MORAL Y LUCES

MORAL Y LUCES

sábado, 7 de marzo de 2015

General Zorrilla Ozuna y Padre Rogelio,dos hermanos, dos patriotas unidos por la providencia de Dios.

En Quisqueya, la tierra del gran Cacique libertario Enriquillo dos caminantes, El General Zorrilla Ozuna y el Padre Rogelio  recorriendo los rincones de la patria dando ánimo y esperanza a los hijos, madres y padres del pueblo llano  y sufrido.

General Zorrilla Ozuna y Padre Rogelio, dos hermanos, dos revolucionarios  y patriotas  por los caminos de la República sembrando patria y humanidad.



 En los últimos cincuenta años surgieron experiencias y líderes políticos, muchos, que hoy no están: Juan Bosch y su gobierno democrático 1963. Manolo Tavarez Justo y las Manaclas, Tomas Fernández Domínguez y su movimiento constitucionalista, Francis Caamaño y la guerra patria de Abril 1965, Balaguer y sus 12 años de contrarrevolución, Juan Bosch y Peña Gómez se dividen, uno, Peña Gómez ,toma el camino de la Social Democracia y Juan Bosch se hace más progresista y abraza el socialismo como su norte en la búsqueda del bien colectivo, Don Antonio Guzmán y la apertura a la democracia, el retorno de Balaguer y su gobierno conservador, Leonel Fernández y la modernidad, Hipólito Mejía y la crisis financiera, retorno de Leonel Fernández y el fortalecimiento de su liderazgo, llegada de Danilo Medina al Palacio Nacional y sus iniciativas de hacer lo que nunca se hecho.
Pero la verdad es una cosa, Gobiernos vienen y Gobiernos van y las cosas aparentemente cambian, pero ciertamente no cambian. No disminuye la pobreza, las grandes mayorías de nuestro pueblo siguen en la miseria, no hay oportunidad para nuestra juventud, da pena y coraje como este modelo socio-económico y político excluyente y explotador  arroja  nuestro retoño juvenil  a la desesperanza y a un futuro incierto.


como repuesta a la desilusión de las grandes mayorías, y como dice el profesor Bosch “…el gran hombre aparece en los momentos decisivos de la historia de su pueblo, esto es, cuando una crisis hace estallar los moldes sociales en que ese pueblo ha estado viviendo, a veces durante siglos; aparece entonces porque sus condiciones de carácter, que generalmente han permanecido ocultas para todo el mundo y a menudo hasta para él mismo, le permiten desarrollar una capacidad de acción u otras formas de expresión de su personalidad que resultan ser las más adecuadas para dirigir a las masas en esa hora de crisis…
 Ahí junto a la audacia de un líder que por ahí le llaman el General de los pobres que supo ubicarse a la altura histórica para dar esperanzas a los excluidos, a los pobres de nuestra patria, está ahí esperando el momento al igual que aquel Arañero de Barina, Venezuela que lucho y vivió por los pobres del mundo.


Ahí está el General de los Pobres  planteando una nueva experiencia organizativa, social, política y cultural,  superando errores del pasado y haciendo aportes a los irreversibles cambios sociales de la época:

“Estimamos necesaria una renovación política profunda para mejorar la realidad de los dominicanos. Fortalecer el Estado democrático, a favor de la equidad, el crecimiento económico que genere empleos, así como la defensa de la soberanía nacional con una política exterior sustentada en los principios de nuestra Constitución Política”.
Sigue planteando  el General de los pobres “Necesitamos reformar la política y fortalecer sus instituciones y las prácticas de sus actores, para fortalecer la democracia, despertar las capacidades creativas de los dominicanos y garantizar el cumplimiento de nuestro Proyecto Nacional de Desarrollo.
Requerimos reformas en la economía para impulsar un crecimiento en la productividad y en la competitividad, en más y mejores empleos, que sea equitativo y socialmente sustentable. Exigimos profundizar la política social para luchar contra la desigualdad y abrir oportunidades para la educación, el trabajo, la alimentación, la salud, la vivienda, la cultura, el deporte, la recreación y la justicia y equidad para los obreros, campesinos.
Nuestra propuesta responde a la realidad insatisfactoria de la sociedad en los terrenos político, económico y social, la cual con frecuencia ha desbordado al Estado y que encuentra en la creciente pobreza, en el desempleo, la inseguridad pública y en el agotamiento institucional un espacio propicio para profundizar las diferencias, exacerbar las tensiones y poner en riesgo la viabilidad del país”


Con presteza dice el General: “Para nosotros, en el Partido Cívico Renovador  es indispensable construir un modelo de desarrollo donde la modernización estén ligadas a la justicia y sea producto de una sociedad incluyente e igualitaria. Tenemos que lograr que el mercado y la globalización puedan convivir con un Estado que cumpla sus responsabilidades sociales.

Domingo Nuñez Polanco y el General Zorrilla Ozuna, dos hermanos, dos patriotas unidos por la providencia de Dios, en la construcción de una  opción política para liberar la patria de la pobreza y la falta de oportunidades.   
Por ello, es necesario pensar y actuar en la globalización, al tiempo de pensar y actuar en lo local. Donde la economía sea motor de un mercado interno competitivo y sólido y la política, con una democracia de calidad, permita una justa repartición de la riqueza. No se requiere un Estado más fuerte, sino un mejor Estado donde:
1.     Fortalecer la soberanía nacional.
2.     Enfrentar y combatir la desigualdad y la injusticia, la intolerancia y la discriminación; ofrecer igualdad de oportunidades para todos.
3.     Alcanzar una sociedad con progreso y bienestar, con educación, salud, paz, seguridad y empleo en las ciudades, campos, pueblos y comunidades de todo el país.
4.     Construir un porvenir digno en armonía con la naturaleza y sus recursos.
5.   Garantizar la gobernabilidad democrática y facilitar los acuerdos entre fuerzas políticas.
6.     Promover el crecimiento económico y la generación de empleos.

    ¡VIVA LA REVOLUCION LUPERONIANA, DEMOCRATICA Y POPULAR!
    QUE ENCARNA EL GENERAL ZORRILLA OZUNA






martes, 3 de marzo de 2015

Pueblo: en busca de un concepto

Por LEONARDO BOFF

Pocas palabras hay más usadas por distintas retóricas que esta de «pueblo». Su sentido es tan fluctuante que las ciencias sociales le tienen poco aprecio prefiriendo hablar de sociedad o de clases sociales. Pero como nos enseñaba L. Wittgenstein «el significado de una palabra depende de su uso». Entre nosotros, quienes más usan positivamente la palabra «pueblo» son aquellos que se interesan por la suerte de las clases subalternas: el «pueblo».
Vamos a intentar hacer un esfuerzo teórico para dar un contenido analítico a «pueblo» a fin de que su uso sirva a aquellos que se sienten excluidos de la sociedad y quieren ser «pueblo».
El primer sentido filosófico-social tiene sus raíces en el pensamiento clásico de la antigüedad. Ya Cicerón y después san Agustín y Tomás de Aquino afirmaban que «pueblo no es cualquier reunión de hombres de cualquier modo, es la reunión de una multitud en torno al consenso del derecho y de los intereses comunes». Corresponde al Estado armonizar los distintos intereses.
Un segundo sentido de «pueblo» nos viene de la antropología cultural: es la población que pertenece a la misma cultura, y habita un determinado territorio. Tantas culturas, tantos pueblos. Este sentido es legítimo porque distingue un pueblo de otro: un quechua boliviano es diferente de un brasileño. Pero ese concepto de «pueblo» oculta las diferencias y hasta las contradicciones internas: tanto pertenece al «pueblo» un hacendado del agronegocio como el peón pobre que vive en su hacienda. Pero en el Estado moderno el poder solo se legitima si está enraizado en el «pueblo». Por eso la Constitución reza que «todo poder emana del pueblo y debe ser ejercido en su nombre».
Un tercer sentido es clave para la política. Política es la búsqueda común del bien común (sentido general) o la actividad que busca el poder del Estado para administrar a partir de él la sociedad (sentido específico). En boca de los políticos profesionales «pueblo» presenta una gran ambigüedad. Por un lado expresa el conjunto indiferenciado de los miembros de una sociedad determinada (populus), y por el otro significa la gente pobre y con escasa instrucción y marginalizada (plebs = plebe). Cuando los políticos dicen que «van al pueblo, hablan al pueblo y actúan en beneficio del pueblo, piensan en las mayorías pobres».
Aquí surge una dicotomía entre las mayorías y sus dirigentes o entre la masa y las élites. Como decía N. W. Sodré: «una secreta intuición hace que cada uno se juzgue más pueblo cuanto más humilde es. Nada tiene, y por eso mismo se enorgullece de ser «pueblo» (Introdução à revolução brasileira, 1963, p. 188). Por ejemplo, nuestras élites brasileñas no se sienten «pueblo». Como decía antes de morir en 2013 Antônio Ermírio de Moraes: «las élites nunca piensan en el pueblo, solamente en sí mismas». Ese es el problema.
Hay un cuarto sentido de «pueblo» que deriva de la sociología. Aquí se impone cierto rigor del concepto para no caer en el populismo. Inicialmente posee un sentido político-ideológico en la medida en que oculta los conflictos internos del conjunto de personas con sus culturas diferentes, estatus social y proyectos distintos.
Ese sentido tiene escaso valor analítico pues es demasiado globalizador aunque sea el más usado en el lenguaje de los medios de comunicación y de los poderosos.
Sociológicamente «pueblo» aparece también como una categoría histórica que se sitúa entre masa y élites. En una sociedad que fue colonizada y de clases, es clara la figura de la élite: los que detentan el poder, el tener y el saber. La élite posee su ethos, sus hábitos y su lenguaje. Frente a ella surgen los nativos, los que no gozan de plena ciudadanía ni pueden elaborar un proyecto propio. Asumen, introyectado, el proyecto de las élites. Estas son hábiles en manipular «al pueblo»: es el populismo. El «pueblo» es cooptado como actor secundario de un proyecto formulado por las élites y para las élites.
Pero siempre hay rasgaduras en el proceso de hegemonía o dominación de clase: de la masa lentamente surgen líderes carismáticos que organizan movimientos sociales con una visión propia del país y de su futuro. Dejan de ser «pueblo-masa» y empiezan a ser ciudadanos activos y relativamente autónomos. Surgen sindicatos nuevos, movimientos de los sin tierra, de los sin techo, de mujeres, de afrodescendientes, de indígenas, entre otros. De la articulación de esos movimientos entre sí nace un «pueblo» concreto. Ya no depende de las élites. Elabora una conciencia propia, un proyecto diferente para el país, ensaya prácticas de resistencia y de transformación de las relaciones sociales vigentes. El «pueblo», por lo tanto, nace y es el resultado de la articulación de los movimientos y de las comunidades activas. Este es el hecho nuevo en Brasil y en América Latina de los últimos decenios que culmina hoy con las nuevas democracias de cuño popular y republicano. Bien decía un líder del nuevo partido Podemos» en España: «no fue el pueblo quien produjo el hecho de levantarse, fue el levantarse quien produjo el pueblo». (Le Monde Diplomatique, enero, p. 16).
Ahora podemos hablar con cierto rigor conceptual: aquí hay un «pueblo» emergente a medida que tiene conciencia y proyecto propio para el país. «Pueblo» posee también una dimensión axiológica: todos están llamados a ser pueblo: no haber dominados y dominadores, élites y masas, sino ciudadanos-actores de una sociedad en la cual todos pueden participar.

Aglutinar voluntades

Por FEDERICO HENRÍQUEZ GRATEREAUX

Federico Henríquez Gratereaux.
Hace muchísimo tiempo escribí: “Si como buenos estudiantes volviéramos sobre los conceptos de pueblo, Estado, nación, sería una excelente manera de empezar. Un pueblo es un grupo humano que habita un territorio, con cierta comunidad étnica y de costumbres, etc. El Estado es un organismo de autoridad, mando, coerción, etc. Nación es un proyecto atractivo de vida común, un “plebiscito cotidiano” según Renan, un acuerdo diario sobre cuestiones primeras. Cuando un pueblo tiene una empresa que todos quieren, puede decirse que hay nación. Descubrir el comienzo de una nación es advertir los gérmenes de una voluntad común, los indicios o conatos de un acuerdo general sobre las cosas básicas”.
“La nación inglesa se compone de varias clases sociales que discuten sus diferencias, con acidez incluso; pero por debajo de esta discusión hay una zona firme de esencial concordia. Todos quieren y sienten de igual modo, en tratándose de asuntos fundamentales para Inglaterra. Y ese es el secreto del vigor de Inglaterra. Allí hay nación. Cuando existe un proyecto nacional, algo que todos quieren, que representa la voluntad de las mayorías, el Estado, como maquinaria de violencia, de fuerza, es el encargado de realizar ese proyecto. En este caso el Estado tiene la misión, el objetivo, de llevar a cabo el proyecto nacional. Entonces, nación y Estado forman una sincrónica orquesta ejemplar”.
“El gobernante que dirige ese Estado se ve obligado a respetar el proyecto colectivo. Pero eso no ocurre siempre. Los países que se independizaron políticamente de España no son naciones. Algunos de ellos no lo son en absoluto. Otros están en trance de serlo, en camino o a punto. La vida social e histórica parece tener grados de realidad. Se puede ser más o se puede ser menos nación”.
“En Santo Domingo no existe aun, de modo pleno, la cristalización “espiritual” que es la nación. No hay un programa en cuya ejecución estén todos empeñados. El Estado por eso no tiene blanco sobre que ejercer su fuerza y autoridad. Al carecer el Estado de proyecto que cumplir y siendo, no obstante, una máquina de coerción, se vuelve contra la sociedad y la aprieta y estruja; nuestro Estado ha sido violencia sin objetivo nacional”. (Lecturas Dominicanas, Playor-Madrid, 1977).

Juan Bosch, López y el discurso sobre el campesino



Profesor Juan Bosch fuente externa
En su libro “La alimentación y las razas”, José Ramón López plantea, desde una sociología positivista y spenceriana, una visión del campesino que no distaba en mucho de las ideologías que sobre este sector aparecían en la época. Lo que resulta interesante es ver el discurso de López y su aceptación y difusión como parte del momento de modernización que vivió el país en las últimas décadas del siglo XIX y principio del siglo XX. Las teorías de López aceptadas y debatidas van a cambiar y en cierto sentido, cobrar una transformación en el nuevo escenario fabril que se vivió con la danza de los millones y el desarrollo de enclave que vivió el país hasta la depresión que se inició en Estados Unidos y en el mundo en 1929.
Creo que en este contexto debemos leer la segunda obra de López, “La paz en la República Dominicana”, y una de las razones para que en la historia del país se conozca y se situé a López más por la primera, en la que las ideas son más recuperables, que por la segunda. Al llegar la época de 1939, el país había vivido un agitado período revolucionario que de alguna manera se manifiesta en los discursos y una tensión entre el campo y la ciudad. Las generaciones del veinte y del treinta retoman una recuperación del campesino como símbolo de la dominicanidad que va a producir cambios estéticos fundamentales; uno de esos cambios es el que se opera en el campo de la poesía con el Postumismo y el otro tiene que ver con la narrativa.
En el campo de la representación simbólica los narradores cambiarán su visión del hombre del campo, fuera del discurso de López, de “La alimentación y las razas” y de aquellos que lo asumían como visión predominante: el campesino como otredad. Y asumirán una visión del hombre rural como subalterno, centro de un proceso redentorista. La tendencia estética está marcada por el realismo-social, en su proyecto de revelar el estado de pobreza de las clases subalternas, con la esperanza que se pudiera dar un estado de conciencia a favor de un cambio social.
La narrativa dominicana dejó de ser realista-costumbrista para integrarse al discurso del campesino, como un subalterno que había que liberar de la pobreza. Cuando el discurso de López adquiere este valor, sobre todo en su segundo libro, “La paz en la República Dominicana”, lo hace a favor de la modernización que vive el país. En ese proceso de desarrollo, el campesino ha pasado de ser concebido como el que obstaculiza la modernidad, a ver un elemento importante, en la medida en que puede dejar el campo y dedicarse a trabajar en los ingenios cañeros. Un proceso parecido ocurre en Puerto Rico en las primeras tres décadas del siglo XX.
Así que los intelectuales, algunos de ellos cercanos a las nuevas ideas socialistas y con el ejemplo de las revoluciones mexicana y rusa, emprenden una literatura que tendrá una valoración distinta y en cierto sentido, antimoderna del campesino dominicano. En el caso específico de Juan Bosch, quien se inicia con la escritura de narraciones libres, el cambio será radical. Bosch no solo moderniza el cuento dominicano y le da una poética, implícita en su primer libro “Camino real”, sino que elabora una nueva visión del campesino en un entramado realismo social.
Y esto se puede observar en el cuento que lleva el título del libro, publicado en La Vega en 1933. El lector podrá darse cuenta que de todos los cuentos a que nos referimos este es el más extenso y tal vez el que menos llene los requerimientos del arte de escribir cuento que, veintisiete años después, publicaría el autor en Venezuela. Por lo que es un cuento que pasa de la poética a la política. Es la política de un sujeto letrado en el mundo campesino. Los símbolos son importantes, hay en el Cibao muchos caminos que llevan a variados lugares. Pero el que aquí queda inscrito es el camino real. En el que se encuentran el narrador, Juan y Floro el personaje principal. Ambos están buscando trabajo. La condición de jornaleros sale a primera vista. Pero Floro enseñará a Juan lo que es el campesino: un ser de valores y de honor.
Y estos aspectos serán constantes en la visión de Bosch y, en cierto sentido, de todo el pueblo dominicano. La solidaridad se da en que Floro no quiere acostarse en su hamaca porque Juan no tiene. Ambos hombres han decidido hacer juntos el camino. La cooperación, la solidaridad y la unidad muestran un conjunto de valores que van apareciendo a lo largo de la narración. Cabe decir que Juan es un letrado y que como personaje intradiegético, aparece como una representación de Juan, el escritor. Esta misma estrategia discursiva caracterizará a la novela “La mañosa” de 1936.
Llegan Floro y Juan a la finca de don Justo. Las descripciones del campesino y la del hacendado contrastan. El campesino, sucio harapiento, trabaja de sol a sol y duerme hacinado junto a otros. Trabaja mucho y gana poco. No le alcanza el salario para un matrimonio furtivo. Mientras que don Justo, vestido de pantalones negros, camisa blanca y sombrero también negro, puede dedicarse a la lectura de libros, periódicos y revistas. Los campesinos no saben leer. La presencia de Juan cambiará el orden de las cosas. Un día, sucio y con sombrero de cana en las manos, se atreve a pedirle al patrón que le preste unos libros, que no sean novelas; libros que traten sobre la sociedad y la política.
En las narraciones está la voz de Juan, su dedicación a la lectura y luego a enseñar a leer a los campesinos. Nos muestran a un héroe redentorista. A un letrado que busca llevar a cabo el proyecto de la modernidad a través de la concienciación, la lectura. Es interesante como el poder de don Justo parece cambiar a través de la luz en la habitación el día que le prestó los libros a Juan. Este, al leer logra su propia humanización y la pertenencia a una comunidad que podía trascender al momento actual. La obra demuestra de forma muy detallada el trabajo en la hacienda. La dedicación de los hombres a un espacio de cultivo de frutos menores y el ordeño de ganado.
Efectivamente, las contradicciones potencian la acción en el cuento. La toma de conciencia de Juan, su lucha por llevar el saber a los campesinos y el enfrentamiento con el amo. En la hacienda no podía entrar otro saber que no fuera el del poder y del dominio de don Justo, voz autoritaria que domina el estado de sumisión y de enajenación social que viven los campesinos. El cuento “Camino real” de Bosch es una afirmación del proyecto campesino, de la moral de trabajo del campesino y de la importancia del campo. En un momento en que la utopía de la modernización había llegado a su punto más bajo con la depresión económica.
Por MIGUEL ÁNGEL FORNERÍN

“El machismo está muy arraigado”

EN EL TSE, DE 285 EMPLEADOS, 113 SON MUJERES, EL 39.6%, PERO APENAS EL 5 POR CIENTO OCUPA PUESTOS DE GERENCIA



Entrevista. La magistrada Mabel Féliz Báez aboga porque las mujeres se preparen para ganarse su espacio.

Wanda Méndez
Santo Domingo


La jueza Mabel Féliz Báez, única mujer que integra el Tribunal Superior Electoral (TSE), percibe un avance en la conquista de la igualdad de género en el país, pero no lo cree suficiente.

Como un obstáculo que ha frenado ese avance, identifica los patrones culturales, que en su opinión, incentivan el machismo, lo cual propone se debe empezar a romper con la educación desde la familia, porque no se cambia de la noche a la mañana.

“Los padres deben ir educando a los hijos desde pequeñitos de que los hombres y las mujeres son iguales, que no hay distinción entre unos y otros, que simplemente somos diferentes en cuanto a lo orgánico”, expresó. 

Advierte que sin esa educación hogareña, por muchas leyes que se hagan, por mucho esfuerzo, va a ser muy difícil. “El machismo está muy arraigado”, dice.

Como un aspecto positivo enumera la aprobación de legislaciones a favor de la igualdad entre hombres y mujeres, en contra de la violencia hacia la mujer, y la cuota femenina de 33 por ciento en las candidaturas a cargos electivos. También el lenguaje inclusivo en la Constitución de hombres y mujeres.

En el TSE, de 285 empleados, 113 son mujeres, equivalentes a 39.6 por ciento, pero apenas 5% está en los puestos de gerencia. Aún así, valora como significativa la presencia de las mujeres en el TSE, porque sostiene que desempeñan los puestos principales del tribunal.

A Féliz Báez le ha correspondido representar al TSE a nivel internacional, no solo como observadora en elecciones sino en encuentros de mujeres de altas cortes, donde se ha discutido el tema de la desigualdad femenina. En esos foros, las participantes han firmado declaraciones en las cuales se comprometen a que en los organismos internos exista una unidad de género.

Cumpliendo con ese compromiso, el Pleno del TSE aprobó recientemente una Unidad de Género que quedó bajo la coordinacion de Féliz Báez.

Esa unidad, resaltó Feliz Báez, tiene la particularidad de que no será solo para la formación de las mujeres del TSE, sino también de los partidos políticos, universidades y sectores de la sociedad, porque será abierta para todas las mujeres.

Empero, destacó que es importante la capacitación de las mujeres sobre la justicia electoral, ya que ve la necesidad de que sepan cómo incoar una acción ante el tribunal y cómo reclamar sus derechos a lo interno de la organización política. “Las mujeres tienen un desconocimiento total de los propios estatutos de los partidos donde están; es importante que conozcan los estatutos que las rigen, para que sepan dónde recurrir internamente. Y de ser negados sus derechos, vengan al tribunal”, planteó.

Pero su inquietud no se limita a la capacitación que pueda dar el tribunal, porque aún lo cree insuficiente, dada las limitaciones económicas que dice tienen las mujeres.

Sugiere que en la ley de partidos políticos se establezca una cuota económica fija destinada a la capacitación de las mujeres. Entiende que si las mujeres tienen una partida destinada para su participación en los partidos se puede lograr igualdad de género en esas organizaciones.

“Las mujeres no manejan recursos en los partidos políticos, las mujeres son excluidas de su participación en los partidos políticos, son excluidas de las direcciones de los partidos, porque están muy limitadas económicamente”, percibe. 

Pero no comparte la idea de que se les dé una cuota fija en los puestos electivos, porque considera que las mujeres deben ganarse las posiciones en buena lid. Cree que las mujeres deben prepararse para ganarse su espacio, sin embargo, sostiene que quizás no se preparan más por las limitaciones económicas dentro de las organizaciones políticas y dentro de la sociedad.


Justicia electoral
Pese al avance que percibe en la participación de las mujeres, en la justicia electoral no ha ocurrido lo mismo, pues las demandas de las militantes políticas no han tenido éxito.



El TSE ha conocido unas diez demandas de mujeres que han alegado violación a la ley de cuota femenina, en algunos casos, y en otros, por vulneración de derechos fundamentales, siendo la mayor cantidad en el 2014, cuando sometieron seis.

Los resultados en materia contenciosa han decepcionado un poco a Féliz Báez, quien, como mujer, quería exhibir jurisprudencias electorales sobre los derechos de la mujer.

La causa de los fallos no favorables, según comentó la magistrada, se debió a que no tuvieron la razón desde el punto de vista jurídico.

“No tenemos una jurisprudencia en este tribunal que haya favorecido una mujer, como era nuestro deseo”, lamentó. 

Justifica que la justicia es igualdad para hombres y para mujeres y que no pueden por pasión, porque hay que tener equidad o igualdad de género, favorecer a una mujer cuando no tiene la razón.

Una experiencia fascinante

Luego de tres años como jueza en el TSE, llega a la conclusión de que la justicia electoral es fascinante. Aprovecha para afirmar que “es un tribunal que no está contaminado”.

Subraya que el TSE está en proceso de reglamentación para crear las bases contenciosas y administrativas. 

Esa novedad fue lo que le motivó a aspirar para pertenecer a esa Corte, dice. Aunque define su experiencia como positiva, principalmente por ser la única mujer en el Tribunal, está consciente que todo no ha sido color de rosa.

Como experiencia amarga, se refiere al hecho de haber estado en boca de personas que quieren enrostrar cosas que no son, afectando su moral y reputación, que le ha costado mucho sacrificio. Recuerda que a un tribunal van dos partes, la que gana nunca habla en mal, y la que pierde acaba con los jueces.

“Esa parte es muy lastimosa, y he tenido que aprender a lidiar. Tuve que decir, bueno, yo fui abogada en ejercicio, y sé lo que es perder y lo que es ganar. Cuando ganas, nunca dices nada, cuando pierdes, insultas”, sostiene.

Para llegar a la Corte, considera que primó su hoja de vida. La valoración de su desempeño en el TSE se lo deja a la sociedad.

Entiende que ahora las pasiones políticas no dejan ver la importancia del tribunal. “Este tribunal con estas decisiones que ha tomado va a ser un referente jurisprudencial y nos van a valorar”, asegura.

Asume ese criterio basada en que los debates o críticas que se han dado con relación a la composición del tribunal han sido meramente personales, y nunca en el plano jurídico. “Tú no has visto nunca que una sentencia haya sido cuestionada en los medios, son sentencias que están fundamentadas en derecho”, apunta.

La experiencia de administrar justicia electoral, junto con cuatro magistrados, la define como bonita, sin sentir ningún tipo de discriminación.
Trayectoria profesional
La jueza Mabel Feliz Báez es oriunda del sureño municipio Cabral, en la provincia Barahona, desde donde se trasladó a Santo Domingo para realizar estudios superiores.

Graduada de doctora en Derecho en la UASD, en el año 1983, a partir de esa fecha se involucró en el ejercicio como abogada en una oficina en el área de Derecho Civil. Por eso, ante las críticas que en su momento le hicieron de que no había ejercido el derecho, comentó que “no solo sudé la toga... la desteñí”. Creó su propia oficina de abogado, ejercicio jurídico que combinó con la docencia académica.

Ocupó algunas funciones públicas, previo a ingresar al TSE. Fue cónsul en Roma e integrante del Consejo Directivo del Indotel. Antes de ser designada jueza, era presidenta del Consejo Nacional de Drogas (CND). Desde la Corte, ha tenido que representar al TSE en eventos internacionales en temas de género. El Pleno del TSE aprobó recientemente la creación de una unidad de género. Ha realizado varios diplomados y una maestría en relaciones internacionales.

La mujer en la encrucijada

Margarita Cedeño De Fernández
El pasado 27 de febrero, mientras escuchaba a la primera mujer en la historia dominicana que ocupa la Presidencia de la Asamblea Nacional, Cristina Lizardo, referirse al gran avance que ha experimentado la mujer dominicana en los últimos años, no pude más que reflexionar sobre las evidencias que sustentan el notable avance que ha experimentado la mujer en el mundo.
Si bien es cierto que los indicadores de participación de la mujer en la fuerza productiva, en niveles de escolaridad e ingreso, participación política, empoderamiento económico y social, han aumentado considerablemente, no menos cierto es que estos logros aún son endebles y no se han consolidado.
Además, los mismos se ven empañados por la constante de una sociedad que, en casi todos los países, discrimina a la mujer por su situación, a pesar de que hemos demostrado estar a la vanguardia en preparación y capacitación.
Muestra de esta situación es el hecho de que sólo un tercio de los puestos directivos a nivel mundial será ocupado por mujeres en los próximos 10 años. Para el caso de los puestos políticos, la perspectiva es peor. En Brasil, por ejemplo, país gobernado por una mujer, sólo 1 de cada 10 curules parlamentarias –tanto en el Congreso como en los Estados- está ocupada por una mujer. Escenas parecidas se repiten en casi todos los países de la región.
Hace apenas unos días, la Corporación Latinobarómetro, que lleva años elaborando importantes estadísticas sobre nuestra región, publicó el informe “América Latina frente al Género”, donde afirma que “la mayor brecha ante la igualdad de género en América Latina es cultural”. Y es así, hemos permitido que nuestras culturas acepten la discriminación como un hecho, en lugar de condenarla.
A pesar de los avances, millones de mujeres en todo el mundo continúan sirviendo una condena de injusticia social, sufriendo las consecuencias culturales que le alejan del empoderamiento y la autodeterminación.
Miguel Focalt Luque, economista de la Comisión Europea, ha dicho: “una sociedad que tolera la discriminación hacia determinados miembros es una sociedad injusta. Por eso, si lucho contra el machismo, lucho en realidad por una sociedad más justa.” Al 2013, la tasa de desempleo en mujeres jóvenes triplica la tasa nacional del desempleo. Es decir, una mujer joven, entre 15 y 24 años, tiene el triple de probabilidades de estar desempleada, que un hombre en las mismas condiciones.
Aún aquellas que han logrado alcanzar puestos directivos, sufren discriminaciones en el ámbito laboral.
Si un hombre y una mujer ocupan un mismo puesto laboral, con las mismas condiciones y capacidades, el hombre gana 27% más que la mujer.
De igual manera, de 10 puestos de trabajo existentes en el mercado laboral, hay 6 que están ocupados por hombre. Sin embargo, aunque esta cifra no parezca preocupante, resulta que la mayor parte de las mujeres que tienen una ocupación, están en el sector informal, lo que les impide tener seguridad social y beneficios laborales.
Lo cierto es que “ningún factor objetivo explica la brecha salarial entre hombres y mujeres”, como ha indicado Rosalía Vásquez-Álvarez de la OIT, refiriéndose a España, una afirmación que aplica en todas partes del mundo.
La mujer se encuentra ante la encrucijada, porque hoy confluyen en ella las satisfacciones de grandes avances y la necesidad de continuar la lucha por el fin de la discriminación basada en género.
Este año 2015, el mundo celebra los 20 años de la celebración de la Cuarta Conferencia Mundial de la Mujer, que reunió a 17 mil participantes y 30 mil activista en Beijing en el año 1995, evento que resultó en la Declaración de Beijing, una plataforma para el avance de los derechos de la mujer. A 20 años de ese gran evento, tenemos la oportunidad de repasar los acuerdos alcanzados en aquella ocasión y generar nuevos compromisos, que aceleren el proceso de empoderamiento de la mujer, para poner punto final a la discriminación.

Derecha Venezolana apuesta al caos en la patria de Bolivar

Intentona golpista contra Venezuela

venezuela-estados unidos
Simpática ave de la fauna amazónica, el tucano es bien conocido por su espectacular pico de vistoso color. Pero también es el nombre de un agresivo “pájaro de acero” fabricado por el constructor brasileño Embraer, cuya denominación militar es EMB 312, y cuyos dos modelos más vendidos son: el T-27 en su versión de entrenamiento, y el AT-27 armado para ataques a tierra. Es una de las aeronaves de entrenamiento más vendidas en el mundo. La aviación militar de Venezuela, por ejemplo, posee una treintena de Tucanos.

Y precisamente uno de esos Tucanos militares, artillado para atacar, debía bombardear el Palacio de Miraflores, en Caracas, el pasado 12 de febrero. Y matar al Presidente Nicolás Maduro. Tenía asimismo por misión atacar el Ministerio de Defensa, destruir el edificio que alberga los estudios del canal de televisión internacional TeleSUR para sembrar el caos y la confusión.
Según reveló el propio presidente Maduro, la intentona de golpe fue desarticulada gracias a la habilidad de los organismos de inteligencia bolivarianos. Ello permitió el arresto de un grupo de oficiales de la aviación y de civiles uniformados. “Se trata –declaró el mandatario venezolano– de un intento de utilizar a un grupo de oficiales de la aviación para provocar un ataque y un atentado golpista contra la democracia y la estabilidad de nuestra patria; es un coletazo del llamado ‘Golpe azul’ (1) de hace un año, en febrero-marzo de 2014”.
Nicolás Maduro contó que uno de los oficiales involucrados estaba “comprometido”, desde el año pasado, con grupos de la ultraderecha venezolana que buscaban generar de nuevo disturbios violentos en el país. El presidente reveló que, después de una serie de investigaciones, las autoridades militares exigieron que ese oficial fuera cesado de las Fuerzas Armadas. “Pero hace unas semanas –explicó el mandatario– varios opositores lo contactaron de nuevo, le pagaron una suma importante en dólares y le confiaron varias misiones. Al mismo tiempo, la Embajada de Estados Unidos le concedía un visado con fecha del 3 de febrero, y le garantizaba que, ‘si eso falla, ya sabes, tienes el visado para entrar en EE.UU. por cualquiera de nuestras fronteras’”.
A partir de ese momento –siguió relatando Nicolás Maduro– ese oficial contactó con cuatro compañeros más para ejecutar las misiones “trazadas desde Washington”. Una de ellas consistía en grabar en vídeo unas declaraciones del general de aviación Oswaldo Hernández Sánchez en la cárcel en la que se halla detenido por haber intentado ya dar un golpe de Estado en 2014.
“La orden era grabar un vídeo de este general a quien apodan ‘El Oso’ y, el 12 de febrero, en los actos de conmemoración (2) hacer despegar un avión Tucano y atacar el Palacio de Miraflores, y otros ‘objetivos tácticos’ como el Ministerio de Defensa, el Consejo Nacional Electoral (CNE) y la sede del canal TeleSUR. La orden de iniciar la acción putschista se disparaba en el momento en que un diario de la oposición publicase lo que ellos llamaban el ‘programa de gobierno de transición’” (3).
Por su parte, Diosdado Cabello, presidente de la Asamblea Nacional venezolana, y Jorge Rodríguez, alcalde del municipio Libertador de la capital, aportaron en Caracas, el 13 de febrero pasado, más detalles de la intentona golpista. Ambos dirigentes chavistas confirmaron que los oficiales detenidos habían admitido que la publicación de un “Manifiesto” en la prensa era una de las señales para lanzar la tentativa, cuyo nombre de código era: “Operación Jericó” (4).
Ambos revelaron que, según las declaraciones de los detenidos, los golpistas tenían la intención de “liquidar” desde el primer instante, además de al presidente Nicolás Maduro, a los propios Diosdado Cabello y Jorge Rodríguez, y a dos personalidades bolivarianas: Tibisay Lucena, presidenta del CNE, y Tareck El Aissami, ex ministro del Interior y actual gobernador del Estado Aragua.
Por otra parte, identificaron, además de al general Oswaldo Hernández, alias ‘El Oso’, a los otros presuntos cabecillas de la conspiración, a saber: el capitán Héctor José Noguera Figueroa; el coronel José Suárez Rómulo; el primer teniente Ricardo Antich Zapata (presuntamente encargado de los contactos con la Embajada de Estados Unidos), y el primer teniente Luis Hernando Lugo Calderón (5). También mostraron parte del arsenal incautado, en particular armas de alto calibre como fusiles semi-automáticos AR-15, ametralladoras y granadas. Asimismo revelaron que se habían descubierto mapas de la ciudad de Caracas con varios “objetivos tácticos” marcados: el Palacio de Miraflores, los Ministerios de Defensa, del Interior y de Justicia y Paz; el Consejo Nacional Electoral, la Dirección de Contrainteligencia Militar y el canal TeleSUR.
Cabello y Rodríguez designaron como “autores intelectuales” de la intentona golpista y del proyecto de magnicidio a dos personalidades de la oposición: Antonio Ledezma, alcalde metropolitano de Caracas (detenido el pasado 19 de febrero), y Julio Borges, diputado opositor. También afirmaron tener pruebas de la participación de personal de la embajada estadounidense: “Una funcionaria de la embajada llamaba a las esposas de los generales venezolanos y les decía que el nombre de su esposo estaba en la lista de personas sancionadas por el Congreso de los EE. UU. Y que el visado de toda su familia para ingresar en territorio estadounidense había sido invalidado. Buscando crear zozobra en las familias de los oficiales”, explicó Jorge Rodríguez.
El presidente Maduro dijo, por su parte, tener en su posesión el “plan de gobierno” redactado por los golpistas, en el que se eliminaban los poderes públicos y se amenazaba a los cubanos de las misiones de servicio social (salud, educación, deporte). “También hablan –dijo Maduro– de privatizar PDVSA (Petróleos de Venezuela Sociedad Anónima), de disolver todos los poderes públicos, de suspender las garantías democráticas, de liberalizar el sistema de cambio y de regalar los dólares otra vez a la oligarquía”. El Presidente añadió que, en ese “Plan de gobierno”, los golpistas “lanzan una amenaza contra lo que ellos llaman ‘los colectivos’ –que nosotros sabemos que es el pueblo venezolano–, anunciando que, cuando lleguen al poder, actuarán contra ellos con toda la fuerza militar. Y a los cubanos de las misiones en Venezuela, les dan veinticuatro horas para presentarse ante las oficinas del nuevo gobierno de facto o ‘se enfrentarán a las consecuencias’(…)”
A pesar de todos estos detalles y pruebas aportados por las máximas autoridades venezolanas, los medios de comunicación internacionales (incluso en América Latina) han dado poco crédito a este anuncio de intento de golpe de Estado. Esta ‘incredulidad’ forma parte –desde hace quince años– de la estrategia de los grandes medios de comunicación dominantes en guerra contra la revolución bolivariana, para desacreditar a las autoridades bolivarianas. Indiferente a esa hostil actitud, el presidente Nicolás Maduro ha seguido explicando, con perseverancia pedagógica y con toda clase de pruebas, cómo, desde el fallecimiento de Hugo Chávez (hace exactamente dos años), y desde su elección (el 14 de abril de 2014), un “golpe lento” está en marcha para intentar derrocarlo.
Esta vez, el golpe se iba a ejecutar en cuatro fases (6). La primera comenzó a principios del mes de enero de 2015, cuando el presidente Maduro realizaba una larga gira por el extranjero (China, Irán, Qatar, Arabia Saudí, Argelia y Rusia). Esta fase se realizó con el apoyo de sectores del empresariado que impulsaron campañas de acaparamiento de alimentos básicos y productos de primera necesidad, con el fin de crear escasez y malestar, preparando las condiciones para que los ciudadanos salieran a las calles a protestar y a saquear supermercados. Lo cual no se produjo.
En la segunda fase, los grandes medios de comunicación internacionales intensificaron la difusión de reportajes, noticias y artículos que daban una imagen distorsionada de la realidad venezolana. Haciendo creer que, en el país del “socialismo del siglo XXI”, se estaba produciendo una auténtica “crisis humanitaria”. El presidente Maduro denunció, en esta ocasión, el detestable papel desempeñado, en esa fase de la “operación Jericó”, por varios periódicos españoles (El País, ABC).
La tercera etapa debía estar protagonizada por un “traidor”, que, en la televisión y en los grandes medios de comunicación, haría un llamamiento solemne a la rebelión. Aunque el presidente no aclaró quién sería ese “traidor”, alertó a los ciudadanos: “No quiero alarmar a nadie pero estoy obligado a decir la verdad (…) Están buscando a un traidor y pido al pueblo que esté alerta”.
La cuarta fase del golpe es la que se desveló el 12 de febrero, con la participación de un grupo de oficiales putchistas de la aviación militar, financiados desde el extranjero. Entonces se anunciaría el “Programa de gobierno de transición”. Y se enterraría la revolución de Chávez.
Pero incluso en cuatro fases, el golpe fracasó. Y la revolución bolivariana sigue viva.
(1) El ala más derechista de la oposición venezolana –liderada por personalidades ultraconservadoras como Leopoldo López (detenido el 20 de febrero de 2014), Antonio Ledesma (detenido el 19 de febrero de 2015) y María Corina Machado (ex diputada)– lanzó un movimiento llamado “la Salida” que fomentó una suerte de “golpe blando” o “golpe azul” con la intención de derrocar al Presidente Nicolás Maduro mediante la financiación de violentas protestas callejeras (las “guarimbas”) que causaron 43 muertos, 878 heridos e incontables daños.
(2) El 12 de febrero, en Venezuela, es el Día de la Juventud; se conmemora la batalla de la Victoria, durante la guerra de Independencia, en la que unos mil estudiantes de Caracas hicieron frente a las tropas españolas y las derrotaron.
(3) El manifiesto se publicó el 11 de febrero pasado en el diario opositor caraqueño El Nacional, en página 5, con el titulo: “Llamado a los venezolanos a un acuerdo nacional para la transición”. Léase: http://www.voluntadpopular.com/index.php/ver-noticia/8-noticias/2330-llamado-a-los-venezolanos-a-un-acuerdo-nacional-para-la-transicion
(4) En alusión a la Biblia, y más precisamente al Libro de Josué, donde se cuenta que, cuando Josué, a la cabeza de los israelitas, llegó ante las murallas imponentes de la ciudad de Jericó, Dios le dijo que ordenara a los sacerdotes tocar las trompetas: Cuando todos escuchen el toque de guerra, el pueblo deberá gritar a voz en cuello. Entonces los muros de Jericó se derrumbarán, y cada uno entrará sin impedimento.
(5) Los demás oficiales golpistas serían : la capitana Laided Salazar De Zerpa, alias “Manuelita”; los capitanes Andrés Ramón Thompson Martínez, Nerio Alfonso Cordova Moreno; Carlos Manuel Osuna Saraco alias “Guillermo”; el mayor Cesar Pérez Carrero; el primer teniente Wilfredo Amado Castillo Colmenares; el primer teniente Javier Salazar Moncada; el primer teniente Miguel Ángel Salazar Molina; el primer teniente Carlos Esqueda Martínez; y el primer teniente Jofre de Jesús Pineda Trejo.
(6) Léase, sitio web de TeleSUR, Caracas, 12 de febrero de 2014.http://www.telesurtv.net/news/Gobierno-venezolano-desmantela-atentado-golpista-20150212-0053.html

(Tomado de Le Monde Diplomatique)

domingo, 1 de marzo de 2015

Recordando al prócer dominicano Manuel de Jesús de Peña y Reynoso. Se destacó como periodista y escritor.

2 de agosto del 1915Fallece en la Habana el educador dominicano Manuel de Jesús de Peña y Reynoso
LA HABANA, el 2 de agosto de 1915, murió en la Habana, Cuba, el educador y prócer dominicano Manuel de Jesús de Peña y Reynoso. Se destacó como periodista y escritor.
De joven se dedicó a la enseñanza y a los 16 años ya era considerado en Santiago de los Caballeros y comunidades aledañas, como una persona con las cualidades de un educador.
Manuel de Jesús de Peña y Reynoso nació en la sección Arenoso, Santiago, el 2 de diciembre de 1834, hijo de Diego de Peña y Luliana Reynoso, inmigrantes canarios.
Entre los primeros maestros que influyeron en su personalidad figuran Juan Luis Franco Bidó, Benigno Filomeno Rojas y el presbítero Gaspar Hernández.
A la edad de 20 años se trasladó a Santiago de Cuba. Allí se encontraba cuando el 10 de octubre de 1868, en Yara, Carlos Manuel de Cépedes inició el primer movimiento por la Independencia de Cuba, que se conoce como la “Guerra de los 10 Años”.
Manuel de Peña y Reynoso se integró a la lucha por la Independencia de Cuba. Durante el proceso trabajó como secretario de Carlos Manuel de Cépedes y Máximo Gómez.
En reconocimiento a sus méritos fue ascendido al rango de General de División. Regresó a República Dominicana, en el año 1873.
El escritor santiaguense José Ulises Franco, anota que al llegar al país, Manuel de Jesús de Peña y Reynoso fijó su residencia en Santiago de los Caballeros, donde fundó el Colegio Paz, donde desarrolló una extraordinaria labor patriótica y cívica en compañía de los profesores José María Vallejo y Federico García Godoy.
“Ejerció el magisterio –su vocación favorita-, como director de la Escuela Superior de Montecristi; del Colegio San Felipe, de Puerto Plata; del Colegio Central, de Santo Domingo, y de la Escuela Normal, de Santiago de los Caballeros, a raíz de su fundación en 1902 hasta 1904”.
El 4 de junio de 1874 fundó la Sociedad Literaria “Amantes de la Luz”, la más antigua institución cultural establecida en la República Dominicana.
José Ulises Franco estima que “Manuel de Jesús de Peña y Reynoso fue, sin duda, uno de los espíritus más inquietos y fogosos de su tiempo, jamás vacilaba en acudir a la defensa de las libertades públicas, enfrentándose a toda clase de peligros. Ocupó diversos cargos entre ellos una diputación y un ministerio”.
Manuel de Jesús de Peña y Reynoso, volvió a Cuba en 1904 y permaneció allí hasta la hora de su muerte, el 2 de agosto de 1915, en la ciudad de la Habana, donde también falleció su esposa Caridad Badín y Justic, nativa de Santiago de Cuba.
Los restos de Manuel de Jesús de Peña y Reynoso y su esposa fueron sepultados en la capital cubana.

EL DUARTE DE MIGUEL NÚÑEZ

DANIEL BALCÁCER: EL DUARTE DE MIGUEL NÚÑEZ

De  Juan Pablo Duarte  solo se conoce una fotografía hecha en  Caracas  en 1873 cuando el patricio contaba con 60 años de edad.  A...