MORAL Y LUCES

MORAL Y LUCES

sábado, 5 de octubre de 2013

Noam Chomsky analiza la izquierda, habla de la nueva América Latina

Chomsky at the World Social Forum (Porto Alegr...

“El desarrollo comunitario y la creación de empresas cooperativas gestionadas por sus trabajadores son avances revolucionarios”
Tiempo Argentino
Noam Chomsky sabe incomodar. Nació en Estados Unidos y es un persistente crítico de su gobierno y su sociedad. Fue criado en el seno de una familia judía exiliada de Ucrania pero eso no le impide cuestionar ciertas políticas del Estado de Israel. Precisamente por su espíritu insurrecto y sus agudos comentarios es considerado uno de los intelectuales más influyentes en el mundo contemporáneo.
Su apellido resonó por primera vez con fuerza hace 55 años cuando en su curriculum sólo se destacaban sus estudios en Lingüística. Su libro Estructuras sintácticas marcó un hito en la materia y sus contribuciones incluso inspiraron aplicaciones en la Informática y la Medicina. Desde entonces, su fama se fue incrementando a la par que su curiosidad lo llevó a incursionar en otras disciplinas. Hoy, con 83 años, más conocido como filósofo y cientista político, Chomsky sigue rebelándose hasta a la jubilación y prodiga una incansable hospitalidad a los periodistas que hacen cola para conocer sus opiniones.
En una pequeña mesa redonda donde se apilan libros, fotocopias y cuadernos, Chomsky recibe a Tiempo Argentino con una amigable sonrisa y un té en la mano. Entre los papeles de su oficina ubicada en el octavo piso del Massachusetts Institute of Technology, más conocido en la jerga académica por sus siglas MIT, sobresale un anillado con el título “What then must we do?” (¿Qué debemos hacer entonces?), escrito por Gar Alperovitz. Su presencia cobrará sentido a lo largo de la conversación cuando recomiende su lectura para entender uno de los hechos “revolucionarios” más importantes que están pasando en EE UU: el movimiento de empresas recuperadas. A propósito de ello, Chomsky recordará que “algo de esa iniciativa, de hecho, vino de la Argentina post colapso”.
Las primeras palabras de la conversación pasan inevitablemente por Gaza, ciudad de donde volvió justo antes de que Israel lanzara la última ofensiva. Allí recorrió los hospitales que todavía hoy aparecen en todos los noticieros y comprobó los problemas que tienen los médicos para conseguir medicamentos. Chomsky aún recuerda que uno de los que conoció en su viaje es el que se popularizó en las portadas de los diarios alrededor del mundo, sosteniendo entre brazos a un niño muerto. A 9000 kilómetros de allí, el filósofo ahora sigue atento las discusiones en la arena diplomática.
Aunque la situación en Medio Oriente tenga hoy el primer lugar en la agenda informativa, Chomsky también ha estudiado con profundidad la historia de América Latina y ha escrito recurrentemente sobre la región en los últimos tiempos. Es que desde principios del siglo XXI sus países se han levantado “por primera vez en 500 años ante la dominación occidental y de EE UU”, explica. “También han estado moviéndose despacio pero significativamente hacia la unificación y muy lentamente se han ocupado de algunos asuntos internos muy extremos”, agrega antes de analizar lo que puede esperarse de las relaciones entre Latinoamérica y EE UU en el segundo gobierno de Barack Obama.
“Todos estos desarrollos muy positivos para América Latina a EE UU no le gustaron. Además, prácticamente lo empujaron de las bases militares que le quedaban en la región. Luego, en las reuniones hemisféricas quedó bastante aislado, como sucedió en Cartagena hace unos meses, cuando EE UU y Canadá quedaron contra el resto del hemisferio en los asuntos más importantes. Y, de hecho, si hay otra reunión continental no me sorprendería que EE UU y Canadá queden excluidos. Ante esto, lo que EE UU ha estado intentando hacer con Obama es reconstruir la posición de influencia y control. En Honduras, por ejemplo, Obama ha logrado llevar adelante un golpe de Estado. En Paraguay, no conocemos los detalles, pero supongo que Estados Unidos está detrás de la destitución de Lugo también. En Chile, EE UU está trabajando por debajo del radar, desarrollando relaciones militares para poder restablecer bases y esencialmente, si no restablecer el viejo sistema, al menos volverse más fuerte. Aunque no creo que funcione.”
–¿Hasta qué punto el desarrollo de los países de América Latina tiene que ver con que Estados Unidos ha estado concentrado en otros temas?
–Cuanta menor atención preste EE UU al continente, mejor para este último. Pero no se debe dar por sentado que eso haya ocurrido. De hecho, creo que ha estado prestando bastante atención. Cuando algo pasa en América Latina, EE UU está allí. En los ’80 estuvo muy activo en Centroamérica. En los primeros años de las dictaduras sudamericanas, EE UU apoyaba a todas. En Argentina, por ejemplo. En los ’90, América Latina estaba bastante bajo control con la estructura de los programas de ajustes, por lo que EE UU no tuvo que hacer mucho. Pero en la última década, EE UU ha sido empujado afuera y ha tratado con mucho ahínco de reconstruir su posición. Creo, en definitiva, que trata de aplicar más o menos la misma política que antes, pero tiene menos capacidad para implementarla.
–Varios de los gobiernos de América Latina que han sentado una posición más dura en su relación con Estados Unidos también se han enfrentado a las corporaciones mediáticas y han promovido nuevas medidas para regular el poder de los medios. ¿Cómo analiza eso?
–La situación de los medios en América Latina es prácticamente un escándalo. Están enormemente centralizados, en control privado, son muy reaccionarios y muy dañinos para los países. Dan una imagen muy distorsionada del mundo. Sin embargo, no creo que la respuesta correcta sea que los gobiernos los constriñan, sino que ayuden al surgimiento de alternativas comunitarias. En cierto punto eso ha comenzado a hacerse en Venezuela. Por otro lado, cuando ocurrió allí lo del canal RCTV, que no fue cerrado pero sí empujado al cable, escribí que acordaba con las protestas occidentales y también con el hecho de que algo así no podía suceder en EE UU. Pero agregué algo que lo hizo impublicable aquí. No puede pasar en este país por una buena razón: si algo así pasara acá, si la CBS, por ejemplo, apoyara un golpe de Estado contra el gobierno y después de unos días ese golpe hubiera sido revertido, no habría ningún juicio a los directivos y la cadena no seguiría transmitiendo. Simplemente, los dueños y directivos de esa estación serían asesinados por una escuadra especial sin juicio previo.
–¿Cree que el enfrentamiento abierto entre los gobiernos y los medios concentrados ayuda a concientizar a la gente acerca de los intereses detrás de los medios?
–En la mayor cantidad de países, los gobiernos apoyan a los medios concentrados. Y en las ocasiones en que eso no es así, creo que la mejor forma de responder no es poniendo presión, sino desarrollando alternativas, que es algo que el gobierno puede hacer. Algo así se está queriendo desarrollar acá en una pequeña medida. Por ejemplo, cuando el sistema de cable apareció en EE UU a inicios de los ’70, el Congreso aprobó una ley que impedía a las compañías de cable tener monopolios en algunas áreas particulares. Por ejemplo en la zona donde estamos, Cambridge. Cualquier red de cable que quisiera operar aquí debía incluir una señal comunitaria. Es una gran falla de la izquierda de EE UU que no aprovechen esta oportunidad. Acá hay una estación de la comunidad y si vas ahí te sorprendería ver que el equipo es bastante bueno. No es CBS, pero es mejor que otros en poder de movimientos políticos. Y muchas veces están dirigidos por lunáticos porque la izquierda no los usa. Llegan a mucha gente y podría ser usado como una base de medios alternativa.
–¿Qué es lo que les falta a los grupos de izquierda para sacar partido de esa posibilidad?
–Eso es lo que he estado discutiendo durante 40 años. Tienen muchas críticas sobre los medios que están justificadas, pero hay muy poco trabajo en tratar de crear alternativas. Y puede ser hecho, como pasó con Democracy Now, que funciona. Pero si los grupos de izquierda usaran esas posibilidades que están a mano, podrían hacer más cosas. Hay mucho para hacer.
–Y no sería importante sólo el contenido, sino también la forma en que se lleva a cabo…
–Estuve una vez en Brasil, antes de que Lula fuera elegido presidente, y una tarde él me llevó a los suburbios de Río, donde vi algo muy interesante de los medios populares que no sé si todavía funciona. Lo que pasaba era que un grupo de profesionales de los medios de Río iba a una plaza en el medio de una ciudad a las nueve de la noche, prime-time, y ponían un camión con una pantalla. Allí pasaban programas que eran sólo para la gente que estaba sentada en la plaza o en los bares de alrededor. Los contenidos habían sido escritos por gente de la zona, actuados por ellos y eran interesantes. No podía entender todo lo que decían, pero sí me daba cuenta de que algunos eran comedia, otros eran más serios y hablaban sobre la crisis de la deuda o sobre el HIV, por ejemplo. Después de los programas, una de las actrices iba con el micrófono y una cámara a pedirle un comentario a la gente que los había visto. Esas opiniones eran pasadas en la pantalla gigante y otra gente se sumaba. Generaba interacción comunitaria y esa gente no miraba la televisión prime-time, sino que prefería mirar eso. Todo estaba hecho por la comunidad salvo el equipo, que venía de la ciudad. Cosas como esas pueden ser hechas.
–Procesos políticos como la Primavera Árabe, el movimiento Occupy o el de indignados han conmovido sociedades con sus planteos. ¿Cree que estos grupos tienen potencial revolucionario?
–Creo que son importantes, pero hay muchas otras cosas también revolucionarias que están sucediendo. Por ejemplo, los desarrollos comunitarios y el trabajo en empresas. Algo de esa iniciativa, de hecho, vino de la Argentina post colapso. Gar Alperovitz trabaja sobre ello y cuenta de lugares como en Cleveland, donde hay una red de empresas cuyos propietarios son sus propios trabajadores. Cooperativas que empiezan a establecer vínculos a nivel internacional con otras empresas en España. Hoy eso está en varios lugares del país y es revolucionario. No sé si se alcanzará una escala como para cambiar la sociedad, pero es una de las cosas más importantes que están pasando.
–Una joven española que participó del movimiento de indignados en España decía que admiraba la experiencia de Occupy Wall Street porque en su país reclamaban por derechos que habían perdido y en EE UU por derechos que nunca tuvieron…
–Es que aquí se pelea por los derechos de otras personas. Ninguno de los que está en el movimiento Occupy y pasa el tiempo en el parque Zuccotti es pobre. Todos tienen, al menos, un plato de comida en la mesa y no vienen de los barrios más desventajados. Esa gente no tiene tiempo para estas cosas. Sin embargo, creo que están logrando llamar la atención de los medios en muchos aspectos. Los hechos que Occupy trajo se pusieron en el centro de la agenda nacional. Antes, se hablaba muy poco de la desigualdad, del fraude bancario, de la compra de las elecciones. Estas cosas ahora están siendo discutidas. De hecho, el slogan de “somos el 99% vs el 1%” se puede leer en la prensa de negocios y todos hablan de ello. Además, están haciendo cosas. Por ejemplo, con el huracán Sandy de hace un par de semanas, los primeros en salir a ayudar fueron los chicos de Occupy. También están ayudando a la gente que está siendo desalojada de sus hogares por los bancos: los apoyan para resistir el desalojo o van a la Corte a protestar. Por eso, puede transformarse en algo muy constructivo. De hecho, creo que lo más importante que hicieron, que la mayoría de la prensa no lo reconoce y nadie habla de ello, es que rompieron la atomización de la sociedad. Esta es una sociedad en la que la gente esta sola. Es casi sociopático. La gente no se junta para hablar, quedan atrapados en la televisión, en el consumo de bienes. Pero Occupy reunió a la gente, los puso a hacer algo cooperativamente. Abrió un espacio de discusión, interacción. La gente está aprendiendo a hacer cosas juntos y eso es muy importante y, en especial, en una sociedad como esta. Si dura, puede ser importante para inspirar a más grupos.
–¿Piensa que de este movimiento puede derivarse un cambio más profundo en la sociedad?
–Es uno de los tantos lugares. Hay muchas cosas que pasan en el país. Esto fue una especie de chispa y se puede ver. Se pudo ver en el hecho de que el día después de Zuccoti había movimientos Occupy en todo el país y, de hecho, en otras partes del mundo. Y ha pasado sólo un año, no se puede decir más, pero ha sido muy exitoso. Y si se pueden asociar a otros movimientos, como el de empresas recuperadas, puede ser muy interesante.
Una mirada a las redes sociales
La oficina de Noam Chomsky está repleta de libros. Entre dos escritorios en forma de letra L que ocupan dos de los laterales de la habitación, apenas hay un espacio libre para algunos portarretratos familiares. No sorprende que Chomsky admita no mirar mucha televisión y que se informa a partir de “toneladas de lectura”. “Leo la prensa nacional, la prensa de negocios, la internacional. Un sinfín de periódicos con un amplio espectro de perspectivas, incluso conservadoras”, describe. El cronista confiesa entonces que antes de la cita revisó sus datos biográficos en Wikipedia.
“Yo uso Wikipedia para algunas cosas. Si querés saber sobre matemática o historia medieval, está bien. Pero si es algún tema contemporáneo y controversial, entonces hay que ser muy cauteloso.”
–¿Y las redes sociales?
–No tengo una opinión porque estoy fuera de moda. La gente me dice que tengo una cuenta de Facebook, pero no la abrí yo.
–Le atribuyen un rol importante en la Primavera Árabe.
–Acá también tienen un rol importante. Cualquier grupo activista anuncia lo que hace en las redes sociales para sumar gente a sus actividades. Eso está bien, no tengo ninguna objeción contra ello. Pero lo más que hago es leer blogs ocasionalmente. Creo que es una gran cosa que cualquiera pueda decir lo que quiera en Internet, pero significa que el 99% son cosas sin importancia.
–Se suele criticar que afecta al periodismo acelerando los procesos y contribuyendo a la pérdida de análisis y chequeo de datos…
–Por eso leo los diarios y no las redes sociales. Pero algo interesante sucedió en la Primavera Árabe. En un punto (el presidente de Egipto Hosni) Mubarak cerró Internet. La interacción creció porque en vez de twitear la gente hablaba entre sí y la organización iba más rápido. Es decir, acelera las cosas pero tampoco tanto.

viernes, 4 de octubre de 2013

Libia, un tiempo después

LIbia

Libia parece detenida en el tiempo. Contrariamente a la gran cobertura “precisa” y constante de los medios masivos de comunicación en la operación de la OTAN para “liberar” al pueblo libio, después del asesinato de Muammar al-Gaddafi hace ya dos años a manos de los “rebeldes”, la nación aparenta estar en estado de coma. Hechos de última hora —el ataque a la embajada rusa y el informe de la ONU sobre el uso de la tortura en cárceles de ese país— vienen siendo destellos de una hemorragia interna que escapa de las prioridades de la prensa occidental.
 “El único camino al cielo es el camino al aeropuerto”, decía un letrero pintado en un muro en el paseo marítimo en Trípoli. Libia ha cambiado. En cierto modo, el cambio que pedía el presidente estadounidense, Barack Obama, para ese pueblo “oprimido por un régimen dictatorial”, tuvo éxito. Ahora gobierna un grupo de señores de la guerra, al estilo somalí, y con la huella de Iraq y Afganistán.
Diversas historias publicadas recientemente en la revista The Economist, narran lo que ha estado pasando en este último año. En la ausencia de un gobierno viable o de instituciones de seguridad nacional, las milicias armadas se han apoderado de las calles. Ciudades como Trípoli, se pasan semanas sin agua y servicio eléctrico. Los asesinatos y la corrupción se han elevado a niveles incalculables.
“Nadie está a salvo en Libia”, gritaba una cara desconocida entre la humilde multitud que había nacido en esa región del norte de África. No importa si ayudaste a repartir armas a la “rebelión”. No importa si financiaste toda la invasión, o si en persona entregaste las bombas que la OTAN dejó caer sobre la población civil. Libia no es país para viejos.
La mayoría de los expertos coincidieron en que la guerra contra Gaddafi tenía como objetivo principal apoderarse del petróleo de esa región. Como mismo lo vivieron países africanos por sus recursos naturales. Ahora Siria se siente en el pellejo de su vecino por lo que muchos llaman el recurso fundamental del siglo XXI, el gas. Sin embargo, la situación se les escapa de las manos.
Lo que vendría siendo el botín por su participación en la guerra contra el “dictador” Gaddafi,  pasó a manos de las milicias que controlan la mayoría de los campos de petróleo y la terminal de exportación. Todo el que estaba dispuesto a “ayudar” en la reconstrucción de Libia parece haberse esfumado. Magnates y negociantes franceses y británicos quienes esperaron ansiosos meses de bombardeos y destrucción de todo el patrimonio cultural libio, salieron del país luego del asesinato del embajador estadounidense y los ataques a varias embajadas y consulados extranjeros. La situación ha llegado a tal punto, que el mismísimo primer ministro libio, Ali Zidan, amenazó con bombardear cualquier cargamento petrolero que se dirija cerca de estos emplazamientos.
Lo mismo sucede al sur de Iraq, y ahora también al este de Siria. “Las milicias y las tribus locales controlan los campos de petróleo de Deir Al-Zour, refinan ellos mismos el petróleo a mano y lo venden ilegalmente”, dijo el periodista árabe Abdel Bari Atwan, del sitio web Global Research.
La situación es difícil, incluso para los propios políticos que tomaron el poder luego de arrebatarle el mando a Gaddafi. El pasado 4 de agosto dimitió el primer ministro de Libia Awadh al-Barassi. En su lugar, Ali Zeidan da codazos con las diferentes etnias que se reparten el país. El propio ministro del Interior —hasta el 18 de agosto— renunció luego de un cortísimo periodo en funciones, alegando el fracaso en hacer frente al descontento, la violencia, y en ganarse la confianza del pueblo o en financiar adecuadamente a las agencias del Estado para proporcionar los servicios más básicos.
Entre tanto, para el mundo, Libia permanece inamovible. La mayoría de los corresponsales abandonaron el país, o han muerto en el intento. Los asesinatos de políticos y periodistas, se han convertido en la noticia innata de los medio locales. Incluso, el coronel Yussef Ali al-Asseifar, encargado de investigar dichos asesinatos y darle fin a la corrupción que reina en el país, fue asesinado por una bomba colocada en su coche.
Algunas personas ven en esto, un periodo transitivo, una situación provisional que pasará y habrá al fin esa “paz” que occidente quería para el pueblo libio. No obstante, el fantasma de Iraq y Afganistán persigue convicciones. El pueblo dejó de creer en “intervenciones humanitarias” y hasta el propio gobierno, desde la voz del ministro de Exteriores libio Mohammad Abdel Azziz, mostró su rechazo el pasado 4 de septiembre a la intervención norteamericana a Siria, hecho que sorprendió a la comunidad internacional, cuando arremetió en una reunión especial de la Liga Árabe presidida por él para discutir los posibles ataques aéreos estadounidenses contra el gobierno de Bashar al-Assad.
¿Será que el gobierno Libio, arrepentido del negocio con sus amigos de occidente, no quiere el mismo futuro para sus vecinos? Al parecer, la opinión de quienes colocaron en el poder para dirigir Libia post-Gaddafi ha cambiado a consecuencia de las experiencias de su propio país tras la intervención militar occidental. Una experiencia que acompaña a Somalia, Mali, Afganistán, Iraq, entre otros tantos, y que Siria e Irán, no están dispuestas a sufrir en pellejo propio.
Han  transcurrido dos años desde la caída del líder libio y el hecho más importante que parece haber ocurrido en ese país, fue el ataque a la embajada estadounidense el pasado 11 de septiembre de 2012, en el cual perdieron la vida 4 personas, entre ellas, el embajador norteamericano Christopher Stevens. Un hecho en el que todavía están por ver los verdaderos motivos y las repercusiones futuras para el Oriente Medio.
Libia
Bookmark and Share

Aura Marina en el drama nacional

Cuando me enteré de que a nuestro país estaban entrando nuevamente las tropas norteamericanas fue, para mí, como recibir una puñalada en el corazón.
Esa confesión la impactó tanto, que ese mismo día tenía ya hecha, con letra y música, la criolla “Patria adorada”, que de tanto escucharse en efemérides especiales se ha convertido en uno de nuestros himnos patrióticos. Su autora es Aura Marina del Rosario Ceballos. Su inspirador: Juan Bosch.

Es la misma Aura Marina, homenajeada la semana pasada en el Teatro Nacional, con la interpretación de su poema sinfónico “En un bohío”, basado en el conocido cuento de Bosch, en el concierto de temporada de la Orquesta Sinfónica Nacional, bajo la dirección del maestro José Antonio Molina. También participaron Caonex Peguero, director asociado; Julio De Windt Pichardo y Jacinto Gimbernard, directores invitados. La obra se había estrenado en noviembre de 1972, en el Palacio de Bellas Artes, bajo la dirección de Manuel Simó; en septiembre de 1992, en el Teatro Nacional, con la conducción de Rafael Villanueva. A juzgar por el más reciente acto, se ha estado presentando, más o menos, cada veinte años. Ojalá no haya que esperar tanto para la próxima.
“El bohío era una miseria. Ya estaba negro de tan viejo, y adentro se vivía entre tierra y hollín. Se volvería inhabitable desde que empezaran las lluvias; ella lo sabía, y sabía también que no podía dejarlo, porque fuera de esa choza no tenía una yagua donde ampararse.”

El drama de la intervención extranjera y el drama social del país – de cualquier país- van de la mano. Es tanto así, que Bosch fue candidato en las elecciones generales de 1966 sabiendo que las iba a perder: estaba consciente de que su participación era clave para que las tropas interventoras salieran de República Dominicana. En esa coyuntura, estaba claro que lo que habían impedido por la fuerza – o con las botas- no iban a permitirlo por los votos. Podría decirse, que como a Jesús, en conciencia, a Bosch le tocó su calvario.
“El cuartucho hedía a tela podrida. La madre -flaca, con las sienes hundidas, un paño sucio en la cabeza y un viejo traje de listado- no podía apreciar ese olor, porque se hallaba acostumbrada, pero algo le decía que sus hijos no podrían curarse en tal lugar. Pensaba que cuando su marido volviera, si era que algún día salía de la cárcel, hallaría sólo cruces sembradas frente a los horcones del bohío, y de éste, ni tablas ni techo. Sin comprender por qué, se ponía en el lugar de Teo, y sufría.”
En el catálogo de las obras de la profesora Aura Marina se cuentan piezas para orquesta sinfónica, conjuntos de cámara, vocales y piano, así como canciones religiosas, cultas y populares. Sobresalen “Amor infinito” y “Patria adorada”. Entre sus discípulos más destacados figuran Michael Camilo, Demetrio Constantino, Kramer Mancebo, Jinmy Gómez Pineda, José Enrique Espín, Samuel Herrera, Ingrid Camilo, Eugenio Vanderhorts.
Como premio a una vida de significativos aportes al desarrollo musical y a la cultura en general del país, Aura Marina ha recibido numerosos reconocimientos; el más reciente le fue entregado el jueves pasado por el Ministerio de Cultura y la Orquesta Sinfónica Nacional, declarándola Maestra Musical Dominicana. Ya antes la Presidencia de la República la había distinguido con la Medalla al Mérito (marzo, 2000), el Premio Presidencial a la Excelencia Profesional (agosto, 2000) y la condecoración de la “Orden del Mérito de Duarte, Sánchez y Mella” en el Grado de Caballero (agosto, 2000).
“Ella cerró los ojos e indicó que hiciera silencio. Con una angustia que no le cabía en el alma, se acercó a la puerta del aposento; asomó la cabeza y vio a los niños dormitar. Entonces dio la cara al extraño y advirtió que hedía a sudor de caballo. El hombre vio que los ojos de la mujer brillaban duramente, como los de los muertos.”

martes, 1 de octubre de 2013

sisagro: TECNOLOGÍA,PRODUCTIVIDAD Y SEGURIDAD ALIMENTARIA

CON LA COMIDA NO SE JUEGA         
 Por  Domingo A. Nuñez Polanco


















A lo largo de las últimas cuatro décadas los gobiernos en sus políticas sectoriales, enfocadas  al sector rural, consciente de la necesidad de aumentar la productividad agropecuaria y  mejorar los ingresos y las condiciones de vida de las familias rurales, han llevado a cabo muchos programas de desarrollo agropecuario; varios de ellos de gran magnitud y alto costo.

En la consecución de estos objetivos, los recursos  han sido más que suficientes.

El Estado y Gobiernos  han puesto su mayor parte vía recursos propios y atreves del financiamiento externo, la cooperación internacional no ha dejado de aportar suficientes recursos, en menor medida el sector privado ha hecho lo propio.

Sin embargo, los resultados han sido muy modestos, especialmente en lo que se refiere a los pequeños y medianos productores agropecuarios.

Domingo Nuñez Polanco en conferencia"Con la comida no se juega"  
Polan Lacki, experto en desarrollo agropecuario,  en un arranque de ortodoxia, ha expresado no pocas veces: “los gobiernos colapsaron y urge hacer algo radicalmente diferente”  y en esa línea de pensamiento, Polan Lacki  cita al Padre Vieira-Sermón de San Antonio que ha expresado: “Cuando los remedios no tienen suficiente eficacia para curar las enfermedades es necesario curar los remedios, para que curen al enfermo"

Ahora no nos queda otro camino, que oír el consejo del Padre Vieira.

Los remedios convencionales para curar los males del subdesarrollo y los atrasos tecnológicos y por ende bajo niveles de productividad  de nuestra agropecuaria  ya no pueden ser aplicados, por la sencilla razón de que los gobiernos ya no disponen de ellos.

La ilusión de que el Estado paternalista solucionaría todos nuestros problemas se esfumo.

En nuestros   países de América Latina y el Caribe y muy especialmente en nuestro país,  los gobiernos,  están debilitados, "desfinanciados" y fuertemente endeudados.

Los recursos que recaudan mal alcanzan para pagar deudas e intereses de préstamos, sueldos y jubilaciones y subsidios.

Esto se traduce en muy poco o casi nada de recursos para  acudir en ayuda de la inmensa mayoría de pequeños y  medianos productores agrícolas como por ejemplo, en capacitación y asistencia técnica.

Tradicionalmente, los servicios agrícolas de apoyo han sido insuficientes en su cobertura e ineficientes en su funcionamiento.

La asistencia técnica, las semillas mejoradas, el riego, los fertilizantes, los plaguicidas, las maquinarias agrícolas, las garantías oficiales de precios y de comercialización, nunca han estado realmente al alcance de la mayoría de los productores.

El enfoque tradicional de  desarrollo, sujeto a subsidios, a formas artificiales y paternalismos, está fuera de toda posibilidad en la actualidad y debemos comenzar a ponerle caso a los pensamientos y planteamientos de Polan Lacki y el Padre Vieira, dando lugar, por lo tanto, al realismo, la racionalidad y la eficiencia productiva, la capacitación gerencial y comercial.

Las políticas  deberán orientarse  en la dirección de desarrollar acciones sinérgicas que estimulen el protagonismo de los propios agricultores para que desarrollen sus potencialidades, utilicen racionalmente los recursos existentes en las fincas y se apoyen fundamentalmente en tecnologías.
El propio Polan Lacki expreso en una oportunidad  “que el desarrollo de nuestras zonas rurales  no estaba en la ventanilla de un banco, sino en el pupitre de escuela” 

Hay algunos expertos que no le ha temblado el pulso para afirmar: “En materia de conocimiento y por lo tanto de tecnología para la productividad, competitividad y rentabilidad, el sector rural latinoamericano y Caribeño está más cerca del siglo diecinueve (XIX) que del siglo veintiuno (XXI).

Las repercusiones de este atraso tecnológico son muy graves y se expresan en indicadores tales como desempleo, emigración, bajo nivel de vida, problemas de seguridad alimentaria, inflación y deterioro ambiental, entre otros.”

Llegado a este punto donde hablamos del atraso tecnológico que padecen nuestras economías rurales debemos ponerle mucha atención desde el punto de vista de la seguridad alimentaria.

 En la mayoría de los países de la región, son muy bajos los rendimientos de productos fundamentales para la economía y la seguridad alimentaria tales como Arroz, Maíz, Plátano, Fríjol, Papa, Yuca, Trigo, etc.

Para tener una idea de las repercusiones del atraso tecnológico en las economías rurales, Tomemos por ejemplo el maíz, por citar un rubro, cultivado a la manera tradicional en América Latina y el Caribe;

Este rubro, alcanza un rendimiento medio de alrededor 2 toneladas por hectarea, a excepción de Chile que produce 10,5 t/ha y Argentina 5,6 t/ha, algunos países no llegan a 2t/ha entre ellos RD., otros oscilan de 3 a 4 t/ha.

Las cifras anteriores nos indican que algunos países obtienen rendimientos extremadamente bajos.

Mientras  Chile,  el más eficientes de la región, alcanza rendimiento promedio de 10,5 t/ha

Las repercusiones de estos bajo niveles de productividad desde el punto de vista de los  costos son significativas y diferenciadas dependiendo de los rendimientos de cada productor.

Pero, sucede por lo regular  que los agricultores  acusan al precio de sus bajos niveles de rentabilidad; 

La realidad es que el problema radica en el costo por unidad de producción (ya sea en toneladas, quintales, kilos, etc.) derivado de la baja productividad y de la falta de organización y asociatividad.

Quiere decir que la productividad es una relación directamente proporcional al conocimiento, a la asociatividad, ya sea en cooperativas u otras formas de organización.

Partiendo de las anteriores reflexiones, es indispensable incentivar la productividad agrícola mediante programas de transferencia de conocimientos para conseguir un cambio efectivo y sustentable en el  aspecto social produciendo efectos  tales como mejoras en el nivel de vida de las familias del sector rural,  reducción  la emigración del campo a la ciudad y contribuyendo a una efectiva  seguridad alimentaria de los habitantes.

Si tomamos de nuevo el ejemplo anterior relacionado con el maíz, nos daría luz para entender mejor el problema de los bajos niveles de productividad. Por ejemplo, para producir 100 toneladas de maíz, los agricultores tradicionales, con bajos niveles de productividad, requieren de 50 hectáreas mientras que los con niveles de productividad más o menos regular como Colombia, Ecuador, Perú, etc. las obtienen en 15 hectáreas y los productores de Chile, como los más eficientes, en 9 hectáreas.

De la misma manera que en el ejemplo del maíz, sucede con la gran mayoría de los productos agrícolas. 

Baja productividad que se puede cambiar, logrando magníficos resultados, si se incorpora conocimiento como muy bien dijo Polan Lacki.

En esta privilegiada tierra de Quisqueyana tenemos enormes potencialidades productivas que nos permitirían generar las riquezas necesarias para autofinanciar nuestro desarrollo agrícola y eliminar el subdesarrollo rural.

Tenemos vastas extensiones de tierra de buena calidad, clima favorable que nos posibilita obtener varias cosechas al año; y,  lo más importante, tenemos una muy abundante mano de obra familiar, necesitada y deseosa de progresar;  y afortunadamente existen los conocimientos (tecnologías y experiencias exitosas) que son necesarios para hacer una eficiente producción, transformación y comercialización de productos agropecuarios.

Ahora bien, sucede que desafortunadamente, dichos conocimientos están siendo adoptados apenas por una minoría de productores. 

Tal exclusión es lamentable porque muchas de las mencionadas tecnologías y experiencias, son de bajo costo y fácil adopción, y como tales podrían  y deberían estar beneficiando a todos  los productores rurales de nuestro país.

Sin embargo ello no ocurre porque estos valiosos conocimientos permanecen ociosos/subutilizados en las estaciones experimentales, en las universidades, en las gavetas de los escritorios de muchos funcionarios del área agropecuaria.

La correcta aplicación de conocimientos  y experiencias permitiría solucionar gran parte de los problemas de la mayoría de nuestros productores.  Desafortunadamente ello no ocurre porque dicha mayoría no las conoce o no sabe aplicarlas de manera correcta.

Pero, no podemos perder las esperanzas, tenemos a nuestra disposición casi todos los requisitos necesarios para hacer una agricultura mucho más eficiente y más productiva que podría generar las riquezas que necesitamos para reducir la pobreza y el subdesarrollo rural.

Precisamente esta realidad es la que ha servido de  motivación para el diseño y  la implementación del proyecto: Centro de capacitación, asistencia e información agropecuaria, por SISAGRO con el apoyo y asesoría de La Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO).

Estos trabajos y proyectos están dirigidos a la productividad,  pero con calidad, bajo los principios de las Buenas Prácticas Agrícolas, programas de integración comunitaria y asociatividad.

Con Transferencia Tecnológica bien dirigida, se estimula a los agricultores a pensar y actuar con mentalidad triunfadora bajo los principios de la productividad con organización, y se incentiva en ellos una agricultura rentable con prácticas culturales y tecnologías acordes con sus respectivas  zonas  agro ecológicas y sus microclimas específicos, como el camino más viable para alcanzar el verdadero y sustentable desarrollo económico y social.

No olvidemos que Hoy día, nos enfrentamos a una Crisis Alimentaria Mundial cuyas razones son más complejas que un problema de producción, sub-producción o de sobrepoblación.

Para entender un poco más esta preocupación  debemos contar la historia que hay  detrás de esta crisis.

La Bolsa de valores de New York, más conocida como “Wall Street”. Durante los años 2001 y 2002, después de la explosión de la burbuja financiera en el sector de las telecomunicaciones, los capitales se dirigieron hacia los mercados inmobiliarios. Cuando la burbuja de los mercados inmobiliarios explotó, estos se desplazaron nuevamente, pero esta vez, hacia los mercados de materias primas, esencialmente el petróleo y los productos de la agricultura, sobre todo lo que sirven  de materia prima, provocando así una demanda artificial y una violenta subida de los precios de los alimentos.

Para entender este fenómeno, solo bastaría observar el siguiente dato estadístico: En el 2003 se invirtieron 13 mil millones de dólares en materias primas en la bolsa de los Estados Unidos, pero oigan esto, cinco años después, en 2008 esta cantidad se multiplico por veinte, llegando a los 260 mil millones.

Y lo bonito  del caso, señores  es que los causantes de esta especulación tienen nombre propio.

Ahí le va: Los Fondos de Alto Riesgo, los Grandes Bancos de Inversión y otros.

Miren, los Fondos de Pensiones estudian variables como el clima, la demanda y las cosechas y en base a ello deciden que producto es susceptible de escasear y por ende subir su precio y es allí donde apuestan por un precio y adquieren opciones de compra «futuros» varios meses antes de la producción ver la luz.

El primer efecto, de esta ambición desenfrenada, se refleja en el sentido de que los mercados se van a la alza al comprar en una sola transacción miles de toneladas de un producto disparando así su precio  que luego venden al precio del mercado, precio que es superior al que pagaron por las opciones de compra, quedándose obviamente con la diferencia. Es decir, que compran las cosechas de los próximos meses, no para adquirir productos agrícolas, sino para ganar dinero en la reventa posterior, y así obtener una mayor ganancia. Es el neoliberalismo en acción y ganando por adelantado.

Y  no quieren entender, bueno creo que, algunos lo entienden, y es el hecho de que con la comía de los pueblos no se juega; se puede convertir en una bomba de tiempo y estallar en cualquier momento.

Miren señores, en el mes de julio pasado, un solo fondo de inversión compró en un solo día  240.000 toneladas de cacao, equivalente al 7% de la producción mundial. Y lo bonito del caso es que ese magnate que pilotea ese fondo de inversión, que por cierto, le apodan “Chocfinger”  (dedo de chocolate),  tiene agarrado por el cuello desde hace meses a todos los productores de chocolate del mundo.

Las consecuencias de estas apuestas muy del estilo de un casino, como refiere el Presidente Fernández, podemos verlas en el incremento del precio de los alimentos que subieron un 83% entre 2005 y 2008 según el Banco Mundial, Igualmente la FAO maneja cifras de aumento del 45% para sólo nueve meses del 2008.

Tres años después de la crisis financiera y de los alimentos de 2008, los precios de estos últimos están de nuevo aumentando vertiginosamente en los mercados internacionales.

La verdad, señores que bajo esta lógica productiva, en materia de seguridad alimentaria no vamos a llegar a ninguna parte.

Según afirmaciones de Jossette Sheeran, la directora ejecutiva del Programa Mundial de Alimentos de la ONU, dice que hoy día “Estamos viendo más gente con hambre que antes”

Cuando el Papa Juan Pablo II, lanzo aquella  histórica expresión para calificar la voracidad del capitalismo neoliberal de  “Capitalismo salvaje” estaba más claro que el agua limpia.

Según  La Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO).    a nivel mundial, el 75% de los pobres vive en zonas rurales.

Hay ahora 1020 millones de malnutridos en el mundo, lo que significa que casi una sexta parte de la humanidad padece hambre.

La comida no es global, la comida es local. Es propia de un modelo de producción y a una cultura. La identidad de un pueblo es su comida y la gestión de sus tierras.

Vivimos un momento sin precedentes en la historia de la humanidad, con una emergencia conjugada en tres crisis: La crisis Energética, La crisis Alimentaria y la crisis Climática y por demás,  y de manera coyunturalmente la crisis financiera global.

Queremos una agricultura más familiar, biodiversa, que produzca para los mercados locales alimentos sanos y baratos.

El Instituto de Estabilización de precios INESPRE  y la organización sin fines de lucro SISAGRO luego de hacer algunos acuerdos estratégicos en el marco de garantizar la seguridad alimentaria de la República Dominicana y entendiendo que el entorno Internacional en que se desenvuelve el sector agropecuario nacional ha sufrido una profunda y rápida modificación la cual obliga a repensar una nueva visión para el desarrollo agropecuario del país como también  los acelerados incrementos en los precios internacionales de bienes agropecuarios importables, así también  en el precio del petróleo, representan importantes desafíos para la seguridad alimentaria de países con pequeñas economías netamente dependientes de importaciones energéticas, como es el caso de la República Dominicana, así como la crisis global agroalimentaria que parece extenderse por todo el planeta, que ha llamado la atención de los organismos internacionales y agencias de cooperación que tienen que ver con la alimentación mundial.

Y, tomándole la palabra y la advertencia que hace  la FAO a la clase política de los países en desarrollo acerca de las inesperadas reacciones políticas y sociales que pueden desencadenarse debido a los incrementos de los precios internacionales de bienes agrícolas.

En ese sentido, las actuales autoridades del INESPRE, en su rol de estabilizador de los precios de los productos Básicos, y asumiendo la responsabilidad de crear mecanismos institucionales para facilitar la participación del liderazgo social,  en el necesario proceso de desarrollo de los planes, programas y políticas que persigan la mejoría de la calidad de vida de los Dominicanos, según los alcance de los Decretos: 685-00, 39-01 y 566-03.y en el entendido que el INESPRE debe ejercer un liderazgo proactivo en la promoción de iniciativas  Sostenibles  para impulsar Políticas que Mejoren la Comercialización y Distribución de los productos Agropecuarios así como la capacitación y asistencia a todos los agentes participantes en la cadena de valor y que garanticen niveles de precios asequibles al público consumidor, en especial a las familias de menores Ingresos, han tomado la iniciativa de tomar acciones conjuntamente con organizaciones y grupos organizados de la sociedad civil en el marco de acuerdos y convenios de Cooperación Multisectorial con el propósito de  mejorar el Sistema de abastecimiento y comercialización de productos agropecuarios con participación social  mediante  la capacitación, asistencia e información a los productores, compradores y consumidores a través del  Centro de Capacitación, Asistencia e Información  agropecuaria  para  Fortalecer el proceso de  educación  mediante la asistencia y capacitación en buenas prácticas agrícolas, manejo pos cosecha, comercialización a los pequeños y medianos productores para llegar a ser  eficientes, competitivos y  sustentables en  un mundo cada día más exigente y globalizado.

EL DUARTE DE MIGUEL NÚÑEZ

DANIEL BALCÁCER: EL DUARTE DE MIGUEL NÚÑEZ

De  Juan Pablo Duarte  solo se conoce una fotografía hecha en  Caracas  en 1873 cuando el patricio contaba con 60 años de edad.  A...