El gobierno que durante dos períodos constitucionales ha presidido el doctor Leonel Fernández tiene más luces que sombras.
Se dirá que no ha podido resolver los problemas fundamentales del país, pero deja encaminadas soluciones de orden práctico que, si se persiste en ellas, permitirán al país avanzar hacia nuevos estadios de desarrollo.
Fernández ha producido una revolución legal en el país con una Constitución modelo y un conjunto de leyes que organizan al Estado de manera moderna y eficiente. Sólo necesitan tiempo para afianzarse en la cultura política del país.
Leonel ha llenado el país de obras de infraestructura y ha presidido un período de crecimiento en todos los órdenes sin precedentes. Eso se puede ver con los ojos de la cara y con los del espíritu.
En el campo de lo fundamental, ha respetado como nadie las libertades públicas. Es más, si de algo se le puede acusar en este campo es de haber sido demasiado permisivo.
Ha puesto al país en los ojos del mundo con su brillante participación en Cumbres y reuniones internacionales. El país no siente vergüenza cuando el Presidente alterna con otros jefes de Estado y de Gobierno.
Su manejo de la economía en medio de sucesivas crisis ha sido brillante y ha logrado mantener la estabilidad macroeconómica, la suficiencia alimentaria, junto a importantes programas de ayuda social.
El presidente Fernández se puede retirar tranquilo (aunque no se retira), en la seguridad de que cuenta con el aprecio agradecido del pueblo.
atejada@diariolibre.com
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