MORAL Y LUCES

MORAL Y LUCES

domingo, 13 de diciembre de 2015

Venezuela, infinita mirada

“(…) y sin sacudirse el polvo del camino, no preguntó dónde se comía ni se dormía, sino cómo se iba adonde estaba la estatua de Bolívar”, quizás sea este conocido relato de José Martí, escrito en La edad de oro, lo primero que conocí de Venezuela. A más de un siglo del paso del más universal de los cubanos estoy parado en la Plaza Bolívar, delante de la misma estatua, en el corazón del casco histórico de la capital venezolana. Este es el punto inicial de “Venezuela, infinita mirada”, una serie de crónicas fotográficas que intentará describir durante unos días la cotidianidad de este hermano país y sus panas. Comenzamos viaje.
“Cuentan que un viajero llegó un día a Caracas al anochecer, y sin sacudirse el polvo del camino, no preguntó dónde se comía ni se dormía, sino cómo se iba adonde estaba la estatua de Bolívar”. José Martí. Foto: Kaloian/Cubadebate.
"Chávez no se murió, Chávez no se murió, Chávez vive en el pueblo...", reza un cántico popular. Mural en un barrio popular de Caracas.
“Chávez no se murió, Chávez no se murió, Chávez vive en el pueblo…”, reza un cántico popular. Mural en un barrio popular de Caracas. Foto: Kaloian/Cubadebate.
Venezuela es el país con la mayor mezcla racial en América.
Venezuela es el país con la mayor mezcla racial en América. Foto: Kaloian/Cubadebate.
En la calle puede disfrutarse de un buen café venezolano.
La chicha criolla, una de las bebidas más típicas de Venezuela. Está hecha a base de leche de vaca y arroz, un poco espesa y dulce. Foto: Kaloian/Cubadebate.
Cerro La Planicie, Caracas.
Cerro La Planicie, Caracas. Foto: Kaloian/Cubadebate.
Impronta bolivariana. Foto: Kaloian Santos Cabrera.
Impronta bolivariana. Foto: Kaloian Santos Cabrera.
El dominó es uno de los esparcimientos más populares.
El dominó es uno de los esparcimientos más populares. Foto: Kaloian/Cubadebate.
Las paredes hablan. Foto: Kaloian Santos.
Las paredes hablan. Foto: Kaloian/Cubadebate.
Barbería al aire libre.
Barbería al aire libre. Foto: Kaloian/Cubadebate.
Uno de los barrios de la Gran Misión Vivienda Venezuela, que lleva ya casi un millón de casas entregadas en todo el país y la meta es alcanzar las 3 millones.
Uno de los barrios de la Gran Misión Vivienda Venezuela, que lleva ya casi un millón de casas entregadas en todo el país y la meta es alcanzar las 3 millones. Foto: Kaloian/Cubadebate.
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Músico popular tocando el cuatro venezolano o llanero, instrumento tradicional.Foto: Kaloian/Cubadebate.
Siempre hay tiempo para una buena siesta.
Siempre hay tiempo para una buena siesta. Foto: Kaloian/Cubadebate.
En la calle puede disfrutarse de un buen café venezolano,
En la calle puede disfrutarse de un buen café venezolano.Foto: Kaloian/Cubadebate.





Venezuela, infinita mirada (II)

Los ojos del Comandante Hugo Chávez miran desde otros ojos en ciudades y pueblos venezolanos, hechos esténcil, grafiti, mural, mosaico, camisetas y cuanto recurso gráfico pueda imaginarse. Esa mirada inspiradora del líder popular es la misma huella que me interpela en mi paso este país y su revolución bolivariana. Y es sabido el alma de un pueblo habla a través de los ojos de sus hijas e hijos.
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Vea la primera parte de esta entrega: Venezuela, infinita mirada

Venezuela, infinita mirada (III)

Aragua fotos Kaloian-3Va cayendo la tarde. Llego al asentamiento campesino La Natividad, en el municipio Francisco Linares Alcántara, en el estado venezolano de Aragua. Piso la tierra y mi mirada se pierde en el horizonte, entre las montañas. Quedo tan absorto con la luz que apenas me percato de que estoy en medio de un surco y de que, por mi lado, pasan hombres y mujeres camuflados de bejucos. Son campesinos en plena cosecha de caraota, esa misma legumbre a la que los cubanos llamamos frijoles.
Me encuentro en tierras que estaban en desuso hasta hace no mucho tiempo y que el gobierno bolivariano intervino para cederlas –con títulos de propiedad– a familias campesinas. Esta reforma agraria incluyó, además, maquinarias agrícolas financiadas por el Consejo Federal de Gobierno, un organismo compuesto por los Poderes Municipales, Estadales y Nacionales de la República Bolivariana de Venezuela.
Me cuentan que aquí en La Natividad en lo que va de año ya han cosechado 15 mil kilos de caraota. Importante, si tenemos en cuenta además que es uno de los alimentos básicos y populares en la mesa de los venezolanos. Pero la apuesta por apoyar un nuevo modelo socioproductivo y regional no termina ahí: Tareck El Aissami, Gobernador del estado Aragua, acaba de anunciar un fondo especial de 100 millones de bolívares para la producción agrícola en 2016.
Así se va generando un nuevo modelo productivo en todo el país ante el desabastecimiento de insumos en medio de una guerra económica y la caída sistemática de los precios del petróleo (fuente fundamental de la economía venezolana) que pasaron desde los 100 dólares por barril hasta menos de 40 dólares.
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Vea las entregas anteriores de esta serie:

Gracias, Cristina

Por: Kaloian Santos Cabrera


Despedidad de Cristina Fernández de Kirchner en Plaza de Mayo. Foto: Kaloian/Cubadebate.
Despedida de Cristina Fernández de Kirchner en Plaza de Mayo. Foto: Kaloian/Cubadebate.
Por Carolina Rosales Zeiger
–¡Vengaaan a compraaar! ¡Vengaaan a compraaar!– dice la nena colgada de la baranda de uno 

de los canteros de la Plaza de Mayo, mirando directo hacia la fuente, con un pingüino de peluche en la mano. Todavía no son las 4 de la tarde y algunos ya aprovechan el agua que entra y sale de ese centro para refrescarse pies, manos y nuca.

La nena tiene la cabeza cubierta por una remera blanca extra large con la cara de Néstor y Cristina y la inscripción “Gracias”. Lleva un short, una musculosa y un saquito negro que le tapa los hombros del sol. Está colorada por el calor que toda esa cobertura anti insolación le produce, pero no para. Sigue agitando su pingüino e invitando a la gente a que se acerque al puestito de chucherías y souvenirs varios que la mamá tiene montado en el borde del mismo cantero.

–¡Vengaaan a compraaaar!– sigue.
–¡Hola! ¿El pingüino lo vendés?– le pregunta una señora.
–¡No!– responde por instinto y por reacción. Y busca la confirmación:
–Mamá, éste no lo vendemos, ¿no?
–No, ése no.
Sigue tranquila.

Es 9 de diciembre y las familias se acercan a una plaza mansa y tranquila. Las agrupaciones –la militancia orgánica– convocó más tarde que temprano y esta vez no hay lugares de privilegio asegurados ni disputas espaciales de esas que los “sueltos” dan siempre por perdidas. La plaza se va colmando a paso lento, pesado y con cierto extrañamiento.

Un rasta llega con un equipo diminuto pero de alta potencia. Suena la renga. Al palo. Todos a sus al rededor aceptan, naturalmente.

–¿Tenés un cigarrillo?– le pregunta uno.
–Sí claro– responde.
–Disculpame, ¿qué va a pasar acá?
–Es la despedida de Cristina.
–Ah… Y… qué, ¿después toca alguna banda o algo así?
–No no, habla ella y listo.

La política directamente ligada a la cultura no es un capricho vulgar o una asociación interesada. Es que esta plaza, en los últimos años, combinó derechos humanos y música, fiestas patrias y danza, memoria y acrobacias. La idea irreversible de que sin cultura no hay identidad y sin identidad no hay lucha posible.

Pero no, esta vez no toca ninguna banda. Esta vez es el final, y el número de cierre puede ser sólo uno.

Empezando a bajar el sol, el espacio comienza a tupirse. Llegan banderas de diversas partes del conurbano con la inscripción “Resistiendo con aguante”. Son miembros de ese grupo de Facebook que ya cuenta con más de 500 mil integrantes y que se forjó durante la campaña del ballotage entre Scioli y Macri, como trinchera de contención y de relatos triunfantes. “Hoy convencí a mis suegros de que votaran a Daniel”, “Me separé de mi novia porque vota a Macri”, “La verdulera me escuchó atenta, creo que la persuadí”, contaban durante ese mes en el que los bares, colectivos y calles eran un ágora generalizado de discusión electoral.

Las banderas y remeras de la página también llegan en los pechos de los pibes que caminan solos y de las familias que mandaron a estamparlas “x 4″, y que ahora las llevan orgullosas junto al mate y la torta frita que compraron en algún puestito de Avenida de Mayo o Diagonal Norte.

Todavía no hay demasiada efusividad. El encuentro es raro: se piden abrazos y se celebra lo logrado. Hay un intento por sostener ese triunfalismo al cual el peronismo sabe abrojarse, casi mejor que nadie, pero también hay una fuerte necesidad de acompañarse en ese soltar.

Una mujer da vueltas a la fuente como si rondara junto a las madres. Tiene una piel curtida que seguramente le agrega edad, un cuerpo pesado, un cartel casero escrito con marcador indeleble que agradece a Cristina “por devolvernos la dignidad” y lágrimas en los ojos. Está llorando sola. Y es temprano. Cuando se sienta, la nena del pingüino de peluche la desconcentra de su vagar y entonces se seca los ojos y le sonríe. Más tarde volverá a llorar.

***

El acto en la Casa Rosada empezó a las 19:00 puntual. La presidenta inauguró el busto de Néstor Kirchner en medio de agradecimientos varios: a Daniel Scioli, a las organizaciones, a la militancia. El saludo al presidente Evo Morales desató una ola de aplausos especial. Más tarde la mención a Hugo Chávez Frías y a Inácio Lula da Silva como parte de “los tres mosqueteros“, junto al expresidente homenajeado, repetiría la reacción.

“Bueno, creo que hay un poco de gente que nos está esperando en la plaza”, cerró rápidamente Cristina. Y agregó, antes de salir: “Así que muchas gracias a todos y a todas”. La canción elegida para ese final fue Mariposa Pontiac, de Los Redonditos de Ricota.

Ven a mi casa suburbana / me obsesiona tu prisión
(…)
Verte feliz no es nada / es sólo un rock and roll del país
Verte feliz no es nada / es todo lo que hacemos por ti

Sin el obvio “Banderas en tu corazón“ o “Hacer un puente“, el único linkeo posible que aparece en las mentes buscadoras de porqués (¿Acaso hay algo casual en estos actos? ¿Acaso queda alguna decisión librada al azar?) es remitirse a lo que minutos después, la exmandataria diría a la plaza: “He visto muchas medidas cautelares (…) pero en mi vida pensé que iba a ver un presidente cautelar (…) No lo merecimos”. Los insultos al Poder Judicial no tardaron en hacerse escuchar. Entonces Cristina interrumpió: “Con este estado de las cosas, todos los argentinos estamos un poco en libertad condicional2. Y aclaró: “Hay que respetar la voluntad popular”.

Para ese entonces el clima en la plaza había cambiado. Las lágrimas que la entonación del himno había arrancado, como signo inequívoco de que las próximas serían horas de desconsuelo, ahora se sostenían dentro de los márgenes previos al desborde. Casi como sosteniéndola a ella: si vos no te quebrás, nosotros tampoco.

El cantito más repetido en la plaza, y que sería coreado por todo el centro porteño y en colectivos y subtes hasta, al menos, varios puntos de la ciudad, ya era el (podemos augurar: ¿simbólico? ¿histórico? ¿de esos que luego se repiten en los libros de historia?) pegadizo: “Oooh, vamos a volveeeer. A volver, a volver, vamos a volver”. Otro de los preferidos de la noche, y con la misma melodía, fue el canchero –de cancha–: “Sos cagón, sos cagón, Macri sos cagón”, cada vez que el discurso tocaba el tema del traspaso de mando.

***

–Miren que no puedo hablar mucho porque a las 12… ¡me convierto en calabaza!– fue una de las cristineadas más festejadas del acto, chicana ineludible que cosechó risas liberadoras y abrazos cómplices entre esos ojos de lágrimas contenidas. Más tarde, cuando comenzó a despedirse (“Para terminar…”) el chiste reapareció, y toda la plaza coreó:

–¡Hasta las 12! ¡Hasta las 12! ¡Hasta las 12!

Una sonrisa fina aceptó el halago. Pero entonces la sobreexcitación militante empezó a desbordar los cuerpos. Cristina empezó agradecer: habló de empoderamiento popular, de libertades, de derechos. Agradeció tanta felicidad, alegría y amor. Auguró que siempre iba a estar.

Pero ya fue difícil escuchar.

La ansiedad, la angustia, la felicidad, estallaron en los cuerpos contenidos de las (¿500 mil? ¿700 mil?) personas que colmaban la plaza y centro porteño. Una ovación tapó el fin de ese discurso y mezcló: el mensaje de arriba, con el de abajo. Como signo de, no quizá lo que fue, sino lo que dejó: una batalla discursiva con intenciones de horizontalidad. Una fusión entre arribas y abajos. “La tarea sigue, porque el lugar de un militante no es un gobierno: está junto al pueblo”, había dicho unos minutos antes.

***

La plaza se desconcentró más o menos rápidamente. Por las calles –Av. de Mayo, Diagonales, Florida, 9 de julio, subtes– seguía el coro prediciendo la vuelta. Otros, algunos, eligieron quedarse a esperar la medianoche ahí. En una parada de colectivo, una pareja charlaba.

–Yo pienso, ¿qué va a hacer la chabona ahora? Para mi va a desaparecer un tiempo, se va a guardar.
–No… va a seguir militando, ella es una militante.

(Tomado de Notas)

Un pingüino de peluche. Foto: Kaloian/Cubadebate.
Un pingüino kirchernista. Foto: Kaloian/Cubadebate.
Despedidad de Cristina Fernández de Kirchner en Plaza de Mayo. Foto: Kaloian/Cubadebate.
Despedidad de Cristina Fernández de Kirchner en Plaza de Mayo. Foto: Kaloian/Cubadebate.
Despedida de Cristina Fernández de Kirchner en Plaza de Mayo. Foto: Kaloian/Cubadebate.
Despedida de Cristina Fernández de Kirchner en Plaza de Mayo. Foto: Kaloian/Cubadebate.
Despedida de Cristina Fernández de Kirchner en Plaza de Mayo. Foto: Kaloian/Cubadebate.
Despedida de Cristina Fernández de Kirchner en Plaza de Mayo. Foto: Kaloian/Cubadebate.
Despedida de Cristina Fernández de Kirchner en Plaza de Mayo. Foto: Kaloian/Cubadebate.
Despedida de Cristina Fernández de Kirchner en Plaza de Mayo. Foto: Kaloian/Cubadebate.
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Despedida de Cristina Fernández de Kirchner en Plaza de Mayo. Foto: Kaloian/Cubadebate.
Despedida de Cristina Fernández de Kirchner en Plaza de Mayo. Foto: Kaloian/Cubadebate.
Despedida de Cristina Fernández de Kirchner en Plaza de Mayo. Foto: Kaloian/Cubadebate.
Despedida de Cristina Fernández de Kirchner en Plaza de Mayo. Foto: Kaloian/Cubadebate.
Despedida de Cristina Fernández de Kirchner en Plaza de Mayo. Foto: Kaloian/Cubadebate.
Despedida de Cristina Fernández de Kirchner en Plaza de Mayo. Foto: Kaloian/Cubadebate.
Despedida de Cristina Fernández de Kirchner en Plaza de Mayo. Foto: Kaloian/Cubadebate.
Despedida de Cristina Fernández de Kirchner en Plaza de Mayo. Foto: Kaloian/Cubadebate.
Despedida de Cristina Fernández de Kirchner en Plaza de Mayo. Foto: Kaloian/Cubadebate.
Despedida de Cristina Fernández de Kirchner en Plaza de Mayo. Foto: Kaloian/Cubadebate.
Despedida de Cristina Fernández de Kirchner en Plaza de Mayo. Foto: Kaloian/Cubadebate.
Despedida de Cristina Fernández de Kirchner en Plaza de Mayo. Foto: Kaloian/Cubadebate.
Despedida de Cristina Fernández de Kirchner en Plaza de Mayo. Foto: Kaloian/Cubadebate.
Despedida de Cristina Fernández de Kirchner en Plaza de Mayo. Foto: Kaloian/Cubadebate.
Despedida de Cristina Fernández de Kirchner en Plaza de Mayo. Foto: Kaloian/Cubadebate.
Despedida de Cristina Fernández de Kirchner en Plaza de Mayo. Foto: Kaloian/Cubadebate.
Despedida de Cristina Fernández de Kirchner en Plaza de Mayo. Foto: Kaloian/Cubadebate.

EL DUARTE DE MIGUEL NÚÑEZ

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