy cerca de perder la Revolución”. Ciertamente, “en realidad, eso podría haber sucedido” si Francia no hubiese intervenido masivamente y “salvado la Revolución”, que hasta entonces había sido ganada por las guerrillas –a quienes hoy llamaríamos “terroristas”– mientras que el ejército de Washington, al estilo del británico, “era derrotado una y otra vez y casi pierde la guerra”.

Un rasgo común de las insurgencias exitosas, escribe Polk, es que una vez que se disuelve el apoyo popular tras la victoria, el liderazgo reprime al “pueblo sucio y asqueroso” que realmente ganó la guerra mediante la lucha de guerrillas y el terror debido al temor de que este pueblo pueda desafiar sus privilegios de clase. El deprecio de las elites hacia “las clases más bajas” ha tomado variadas formas con el transcurso de los años. En los últimos tiempos, una expresión de ese desdén es el llamamiento a la pasividad y la obediencia (la “moderación democrática”) por parte de los internacionalistas liberales que reaccionaron ante las peligrosas consecuencias democratizadoras de los movimientos populares de los sesenta del pasado siglo.

Algunas veces, los países consienten en atender a la opinión pública provocando la furia de los centros de poder. En caso paradigmático fue el de 2003, cuando la administración Bush invitó a Turquía para que se uniera a la coalición que invadió Iraq. El 85 por ciento de los turcos se opuso a ello y, para asombro y horror de Washington, el gobierno turco adoptó el punto de vista de la población. Turquía fue amargamente condenada por su defección y comportamiento irresponsable. El subsecretario de Defensa Paul Wolfowitz, nombrado por la prensa el “idealista en jefe” de la administración reprendió a los militares turcos por haber permitido la inconducta del gobierno y exigió un pedido de disculpas. La prensa, imperturbable por esta y muchas otras muestras de nuestro legendario “anhelo de democracia”, continuó con sus comentarios laudatorios en favor del presidente George W. Bush por su dedicación a la “promoción de la democracia; algunas veces lo criticó por haber pensado –ingenuamente– que un poder exterior pudiera imponer a otros sus anhelos democráticos.

La opinión pública turca no estuvo sola. La oposición a la agresión de Estados Unidos e Inglaterra en el mundo fue abrumadora. Según las encuestas, el respaldo a los planes bélicos de Washington apenas alcanzó al 10 por ciento fuera donde fuese. La oposición realizó grandes manifestaciones de protesta en todo el mundo, también en Estados Unidos; probablemente, fue la primera vez en la historia que una agresión imperial era cuestionada con tanta fuerza antes incluso de que se iniciara oficialmente. En la portada del New York Times, el periodista Patrick Tyler informó de que “es posible que todavía queden dos superpotencias en el mundo: Estados Unidos y la opinión pública mundial”.

Una manifestación de protesta sin precedentes en Estados Unidos fue la de quienes décadas antes habían condenado la agresión de las guerras estadounidenses en Indochina y cuya protesta alcanzó un nivel importante de influencia, incluso aunque fuese demasiado tarde. Hacia 1967, cuando el movimiento pacifista había cobrado una fuerza significativa, el historiador y especialista en Vietnam Bernard Fall advirtió de que “Vietnam, como la entidad cultural e histórica que es... está amenazada de extinción... mientras la campiña se muere acosada por los golpes de la mayor maquinaria militar jamás lanzada contra una zona de esta extensión”.

Pero el movimiento por la paz y contra la guerra se había convertido en una fuerza que no podía ser ignorada. Tampoco lo podía ser cuando Ronald Reagan llegó a la Oficina Oval resuelto a lanzar un asalto contra América Central. Su administración imitó al milímetro los pasos que John F. Kennedy había dado 20 años antes cuando desencadenó la guerra contra Vietnam del Sur, pero tuvo que retroceder ante la vigorosa protesta pública que había faltado en los sesenta del pasado siglo. El ataque fue suficientemente atroz. Sus víctimas aún están recuperándose. Pero lo que pasó a Vietnam del Sur y más tarde a toda Indochina, donde “la segunda superpotencia” impuso sus límites, fue incomparablemente peor.

Es frecuente que se sostenga que la enorme oposición pública a la invasión de Iraq no tuvo consecuencias. Esto me parece equivocado. Una vez más, a invasión fue suficientemente horrorosa y las secuelas absolutamente grotescas. Aun así, podrían haber sido mucho peores. El vicepresidente Dick Cheney, el secretario de Defensa Donald Rumsfeld y el resto de los altos funcionarios de la administración Bush nunca habrían contemplado siquiera el tipo de medidas que el presidente Kennedy había adoptado 40 años antes sin una protesta importante.

Un poder occidental bajo presión

Por supuesto, hay mucho más que decir sobre los factores que inciden en la determinación de la política de un país que son dejados a un lado si adoptamos la convención estándar que supone que los países son los actores de los asuntos internacionales. Pero con una advertencia de ningún modo trivial como es esta, permitidnos que de todas maneras la adoptemos, al menos como una primera aproximación a la realidad. Entonces, la cuestión de quién gobierna el mundo nos conducirá inmediatamente a asuntos tales como el surgimiento de China en el poder mundial y el reto que esto representa para Estados Unidos y el ‘orden mundial’, la nueva guerra fría que se cuece a fuego lento en la Europa del Este, la Guerra Global contra el Terror, la hegemonía de Estados Unidos, la decadencia estadounidense y una variedad de consideraciones similares.

Los desafíos planteados por el poder de Occidente en el comienzo de 2016 están muy bien resumidos dentro del marco convencional por Gideon Rachman, columnista jefe de asuntos internacionales del Financial Times, de Londres. Empieza con una mirada general a la imagen del orden mundial: “Sin cesar desde el final de la Guerra Fría, la abrumadora supremacía del poder militar estadounidense ha sido el elemento central de la política internacional”. Eso es particularmente crítico en tres regiones: el Este de Asia, donde “... la marina de Estados Unidos se ha acostumbrado a considerar el Pacífico como un ‘lago estadounidense’”; Europa, donde la OTAN –es decir, Estados Unidos, a cargo de un sorprendente 75 por ciento del gasto militar de la Organización– “garantiza la integridad territorial de sus estados miembros”; y Oriente Medio, donde la existencia de enormes bases navales y aéreas de Estados Unidos “tranquiliza a los amigos e intimida a los rivales”.

El problema actual del orden mundial, continúa Rachman, es que “esos órdenes destinados a la seguridad están hoy siendo desafiados en las tres regiones” debido a la intervención rusa en Ucrania y Siria y debido a que China está convirtiendo sus mares territoriales junto al lago estadounidense en “aguas claramente en discusión”. La cuestión fundamental de las relaciones internacionales, entonces, es si acaso Estados Unidos “aceptaría que otras potencias importantes tengan ciertas zonas de influencia en su vecindad”. Rachman piensa que sí debería, tanto por razones de “difusión del poder económico en todo el mundo como por simple sentido común”.

Para mayor seguridad, existen formas de mirar al mundo desde distintos puntos de vista. Pero permitámosno atenernos a estas tres regiones que, con toda seguridad son muy importantes.

Los desafíos de hoy en día: Asia del Este

Comencemos por el “lago estadounidense”. Es posible que algunas cejas se arqueen con la información de mitad de diciembre de 2015 de que un bombardero B-52 de Estados Unidos en misión de rutina en el mar Meridional de China cruzó, sin proponérselo, el límite de dos millas marinas de una isla artificial construida por China, dijeron funcionarios de Defensa, empeorando una situación de división ya de por sí caliente entre Washington y Beijing”. Quienes están familiarizados con los nefastos acontecimientos de los setenta del siglo pasado, en la época de las armas nucleares, saben muy bien que este tipo de incidentes son los que a menudo acercaron peligrosamente el mundo a la ignición de una guerra nuclear que sería la última. No es necesario ser partidario de las acciones provocativas y agresivas chinas en el mar Meridional de China para percibir que en el incidente no estuvo implicado un bombardero chino con capacidad nuclear en el mar Caribe ni frente a las costas de California, zonas en la que China no pretende establecer un “lago chino”. Afortunadamente para el mundo.

Los líderes chinos comprenden muy bien que las rutas comerciales marítimas de su país están rodeadas de potencias hostiles desde Japón hasta el estrecho de Malacca y más allá, todas ellas respaldadas por abrumadoras fuerzas militares de Estados Unidos. Por consiguiente, China está expendiéndose hacia el oeste con cuantiosas inversiones y cuidadosos movimientos en pro de la integración. En parte, esos desarrollos están dentro del marco de la Organización de Cooperación de Shanghai (SCO, por sus siglas en inglés), que incluye a los países de Asia Central y Rusia, y pronto a India y Pakistán, junto con Irán en calidad de observador, un estatus que le ha sido negado a Estados Unidos, al que además se le pidió que cierre todas las bases militares en la región. China está construyendo una versión modernizada de las antiguas ‘rutas de la seda’, con la intención no solo de integrar la región a la zona de influencia china sino también de llegar a Europa y las zonas de producción petrolífera de Oriente Medio. Está destinando enormes cantidades de dinero a la creación de un sistema asiático integrado de energía y comercio con extensos ferrocarriles de alta velocidad y oleoductos.

Uno de los componentes del programa es una carretera que atreviese las cordilleras más altas del mundo hasta llegar al puerto de Gwadar, Pakistán –desarrollado por China– que protegerá las cargas marítimas de crudo de posibles interferencias de Estados Unidos. El programa también puede –así lo esperan en China y Pakistán– estimular el desarrollo industrial pakistaní, de lo que no se ha ocupado Estados Unidos a pesar de la importante ayuda militar; esto podría incentivar también la represión del terrorismo local, un tema muy serio para China en la provincia occidental de Xinjiang. Gwadar formará parte del ‘collar de perlas’, es decir, las bases construidas en el litoral del océano Índico para fines comerciales pero potencialmente también para uso militar, con la expectativa de que China sea un día capaz de proyectar poder hasta el golfo Pérsico por primera vez en tiempos modernos.

Todos estos movimientos siguen siendo inmunes al aplastante dominio militar de Washington, a menos que se produjera una guerra nuclear de aniquilación de la que Estados Unidos sería una víctima más.

En 2015, China también creó el Banco Asiático de Inversión en Infraestructura (AIIB, por sus siglas en inglés) del que es el principal accionista. En su inauguración –junio de 2015– participaron 56 países, entre ellos varios aliados de Estados Unidos, como Australia y Gran Bretaña, además de otros que lo hicieron desafiado los deseos de Washington. Estados Unidos y Japón no estuvieron presentes. Algunos analistas creen que el nuevo banco podría convertirse en un competidor de las instituciones nacidas en Bretton Woods (el FMI y el Banco Mundial), en las que EEUU mantiene el poder de veto. Existen también ciertas expectativas de que el SCO podría con el tiempo convertirse en el equivalente de la OTAN.

Los desafíos de hoy en día: Europa del Este

Si giramos la vista hacia la segunda región, la Europa oriental, hay una crisis cocinándose en la frontera entre los países de la OTAN y Rusia. No se trata de un asunto menor. En su esclarecedor y acertado estudio académico de la región, Frontline Ukraine: Crisis in the Borderlands , Richard Sakwa –con toda verosimilitud– escribe que “la guerra ruso-georgiana de agosto de 2008 fue en realidad la primera ‘guerra para parar la expansión de la OTAN’: la segunda, sería la crisis de Ucrania. No está claro si la humanidad sobreviviría a una tercera”.

Occidente ve que la ampliación de la OTAN como algo benigno. Lógicamente, Rusia, junto con buena parte del Sur Global, tiene un parecer distinto, como también lo tienen prominentes analistas occidentales. George Kennan advirtió tempranamente de que la ampliación de la OTAN “es una trágica equivocación”; a él se unieron importantes personalidades políticas de Estados Unidos en una carta abierta a la Casa Blanca describiéndola como un “error político de proporciones históricas”.

La actual crisis tiene sus orígenes en 1991, en coincidencia con el final de la Guerra Fría y el derrumbe de la Unión Soviética. Había entonces dos visiones contrapuestas de un nuevo sistema de seguridad y economía en Eurasia. En palabras de Sakwa, una visión era la de una “‘Europa ampliada’ alrededor del centro representado por la UE, pero cada vez más colindante con la seguridad euro-atlántica y la comunidad política; en el otro lado, estaba la idea de una ‘Europa mayor’, una visión de una Europa continental extendiéndose desde Lisboa a Vladivostok, con múltiples centros –entre ellos Bruselas, Moscú y Ankara–, pero con el propósito común de superar las divisiones que desde siempre han atormentado el continente”.

El líder ruso Mikhail Gorvachov fue el principal proponente de la ‘Europa mayor’, un concepto que también tenía raíces europeas en el gaullismo y otras iniciativas. Sin embargo, según Rusia se venía abajo debido a las devastadores reformas de los mercados en los noventa del siglo pasado, la visión fue difuminándose. Solo fue rescatada cuando Rusia empezó a recuperarse y a buscar un sitio en el escenario mundial bajo Vladimir Putin quien, junto con su colega Dmitry Medveded, llamó repetidamente a la “unificación geopolítica de todos los componentes de la ‘Gran Europa’, desde Lisboa a Vladivostok, para crear una auténtica ‘asociación estratégica’”. Estas iniciativas fueron “recibidas con cortés desdén”, escribe Sakwa, y vistas como “poco más que un restablecimiento encubierto de la ‘Gran Rusia’, realizado con furtividad”, y un esfuerzo por “meter una cuña” entre América del Norte y Europa occidental. Esos asuntos conectan con los temores reinantes durante los primeros años de la Guerra Fría, los temores de que Europa pudiera convertirse en una “tercera fuerza” independiente tanto de las mayores como de las menores superpotencias y promover vínculos más estrechos con las segundas (tal como puede verse en la Ostpolik de Willy Brandt y otras iniciativas).

La respuesta occidental al derrumbe de Rusia fue el triunfalismo. Fue saludado como si marcara “el fin de la historia”, la victoria final de la democracia occidental capitalista, casi como si Rusia debiera ser instruida para que regresase a su estatus anterior a la Primera Guerra Mundial, como si fuera una virtual colonia económica de Occidente. La ampliación de la OTAN empezó de inmediato, violando garantías expresadas verbalmente a Gorbachov acerca de que las fuerzas de la OTAN no se moverían “ni una pulgada hacia el este”, después de que él accediera a que una Alemania unificada pudiera convertirse en miembro de la organización atlántica, una notable concesión a la luz de la historia. Esa discusión se limitó a Alemania Oriental. La posibilidad de que la OTAN se expandiera más allá de Alemania no se discutió –ni siquiera privadamente– con Gorbachov.

Muy pronto, la OTAN empezó a moverse más lejos, justo hasta la frontera rusa. La misión general de la organización fue modificada oficialmente hasta convertirse en un mandato para proteger “infraestructura esencial” del sistema mundial de la energía, rutas de navegación, oleoductos y gasoductos, lo que le concedió una zona de operaciones que abarcaba todo el planeta. Más aún, gracias a una decisiva revisión occidental de la ahora ampliamente promocionada doctrina de la “responsabilidad de proteger”, absolutamente diferente de la versión oficial de Naciones Unidas, ahora la OTAN solo puede ser una fuerza de intervención si lo hace a las órdenes de Estados Unidos.

Rusia está particularmente preocupada por los planes de expansión de la OTAN en Ucrania. Esos planes fueron articulas explícitamente en la cumbre de la OTAN de abril de 2008 realizada en Bucarest, cuando se les prometió a Georgia y Ucrania la posibilidad de integrarse en la organización atlántica. El discurso no tenía ambigüedad alguna: “La OTAN da la bienvenida a las aspiraciones euro-atlánticas de Ucrania y Georgia respecto de la incorporación en la OTAN”. Con la victoria de los candidatos pro-occidentales de la “Revolución Naranja” en 2004, el representante del departamento de Estado Daniel Fried se apresuró a acudir allí para “recalcar el apoyo estadounidense a las aspiraciones de Ucrania respecto de la OTAN y el euro-atlantismo”, como reveló una información de Wikileaks.

Las preocupaciones rusas son comprensibles. Son esbozadas por el académico especialista en relaciones internacionales John Mearsheimer en el principal periódico del establishment Foreing Affairs, quien escribe que “la raíz de la crisis actual (relacionada con Ucrania) es la ampliación de la OTAN y la dedicación de Washington a la causa de sacar a Ucrania de la órbita moscovita e integrarla a Occidente”, algo que es visto por Putin como “una amenaza directa al corazón de los intereses rusos”.

“¿Quién puede reprochárselo?”, pregunta Mearsheimer, señalando que “A Washington quizá no le guste la posición de Moscú, pero debería entender la lógica que hay tras de ella”. Eso no debería ser tan difícil. Después de todo, como cualquiera lo sabe, “Estados Unidos no tolera que grandes potencias distantes desplieguen fuerzas militares en cualquier sitio del hemisferio occidental, mucho menos en sus fronteras”.

De hecho, la posición de Estados Unidos es mucho más fuerte. No tolera lo que oficialmente recibe el nombre de “rebeldía exitosa” en la Doctrina Monroe de 1823, que declaraba (pero todavía no ha podido implementar) el control estadounidense del hemisferio. Así, un pequeño país que lleva adelante y con éxito semejante acto de rebeldía puede ser sometido a “los terrores de la Tierra” y a un aplastante bloqueo, como sucede con Cuba. No es necesario que nos preguntemos cómo habría reaccionado Estados Unidos de haberse unido los países latinoamericanos al Pacto de Varsovia y de haber existido planes para que México y Canadá también se unieran a ese Pacto. El mero atisbo de la primera tentativa en esa dirección habría “terminado con extremos perjuicios”, para utilizar la jerga de la CIA.

Como en el caso de China, no hay por qué ver con simpatía las acciones y las motivaciones de Putin para entender la lógica que hay tras ellas, tampoco para darse cuenta de la importancia de comprender esa lógica en lugar de lanzar imprecaciones contra ella. Como en el caso de China, hay demasiado en juego, incluso cosas tan importantes –literalmente– como la supervivencia.

Los desafíos de hoy en día: el mundo islámico

Giremos ahora hacia la tercera región de las principales preocupaciones, el mundo (en buena parte) islámico, que es también el escenario de la Guerra Global Contra el Terror (GWOT, por sus siglas en inglés) declarada por George W. Bush en 2001 después de los ataques terroristas del 11-S –en beneficio de la exactitud, debería decirse re-declarada–. La GWOT fue declarada por la administración Reagan desde su primer día con una enfebrecida retórica sobre la “plaga propagada por unos depravados que se oponen a la propia civilización” (tal como lo describió Reagan) y un “regreso a la barbarie en la era moderna” (según las palabras de su secretario de Estado, George Shultz). Silenciosamente, la primera GWOT fue retirada de la historia. Se convirtió muy rápidamente en una asesina y destructiva guerra terrorista que asoló América Central, el sur de África y Oriente Medio, cuyas nefastas repercusiones llegan hasta nuestros días, entre ellas la condena de Estados Unidos por parte del Tribunal Internacional de Justicia (desestimada por Washington). Sea cual sea el acontecimiento, no se trata de la historia apropiada para la Historia, por lo tanto ya no existe.

El éxito de la versión Bush-Obama de la GWOT puede evaluarse perfectamente mediante el examen directo. Cuando se declaró la guerra, los objetivos terroristas se limitaban a los existentes en un rincón del Afganistán tribal. Estaban protegidos por afganos que, en su mayor parte, no los podían ver o los despreciaban profundamente, pero se atenían a los códigos tribales de la hospitalidad, unos códigos que desconcertaban a los estadounidenses cuando algunos campesinos pobres se negaban a entregar a Osama bin Laden por la astronómica –para los campesinos– suma de 25 millones de dólares”.

Hay buenas razones para creer que una acción policial bien implementada, o incluso unas negociaciones diplomáticas serias con el Talibán, podrían haber puesto en manos de Estados Unidos a los sospechosos de los crímenes del 11-S para llevarles a los tribunales y condenarles. Pero ese tipo de opciones no estaba en consideración. En lugar de ello, la elección pensada fue la violencia a gran escala, no con el objetivo de destruir al Talibán (eso llegó más tarde) sino para dejar en claro el desdén estadounidense respecto a cualquier ofrecimiento que aquel hiciese de una posible extradición de bin Laden. Hasta qué punto eran serios esos ofrecimientos, no lo sabemos, ya que la posibilidad de que fuesen explorados nunca fue contemplada.

O tal vez, Estados Unidos solo estuviera tratando de “mostrar músculo, apuntarse una victoria e intimidar a todo el mundo en el planeta. A ellos no les importa el sufrimiento de los afganos ni cuánta gente perderíamos”. Esta es la opinión del muy respetado líder anti-Talibán Abdul Haq, uno de los numerosos críticos que condenaron la campaña estadounidense de bombardeo aéreo lanzada en octubre de 2001 por tratarse de “un gran retroceso” en sus esfuerzos para acabar con el Talibán desde dentro, un objetivo que ellos veían al alcance de la mano. Este parecer ha sido confirmado por Richard A. Clarke, director del Grupo de Seguridad y Contraterrorismo de la Casa Blanca con el presidente George W. Bush cuando se formularon los planes de ataque contra Afganistán. Tal como Clarke describe la reunión, cuando informó de que el ataque violaría la ley internacional, “el presidente gritó en la pequeña sala de conferencia: ‘No me importa lo que dicen los picapleitos internacionales; nosotros vamos a patear unos cuantos culos’”. El ataque también fue duramente cuestionado por la mayor organización de ayuda que trabajaba en Afganistán, que advirtió de que había millones de personas al borde de la muerte por hambre y de que las consecuencias podían ser horrendas.

Las consecuencias para la pobre Afganistán de años después todavía necesitan ser reconsideradas.

El mazazo siguiente fue para Iraq. La invasión anglo-estadounidense, totalmente desprovista de un pretexto creíble, es el crimen más importante del siglo XXI. La invasión llevó a la muerte a cientos de miles de personas en un país en el que la sociedad civil ya había sido devastada por las sanciones de Estados Unidos y Gran Bretaña, unas sanciones que fueron vistas como “genocidas” por los dos distinguidos diplomáticos encargados de administrarlas; ambos renunciaron por esta razón. La invasión produjo también millones de refugiados, destruyó la mayor parte del país y dio lugar a un enfrentamiento entre sectas que continúa desgarrando Iraq y toda la región. Es asombroso que en ciertos círculos informados y progresistas de nuestro mundillo cultural, intelectual y moral, esa invasión pueda ser llamada –con toda frivolidad– “la liberación de Iraq”.

Algunas encuestas del Petágono y el ministerio británico de Defensa revelaron que apenas el 3 por ciento de los iraquíes pensaba que el papel de Estados Unidos en Oriente Medio tenía alguna legitimidad, menos del 1 por ciento creía que las fuerzas de la “coalición” (EEUU-Inglaterra) eran útiles para su seguridad y el 80 por ciento se oponía a la presencia de fuerzas de la coalición en su país; la mayoría de estos últimos apoyaban los ataques a las tropas aliadas. Afganistán había quedado tan destruido que la posibilidad de realizar un sondeo confiable era algo impensable, pero hay indicios de que también algo parecido podía ser cierto allí. Sobre todo en Iraq, Estados Unidos sufrió una grave derrota, abandonó los objetivos oficiales que le llevaron a la guerra y dejó el país bajo la influencia del único victorioso: Irán.

La maza también golpeó en otros sitios, particularmente en Libia, donde los tres poderes imperiales tradicionales (Gran Bretaña, Francia y Estados Unidos) trabajaron para aprobar la resolución 1973 del Consejo de Seguridad e inmediatamente la violaron, convirtiéndose en la fuerza aérea de los rebeldes libios. La consecuencia fue el debilitamiento de cualquier posibilidad de arreglo negociado y pacífico; el gran aumento de las bajas (que se multiplicaron al menos por 10, según el politólogo Alan Kuperman); una Libia en ruinas y en manos de las milicias de combatientes; y, más recientemente, la provisión al Daesh de una base desde la cual puede extender el terror. Algunas propuestas diplomáticas bastante sensatas de la Unión Africana, que en principio habían sido aceptadas por la Libia de Muammar al Gadaffi, fueron ignoradas por el triunvirato imperial, como lo consigna el especialista en África Alex de Waal. Gracias a un enorme flujo de armas y yihadistas, el terror y la violencia se ha extendido desde el oeste de África hacia el Levante, mientras los ataques de la OTAN, a su vez, han puesto en marcha una avalancha de refugiados de África hacia Europa.
Otro triunfo más de una “intervención humanitaria”; como el largo y espantoso historial lo revela, no es algo insólito: apenas un regreso a los orígenes de hace 400 años.



* Esta es la primera de dos notas de que consta el trabajo; una selección extraída del nuevo libro de Noam Chomsky, Who Rules the World? (Metropolitan Books, the American Empire Project, 2016). La Parte 2 será publicada próximamente. (N. del T.)

Noam Chomsky es profesor emérito en el Departamento de Lingüística y Filosofía del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT). Es colaborador habitual de TomDispatch; entre sus libros más recientes están Hegemony or Survival y Failed States. Su sitio web es www.chomsky.info.

Fuente: http://www.tomdispatch.com/post/176137/tomgram%3A_noam_chomsky%2C_the_challenges_of_2016/#more

Esta traducción puede reproducirse libremente a condición de respetar su integridad y mencionar al autor, al traductor y Rebelión como fuente de la misma.

lunes, 16 de mayo de 2016

Te quiero papa y te extraño... me haces falta en mi vida

HOY SE CUMPLEN DOS MESES DE LA PARTIDA FICICA DE DON
MANUEL ANTONIO NUÑEZ.






Anoche estuviste en mi sueño. Paso algo que me hace pensar y sentirme mejor al respecto, saber que aunque no los veamos físicamente, nuestro ser querido sigue ahí. Ya hace apenas 2 meses que mi padre se fue.


Lo extraño tanto! En fin, necesitaba compartir esto con ustedes. No es algo fácil, todo cambia cuando se nos van, el alma duele, vivir ya es sobrevivir, pero al final ellos siempre están ahí, viéndonos, al final nos esperan y tenemos que llevarles muchos buenos recuerdos, no sólo recuerdos de nosotros llorando o quebrándonos con su partida, sino siguiendo sus huellas, su ejemplo.


Cuantos recuerdos se me vienen a la mente cada vez que visualizo tu figura, Padre mío, cuanta falta me haces, cuando pienso en todos esos momentos en que tú y yo fuimos uno, me quedo en silencio, como atascado en un rincón de mi vida del cual no quiero salir, a veces con la mirada perdida, y con lágrimas en mis ojos.


Tú mi Padre, un hombre como tantos, pero tan sencillo y humilde.


Compartimos tantas cosas, pero yo creo que siempre serán insuficientes para toda la vida que estuvimos juntos.


Te amé Padre mío por lo que eras, sé que muchas veces te lo dije, pero a veces pienso que no fueron las que te merecías, cada vez que te anunciaba visita, me esperabas afanosamente…


Cuando voy a tu tumba, me paro y observo donde estas, y las lágrimas solas caen por mi rostro, es tan difícil ver tu tumba tan sombría y húmeda por el rocío, y aquellas hojas que no dejan de caer por el viento las quito pero luego cuando voy a verte ahí están otra vez, a veces pienso que eres tu quien las coloca.





sábado, 14 de mayo de 2016

Domingo: Desde mi 62 primaveras al gran salto.

Domingo Nuñez Polanco
Desde   la 10 diez  de la noche de aquel domingo 12 de mayo de 1954 viene al mundo desde el vientre de mi madre, al mundo de la vida. Hacen 62 primaveras de mi primer contacto directo con la luz cósmica.  Desde entonces 744 meses han transcurrido de mi paso por esta galáctica, más exactamente unos 22,320 días,  tiempo suficiente y oportuno para hacer una reflexión consigo mismo: 

 “Que hecho que no debía haber hecho y que no hice que debía haber hecho”?

Existe un momento de la vida en que se juntan el coraje, la osadía, la razón, entonces uno respira profundo, contiene la respiración, camina hasta el borde del precipicio y… salta. Aquí estoy saltando hacia un desafío gigantesco, cuyo alcance ni yo mismo podría prever.

Por de pronto, salto junto a Diomedes y a un nutrido grupo de hombres y mujeres comprometidos con las mejores causas del pueblo dominicano. Nos abocamos a dar el gran salto hacia adelante con la formación y desarrollo de un espacio socio-político a lo interno y externo del PLD (M30J) impregnado de la solidez de un pensamiento humanista y patriótico frente a la ausencia de vínculos, de compromiso con los ideales.  
Estamos dando el gran salto que va de la inutilidad de la existencia a la búsqueda de un sentido a través de la coherencia y del compromiso con los demás. 

Hay que promover y  conseguir un ser humano que quiera saber lo que es bueno y lo que es malo; que se apoye en el progreso humano y científico. Un  ciudadano que rechace la cultura de la vida fácil, la búsqueda del bienestar o placer sin más, sabiendo  que no hay verdadero progreso humano, si este no se desarrolla con un fondo moral. Ahí está el gran reto,  el gran salto, pero no al vacío, sino al porvenir.


viernes, 13 de mayo de 2016

Nuestro sueño es el sueño de Juan Bosch

Por Diómedes Núñez Polanco

diomedesnp[@]gmail.com
 
El 3 de mayo pasado, el Movimiento 30 de Junio realizó un hermoso y concurrido acto en el hotel Santo Domingo Barceló, en apoyo a la reelección presidencial y vice-presidencial de Danilo Medina y Margarita Cedeño de Fernández. Compartimos con los lectores fragmentos de las palabras que pronunciamos en esa actividad:

El PLD es el espacio natural para los hombres y las mujeres que creen en la liberación, en el cambio, como lo creyó el compañero Juan Bosch, al fundarlo en 1973. El partido es la garantía de la permanencia del legado.

En lo esencial, los gobiernos del PLD y de Danilo Medina son la continuidad del pensamiento de Bosch, sobre la vida y la sociedad. Tal como pudo observarse en el documental de Guillermo Piña Contreras, con el que iniciamos este acto, sobre la vida y las ideas de nuestro maestro y líder, desde la niñez y hasta el final de sus días, su gran preocupación fue la pobreza del pueblo dominicano, cómo enfrentarla, cómo lograr mejores y mayores condiciones materiales y sociales de vida. En esa dirección han estado centradas las políticas públicas de los gobiernos peledeístas y del Presidente Medina.

No hay tiempo en este acto para detallar todo lo que se ha hecho en estos cuatro años, en favor de los sectores más vulnerables de la sociedad. Esos programas y proyectos han tenido una ruta concreta: enfrentar la miseria y la pobreza, e impulsar el crecimiento y el desarrollo. Porque la pobreza no genera cambio, transformación ni revolución; la pobreza provoca motines, rebeliones.

Solo el desarrollo de las fuerzas productivas genera cambios verdaderos; por ello se ha estado capitalizado el país: en los gobiernos del PLD y de Danilo Medina (1996-2016, excepto 2000-2004) el Producto Interno Bruto se ha triplicado y el Presupuesto Nacional se ha transformado más de 17 veces.

De todo lo que ofrece el nuevo Programa de Gobierno del PLD 2016-2020, el más emblemático es el referido La República Digital, expresión de la clara visión de Danilo sobre el tiempo presente y el porvenir: vivimos hoy no solo una época de cambios, sino especialmente un cambio de época. Así como la invención de la imprenta generó una nueva era, expresada en el esplendor del Renacimiento, la Reforma luterana y la Contrarreforma de Ignacio de Loyola, con el Concilio de Trento incluido, hoy transitamos por una época nueva: revolución tecnológica, científica y de las comunicaciones, la Internet y las redes sociales.

Pero si alguien pone en duda que los gobiernos del PLD son, en lo fundamental, la continuidad del pensamiento de Juan Bosch, le invitamos a leer lo que él respondió, en julio de 1967, a la periodista francesa Elena de la Souchere, sobre la situación económica dominicana de entonces:
“(…)Nuestro país, en términos cortos y en términos medianos y largos, se encuentra en una situación difícil. Tendríamos que aumentar nuestro producto nacional bruto en un 5 por 100 anual durante 20 años seguidos, y a los 20 años tendríamos una población de casi ocho millones de habitantes y en esa población no menos de tres millones viviendo en nivel de subsistencia. (…). ” (Revista Mundo Nuevo, No. 13: julio, París, 1967, en: Guillermo Piña Contreras, editor. En primera persona. Entrevistas con Juan Bosch, Santo Domingo, Comisión Permanente de la Feria del Libro, 2000, p. 192).

Además, Bosch se refirió a la ausencia, para la época, de infraestructuras: “Nosotros necesitaríamos una gran cantidad de canales, de carreteras, de puertos, de aeropuertos, de bancos, de escuelas técnicas, de universidades, de tendidos eléctricos, de centrales eléctricas, de acerías. Es decir, inversiones tan grandes que esperar el tiempo necesario para realizarlas resulta casi imposible, dado el ritmo de crecimiento de nuestros países y la distancia cada vez mayor en que nos vamos situando en relación con los países desarrollados.(…)”. (Ibíd., p. 195).

Y cierra sus juicios con esta perla: “(..) Lo más importante es capitalizar para poder invertir en infraestructura. Y no debemos olvidar que la más valiosa de las infraestructuras es la cabeza del hombre, es decir, la educación, y la educación requiere un largo tiempo para dar sus frutos”. (Ibídem.)
Después de leer estas declaraciones del Maestro, no puedo terminar mi participación sin citar las palabras del compañero presidente Medina, del sábado 30 de abril, al presentar el Programa de Gobierno del PLD 2016-2020, cuando al referirse a las realizaciones y a lo proyectado, expresó : “Nuestro sueño es el sueño de Juan Bosch”.

jueves, 12 de mayo de 2016

Domingo Nuñez Polanco y sus 62 primaveras







Gracias a todos los amigos y familiares que han tenido la cordialidad y la gentileza de enviarme un derroche de felicitaciones y muchas bendiciones en este 12 de mayo día de un aniversario mas de mis años de existencia. Por cierto, apropósito de estos 62 añitos que me adornan se me ocurrió compartir esto con algunos viejucos que andan por ahí de Juan Tenorio.

A los que pasan de sesenta le dicen sesentón.
Si anda pepillito lo llaman viejevo.
Yo no entro en esa jugada

Solo sé que cuando digo por ahí que no paso de 50,
nadie comenta lo contrario. 

Si, algo he aprendido en la vida, es que la edad, hoy día,
importa poco, (el amor no tiene edad) sino pregúntenle
a los viejevos que se salen del tieto
y ansían cabalgar “una potra sin bridas y sin estribos”.

La verdad que la azulita, le resolvió el problema del uso, 
abuso y desuso a los viejucos.

A mí que nadie me venga con cuento mientras más camino por la “vereda tropical” hacia el crespúsculo de mis años más me ponen caso…

EL DUARTE DE MIGUEL NÚÑEZ

DANIEL BALCÁCER: EL DUARTE DE MIGUEL NÚÑEZ

De  Juan Pablo Duarte  solo se conoce una fotografía hecha en  Caracas  en 1873 cuando el patricio contaba con 60 años de edad.  A...