MORAL Y LUCES

MORAL Y LUCES

sábado, 4 de noviembre de 2017

Daniel Viglietti, el trovador que iluminó mil batallas


Daniel Viglietti, el trovador que iluminó mil batallas



Con todo lo que aún falta para desalambrar, con la enorme necesidad que tenemos de hallar esos “Trópicos” que nos ayuden a contener nuestras alegrías y nuestras tristezas, justamente ahora, Daniel Viglietti ha decidido partir y dejarnos un poco huérfanos de sus enormes trovas.

Hijo dilecto de las mejores tradiciones libertarias del Uruguay, comenzó a entonar sus “Canciones para el hombre nuevo” precisamente un año después que el Guerrillero Heroico fuera asesinado en Bolivia, y mientras en las calles de Montevideo, las balas policiales tronchaban la vida de un estudiante cuyo nombre se hizo bandera: Liber Arce. Así, anticipando lo que muy pronto sería el Pachecato y la figura tilinga de Bordaberry que le abrirían paso a la cruel dictadura, Daniel desgranó poemas que se pasaban como mensajes urgentes, de boca en boca, alumbrando de estrellas tupamaras el cielito oriental. Esto ocurría sin dudas porque “la senda está trazada” porque “la marcó el Ché” ya que en el abajo y a la izquierda de aquellos años de plomo, “el chueco Maciel” se defendía a balazos en el Cantegril para demostrar que eran tiempos de no poner más la otra mejilla.

Daniel fue acompañando con su poética forma de ver la vida lo que otros habían puesto en marcha para apurar el camino. En las calles se elevaba la épica de una lucha desigual contra el poder y eso era más que contagioso. Raúl Sendic padre era referencia de una manera de hacer política, y el flaco Viglietti traducía esas enseñanzas para que se enredaran entre las cuerdas de su guitarra. Así, “bajo un sol trafoguero” homenajeaba al combate y a los combatientes, entonando esa “llamarada” que musicó aquel estudiante de Agronomía llamado Jorge Salerno, caído luego en la toma de Pando junto a Jorge Zabalza y Alfredo Cultelli. Tres valientes decididos a hacer lo que había que hacer para que el mundo cambiara.

Después se vino la noche, y mientras el tupamaraje eran hundido en los calabozos, la orientalidad que logró sobrevivir tomó el camino del exilio. Allí también marchó Daniel, sin bajar las banderas ni doblar la espalda ante la adversidad. De esos días difíciles se agrandó su internacionalismo, poniéndole otra vez, música a las gestas de la Patria Grande. De allí el estremecido grito de “Por todo Chile” y tiempo después “El sombrero de Sandino”, en homenaje a la Nicaragua sandinista. Pero la lista se hizo enorme ya que el cancionero abarcó a Cuba Socialista, Colombia guerrillera, México y el zapatismo, Venezuela Bolivariana y todo aquel rincón del planeta donde los pueblos se erguían frente a los poderosos.

Hace muy pocos días, lo pudimos ver brillar como en sus años juveniles, trepado a un escenario en el Vallegrande boliviano, recordando los 50 años de la siembra del Che. Compartía el mismo espacio de dignidad y compromiso con Evo y los guerrilleros Urbano y Pombo. Entre un público entusiasmado y el hondear de las Whipalas, te acompañaban en los coros miles de campesinos y campesinas que apenas te escucharon trovar supieron de qué se trataba eso de “la tierra es tuya, es nuestra y de aquel”.

Te fuiste como llegaste Daniel, con la guitarra como escudo y tu coraje cantor. Muy pronto, seguramente, volverás a entregarnos tus versos junto a Violeta, a Zitarrosa y El Sabalero, mientras Benedetti leerá poemas que vayan anunciando las victorias pendientes.


Daniel Viglietti, el trovador que iluminó mil batallas
Carlos Aznárez (02-11-2017)

A Daniel Viglietti
Sólo digo compañeros
Graciela Ramírez (02-11-2017)

Proteo, la república malagueña de las letras, premio a la mejor librería cultural del país
Jesús Zotano (01-11-2017)
El reconocimiento, otorgado por el sector librero y el Ministerio de Cultura, reconoce a la mítica librería por su trayectoria y presencia en la vida cultural de la ciudad - El establecimiento, que ha desarrollado más de 600 actividades este año, también destaca por su actuación gremial

Viglietti, el trovador muerto por exceso de solidaridad
Aram Aharonian (01-11-2017)

Viglietti y un rumor en el viento…
Kintto Lucas (01-11-2017)

jueves, 2 de noviembre de 2017

Histórico diálogo Fidel Castro y Salvador Allende




Histórico diálogo entre Fidel Castro y Salvador Allende
Por estos días la televisión pública argentina difundió El Diálogo de América, charla en noviembre de 1971 entre el líder de la Revolución cubana, Fidel Castro, y el extinto presidente Salvador Allende, durante la visita de tres semanas realizada por el primero a Chile.
Una información de Prensa Latina señala que filmado por el cineasta Álvaro Covacevich y con la participación, como entrevistador, del destacado periodista chileno y asesor personal de Allende, Augusto Olivares, El Diálogo de América fue estrenado mundialmente en París en abril de 1972 como testimonio de la lucha por el proceso chileno.
Hace referencia a que el diario argentino Página 12 recuerda que sus presentadores entonces fueron el fallecido escritor y poeta chileno Pablo Neruda y el actor Marcel Marceau.
La distendida conversación tuvo lugar en los jardines de la casa presidencial, en la cual temas como la llamada Vía chilena, emprendida por la Unidad Popular (UP) para encaminar las transformaciones en el país, o la decisiva participación de la clase obrera en los procesos de cambio en una y otra sociedad, fueron analizados por ambos estadistas.
Este documental, restaurado por la televisión pública argentina fue difundido por primera vez en el país, tras ser recuperado recientemente entre el patrimonio de Covacevich, quien luego del golpe militar de 1973 se exilió en México. También se refirieron a los principales obstáculos enfrentados por la UP para llevar adelante su programa, y por la Revolución cubana para lograr su supervivencia y avanzar.
En el caso de Cuba, Fidel Castro indicó que el principal obstáculo era de orden exterior, y mencionó al imperialismo norteamericano, que ejerce, dijo, una formidable oposición, utilizando para ello armas políticas, económicas y militares, pese a lo cual no tiene -aseguró- la más remota posibilidad de aplastar a la Revolución.
Estos obstáculos, precisó Allende en aquel entonces, nacen de una oligarquía con bastante experiencia que defiende muy bien sus intereses y tiene el respaldo del imperialismo.

miércoles, 1 de noviembre de 2017

LA RESPONSABILIDAD: VALOR DE ÉXITO EN TODO PROYECTO.



Domingo Núñez Polanco

Amigos y hermanos, muy buenas tardes.
Antes de entrar  en materia permítanme confesarle algo.

Escuchando  a los colegas que me han antecedido en la palabra, por cierto han sido exposiciones brillantes y bien explicitas al alcance de ustedes, solo me resta decirle que mi tema, no mi turno, quedo suficientemente expuesto, tanto por los expositores como por la participación de ustedes en las preguntas y comentarios; de manera que mi turno  lo dedicare  a tratar otros aspectos, que si bien no tienen  relación  directa con  el tema  que me correspondía, no deja de tener cierta importancia y utilidad para lo que aquí se trata hoy.


(…) Hace un momentito hablamos de responsabilidad  y  quiero detenerme un poco  en este punto. Desde el punto vista conceptual y práctico, responsabilidad  es capacidad de percibir la obligación tanto individual como colectiva. Es la repuesta a cada situación  y esta va a depender  de la  amplitud del espíritu  de cada persona, al  rol individual que le toca cumplir, siempre en relación con la sociedad a la que pertenece, siempre la responsabilidad hace referencia a algo.

El cooperativismo o más bien la educación cooperativista  ayuda mucho  en este asunto de la responsabilidad en virtud de que la educación cooperativa  promueve la responsabilidad en cuanto que incluye saber enseñar como los otros deben ser responsables. Hacerles comprender el valor  de la responsabilidad y todas las consecuencias  que se derivan de ello, por el hecho de vivir, convivir en una sociedad.

En la experiencia práctica, el valor de la responsabilidad, en el cooperativismo, va apareciendo y se va sociabilizando a través del tiempo, del paso de los años, al ir adquiriendo la madurez moral producto de la educación en el ámbito de los principios y valores del cooperativismo, esta misma experiencia puede ser emulada por la sociedad en su conjunto.                                   

Ciertamente, esa otra responsabilidad  que entra al campo de lo existencial, la de pensar y sentir que los problemas de los otros también forman parte de los propios y aquí es donde está el punto de partida de los valores de solidaridad. Valor capital en el cooperativismo.

La educación de la responsabilidad como valor global, es pertinente precisar   que valores y actitudes se habrán de desarrollar  en los ciudadanos.
Además, la responsabilidad implica respeto por lo demás, Habrá que educar la sensibilidad  antes los problemas sociales  tanto a nivel regional como mundial.
La responsabilidad implica exigencia, esfuerzo personal para tomar iniciativas, para crear y producir ideas.
No hay tarea más digna que la de contribuir a humanizar, a hacer personas libres, autónomas, creativas, comprometidas críticamente en la elaboración de un proyecto  personal de vida valioso…

Señores, nos acercamos aceleradamente al fin de una era. Se trata de un proceso que ya se ha iniciado.

Las crisis financiera, alimentaria y ambiental están convirtiendo la vida de los seres humanos en una penuria constante. Hemos llegado al punto en el que la vida, lejos de disfrutarse, se sufre. Y se sufre más allá de la posición económica de cada uno, no sólo sufre el pobre, sino también quien tenga conciencia de la realidad social y ambiental, pues es muy difícil ser plenamente feliz, siendo consciente de que miles de niños mueren cada hora por no poder acceder a unos pocos litros de agua potable, o que muchos millones padecen hambre crónica a lo largo de toda su corta vida.

A veces pienso que esta lucha de llevar estos temas trascendentes al alcance de las grandes mayorías, no pude ni debe cesar.

Me da miedo pensar  que muchos,  después  de tanto  batallar frente a la infinita injusticia de nuestra era, corremos el riesgo de perder nuestra sensibilidad, de acorazar demasiado nuestro corazón.

Corremos el riesgo de dejar de sentir amor por el prójimo, por la madre naturaleza, por la vida, de ahí que es necesario asumir con responsabilidad la tarea de una educación en valores.

Recientemente estaba leyendo un texto y me encontré con un párrafo que sinceramente me cautivo.  No hice más que memorizarlo.  Lo voy a compartir con ustedes, ahí le va:  “Abramos nuestra mente, volvamos a sentir la lluvia en la cara y el barro en los pies. El frío, el calor. El canto de un pájaro, el perfume de una flor y el silencio. Abramos nuestro corazón y volvamos a sentir el dolor de la injusticia, de los niños que mueren de hambre y sed. Y luego volvamos a pensar cada cosa de las que como autómatas hacemos cada día. Volvamos a encontrar el sentido de nuestras vidas”

Señores, en esta  parte introductoria de mi exposición  o más bien podríamos decir de estas reflexiones que estoy compartiendo con ustedes, era necesario bordear aunque fuera de manera rápida eso de la educación y formación en valores y quiero que sepan que aquí hay mucha tela que cortar, pero eso será para otra oportunidad.

 Por un bienestar de vida

Ahora de lo que se trata y debemos hablar es de este mundo  cambiante y complejo lleno de muchas necesidades, dificultades, precariedades; ustedes mismos que son la mayoría pequeños y medianos productores, estan con el grito al cielo: Insumos caros, insuficiencia de recursos financieros para prestarlo a la agropecuaria, caminos vecinales deteriorados, problemas de comercialización  de los  rublos agrícolas, falta de asistencia  técnica y capacitación para la competitividad, así,  entre otras  diversas  inquietudes o necesidades.

Ciertamente, el hombre desde los comienzos   de la historia, desde los tiempos de Dios, ha luchado, se ha organizado, por la necesidad de cambios. En los tiempos modernos, se organiza y lucha por necesidades básicas como es tener: salud, medicina, vivienda, comida y educación…

Hay por ahí una expresión que dice: “querer es poder”,  y  eso es tan cierto como decir que hay un Dios.

Muchos de nosotros,  con frecuencia, vemos nuestros sueños, planes y proyectos, las cosas que queremos alcanzar, la vemos como algo en un mundo aparentemente lejano y extraño, difícil de alcanzar. Quiero que sepan, que en el interior de cada ser humano, dentro de cada uno de nosotros, albergamos unas energías, que si nos educamos para dominarlas, podemos tener la posibilidad de   programar el presente y cambiar el futuro, de decidir  entre la enfermedad y la salud, entre el éxito o el fracaso, entre la abundancia y las escases.  Por eso, dicen los que saben de estas cosas  que las personas no usan todo el potencial del cerebro humano. Todavía estamos a tiempo para tomar el camino correcto para mejorar nuestras condiciones de vida.  Prueba de ello es la presencia de ustedes aquí esta tarde.

Cabe preguntarnos. Porque estamos reunidos aquí? ¿Qué propósitos nos unifica para estar juntos aquí?  Organizase  en una cooperativa, para  mejorar las condiciones de vida y juntos enfrentar y buscar soluciones a los problemas que nos afectan.

Esto de formar parte de este proyecto de Coopsisagro es  un gran paso de avance en la búsqueda del camino viable y factible para alcanzar una vida de más calidad.

Ahora bien,  quiero que sepan  que el éxito del proyecto  Coopsisagro, no solo va a depender  de nosotros  que vinimos hoy aquí.  Recuerden que siempre estaremos aquí  con ustedes, repito el éxito no solo dependerá de nosotros, sino que  también va a depender de la actitud y el compromiso, la responsabilidad que cada uno de ustedes asuman  con este  proyecto que es su proyecto, un plan de bien común para beneficios de toda esta comunidad.

Fíjense ustedes como de nuevo surge la palabra responsabilidad, la importancia que tiene, si la ponemos en práctica, para hacer exitosa esta idea de la cooperativa.  Si, ciertamente, para que  este proyecto  cooperativo sea exitoso, si queremos que sea viable en esta comunidad  y más allá,  debemos asumir una postura de honestidad, de carácter, de fe, de integridad y lealtad con el proyecto, con la cooperativa.  La responsabilidad no es más que la honestidad, el carácter, la fe, la integridad y la lealtad que al mismo tiempo son las piedras angulares  que garantizan el éxito de cualquier plan, no solo el de una cooperativa, sino  en cualquiera idea en que nos embarquemos en la vida.
                                                                                                                                                   
Ojo, recuerden, Si sacrificamos algunos de estos  principios, obtendríamos para nuestro proyecto  solo una limosna de todo lo que nos puede  ofrecer.

Estoy de acuerdo con alguien que dijo: “Se alcanza la cumbre manteniéndose recto.”   Si hermanos y amigos, Con este proyecto tenemos que ser recto, asumir una actitud de compromiso  si en verdad queremos alcanzar la meta.

Desearía poder contarle la historia  de muchas   personas  aparentemente de éxito, persuasivas, talentosas  --incluso brillantes- que he oído-  Y por lo común van apenas a un paso adelante del cobrador y con frecuencia a solo dos pasos delante de la ley.  Siempre están buscando “una ventaja”, el  “dinero fácil”.   Estas personas, Jamás parecen comprender que el uso adecuado del talento propio  es lo que ayuda a avanzar, a progresar  más allá que los demás.

Aquí todos tenemos algo  de talento y virtud.

El hecho de que ustedes estén aquí, hoy sábado, dejando otros compromisos, para estar en este encuentro,   dice que en ustedes hay algo de talento, de compromiso  y cuidado si más de lo que muchos de ustedes se imaginan. Ahora bien, ese talento, esa virtud, esa fuerza que nos inspira, nos motiva para poner, por lo menos, un granito de arena en la formación de la cooperativa,  tenemos que organizarla, orientarla.  Seguir una dirección correcta. Un camino correcto.

Recuerdo ahora, una historia que le  escuché alguien contar:
Dos jóvenes se perdieron en un camino rural, vieron a un viejo granjero y detuvieron el auto para preguntarle: “Señor, Puedes decirnos a donde lleva este camino? “Sin dudar un momento, el granjero respondió: “hijos, este camino los llevara a cualquier parte del  mundo que quieran ir, con tal de que vayan en la dirección correcta”.   De modo, que el proyecto cooperativo  y otros proyectos  que  emprendamos, para ser exitoso, alcanzar la meta, debemos darle una dirección correcta.

El proyecto de la cooperativa  tenemos  que verlo como una escalera que nos conducirá  hacia la cumbre, hacia al éxito.  Donde  el brazo de la escalera,  es de donde nos agarraremos para ascender, lo cual representa: honestidad, carácter, fe, integridad y lealtad. Cada escalón de esa escalera, son pasos que tenemos que dar, bien seguro, claro y bien orientado, para no pisar en falso, para esta ocasión vamos asumir que la escalera tiene seis  pasos: Imagen propia, su relación con otros, objetivos, actitud, trabajo, deseo.

Siempre el ser humano desea tener: amistades, crecimiento, salud, dinero, felicidad, paz, seguridad, tiempo libre, oportunidad, amor. Estas son las motivaciones primarias que todo ser humano considera vitales para su existencia.  Por lo tanto, hay que definir muy bien y darle una fuerte orientación  hacia los objetivos; que queremos? Y como lo lograremos?

De la misma manera que para construir  una casa se necesita un plan, así mismo  se necesita para formar una organización, incluso hasta para  construir una vida.

De manera pues  que si asumimos  actitud mental “correcta” y estar dispuesto a trabajar comprobaremos  lo que siempre sea expresado:” El precio del éxito es mucho más bajo que el del fracaso”.

Sucede que dentro de nosotros y dentro del propio grupo hay fuerzas poderosas que si la usamos correctamente, si nos organizamos debidamente podemos hacer grandes cosas.

Y volviendo con las historias, les contare una que leí hace varios días:”En una ciudad de los  EEUU, Oklahoma  en la propiedad de  un viejo Indio   apareció petróleo.  Buen indio, ya rico se compró un cadillac, dentro del auto, en su motor, se encontraban cien caballos de fuerza  --listos, dispuestos, capaces y ansiosos por arrancar--, pero el viejo, al no saber conducir el auto  utilizaba solo dos caballos, animales, para arrastrar el auto, como si fuera  una carreta, así se paseaba por el pueblo, solo con dos caballos en el exterior; cuando en realidad  el cadillac  tenía en su interior 100 caballos.  Muchas personas cometen el mismo error de buscar afuera dos caballos  cuando en realidad  adentro tienen más de cien.

Eso es tan así que alguien dijo una vez: “la mayor tragedia de América no es el gran desperdicio de recursos naturales, aunque ya es trágico. La mayor tragedia es el desperdicio de recursos humanos”.  Por igual un gran músico Norte Americano en una ocasión dijo: “que las personas promedio llega a la tumba llevando todavía su propia música sin tocar.

Así, las melodías más hermosas de todas son aquellas que no se han interpretado”.

Hermanos y compañeros, finalmente permítanme hablarle de la significación de una educación en valores.

Señores, en estos momentos esperanzadores  pero preocupantes de la historia de este nuevo siglo, asistimos al fenómeno de la “globalización” tanto económica como cultural, donde se nos quiere imponer  un  “pensamiento único” para legitimar  su justificación. Se intenta  acuñar en   las conciencias de millones de seres humanos, utilizando poderosísimos  resortes  de influencia, persuasión, manipulación, como  nunca se conocieron en la historia de la humanidad; nos referimos  a  los medios masivos de comunicación, la tv, la radio, los medios impresos, etc.

Urgente  es la necesidad imperiosa de promover el conocimiento sobre un tema  tan trascendente, cuando la sociedad necesita  cambios  profundos en función de hacer emerger un nuevo  modo de vida, para enfrentar la globalización, la puericultura, y las  transformaciones  que la posmodernidad  impone con su ausencia de valores  éticos.

El compromiso de los que tenemos funciones de dirigir, es asumir la tarea  de educadores  como tales  para ayudar a desvelar, discernir, alertar, patentar, poner a prueba  los valores y anti valores, de  forma crítica y constructiva.

Quizás algunos de ustedes estén pensando que nos estamos metiendo para lo hondo, una especie de filosofar profundo con el tema que hemos improvisado aquí esta tarde.  Pero, sucede que el tema de por si, por su naturaleza  es profundo; ahora, lo que nos corresponde  es hacer un esfuerzo para ponerlo al  alcance de ustedes. Óiganme, la dinámica actual  del  hombre en esta  compleja  sociedad  de hoy día, lo envuelve en una   vorágine desconcertante que lo hace dudar de cuál será la meta  para obtener la plenitud de vida total  a la que todos aspiramos. Es precisamente  aquí, en este punto  de desconcierto, de frustración, de futuro incierto, de las pérdidas  de las esperanzas  que experimentan las personas, donde la puerca retuerce el rabo. En este punto crítico, donde al  ciudadano  lo asalta la desconfianza, lo hace dudar de todos y de todas  las propuestas  para un cambio de vida. Es aquí donde los lideres, los comprometidos  con las sanas y buenas causas de la sociedad  tienen que asumir con responsabilidad  su papel  de orientadores.
Educar  en valores y asumir principios de vida  con procederes que den coherencia  al pensar y a la acción dando  prioridad  a las necesidades existenciales del hombre los cuales abarcan mucho más allá del ámbito del conocimiento.

Amigos míos, esto no es tan complicado de entender, solo poner le un poquito  de atención  y pensar en nuestra cotidianidad, en nuestro entorno, en nuestra gente, nuestros vecinos, amigos, el pulpero de la esquina, en el cura, el maestro, el policía, en fin de todo lo que está a nuestro alcance.

Hablamos de educación en valores  y de necesidades existenciales de los hombres y quiero que sepan que esto no es nada del otro mundo. Educar en valores no es más que contribuir al desarrollo global  de cada persona: que aprendan cuidar y desarrollar su mente, su inteligencia; desde el pun de vista humano, sientan sensibilidad por el débil, el sufrido; adquieran responsabilidad individual, espiritualidad y sentido  estético de la vida. Es decir, una educación ciudadana, con sentido para enseñar a vivir y a convivir. Una formación que contribuya a sacarnos de este vivir  de la inmediatez, para profundizar en las raíces de los principios universales, familiares y personales.

Educar el conocimiento y a la vez el interior de las personas. Las necesidades existenciales del hombre no son más que educarlo para la vida, a motivarlo a escudriñar  lo valioso que tiene el vivir, y enrumbarlo por un camino de compromiso  hacia la consecución de sus más elevados ideales.

Debemos preocuparnos y conseguir el surgimiento de un hombre nuevo, para una nueva sociedad, por medio de una adecuada educación formativa.


Muchas gracias.

sábado, 28 de octubre de 2017

La unidad de los pueblos centroamericanos/Juan Bosch

Una lección de la Historia: la unidad de los pueblos centroamericanos/Juan Bosch

23NOV
English: Locator map for Costa Rica, El Salvad...
English: Locator map for Costa Rica, El Salvador, Guatemala, Honduras and Nicaragua. Nederlands: Localisatiekaart voor Costa Rica, El Salvador, Guatemala, Honduras en Nicaragua. (Photo credit: Wikipedia)
No hay manera de medir la intensidad y la extensión de los vínculos que unen a los pueblos de América Latina, y sin tomar en cuenta esa fuerza unitaria es muy difícil, sino imposible, dar con la fórmula capaz de hacer respetable y eficaz cualquier plan político que se elabore con la intención de aplicarlo en un país latinoamericano. Por ejemplo, la idea de que un peruano se desentienda de lo que sucede en Uruguay o en Nicaragua porque esos países no tienen comercio con Perú carece de validez a la hora de formar un criterio político debido a que un peruano de posición izquierdista se sentirá unido a un nicaragüense o un Uruguayo que compartan esa posición así como un peruano de derechas le ocurrirá lo mismo con nicaragüenses y uruguayos que compartan la suya.
Algo similar sucede en todos los casos de afinidad política. Un boliviano, un angolano, un mexicano de izquierdas se sentían partidarios de los vietnamitas que luchaban en su país contras norteamericanos, coreanos del sur, australianos, neozelandeses y sudvienamitas en los años de 1960 y tantos, y en cambio un boliviano, un angolano, un mexicano de derechas apoyaban con toda su alma a los sudvienamitas y a los aliados que Estados Unidos había llevado a combatir contra los defensores de la independencia de Viet Nam.
Ahora bien, en el caso de los latinoamericanos el sentimiento unitario no requiere, para manifestarse en alguna forma, del estímulo de una Guerra, y por tanto no se limita al terreno político aunque cuando se da en ese campo se define políticamente y entonces pasa a ser dominante en ese sentido. Una música, un cantar, una danza identifican a dos latinoamericanos nacidos en países muy alejados entre sí; los identifican y los unen sin que en ese movimiento de sus almas hacia la unidad juegue un papel la posición política; pero si además de su identificación latinoamericanista se produce también la de carácter político, entonces el vínculo que los une pasa a ser múltiple y por tanto más poderoso que el que es de origen puramente político. Hasta dónde es verdad lo que acaba de decirse lo prueba una experiencia que a personas no latinoamericanas podría parecerles inaplicable o fantasiosa.
A Principios de 1975 el autor de estas líneas se hallaba en el edificio de correos de Barcelona, la capital de Cataluña, cuando se le acercó un anciano y le preguntó dónde podría él tomar un tranvía que lo llevara a Montjuich. Al oírnos hablar el anciano captó en la respuesta una entonación no hispánica y de inmediato interrogó:”Usted, ¿de dónde es? ¿Es de América? “ De la República Dominicana”, dijimos. Al interlocutor se le iluminaron los ojos y se acercó a nosotros con aire de persona deslumbrada a la vez que exclamaba casi a gritos: “¡ Yo soy de Barranquilla! ¡Somos del mismo mar; somos del mismo mar!”.
Si nos sentimos identificados porque las tierras en que hemos nacido son mojadas por un mismo mar, mucho más nos identifican todas las experiencias culturales que forman el conjunto de la latinoamericanidad, empezando por la lengua. Esos valores culturales pueden parecer subjetivos, pero son subjetivos; tanto lo son que en el caso de la danza podemos verla y en el de la música podemos oírla. Subjetivos son, sin embargo, los hechos históricos a pesar de que sabemos que sucedieron y por tanto fueron objetivos en el momento en que eran ejecutados; y ocurre que esos valores subjetivos, y de manera muy concreta los hechos históricos que llevaron a cabo los pueblos y sus líderes, forman uno de los componentes más fuertes de los vínculos que unen a los latinoamericanos de habla española. Se nombra a Martí o a Bolívar y todos sentimos que se está hablando de dos fundadores de la Patria mayor.
Pero si lo que hemos dicho es verdad para los hijos de los países de la América Hispánica, sean blancos, indios, negros o mestizos, en el caso de los costarricenses, los nicaragüenses, los salvadoreños, los hondureños, los guatemaltecos, es verdad por partida doble porque además de latinoamericanos ellos son centroamericanos, que es una identidad sin menoscabo de la primera. ¿Cómo se explica lo que acabamos de decir?
Se explica porque los cinco países que forman hace poco la zona del Caribe llamada Centroamérica o América Central –ahora con Belice, son seis—fueron durante tres siglos uno solo, la Capitanía General de Guatemala.(También era parte de esa Capitanía la intendencia de Chiapas, que se unió a México poco antes de que las autoridades guatemaltecas tomaran la decisión de separarse de España). Esa pertenencia Tricentenaria Al Reino de Guatemala dejó un rastro bien marcado en el hecho de que la propia Guatemala, Honduras, El Salvador, Nicaragua y Costa Rica Celebran el día de su independencia el 15 de septiembre, que fue la fecha del año 1821 en que Guatemala declaró su separación de España; y Guatemala era, en ese momento, la suma de los cinco países.
Curiosamente, la lucha de Guatemala por su independencia no comenzó en la ciudad de ese nombre, que era la cabeza de la Capitanía General; empezó en la provincia de El Salvador en los primeros días de noviembre de 1811; se produjo en la provincia de Nicaragua el 22de diciembre y en la de Honduras al comenzar el año 1812, y en los tres casos el movimiento fue aplastado por enviadas desde Guatemala. El 5 de enero de 1822 Guatemala se adhirió al plan de iguala que había proclamado en México el general Agustín de Iturbide cuyos puntos básicos eran los siguientes: México sería una monarquía constitucional y la corona se le ofrecía a Fernando VII, rey de España, pero el país sería independiente de España, y la religión del Estado sería la católica. Al conocer la adhesión guatemalteca a su plan, Iturbide despachó hacia Guatemala un ejército que debió seguir hacia El Salvador porque en esa provincia no fue aceptada la incorporación de la Antigua Capitanía General a Méjico.
Al cabo de un año de luchas en El Salvador el ejército mejicano tuvo que retirarse y el 24 de junio de 1823 se reunió en la ciudad de Guatemala un congreso que el día 1 de Julio proclamó la creación de las provincias Unidas de Centroamérica “libres e independientes de la Antigua España, de Méjico y de cualquiera otra potencia”. El 15 de abril de 1825 fue jurada la constitución de la República Federal Centroamericana formada por cinco estados que eligieron gobiernos, cada uno encabezado por un presidente, y en 1838, con la declaración de independencia de Nicaragua, comenzó la disolución de la República Federal que quedó desintegrada al abandonarla El Salvador en el 1841.
Pero esa disolución no significó la desaparición de la unidad de los pueblos, como quedó demostrado cuando el aventurero norteamericano William Walker se adueñó de Nicaragua y se declaró presidente de ese país. En esa hora de consternación para los nicaragüenses acudieron en su defensa los gobiernos de Costa Rica, El Salvador y Guatemala, todos los cuales mandaron hombres y armas a combatir a los filibusteros de Walker, y lo hicieron con tanto coraje que los echaron de Nicaragua.
La victoria centroamericana se había ganado al finalizar el mes de abril de 1857, y en ella no habían tomado parte los hondureños, pero tres años y medio después William Walker murió en la horca que le levantaron los hondureños en la ciudad de Trujillo. Sólo a los que ignoran el peso de esos hechos en el alma de los pueblos de Centroamérica se le puede ocurrir la peregrina idea de que un nicaragüense comete delito si les da ayuda al pueblo de El Salvador, Costa Rica, Guatemala o al de Honduras.
15 de noviembre de 1981.
33 Artículos de Temas Políticos, Primera Edición, 1988, páginas 163 a 167.

Acerca de EL PROFESOR

El movimiento 30 de junio se define como un amplio movimiento democrático y progresista, en una concepción de progreso de la sociedad y que abandera como principios irrenunciables la promoción de los valores históricos, culturales, socioeconómicos y humanistas de la República dominicana. El movimiento 30 de junio tiene por misión reivindicar los valores éticos, morales y democráticos promovidos por el Profesor Juan Bosch como base fundamental para el desarrollo socioeconómico Y cultural de la República Dominicana. En este sentido, responder a las necesidades de los diferentes sectores de la población, enriquecer la plataforma social de nuestro liderato y posicionar al movimiento en la competencia política. En una visión de perspectiva histórica se propone estructurar a nivel nacional una corriente ideológica denominada Movimiento 30 de Junio que tenga como propósito diseñar e implementar iniciativas, planes y proyectos que sean políticamente factible, socialmente aceptables y moralmente viables para promover el desarrollo del país en un ambiente sano, de respeto por la vida y la naturaleza.

DOMINGO POR LOS CAMINOS DE LA PATRIA



DOMINGO NUÑEZ POR LOS CAMINOS DE LA PATRIA TRABAJANDO JUNTO A LAS COMUNIDADES SEMBRANDO PATRIA Y HUMANIDAD.


EL DUARTE DE MIGUEL NÚÑEZ

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