MORAL Y LUCES

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lunes, 4 de abril de 2016

El nuevo escándalo: Los papeles de Panamá


Los papeles de Panamá, el nuevo escándalo de evasión fiscal que conmociona al mundo

El presidente de Argentina, Mauricio Macri; su par ucraniano Petro Porochenko, así como el astro de futbol Lionel Messi figuran entre unas 140 personalidades, de 50 países, que aparecen como titulares o vinculados con cuentas bancarias en paraísos fiscales, según un enorme caudal de documentos pertenecientes al despacho de abogados panameño Mossack Fonseca, importante generador de sociedades offshore a escala mundial, que fueron filtrados y dados a conocer por el Consorcio Internacional de Periodismo de Investigación (ICIJ, por sus siglas en inglés), informó ayer el diario alemán Süddeutsche Zeitung.

La documentación, filtrada bajo el nombre de Los papeles de Panamá, Panama papers, fue enviada por una fuente anónima al Süddeutsche Zeitung hace más de un año. El rotativo compartió los más 11.5 millones de documentos, unos 2.6 terabytes de información, con más de 100 organizaciones de prensa de 78 países.

El ICIJ, organización sin fines de lucro con base en Washington, tenía experiencia en coordinar otros proyectos de investigación de este tipo, como Lux-Leaks y Swiss-Leaks, en los que también participó el Süddeutsche Zeitung.

Los papeles de Panamá contienen varias veces más información que los datos publicados por Wikileaks en 2013, que expusieron las finanzas de individuos prominentes.

Se trata de e-mails, pdfs y material fotográfico, así como de extractos bancarios internos de Mossack Fonseca, que se extienden desde la década de los años 70 del siglo pasado hasta comienzos de 2016, en los que aparecen 72 gobernantes o ex gobernantes, que se cuentan entre un total de 128 políticos de distintas esferas gubernamentales; 61 familiares o socios cercanos a líderes políticos y futbolistas, empresarios, actores, criminales y otras personalidades públicas.

Los papeles de Panamá “permiten una mirada sin precedentes al interior del mundo de las cuentas ultramarinas, proveyendo detalles diarios, década a década, de cómo fluye el dinero ‘oscuro’ a través del sistema financiero global, alimentando el crimen y despojando a las tesorerías nacionales de ingresos por impuestos”, dijo el ICIJ.

La investigación revela que socios y familiares del ex presidente de egipto Hosni Mubarak, el presidente sirio Bashar Al Assad y el asesinado ex líder libio Muamar Kadafi generaron sociedades offshore, es decir, constituidas fuera del país de residencia con el fin de evitar pagar impuestos.

El Kremlin

Dos aliados cercanos al presidente ruso Vladimir Putin aparecen vinculados a una supuesta cadena de lavado de dinero en la que por lo menos mil millones de dólares se enviaron del Banco Rossiya a una compañía offshore llamada Sandalwood, creada por el despacho Mossack Fonseca.

El Banco Rossiya se ubica en San Petesburgo y está encabezado por Yuri Kovalchuk, cercano a Putin. En todo caso, el nombre del premier ruso no aparece en los documentos filtrados. Sin embargo, los medios occidentales han abordado el escándalo centrando la atención en el presidente ruso. 

El Kremlin dijo la semana pasada que preveía lo que llamó un ataque de información. El portavoz de Putin, Dimitri Peskov, señaló que había recibido una serie de preguntas hechas de manera descortés por una organización que, dijo, trataba de difamar a Putin.

Argentina

De acuerdo con las filtraciones, Macri integró junto a su padre, Franco, y su hermano Mariano el directorio de la compañía offshore Fleg Trading, registrada en Bahamas entre 1998 y 2009, y que al ser elegido jefe de gobierno de Buenos Aires, en 2007, no incluyó en sus declaraciones juradas su conexión con la firma, aseguró Página 12.

El mandatario no declaró Fleg Trading como activo por no tener participación de capital en ella y porque la compañía estaba vinculada con el grupo empresarial de su familia, replicó el portavoz de Macri, Iván Pavlovsky.

En la investigación figura además Néstor Grindetti, ex ministro porteño de Hacienda durante el gobierno de Macri y actual alcalde de Lanús, que operó offshore entre julio de 2010 y julio de 2013, refirió el diario La Nación, que tuvo acceso a los documentos.

En el informe del ICIJ se menciona a ex dirigentes y empresarios vinculados al kirchnerimo. Entre ellos el secretario privado del fallecido ex presidente Néstor Kirchner, Daniel Muñoz, quien estuvo activo en el paraíso fiscal de las Islas Vírgenes Británicas a partir de 2013, cuando ya estaba fuera de la función pública.

Venezuela

Un ex jefe de seguridad del fallecido ex presidente venezolano Hugo Chávez y un auditor de Pdvsa figuran en Los papeles de Panamá, indicaron los portales venezolanos ArmandoInfo, Runrunes y El pitazo.

El primer caso es el del capitán retirado del ejército Adrián Velázquez, quien fue guardia personal de Chávez y abrió una compañía de millones de dólares en un paraíso fiscal en Seychelles.

Jesús Villanueva, auditor de la estatal petrolera Petróleos de Venezuela SA (Pdvsa) cuando era dirigida por Rafael Ramírez –actual embajador de Venezuela ante la Organización de Naciones Unidas–, desvió fondos millonarios a una empresa en Panamá.

Deportistas

Otros que aparecen en la investigación son: el futbolista Lionel Messi, quien junto a su padre Jorge Horacio es dueño de la compañía Mega Star Enterprises, en Panamá; el presidente de la Unión de Federaciones de Futbol Europeas (UEFA), Michel Platini; el futbolista chileno Iván Zamorano, los argentinos Leonardo Ulloa y Gabriel Heize. También se menciona al uruguayo Pedro Damiani, presidente de Peñarol y miembro de la comisión de ética de la FIFA, afirmó Página 12.

De inmediato trascendió que Messi presentará este lunes una denuncia contra el ICIJ y el rotativo Süddeutsche Zeitung.

Islandia y otros

Las filtraciones incluyen además al primer ministro islandés Sigmundur Gunnlaugsson; al primer ministro de Georgia; al rey de Arabia Saudita; al presidente de Ucrania; a Pilar de Borbón, hermana del rey emérito de España, y al director de cine español Pedro Almodóvar.

El periódico británico The Guardian, que participó en la investigación, publicó un video en su portal ayer por la noche que muestra una entrevista con Gunnlaugsson. Durante la entrevista se pregunta al primer ministro islandés sobre una compañía llamada Wintris. El premier responde que sus transacciones son limpias, y luego suspende la entrevista.

La respuesta de Mossack Fonseca

Esto es un crimen, un delito, dijo Ramón Fonseca Mora, director y miembro fundador de Mossack Fonseca, en diálogo telefónico con Afp. Hay un ataque contra Panamá porque a algunos países no les gusta que seamos bien competitivos para atraer empresas, dijo sin dar a conocer más detalles.

Hay dos maneras de ver el mundo: la primera es ser competitivo y la segunda es ser impositivo, y hay una guerra entre los países abiertos como Panamá, que estamos creciendo a 6 por ciento, y países impositivos que quieren imponer más y más impuestos a sus empresas y ciudadanos, indicó.

Fonseca dejó en marzo sus cargos de ministro consejero del actual gobierno del mandatario panameño Juan Carlos Varela y de presidente encargado del derechista Partido Panameñista, tras la aparición de publicaciones en las que vinculaban a su firma con los escándalos de corrupción en Brasil.

Según Fonseca, la firma de abogados sufrió un “hackeo limitado” y, aunque sospechan quién pudo ser, evitó acusar a alguien por falta de pruebas. La privacidad es un derecho humano fundamental que está siendo cada vez más despreciado en el mundo moderno. Toda persona tiene derecho a su privacidad, sea un rey o un mendigo, concluyó Fonseca.

El gobierno de Panamá se dijo dispuesto a cooperar vigorosamente con la justicia, y el mandatario ecuatoriano Rafael Correa declaró al cierre de esta edición que van a salir maravillas de Los papeles de Panamá, que pueden consultarse en https://panamapapers.icij.org/



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Ho Chi Minh y la lucha contra los imperialismos japonés, francés y estadounidense

HISTORIA
por Marta Rojas

En ocasión de la próxima celebración del XXX aniversario de la liberación de Saigón, publicamos una presentación de la vida y obra del fundador del Vietnam: Ho Chi Minh. Rechazando todos los compromisos en los que se extravió una parte de su generación, combatió al imperialismo sin descanso, ya fuera japonés, francés o estadounidense. Ha trascendido como uno de los mayores símbolos de la lucha por la libertad en el siglo XX.



Ho Chi Minh saluda al presidente francés Georges Bidault en 1946 tras el reconocimiento por Francia de la República Democrática de Viernam del Norte


Nadie podía imaginarse el 2 de septiembre de 1945 que aquel hombre menudo de cuerpo y barba entrecana, llamado por varios nombres, entre otros Ho Chi Minh —aquel que quedaría tejido indisolublemente en la historia del mundo— sería uno de los personajes más extraordinarios del Asia en el siglo XX.

Aquel día de septiembre, desde la Plaza Ba Dinh, en el centro de la ciudad de Hanoi, al Norte de Vietnam y capital del país, Ho Chi Minh proclamaba al mundo la creación de la República Democrática de Vietnam. El tiempo, bastante breve, a partir de ese día, permitiría conocer las dotes extraordinarias del revolucionario como táctico y estratega. Era un renovador de su tiempo, ya se sabía; al menos en París, Moscú, China, y en su propio país, aunque no el alcance de su visión, tenacidad y poder de aunar a todo un pueblo para una lucha muy grande contra los fuertes reductos del colonialismo francés, y más tarde contra el poderoso imperialismo. Pero su visión y capacidad de estratega asombrarían al mundo.

Hay vistas cinematográficas de la época que dan fe de aquella imagen de la Plaza Ba Dinh, atestada de gente, escuchando a Ho Chi Minh proclamar a la República, desde un micrófono, de armazón circular. Terminaba la Segunda Guerra Mundial. Los aliados habían derrotado a los nazis, la Francia, metrópoli de muchos países de ultramar, de cierto modo también era liberada, el General De Gaulle era el Gran Héroe de la Resistencia.

Ese fue el momento táctico para que el revolucionario Ai Quog, u Ho Chi Minh, asumiera todo el poder de su liderazgo entre su pueblo y proclamara la independencia del país, de Norte a Sur. Dicho sea de paso que Vietnam acababa de sufrir una cruenta contienda frente a los japoneses, envalentonado como parte central del eje Roma-Berlín-Tokio, dispuesto a apoderarse del universo.

También Vietnam sufría una espantosa hambruna. Perecían millones de vietnamitas. Ocupada Francia por Alemania, ni siquiera un ápice de contribución, como metrópoli interesada en la colonia estratégicamente ubicada en el Sudeste de Asia, al Sur de China, podía ofrecerle para aminorar la hambruna.

Así era, a grandes rasgos, la situación de Vietnam cuando Ho Chi Minh, y sus compañeros del Partido Comunista de Indochina y luego de Vietnam, fundado por él, proclamó una república soberana e independiente, dispuesta a ayudar a liberar a sus hermanos de las colonias de Laos y Cambodia, en su momento más inmediato posible.

No se puede hablar con responsabilidad de la fundación de la República Democrática de Vietnam —hoy República Socialista de Vietnam— sin hacer énfasis en la sabiduría política y el conocimiento de la vida de las colonias que tenía Ho Chi Minh.

En los años más jóvenes, en París, fue uno de los fundadores del Partido Comunista Francés y en el seno de la organización abogó por la liberación de las colonias francesas en ultramar, para el asombro de sus camaradas, aunque muchos lo comprendieron finalmente.

El conocía a ojos vista la situación de las colonias, incluso en Africa, por sus viajes como pinche de cocina y marinero simple a bordo de un barco carguero que tocaba esos puertos, entonces tendría veintidós años. Viviría vejámenes también a bordo de un barco de guerra francés que fondeaba en la rada de Shameen, en la concesión francesa de Cantón.

Como se ha dicho vivió en París, como periodista y retratista. Fue un lector insaciable. Entonces era el joven Nguyen Ai Quoc, quien, en 1923, viajó de París a Moscú para asistir el 5º Congreso Internacional Comunista como delegado del Partido Comunista Francés, que ya se preocupaba por el movimiento revolucionario en las colonias. De allí salió a una nueva misión, tomar partido en la revolución China, y atizar el movimiento revolucionario en su país, Vietnam. Su primer paso fue fundar la Asociación de Jóvenes Revolucionarios de Vietnam. Más tarde sufriría prisión y sería dado por muerto en China, pero no lo estaba y regresó a Vietnam.

Esta somera idea de su quehacer revolucionario está destinada a sustentar la gran verdad: Ho Chi Minh era un hombre de ideas muy avanzadas, avaladas por experiencia de lucha y conocimiento de su mundo en la época que le tocó vivir, desde su más temprana juventud. Era un hombre de letras, hijo de un maestro y maestro él mismo, que dominaba la lengua vietnamita, la lengua y escritura china, el francés de la metrópoli y podía entenderse perfectamente en ruso. 
Dicho sea de paso, cuando unos meses antes de su muerte lo entrevistamos en Hanoi, nos dio la bienvenida y el saludo de despedida en perfecto español que, según dijo, en las estancias en tantos puertos, aprendió algunas palabras en español.

Aún se vivía la alegría de la victoria de los aliados y la metrópoli —Francia—, como tal, y estimulada por los Estados Unidos se propuso retomar las colonias. Vietnam la primera. Ya con esto se iniciaba una guerra impresionante, de aquel pueblo hambreado y apenas armado contra el ejército colonial apoyado por el victorioso ejército norteamericano.

Esto no sorprendió a Ho Chi Minh y sus cercanos colaboradores, el luego legendario general Giap, Phan Van Dong, Le Duan y otros. Un ejército popular de campesinos, en su inmensa mayoría, debía hacerle frente al poderío de las fuerzas de reconquista. Y así fue. La lucha se expandió por el Norte y Sur de Vietnam, pero sería en Dien Bien Phu donde las fuerzas coloniales mejor preparadas para la época sufrieron, en 1954, el descalabro total. Los vietnamitas llegaron a entrar al despacho del general francés que los dirigía y tomarlo preso.


Ho Chi Minh (a la derecha), en compañía de Vo Nguyen Giap, quizás el mayor estratega militar del siglo XX

Parecería que a partir de esa colosal victoria Vietnam podría desarrollarse y vivir en paz como una sola familia, según había sido siempre, de Norte a Sur. Mas, las alianzas no terminadas, en este sentido y época, entre Estados Unidos y Francia, apoyadas por un grupo enriquecido de traidores vietnamitas forzaron a cambiar las cosas.

En virtud de los acuerdos del fin de la guerra y con ella el fin del colonialismo francés en Vietnam, las tropas de la metrópoli debían reunirse al Sur del Paralelo 17 para salir hacia su país. Había un tiempo estipulado para el movimiento de dichas tropas, y nada perezosos los norteamericanos apoyaron al gobierno «provisional» sudvietnamita, con armas y dinero a chorros para que se hicieran fuertes y quedara dividido Vietnam.

Al Norte, la República Democrática de Vietnam, con su capital en Hanoi. Al Sur la República de Vietnam del Sur, con su capital en Saigón. La maniobra no resultó fácil, pero el poder era inmenso frente al Norte que luchaba aún contra el hambre y tenazmente a favor de la preparación de un ejército que pudiera hacer frente a cualquier amenazaba. Y sumado a esto los ideales de Ho Chi Minh y la vanguardia del Partido Comunista de Vietnam: educación para el pueblo, mejoras de todo tipo —las posibles— unidad del pueblo, no importaban las asociaciones religiosas ni las etnias montañesas; fortalecimiento de las instituciones administrativas y desarrollo de la incipiente industria, comenzando por la energía —el carbón— y los puertos, entre otras premisas básicas.

Paralelamente Ho Chi Minh y el Partido Comunista en la RDV tomaron en sus manos esas ideas por las cuales habían luchado. No tardarían en saber que gente revolucionaria del Sur se organizaba en guerrillas. Estos revolucionarios fueron apoyados, Ho Chi Minh en persona recibió a una mujer, Nguyen Thi Dinh, de la zona de Bentré, y se estableció un puente que se desarrollaría vertiginosamente y por caminos impensados por el enemigo, un real camino, el famoso y nunca conocido por el enemigo «Camino Ho Chi Minh», que atravesaba ríos, montañas, selvas al parecer impenetrables.

La guerra de liberación del Sur ya era un hecho. La divisa de Ho Chi Minh: la misma desde el inicio: Un solo Vietnam. Artificialmente dividido, Vietnam debía reunificarse.

Fue la guerra más genocida, conocida en el siglo XX, de una potencia contra un pequeño país. De un ejército sofisticado, compuesto por fuerzas aéreas, marítimas, terrestres, armas químicas, bombas de fragmentación, agente naranja, fósforo vivo, napalm y hasta una cortina electrónica que fue burlada rápida e ingeniosamente por los vietnamitas, se emplearon por más de diez años contra Vietnam del Sur, y contra la República Democrática de Vietnam, el ensañamiento fue aéreo. Un resumen mesurado de las víctimas vietnamitas sería de dos millones.

En cuanto a las fuerzas norteamericanas, tantos miles que estremecieron al imperio. «El síndrome de Vietnam», «inspiró» los filmes de la cinematografía. La guerra en Vietnam produjo las imágenes más brutales que hasta entonces pudieran verse en una guerra tan desigual. Contra bombardeos indiscriminados, los vietnamitas usaron elementos que incluían trampas de bambú en la selva, que aterrorizaban a los bien pertrechados soldados estadounidenses, o domesticaban avispas —no es un chiste— es real. A esto Ho Chi Minh lo llamó táctica y estratégicamente hablando: La guerra de todo el pueblo por la salvación nacional, la libertad, la soberanía y la reunificación. De ahí salió una 
doctrina militar.


La población civil, primera víctima de los bombardeos norteamericanos masivos, mediante bombarderos estratégicos, durante todo el conflicto

La República Democrática de Vietnam, fundada el 2 de septiembre de 1945, se haría no sólo una realidad teórica sino firme e indestructible. Un buen día, el 30 de septiembre de 1975, hace 30 años, los televisores del mundo vieron un espectáculo sin precedentes: las tropas elites de Estados Unidos corrían despavoridas por las azoteas y cuanto sitio pudiera posarse un helicóptero para agarrarse de sus patines, o de cualquier parte, y huir de Vietnam.

Fue una estampida, no hubo orden posible en la retirada, aunque los vietnamitas, desde años antes, habían abierto una oficina en París y se establecieron conversaciones diplomáticas formales entre el Gobierno de Estados Unidos y el Frente Nacional de Liberación de Vietnam del Sur, reconocido como entidad política con todas las prerrogativas de un Gobierno.



Evacuación en helicóptero de los ciudadanos estadounidenses desde el techo de un hotel en Saigon en 1975

Las conversaciones eran presididas por la conocida«Madame Thi Binh», de los cables de prensa, su nombre Nguyen Thi Binh, nombre parecido a la campesina que se alzó en Bentré, Nguyen Thi Dinh y que llegó a ser vicecomandante en Jefe del FNL.

Hay que dejar constancia que este procedimiento revolucionario, cuyo artífice había sido Ho Chi Minh, fue capaz de levantar un movimiento solidario en todo el mundo. Cuba fue el primer país del mundo en reconocer al FNL de Vietnam del Sur, y fundar el primer Comité de Solidaridad con Vietnam del Sur, que luego se extendería a Laos y Cambodia.

Las fuerzas más progresistas de intelectuales, artistas, científicos y profesores del mundo, se nuclearon en un Tribunal Internacional impulsado por el Premio Nobel Bertrand Russell que sesionó en Estocolmo, Dinamarca, París y otras ciudades. Hombres y mujeres de buena voluntad de Estados Unidos, incluidos —ya se ha mencionado— soldados que lucharon en Vietnam, se convirtieron en un factor importante de la solidaridad en favor de ese pequeño pueblo brutalmente agredido por la potencia más grande del mundo.

Aquel hombre que el 2 de septiembre de 1945 proclamó la República de Vietnam, ya había muerto (3 de septiembre de 1969) y no vio la victoria colosal de su pueblo, pero el Testamento Político que dejó, escrito poco antes de su fallecimiento, fue un mandato: Vietnam será libre, independiente y soberano, el enemigo será derrotado, y el pueblo vietnamita construirá un Vietnam diez veces más hermoso. Deberá estar unido.

Tan seguro estaba del triunfo que escribió en su testamento:«Nuestro país tendrá el señalado honor de ser una pequeña nación que, a través de la lucha heroica, ha derrotado a dos grandes imperialismos —el francés y el norteamericano— y ha hecho una digna contribución al movimiento de liberación nacional».

Y como última voluntad proclamó: «Mi último deseo es que todo nuestro Partido y pueblo, unidos estrechamente en la lucha, construyan un Vietnam pacífico, unificado, independiente, democrático y próspero, y hagan una valiosa contribución a la Revolución mundial» (Hanoi, 10 de mayo de 1969).



Artículo publicado inicialmente por Granma Internacional.


Los vientos de una nueva recesión soplan con fuerza en Estados Unidos

por Ariel Noyola Rodríguez

Se insiste en promover la idea de que la recuperación de la economía de Estados Unidos viene cobrando fuerza desde hace tiempo. Incluso funcionarios de alto nivel de organismos financieros internacionales llegaron a declarar que la economía norteamericana había conseguido desacoplarse de la tendencia al bajo crecimiento que prevalece en el resto de los países industrializados. Sin embargo, ese optimismo desenfrenado contrasta con la realidad: la inflación no consigue aumentar de modo significativo y el desempleo se ha vuelto crónico en más de 30 estados de la Unión Americana, con lo cual, persisten los riesgos de deflación y de una nueva recesión.


Janet Yellen

La economía norteamericana ha incrementado los riesgos de convertirse en el epicentro de la próxima recesión global. A pesar de que la tasa de interés de los fondos federales (“federal funds rate”) se mantiene en un nivel históricamente bajo, entre 0,25 y 0,50%, los bancos continúan negándose a otorgar crédito a las empresas. Es que los banqueros no confían en que los préstamos les serán devueltos, simplemente no ven señales contundentes de recuperación en la esfera productiva.

En estos momentos, a los magnates de las finanzas de Estados Unidos les resulta más rentable realizar fusiones y adquisiciones (“mergers & acquisitions”) entre corporaciones, comprar sus propias acciones, o bien comprar bienes raíces en los países emergentes. El incremento de la productividad no es suficiente, la inversión empresarial es demasiado débil y los salarios permanecen estancados. En consecuencia, la inflación sigue muy por debajo del objetivo del 2% [1]. Esta situación tiene desesperada a la presidenta de la Reserva Federal (FED), Janet Yellen, quien ya no encuentra cómo dinamizar la economía.

El proceso de recuperación es tan frágil que a mediados de marzo el Comité Federal de Mercado Abierto (FOMC, por sus siglas en inglés) de la FED dejó intacta la tasa de interés de los fondos federales. Recordemos que apenas en diciembre pasado, cuando se llevó a cabo el primer aumento de la tasa de interés de referencia en casi una década, Dean Turner, analista de la firma de servicios financieros UBS, pronosticó que los integrantes del FOMC iban a subir por lo menos cuatro veces los tipos de interés a lo largo de 2016 [2].

Sin embargo, hoy los inversionistas bursátiles más optimistas consideran que como máximo habrá dos incrementos: siempre y cuando el mercado laboral mejore y la inflación aumente, será durante la segunda mitad del año cuando la FED eleve otra vez la tasa de interés de referencia en no más de un cuarto de punto porcentual. Es que el panorama ahora es más sombrío. Toda vez que la confianza puesta en la recuperación de la economía global bajo el liderazgo de la locomotora norteamericana se ha venido desvaneciendo, incluso hay quienes anticipan que Estados Unidos volverá a caer en recesión.

De acuerdo con los cálculos del equipo de asesores de Citigroup a cargo de Willem Buiter, la economía mundial únicamente se expandió 2% durante el último trimestre de 2015, la cifra más baja desde que la zona euro padeció los mayores estragos de la crisis de deuda soberana durante los años 2012 y 2013 [3]. A los economistas de Citigroup no deja de sorprenderles que los países industrializados, aquellos que venían disfrutando de un crecimiento más sólido del Producto Interno Bruto (PIB) en los meses recientes, ahora se estén desacelerando dramáticamente, en especial Estados Unidos.

Para el famoso empresario norteamericano Jim Rogers, el escenario es todavía más pesimista. A su juicio, existe una probabilidad de 100% de que la economía de Estados Unidos vuelva a sumergirse en la recesión a lo largo del año en curso. «No hay que prestar atención a las cifras del gobierno, hay que prestar atención a los números reales», declaró en una entrevista [4].

Sucede que, durante los primeros tres meses del año, la economía estadounidense manifestó nuevas señales de vulnerabilidad. La evolución del mercado de trabajo no es tan boyante como todo el mundo piensa [5]. De acuerdo con los datos publicados por el Departamento del Trabajo, la nómina no agrícola añadió un récord de 242 000 empleos en febrero, con lo cual, la tasa de paro oficial se mantuvo por segundo mes consecutivo en 4,9%, el registro más bajo de los últimos 8 años. Por añadidura, según los datos actualizados de los meses previos, en enero las contrataciones aumentaron a 172 000, mientras que en diciembre de 2015 subieron a 271 000, una revisión al alza de 30 000 empleos en ambos casos.

Aparentemente, todo se desenvolvía de modo favorable para la economía norteamericana. El incremento de la nómina no agrícola del mes pasado superó con creces los 230 000 puestos de trabajo, el promedio mensual obtenido a lo largo de 2015. Sin embargo, de acuerdo con las propias cifras del Departamento del Trabajo, 80% de los nuevos empleos de febrero corresponden a los sectores con los salarios peor pagados: cuidado de la salud, asistencia social, comercio minorista, servicios de alimentación y servicios educativos privados [6]. Por otro lado, si se contabilizan aquellas personas que han abandonado la búsqueda de empleo (1,8 millones) así como las ocupadas a tiempo parcial (6 millones), el subempleo alcanza una tasa de 9,7% [7].

Es evidente que Estados Unidos no goza de «pleno empleo». En la actualidad 36 estados de la Unión Americana padecen de desempleo crónico, pues su tasa de paro promedio (en términos anuales) fue superior en 2015 que en 2007. De hecho, una investigación [8] realizada por Danny Yagan y publicada por la Universidad de California (Berkeley) hace unos días, apunta que bajo el ritmo actual de recuperación, no será sino hasta el año 2020 cuando el mercado de trabajo de las regiones más deprimidas vuelva a la normalidad: más de una década después de la Gran Recesión, la misma que amenaza con regresar más fuerte que nunca.
Ariel Noyola Rodríguez

Fuente
Russia Today (Rusia)

¿Quién será el próximo presidente de Estados Unidos?


ANTE NUESTRA MIRADA
por Thierry Meyssan

Thierry Meyssan analiza aquí el sistema político y electoral de Estados Unidos. Y estima que lo único que realmente está en juego en la elección presidencial es el poder de los WASP, que no se ha visto nunca cuestionado desde los tiempos de la Declaración de Independencia. Ted Cruz y Hillary Clinton serían los garantes de ese poder, mientras que la candidatura de Donald Trump anuncia una perturbación en el sistema, una perturbación que podría producirse cuando los anglosajones sean minoría.



Son muy numerosos los candidatos que se enfrentan en las primarias. Los medios de prensa sólo prestan atención a demócratas y republicanos. Ignoran a todos los demás porque saben que el sistema está concebido para que no puedan ganar.

Las elecciones primarias estadounidenses ofrecen un espectáculo desolador en el que los principales no parecen conscientes de que las opiniones que ellos emiten apresuradamente y sus declaraciones demagógicas van a tener consecuencias, interna y externamente, si llegan a la presidencia.

A pesar de las apariencias, son limitados los poderes del presidente de Estados Unidos. Por ejemplo, fue evidente para todos que el presidente George W. Bush no era capaz de gobernar y que otros lo hacían en su lugar. De la misma manera, hoy en día es evidente que el presidente Barack Obama no logra hacerse obedecer en todos los sectores de su propia administración. Así hemos podido ver, en el terreno –en Ucrania y en Siria–, como los hombres del Pentágono libran una guerra feroz contra los de la CIA. En realidad, el principal poder de la Casa Blanca no es el mando de los ejércitos sino más bien la posibilidad de nombrar o de confirmar las nominaciones de 14 000 altos funcionarios –6 000 de ellos cuando el presidente entra en funciones. Más allá de las apariencias, el presidente de Estados Unidos es por consiguiente quien garantiza que la clase dirigente se mantenga en el poder y, por esa razón, no es el Pueblo sino la clase dirigente quien elige al presidente.

Es importante recordar que, según la Constitución estadounidense (artículo 2, seccion 1), contrariamente a lo que afirman los medios de comunicación ignorantes, el presidente de Estados Unidos no es electo según mediante el sufragio universal de segundo grado sino únicamente por los 538 representantes de los gobernadores. La Constitución estadounidense no obliga a los gobernadores a designar estos grandes electores según el deseo expresado por sus administrados, a través de las urnas, durante lo que no pasa de ser un escrutinio de consulta. Fue por eso que, en la elección del 2000, la Corte Suprema de Estados Unidos se negó a invalidar los electores designados por el gobernador de La Florida, a pesar de que existía la duda sobre la voluntad expresada por los ciudadanos de ese Estado.

No es menos importante recordar también que, contrariamente a lo que sucede en Europa, las «primarias» estadounidenses no las organizan los partidos políticos sino los Estados –bajo la responsabilidad de los gobernadores– y que cada Estado aplica su propio sistema. Las primarias están concebidas, finalmente, para que los grandes partidos presenten cada uno un candidato compatible con los intereses de los gobernadores. Se organizan, por tanto, según el modelo del «centralismo democrático» soviético, para eliminar a todo individuo que muestre un pensamiento original o que simplemente pudiera llegar a cuestionar el sistema y para favorecer a una personalidad «de consenso». Si los ciudadanos participantes no llegaran a designar un candidato, o principalmente si llegaran a designar un candidato incompatible con el sistema, la subsiguiente Convención del partido es quien toma la decisión final, de ser necesario, invirtiendo el voto de los ciudadanos.

Las primarias estadounidenses no son, por consiguiente, un «momento democrático» sino, por el contrario, un proceso que permite, por un lado, que los ciudadanos se expresen mientras que en realidad los conmina a renunciar a sus intereses y a sus propias ideas para apoyar una candidatura conforme con el sistema.

En 2002, Robert A. Dahle, profesor de Derecho Constitucional en la universidad de Yale, publicaba un estudio sobre la manera cómo se escribió la Constitución estadounidense, en 1787, para garantizar que Estados Unidos nunca llegara a ser una verdadera democracia [1]. Más recientemente, en 2014, dos profesores de Ciencias Politicas, Martin Gilens en Princeton y Benjamin I. Page en Northwestern, demostraron que el sistema ha evolucionado de manera tal que hoy en día todas las leyes se votan a pedido y bajo el control de una élite económica sin que nunca lleguen a tenerse en cuenta las opiniones de la población [2].

La presidencia de Barack Obama se vio marcada por la crisis financiera, y después por la crisis económica –en 2008– cuya principal consecuencia es el fin del contrato social. Hasta este momento, lo que unía a los estadounidenses era el «sueño americano», la idea de que cualquiera podía salir de la miseria y hacerse rico gracias al fruto de su trabajo. Podían admitir todo tipo de injusticias con tal de que existiera la esperanzar de «salir adelante». En este momento, exceptuando a los «súper-ricos» –que siguen haciéndose aún más ricos–, lo más que se puede esperar es no caer en el abismo.

El fin del «sueño americano» suscitó primeramente el surgimiento de movimientos de cólera, a la derecha con el Tea Parti –en 2009– y a la izquierda con Occupy Wall Street –en 2011. La idea general era que el sistema de desigualdad ya no era aceptable, no porque porque la desigualdad se había acentuado enormemente sino porque se había convertido en algo permanente e invariable. Los partidarios del Tea Party afirmaban que para mejorar las cosas había que disminuir los impuestos y que cada cual tenía que arreglárselas por sí mismo, sin esperar contar con alguna forma de protección social. Los participantes en el movimiento Occupy Wall Street pensaban que, por el contrario, había que incrementar los impuestos de los súper-ricos y redistribuir lo que lograra recuperarse por esa vía. Pero aquella etapa quedó atrás en 2015, con la llegada de Donald Trump, un multimillonario que no cuestiona el sistema pero que dice haberse beneficiado con el «sueño americano» y ser capaz de reactivarlo. En todo caso, así interpretan los ciudadanos el eslogan de Trump «America great again!» (¡América grande de nuevo!). Sus partidarios no tienen intenciones de apretarse un poco más el cinturón para financiar el complejo militaro-industrial y reanimar el imperialismo, lo que esperan es que se les permita enriquecerse ellos mismos, como lo hicieron varias generaciones de estadounidenses antes que ellos.

Mientras que el Tea Party y Occupy Wall Street legitimaron respectivamente las candidaturas del republicano Ted Cruz y del demócrata Bernie Sanders, la candidatura de Donald Trump pone en peligro las posiciones adquiridas por los individuos que se protegieron bloqueando el sistema durante la crisis financiera de 2008. Trump no está en contra de los súper-ricos sino en contra de los altos funcionarios y de los profesionales de la política, en contra de todos los «pudientes acomodados», que obtienen grandes ingresos sin asumir nunca riesgos personales. Si hubiese que comparar a Trump con una personalidad europea, no sería con Jean-Marie Le Pen, ni con Jorg Haider, sino con Bernard Tapie y con Silvio Berlusconi.
¿Cómo van a reaccionar los gobernadores? 
¿A quién designarán presidente?

Hasta este momento, la «aristocracia» estadounidense –según la expresión de Alexander Hamilton– se componía exclusivamente de WASP, o sea de los White Anglo-Saxons Protestants (Blancos anglosajones protestantes) [Al principio, la «P» significaba «puritanos», pero con el paso del tiempo el concepto se amplió a todos los «protestantes».]. Sin embargo, una primera excepción apareció, en 1961, con el católico irlandés John F. Kennedy, quien permitió resolver pacíficamente el problema de la segregación racial. La segunda apareció en 2008, con el negro kenyano Barack Obama, cuya elección permitió ofrecer una imagen de integración racial.

Pero Kennedy y Obama no utilizaron su poder como presidentes para renovar la clase dirigente. Tampoco pudieron hacer nada para contrarrestar el poder del complejo militaro-industrial, a pesar de que Kennedy había prometido un desarme generalizado y de que Obama había prometido el desarme nuclear. Cierto es que a los dos les habían impuesto como vicepresidente un representante del complejo militaro-industrial –Lyndon B. Johnson y Joe Biden–, garantizando así una posibilidad de reemplazo, que fue utilizada en el caso de Kennedy.

Donald Trump, por su parte, encarna, con su lenguaje descaradamente franco, un populismo que se sitúa en los antípodas de lo «políticamente correcto» que tanto estiman los WASP. Parece evidente que la endeble relación entre el presidente de la National Governors Association (la Asociación Nacional de Gobernadores), el gobernador del Estado de Utah, Gary Herbert, y Donald Trump indica que será muy difícil llegar a un acuerdo entre este aspirante a la candidatura republicana y la casta dirigente.

Quedan otras dos opciones: Hillary Clinton y Ted Cruz.

Ted Cruz es un hispano «convertido» al protestantismo evangélico, lo cual hace de él un WASP en el plano intelectual. Su designación permitiría realizar una operación comparable a la de la elección de Obama, mostrando esta vez una voluntad de integrar a los «latinos», después de haberle acariciado el lomo a los «negros». Desgraciadamente, aunque su candidatura fue lanzada por une firma que trabaja simultáneamente para la CIA y el Pentágono, Ted Cruz es un personaje totalmente artificial a quien le costará mucho trabajo meterse en el traje de presidente.

Queda entonces la abogada feminista Hillary Clinton, cuya elección permitiría ofrecer una imagen de integración de la mujer. Pero su comportamiento irracional y sus crisis de furia histérica son muy inquietantes. Por otro lado, también es cierto que la grave investigación judicial que pende sobre su cabeza la convierte en un personaje fácil de chantajear, y por ende fácil de controlar.

Observarán ustedes que no menciono en este análisis los programas de los candidatos. Si no lo hago es porque en la filosofía política local ese factor no cuenta. Desde los tiempos del «Commonwealth» de Oliver Cromwell, el pensamiento político anglosajón considera la noción de interés general como una mentira tendiente a disimular intenciones dictatoriales. Así que los candidatos no tienen programa para su país sino «posiciones» sobre ciertos temas, las cuales les permiten obtener «respaldos». Los políticos electos no pretenden servir el Bien Común sino satisfacer la mayor cantidad posible de sus electores. En un mitin electoral, un candidato nunca presentará su «visión del mundo» sino que mencionará la lista de respaldos que ya tiene de su parte para invitar a otras «comunidades» a confiar en él para que las defienda. Es por esa razón que en Estados Unidos la traición política no es cambiar de partido sino actuar contra los supuestos intereses de su comunidad.

La originalidad de esta manera de ver las cosas reside en el hecho que los políticos no están obligados a mantener una coherencia en su discurso sino sólo a mantener coherencia entre los intereses que defienden. Por ejemplo, se puede afirmar que los fetos son seres humanos y condenar el aborto en nombre de la protección de la vida y, en la frase siguiente, pronunciarse a favor de la pena de muerte.

La realidad es que no habría mucha diferencia entre la política que podrían aplicar el evangelista Ted Cruz, la feminista Hillary Clinton o el marxista Bernie Sanders. Los tres se verían obligados a seguir los pasos de George W. Bush y Barack Obama. Ted Cruz recurre a la Biblia –en realidad invoca los valores judíos del Antiguo Testamento– y habla a un electorado religioso del regreso a los valores fundamentales de los «Padres Fundadores». Para él, desbloquear el sistema sería por tanto una cuestión de moral personal, ya que el dinero es supuestamente «un don de Dios a quienes le temen». Por su parte, Hillary Clinton hace una campaña dirigida principalmente a las mujeres y da por seguro que cuenta con el voto de quienes se enriquecieron bajo la presidencia de su esposo. Para ellos, el desbloqueo del sistema sería entonces un asunto de familia. Mientras tanto, Bernie Sanders denuncia que un 1% de la población estadounidense acapara las riquezas y lanza un llamado a redistribuir esa riqueza. Quienes lo apoyan sueñan con una revolución, con la cual se beneficiarían sin tener que hacerla.

Sólo la elección de Donald Trump implicaría un cambio en el sistema. Contrariamente a sus declaraciones, Trump es el único candidato racional, porque no es un político sino un hombre de negocios, un dealmaker. Trump no sabe nada sobre temas que tendría que abordar como presidente y no tiene, por tanto, ningún a priori. Se limitaría por consiguiente a tomar decisiones a medida que fuera estableciendo alianzas, con las ventajas y desventajas que ello implicaría.

Extrañamente, los Estados donde Bernie Sanders ha salido ganador son más o menos los mismos donde ha ganado Ted Cruz, mientras que los Estados donde ha vencido Donald Trump son casi todos los que apoyan a Hillary Clinton. Lo que sucede es que, inconscientemente, los ciudadanos ven su propio futuro a través de la moral que conduce a la redención, y posteriormente al enriquecimiento (Sanders y Cruz), o a través del trabajo y el éxito que dicho trabajo debería garantizar (Trump y Clinton).

En este momento, es imposible predecir quién será el próximo presidente y si ello tendrá o no alguna importancia. Sin embargo, por irremediables razones demográficas, el sistema se derrumbará por sí solo en los próximos años, ya que los anglosajones están convirtiéndose en minoría.



[1] How Democratic is the American Constitution?, Robert A. Dahl, Yale University Press, 2002.

[2] «Testing Theories of American Politics: Elites, Interest Groups, and Average Citizens», Martin Gilens y Benjamin I. Page, Perspectives on Politics, Volume 12, Issue 03, septiembre de 2014, pp. 564-581.
Thierry Meyssan
Thierry MeyssanIntelectual francés, presidente-fundador de la Red Voltaire y de la conferencia Axis for Peace. Sus análisis sobre política exterior se publican en la prensa árabe, latinoamericana y rusa. Última obra publicada en español: La gran impostura II. Manipulación y desinformación en los medios de comunicación (Monte Ávila Editores, 2008).
 
El suicidio europeo ante Turquía
El suicidio europeo ante Turquía 
La Historia está a punto de repetirse
 
Red Voltaire
Voltaire, edición Internacional

domingo, 3 de abril de 2016

La concentración de la riqueza del mundo en pocas manos

146 accionistas controlan el 40% del valor total de las empresas
Quién controla el mundo: las 10 empresas que participan en más de 40.000

El Salmón Contracorriente


Un total de 737 accionistas, el 0,123%, controlan el 80% del valor de las más de 43.000 compañías multinacionales

En 2011, S. Vitali, J.B. Glattfelder, and S. Battiston, publicaron un artículo de gran importancia, no sólo muy citado, sino muy leído: The network of global corporate control (PLOS ONE, 26 de octubre de 2011) donde expusieron los resultados de una investigación gigantesca, realizada en la Escuela Politécnica de Zúrich, sobre la relación entre los propietarios de las mayores empresas del mundo.
Esta investigación examina las relaciones de propiedad existentes entre las 43.060 mayores empresas multinacionales del mundo, con datos procedentes de la base de datos Orbis en 2007. Esas relaciones se analizan como cadenas de participaciones en el capital de una empresa en otra. Los autores encuentran 1.006.987 cadenas de relaciones de propiedad entre 600.508 nodos, actores económicos que incluyen a las más de 40.000 multinacionales y a otros agentes no incluidos en esta lista inicial de empresas.
Los resultados del análisis de esta red son muy interesantes: 737 accionistas, el 0,123% del total, controlan el 80% del valor de las más de 43.000 compañías multinacionales. Y, además, 146 de estos accionistas, el 0,024%, controlan el 40% del valor total de estas empresas. Es decir, existe una alta concentración del control. Y, lo que es quizás todavía más importante, esos accionistas están extremadamente conectados entre ellos. En el artículo se expone además la lista de los 50 mayores accionistas que se encontraron con los datos que, no olvidemos, son de 2007.
Con una metodología diferente y con datos de 2012, procedentes de la base de datos OSIRIS, la Dra. Reyes Herrero, de la Universidad Complutense de Madrid, estudiando las redes formadas por los accionistas comunes entre las 150 mayores empresas del mundo, encontró unos resultados muy semejantes. Los accionistas más importantes en este estudio coinciden casi totalmente con los de Vitali, Glattfederer y Batiston. Incluimos aquí la lista de los 10 inversores más importantes, con el número de empresas participadas por cada uno de ellos, que constituye una manera de ver directa e intuitiva de la importancia de los mayores inversores.
Lo más significativo además es que en muchas de las participadas están presentes simultáneamente varios de esos inversores. Y que, por otra parte, son accionistas unos de otros.
Como toque de atención para españoles: muchos de estos accionistas están en las empresas del IBEX 35. El caso de Blackrock ha alcanzado una triste notoriedad, sobre todo en Madrid, como comprador de viviendas públicas a bajo precio.
Poco importa que hablemos de la investigación de la Escuela Politécnica de Zúrich o de la realizada sin medios económicos en Madrid en lo que a lo esencial se refiere: unos pocos grandes inversores interconectados controlan la economía mundial. ¿Hay que molestarse en subrayar que controlan también los gobiernos y los Estados?
Los escándalos de corrupción de los que tanto se habla exponen los vínculos entre políticos y empresas. En los relatos nos centramos en los políticos y denunciamos su comportamiento. Pero no tenemos bastante en cuenta a las empresas corruptoras: si el político se vende es porque alguien compra. Y lo que las empresas compran es la voluntad política. Imponen las decisiones que benefician sus intereses financiando a los partidos y a sus miembros. Las gigantescas cantidades de dinero de las que disponen son una herramienta de control. De control del mundo.
La dimensión científica y técnica de esta investigación se expone claramente en el vídeo ¿Quién controla el mundo?


Fuente: http://www.elsalmoncontracorriente.es/?Quien-controla-el-mundo-Las-10

Relaciones Cuba y EEUU, si, pero con dignidad y respeto...

La nueva relación no puede nacer de la amnesia colectiva


La visita de Obama a Cuba, creo fue buena para todos, un paso positivo, un paso más hacia adelante, un reconocimiento a que la política de EE.UU. contra Cuba por más de medio siglo fracasó.

Sobre el discurso… La invitación a olvidar el pasado, la invitación a ocuparse y luchar cada uno por sí mismo, lo cual es una tentación pero no es mi opción. Obama subestimó la estatura moral e intelectual de una nación y un pueblo culto, como el nuestro.

Fue un discurso inteligente y cuidadoso, pero lamentablemente también injerencista, lleno de mensajes dirigidos a mostrarnos el llamado “sueño americano” y el proyecto en vitrina para que “los cubanos decidan su futuro”. No podía ser de otro modo.

Contrario a lo que dicen, respetamos su derecho a defender su modelo democrático en el que cuesta 1 millón de dólares ser diputado y 3 mil millones ser presidente, donde solo dos partidos se turnan en la protección de privilegios para una minoría, entre otros derroches insólitos que nadie en sus plenos cabales puede admirar.

Ellos son así y les funciona y nadie puede ir a su casa a criticarles.
Cuando la gente allí se harta porque no funciona para la mayoría (y a cada rato se hartan), la policía reparte golpes, gases lacrimógenos, arresta, aísla, mata, y nadie se molesta mucho con eso, ni en EE.UU., ni en el mundo. (Ocupywallstreet, Ferguson, la mayor población carcelaria del mundo y un largo etc…)

No fue un discurso inspirador, no para mí, ni para muchos de mis compatriotas. Muchos aplaudieron y otros muchos no aplaudieron o aplaudieron algunas partes. Y nadie les obligó.

No es el presidente de Estados Unidos quien debe pedirles a los jóvenes cubanos que olviden el pasado. En Cuba les pedimos estudiar la historia para construir un futuro diferente y mejor, sin los atropellos del gigante país vecino que trazaron nuestra relación. Nuestro pasado y presente, que no han sido perfectos, están marcados por la búsqueda de una sociedad mejor.

Nuestra nueva relación no puede nacer de la amnesia colectiva, sino de la grandeza mutua de reconocer por lo que hemos pasado, en una relación asimétrica y desigual donde una parte sostiene por el cuello a la otra preguntándole ¿Y por qué será que tú no respiras bien?

Sanciones que nunca debieron existir, nacidas de aquella época nada lejana en que EE.UU. era el sostén de todas las dictaduras del mundo entero y entrenaba asesinos y torturadores en la famosa Escuela de las Américas cerrada hace muy poco. Es cierto que Obama no tuvo que ver con eso y es lógico que no se quiera ni acordar, pero nosotros más vale no se nos olvide.

De esa época es la política que hoy todavía nos golpea duramente y no acaba de acabar. Alguien dijo que terminó el último capítulo de la guerra fría pero la política dirigida a asfixiar a Cuba y hacernos colapsar se mantiene, como bien recordó Raúl en su declaración de prensa.

Como dice Calle 13, perdono pero no olvido… Sería muy tonto hacerlo y no es necesario olvidar para llevarnos bien y con respeto. Hay que saber de dónde venimos para saber hacia dónde vamos. Eso no quiere decir negarnos al cambio en la construcción de una nueva relación que todos apoyamos, con optimismo, esperanza, sin odio ni resentimientos, pero también sin euforia y con la cautela del que ya fue herido y traicionado.

Tengo familia, muchos amigos y conocidos en Estados Unidos y aplaudo a Obama por todo lo que ha comenzado a hacer diferente y siempre, siempre le agradeceré la parte importante que le corresponde en la libertad de los Cinco.
Creo que es legítimo su cariño por Cuba y espero que este viaje ponga también en su corazón el rostro bueno de los millones de cubanos que en nuestra Patria queremos vivir mucho mejor pero no soñamos con tener un yate para cada uno como si eso fuera todo en la vida.

Respetamos a los que sueñan con ser multimillonarios, pero pedimos que no se castigue a quienes queremos repartirnos entre todos la riqueza que entre todos generamos, sin bloqueo ni presiones artificiales para hacernos fracasar.
Cuba no bloquea a Estados Unidos, es al revés. Que no se nos olvide. Faltó la disculpa por tanta agresión, pero no la esperaba y entiendo, allí no lo perdonarían.

Apoyo 100% la visita y sus resultados que nos permitirán a ambas partes avanzar todavía más en positivo, en paz, en múltiples áreas en pie de igualdad en los próximos meses por el bienestar de ambos pueblos y las familias cubanas, y todo eso es muy importante.

Fue un discurso inteligente, electorero… eso sí, que demuestra una vez más que, contrario a lo que dicen, Estados Unidos no está listo para permitir, sin intervenir, que los cubanos tengamos el derecho conquistado a discutir entre nosotros cómo dibujar nuestro futuro.

Ahí están ellos todavía repartiendo fondos al que se porte bien para “tomarnos de la mano, guiar el pincel y dividirnos, apoyando a algunos, ignorando a muchos”, reconociendo la salud y la educación mientras nos llaman a privatizar todo y decidiendo que el Estado cubano no puede cobrar impuestos a los quemás ingresarán, pero el que ganó de EE.UU sí puede.

No por gusto las nuevas medidas favorecen al sector privado (apruebo los espacios para el sector privado y cooperativo que Cuba, por cierto, fue quien lo abrió hace 20 años en una medida correcta y bienvenida), pero defiendo la fortaleza del estatal. Estoy en contra de que EE.UU.penalice al sector público cubano, que debe seguir siendo fuerte y mejorado, como si fuera un crimen hacer cosas para todos y no para unos pocos.

No parecen aptos para permitir que perfeccionemos nuestro socialismo, pero confío en que seamos mayoría los que no estamos listos para abandonar nuestro proyecto, imperfecto por demás, que es más difícil de lograr pero que siempre será mucho mejor que el que nos quieren imponer, ahora a las “buenas”. De nosotros depende.

Y hablando de no olvidar, recuerdo que se mantiene el bloqueo, la ocupación ilegal del territorio cubano en Guantánamo, la asignación ilegal anualmente de más de 100 millones de dólares por parte del Congreso para “ayudar a quienes mejor respondan al llamado de nuestro vecino”.

Sé que no hay otro camino, pero somos muchos los que no nos damos por vencidos. Mientras tanto, debemos seguir mejorando nuestro país por nosotros mismos, para responder a nuestras legítimas aspiraciones de un futuro mejor para todos. Esa es la mejor contribución a nuestra soberanía y bienestar para que no haga falta que venga nadie a explicarnos cómo deberíamos hacer las cosas.

Por lo pronto tras el discurso de Obama a los cubanos me siento más libre para decirles a los jóvenes estadounidenses y de otras partes del mundo que luchen y abran los ojos, porque no es humano morir por no tener dinero para pagar una cirugía o estudiar. Los cubanos tenemos derechos con los que millones sueñan y vamos a seguir por más.

En un mundo lleno de ideas y valores por escoger, yo sigo pensando que seré siempre más feliz al sentirme parte de un esfuerzo colectivo para mejorar todo para todos y no para unos pocos.

Por suerte en Cuba siempre hemos visto gratuitamente lo mejor del cine y la televisión de Hollywood y nuestra gente aprendió a ver el filme y a apagar el televisor conociendo que la vida es otra cosa, que la felicidad está en otra parte, en las opciones dentro de uno mismo para empezar.

(Tomado de Pensando Américas)

sábado, 2 de abril de 2016

Leonel: “No soy imprescindible en esta campaña”

Reveladora declaraciones de expresidente Leonel Fernández






El psiquiatra que fue amigo del Che


Fernando Barral: El psiquiatra que fue amigo del Che
Por: Eduardo Febbro










Fernando Barral.

Fernando Barral siempre fue un invitado de la Historia, a veces la más trágica, otras la mejor. La vida lo condujo a acumular una de esas existencias en las que caben las pesadillas, los sueños, los éxitos, los fracasos, las aventuras y las desventuras de varias vidas humanas. Don Fernando es la memoria viva de varias revoluciones, del período más estruendoso de la Cuba revolucionaria, la memoria del peronismo naciente en la Argentina y la de muchos entreveros del destino. Nada de eso ha marcado su jovialidad orgullosa. Hoy, a sus casi 90 años, en su casa de La Habana, Fernando Barral contempla su destino con una satisfacción y un humor elocuentes. Ha tenido casi cuatro patrias y sigue siendo hijo del ideal revolucionario que lo trajo a Cuba gracias a la amistad que trabó con el Che cuando residía en la provincia de Córdoba, en la Argentina.

Mucho antes de llegar a La Habana revolucionaria, Don Fernando nació en España, en 1928. Creció primero sin padre, el escultor Emiliano Barral, muerto en el frente de Usera durante los primeros tiempos de la Guerra Civil Española. Murió en la defensa de Madrid “contra un ejército de traidores, de mercenarios y de extranjeros”, escribió sobré él el poeta Antonio Machado. Lo que quedaba de la familia se mudó a Levante, donde vivió bajo la protección del abuelo anarquista, Isidro Barral. En el año 1939, a los 11 años, Fernando y su madre embarcaron rumbo al exilio en el carguero “African Trader”. El barco los dejó en Oran, desde donde, tras varios meses espantosos, partieron hacia Francia y luego con destino a Chile en el barco Winnipeg que zarpó del puerto francés de Burdeos. En Valparaíso los esperaba el hermano de su madre, Fernando Arranz, quien ya residía en la Argentina. Madre e hijo tocaron suelo argentino en el año trágico del suicidio de Lisandro de la Torre y de la presidencia maltrecha de Roberto María Ortiz.

La Argentina fue, por un tiempo, una tierra acogedora. Se fueron a vivir a la casa que Fernando Arranz tenía en Córdoba, donde ejercía como director de la Escuela Provincial de Cerámica. Residieron en Córdoba hasta el año 1942. Era la época de los últimos suspiros de lo que se conoce en la Argentina como “la década infame”, el período donde imperó la restauración neoconservadora. El ambiente político nacional poco tenía que ver con los ideales anarquistas y republicanos de los Barral. En el 42, Fernando Barral, su madre y el hermano de esta se mudaron a Buenos Aires. La aventura porteña sólo duró dos años.

La Revolución del 43 había derrocado al gobierno de Ramón Castillo y al año siguiente, en 1944, Don Fernando regresó a Córdoba y empezó a estudiar medicina. Barral cuenta que en Córdoba ingresó en la Federación Juvenil Comunista y luego en el departamento de propaganda del Partido Comunista Argentino. En esa Córdoba juvenil –Alta Gracia– Barral trabó una fuerte amistad con Ernesto Guevara, quien todavía estaba lejos de ser “El Che”. “Yo tenía mi pistolita por esos tiempos”, recuerda Don Fernando, quien en ese entonces estaba enamorado de una prima de Guevara, Córdova Iturburu.

La historia, sin embargo, esperaba a Don Fernando agazapada en un rincón de la Argentina. Ernesto Guevara cursaba cuarto año de medicina cuando Perón empezó a reprimir a la izquierda y a invocar “la amenaza comunista”. A finales de los años 40, en pleno auge del peronismo y sus famosas “purgas”, Fernando Barral cayó en las purgas: fue detenido y trasladado a Buenos Aires.

“Primero me llevaron a la cárcel municipal de Córdoba. Allí me sentía bien y pensaba que me iban a liberar a los pocos días, pero no. Un día se rompió la rutina. Me sacaron de la cárcel y me llevaron hacia al campo. Ahí me asusté. Creí que me iban a matar en un lugar desconocido, como era el modo operatorio típico de la Policía Federal argentina, el famoso ‘paseo’. Pero no, me condujeron en avión a Buenos Aires. Me llevaron a la cárcel de Devoto, donde estuve preso ocho meses. Ahí me anunciaron que estaba deportado por el gobierno argentino por actividades contra el Estado. Pensé que me iban deportar a la España franquista de la cual toda mi familia había huido”, cuenta.

Las gestiones de su madre y de un abogado eficaz le ahorraron ese destino: Fernando Barral fue deportado a Hungría. En 1952, sin siquiera conocer el idioma, Barral ingresó en la Facultad de Medicina de su nuevo país. Se insertó en la sociedad, aprendió también el obligatorio Latín necesario para establecer recetas médicas y consiguió un trabajo en el Consejo Mundial de Paz. Barral llevó a su madre a Hungría y se casó. En el 55 se recibió de médico y empezó a trabajar en el barrio de Ujpest. Le quedó tiempo para participar en las agitadas crisis políticas Húngaras y hasta para colaborar en la redacción de un diccionario húngaro-español y español-húngaro.

A finales de los años 50, el triunfo del movimiento 26 de Julio liderado por Fidel Castro condujo a la caída del gobierno de Fulgencio Bautista y a la llegada al poder de la Revolución. Fernando Barral todavía no lo sabía, pero su vida volvería a cambiar. La victoria de la Revolución llevó a Ernesto Guevara a Hungría, donde se enteró de que allí vivía su amigo de Córdoba. “El Che pasó por Hungría, supo que yo estaba ahí y me dejó una nota en la puerta de la casa. Eso me permitió venir a Cuba. La nota decía: “Querido Fernando: Sé que tenías dudas sobre mi identidad, pero creías que yo era yo. Efectivamente, aunque no, pues ha pasado mucha agua bajo mis puentes y del ser asmático, amargado e individualista que conociste, queda el asma. Me enteré que te habías casado. Yo también, tengo dos hijas, pero sigo siendo un aventurero, solo que ahora mis aventuras tienen un fin justo. Saludos a tu familia de este sobreviviente de una época pasada y recibe el abrazo fraterno de Che, que tal es mi nuevo nombre”.

La carta del Che fue una llamada para unirse a ese “fin justo” al que se refería quien ya era el Che. “Yo tenía en Hungría una vida hecha, acomodada, pero lo dejé todo para venir a vivir a Cuba. Con la ayuda del revolucionario argentino, Fernando Barral se mudó a Cuba, donde integró primero el Hospital Psiquiátrico de La Habana y luego el equipo de psiquiatría de los Servicios Médicos del Ministerio del Interior. Los meandros de las burocracias locales le dieron más de un disgusto. Don Fernando trabajó en las cárceles, cortó caña de azúcar en las zafras, trabajó en el departamento de investigaciones sociales y hasta sacó del olvido a un célebre prisionero norteamericano detenido en Vietnam: John McCain, el ex candidato republicano a las elecciones presidenciales, Vietnam, un tipo grande, de pelo rubio y mandíbula cuadrada.

En 1969, Fernando Barral fue el primer extranjero en ser autorizado a entrevistarse en Vietnam con un prisionero norteamericano. Don Fernando quien, tras volver a Cuba, informó a la familia del prisionero. La versión que Barral da sobre la situación en la que estaba McCain en Vietnam difiere en mucho de la leyenda de héroe que el senador norteamericano se construyó. McCain mencionó brevemente a Barral en su autobiografía de 1999, “La fe de mis padres”, donde lo califica de “propagandista cubano disfrazado de psicólogo español que se hacía pasar por periodista”.

En Cuba, Don Fernando se volvió a casar, esta vez con Laly, con quien tuvo dos hijos. Su esposa hace a menudo de traductora entre él y el mundo. Su sordera no le permite siempre captar lo que escucha. Entre los 1980 y 1986 Barral trabajó en el Programa de Investigaciones Sociales sobre la Juventud “con el fin de estudiar los distintos problemas sociales del país. Todo eso me salió bien. Logré también que se abriera la primera clínica psiquiátrica que hubo en Cuba con métodos modernos”. En 1998, recuperó su nacionalidad española y volvió a visitar su país. Pero su última Patria fue Cuba. Nada lo movió ni lo moverá de aquí, a pesar de que jamás perdió el acento de su España natal. En el living de su casa, todo lo que más quiere preside el lugar: un fusil, las fotos del Che, los recortes de diario que trazan los momentos decisivos de una historia personal que recorre más de un siglo y que sigue arraigada al sueño original. “Aquí”, dice Fernando Barral, “me realicé en todo lo que quise hacer”.

(Tomado de Página 12, Argentina)


Fumando mientras está herido en una cama

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EL DUARTE DE MIGUEL NÚÑEZ

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De  Juan Pablo Duarte  solo se conoce una fotografía hecha en  Caracas  en 1873 cuando el patricio contaba con 60 años de edad.  A...