MORAL Y LUCES

MORAL Y LUCES

martes, 5 de marzo de 2013

Hugo Chávez, el arañero de Sabaneta


Hugo Chávez, el arañero de Sabaneta

 
Click to visit the original postPor Alfredo G. Pierrat*
Caracas (PL) Poseedor de una personalidad atractiva y carismática alimentada desde su infancia por los más genuinos valores y costumbre populares, el presidente Hugo Chávez Frías es el líder indiscutible de la mayoría de los venezolanos, que lo siente y lo recibe como uno de los suyos.
Dicharachero, cantor, cuentero y orador incansable, es oriundo de Sabaneta, pequeña población de los llanos de Barinas, donde nació el 28 de julio de 1954.

 Carta de Fidel al presidente Chávez

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Cubadebate / Aporrea
El líder de la Revolución Cubana, Fidel Castro, hizo pública este lunes una carta en la que mostró su alegría por el regreso del presidente venezolano, Hugo Chávez, a Venezuela luego de cumplir un proceso recuperatorio por una intervención quirúrgica el pasado 11 de diciembre.
Querido Hugo:
Me satisface mucho que hayas podido regresar al pedazo de la tierra americana que tanto amas, y al pueblo hermano que tanto te apoya.

CHAVEZ SIEMPRE VIVIRA



Martes 5 de Marzo de 2013

CHAVEZ SIEMPRE VIVIRA!

CHAVEZ SIEMPRE VIVIRA!

lunes, 4 de marzo de 2013

Una mancha en la historia de las Naciones Unidas

JUAN BOSCH: CAUSAS Y ORIGEN DE LAS DOS COREAS,LA DEL NORTE Y LA DEL SUR.

¿Qué diría el llamado Mundo Libre si una nación tan vieja como España o Francia quedara dividida en dos, una mitad de sus hijos enfrentada a la otra y rota toda suerte de comunicaciones entre ellos?

Pues bien, Corea, nación mucho más antigua que España y que Francia, con más de cuatro mil años ininterrumpidos de historia, se halla dividida desde 1945 y el llamado Mundo Libre parece no darle importancia a ese hecho. Al contrario, las Naciones Unidas, que son la más alta elaboración política de la sociedad moderna, es la mayor responsable, al menos en el terreno legal, de la división de Corea. Ella la sancionó desde el primer día y ella sigue sancionándola. En Corea, los Estados Unidos actúan y las Naciones Unidas dan el visto bueno y los miembros de la organización aceptan ese estado de cosas como si se tratara de algo normal, lógico y consecuente con los principios del elevado organismo mundial.

Corea fue ocupada por Japón en 1910 y liberada por sus propios hijos después de una larga lucha que había comenzado a raíz de la ocupación japonesa. Esa lucha empezó a tomar cuerpo a partir de 1932, cuando el actual presidente Kim Il Sung, entonces un joven de apenas 20 años, organizó la guerra de guerrillas contra el Imperio del Sol Naciente. La liberación de Corea quedó terminada y declarada ante el mundo el 15 de agosto de 1945. Sin embargo, unas semanas después, invocando los acuerdos de Postdam, los Estados Unidos desembarcaron tropas en toda la región sur de Corea, y Douglas MacArthur proclamó, con su característica arrogancia, propia de un general del siglo XVII, que “todos los poderes del gobierno sobre el territorio de Corea, al sur del paralelo 38 de latitud norte, y sobre el pueblo que lo habita, serán… ejercidos bajo mi autoridad. Todas las personas obedecerán sin condición mis órdenes, o las órdenes dictadas con mi autoridad”; y agregaba que la resistencia “a las fuerzas de ocupación o cualesquiera actos que puedan perturbar el orden público y la seguridad serán castigados severamente y sin excepción”. El sello del conquistador aparecía al final de la proclama, en los párrafos donde decía: “Para todos los fines, mientras dure la administración militar, el inglés será el idioma oficial”.

Es bueno recordar ese documento porque puede suceder que la gente olvide, o simplemente se niegue a creerlo, que hace apenas 25 años había un Comandante en Jefe norteamericano que utilizaba el lenguaje proconsular. Ahora bien, ese lenguaje era la consagración escrita de toda una política internacional basada en el clásico poder de los cañones. Así, a cañonazos y con proclamas parecidas se habían llevado a cabo y se habían legalizado la división y hasta la aniquilación de muchos pueblos.

Para liquidar la época en que esos métodos parecían normales las mayores potencias del mundo organizaron las Naciones Unidas e invitaron a participar en su seno a todos los países de la tierra. ¿Cómo se explica, pues, que las Naciones Unidas aceptaran lo que se hizo en Corea y le dieran el visto bueno?

Esta es una pregunta para la cual las Naciones Unidas no tienen respuesta. Lo que se ha hecho en Corea bajo su nombre es precisamente todo lo contrario de lo que la organización mundial representa, de manera que al aceptarlo como bueno y válido y al respaldarlo, las Naciones Unidas actuaron contra su propia razón de existir y perdieron el derecho a hablar en nombre de un orden mundial basado en la justicia.

He aquí en pocas líneas la historia de lo que hicieron las Naciones Unidas en Corea: En 1947, el régimen militar norteamericano en Corea del Sur convocó a elecciones de Congreso y presidente de la República, con lo cual se creaba la llamada República de Corea del Sur, opuesta a la de Corea del Norte, y la Asamblea General de las Naciones Unidas legalizó esa medida mediante el acuerdo de colocar bajo la supervisión de una denominada Comisión Coreana de las Naciones Unidas las elecciones hechas bajo la autoridad norteamericana. Esa comisión estuvo funcionando hasta el año de 1950, cuando en su Quinta Sesión la Asamblea General de la ONU creó la UNCURK, siglas de la United Nations Comission for the Unification and Rehabilitación of Corea. Es decir, primero se creó una comisión para dividir a Corea y luego otra para unirla, sólo que la última fue —y sigue siendo— inoperante.

En las elecciones celebradas el 10 de mayo de 1948, que fueron, como se ha dicho, convocadas por el gobierno militar norteamericano y legalizadas por la Asamblea General de las Naciones Unidas, resultó elegido presidente de la nueva República Singman Rhee, nacido en Corea pero ciudadano de los Estados Unidos por formación y por inclinación, pues se había cambiado el nombre para norteamericanizarlo. Al tomar el poder lo hizo comprometido a servir la política militar de los Estados Unidos a través del “Acuerdo temporal administrativo sobre asuntos militares y seguridad pública para ser ejecutado en el período provisional”, largo y complicado nombre que se le dio a un acuerdo concluido el 24 de agosto (1948) en virtud del cual el “presidente de la República de Corea… no ejercerá control sobre regiones y facilidades (bahía, cuarteles, ferrocarriles, líneas de comunicación, aeropuertos y otras semejantes) que sean considerados necesarios para (el uso de) el ejército de los Estados Unidos” [primer paréntesis, en el texto, y segundo mío, JB] y se le confiaba al Comandante del Ejército de los Estados Unidos en la República de Corea la responsabilidad de comandar todas “las Fuerzas de Seguridad de la República de Corea compuestas por todas las policías existentes, las guardias de costas y las fuerzas de la Defensa Nacional”.

Por si todo eso fuera poco, el 10 de diciembre de 1948 se hizo el “Acuerdo de ayuda República de Corea-Estados Unidos”, por el cual Corea del Sur se comprometía a aceptar que a cambio de la ayuda que recibiera, el gobierno norteamericano podría controlar todas las actividades económicas del país, incluyendo las tasas de cambio, las exportaciones y las importaciones, y hasta el derecho de racionar los alimentos. Ese acuerdo fue ampliado el 26 de enero de 1950 con el de “Defensa Mutua y Ayuda”, mediante el cual el gobierno de Corea del Sur se comprometió a “producir y transferir al gobierno de los Estados Unidos en un período determinado una cantidad fija de materias primas y mercancías semimanufacturadas disponibles en Corea del Sur cuando lo requieran los Estados Unidos por causa de su escasez o de una escasez potencial de suministros”.

¿Qué significaban todos estos acuerdos si no era el reconocimiento palmario de que Corea del Sur no era una República independiente, sino una colonia norteamericana? ¿Pueden alegar las Naciones Unidas que ignoraban esos acuerdos? ¿Cómo se explica entonces que aceptaran esa situación y la legalizaran hasta tal punto que cuando comenzó la agresión norteamericana contra Corea del Norte —el 25 de junio de 1950— las Naciones Unidas asumieron la responsabilidad de esa guerra y la convirtieron en una guerra de las Naciones Unidas contra la República Democrática de Corea? El 19 de junio, seis días antes del estallido de la guerra, Foster Dulles, Secretario de Estado de los Estados Unidos, que se hallaba en Corea del Sur, declaró, según dijo la United Press: “Los comunistas perderán al fin su dominio de Corea del Norte”. El mismo día del ataque, el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas emitió un acuerdo en que declaraba que Corea del Norte había agredido a Corea del Sur, si bien tiempo después el general MacArthur dejó malparado al Consejo de Seguridad Mundial al declarar ante los Comités de Relaciones Exteriores y de Asuntos Militares del Senado de los Estados Unidos que “el ejército de los Estados Unidos había entrado en acción doce horas antes de que las Naciones Unidas adoptaran la resolución” en que se declaraba agresora a Corea del Norte.

Las Naciones Unidas, o por lo menos su secretario general, no podían ignorar ni las declaraciones de Foster Dulles, que fueron publicadas ampliamente en los Estados Unidos seis días antes de comenzar la guerra, ni el hecho de que cuando se acordó declarar agresora a Corea del Norte las tropas norteamericanas hacía doce horas que habían atacado a Corea del Norte. Si ignoraba esas cosas, la Asamblea General de la ONU estaba actuando irresponsablemente; si no las ignoraba, estaba actuando como un órgano político del gobierno de los Estados Unidos. En ambos casos hay materia para acusar a las Naciones Unidas de falta grave a sus principios constitutivos y de abandono de sus deberes. Pero sucede que esa falta y ese abandono de sus deberes acontecieron hace ya cerca de veinte años y las Naciones Unidas siguen haciendo en Corea el penoso papel que hicieron en 1950.

¿Hay en las Naciones Unidas alguien que pueda decirle al mundo cómo se llama eso? (VER IMÁGENES)

Juan Bosch

Pyongyang, octubre de 1969.

domingo, 3 de marzo de 2013

Juan Manuel Santos, de halcón a paloma

EL  PRESIDENTE DE COLOMBIA SORPRENDE
Juan Manuel Santos, de halcón a paloma
El Secretario de Defensa, Robert M. Gates, a la derecha, camina con el entonces Ministro Colombiano de Defensa, Juan Manuel Santos, hoy presidente de la República de Colombia, en la Base de Tolemaida, Bogotá.
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Desde el 7 de agosto de 2010, Juan Manuel Santos es el presidente de Colombia. Pertenece a la oligarquía tradicional. Su familia construyó poder gracias al diario de Bogotá El Tiempo, «hasta manejar los medios de comunicación a su antojo, siempre al servicio del poder», según Alirio Uribe Muñoz, abogado defensor de derechos humanos.
Graduado como suboficial en la Academia naval, y economista formado en universidades de Estados Unidos y Reino Unido, llegó a ocupar los ministerios de Comercio exterior y de Hacienda. En 2004, abandona el Partido Liberal, y pasa a respaldar el gobierno de extrema derecha del Presidente Álvaro Uribe.
Al año siguiente, es nombrado jefe de la campaña reeleccionista de Uribe y del vicepresidente, su primo Francisco Santos. En julio de 2006, es nombrado ministro de Defensa, cargo que ocupará hasta mayo de 2009, cuando decide lanzarse como candidato a la presidencia de Colombia.
Ser presidente se convirtió, para Santos, en una obsesión desde el momento en que la Corte Constitucional se opuso a que Uribe compitiese por un tercer mandato. Además de sus ansias de poder, debía blindarse contra eventuales demandas penales por crímenes de lesa humanidad cometidos contra la población civil por las fuerzas armadas y de seguridad bajo su mando.
Para conseguir su fin, no tuvo escrúpulos -al decir del abogado Alirio Uribe Muñoz- en utilizar la influencia de las «huestes uribistas», principalmente paramilitares, jefes narcotraficantes y los 130 parlamentarios procesados por diversos delitos.
El abogado nos hace este cuadro: «El ex presidente Uribe representa el mundo agrario y terrateniente enriquecido en el despojo, rudo y violento, mezclado a las clases emergentes del narcotráfico y crímenes del paramilitarismo. En cambio, Santos es el hombre urbano, culto y cosmopolita por excelencia.
Aunque, junto con su familia, se ha aprovechado del Estado para favorecer sus negocios y su enriquecimiento personal. Como exponentes de la oligarquía, no han dudado en propiciar y utilizar los métodos violentos para mantener sus privilegios.»
En noviembre de 2005, el ministerio de defensa aprobó una directiva secreta que ponía precio a la cabeza de los guerrilleros. Los militares se dedicaron a asesinar civiles, haciéndolos pasar por «rebeldes caídos en combate» que llamaron «falsos positivos». La Fiscalía General investiga unos tres mil casos, entre los que se encuentran adolescentes, retrasados mentales, indigentes, drogadictos... Cuando Santos llegó al ministerio, en julio de 2006, se registraron 274 casos de «falsos positivos».
Al año siguiente, se subió al tope: 505 asesinados... Ante el escándalo mediático y los informes del Alto Comisionado de la ONU, la práctica se detuvo: en 2009, siete casos... 27 oficiales fueron pasados a retiro, incluidos tres generales, pero… sin atribuirles los asesinatos. La ONU expresó, en julio de 2009, que «la impunidad en relación con ejecuciones extrajudiciales llega hasta el 98,5%.»
Los paramilitares han sido los encargados de la estrategia de «tierra arrasada» que busca vaciar el campo de población no proclive al gobierno. Existen más de 4 millones de campesinos desplazados, o sea más del 10% de la población. Unos 10 millones de hectáreas de alto interés económico han sido así robadas a las víctimas, y ofertadas a multinacionales, nuevos gamonales paramilitares, caciques políticos y mandos militares [1].
Ahora, el presidente Juan Manuel Santos ha presentado una «Ley de Tierras» como la panacea, con la cual se pretende devolver los campos a los desplazados. Al cumplir cien días de mandato expresó: «Nos propusimos un plan de choque para titular, hasta abril de 2011, 378.000 hectáreas, y ya hemos cumplido tres cuartas partes de la meta». Pero son 10 millones de hectáreas… Aunque poco se menciona, se estima que 250.000 personas han sido “desaparecidas” por las fuerzas de seguridad y sus paramilitares. Tan sólo en los últimos cuatro años lo fueron casi 40.000 personas [2].
Algunas de ellas fueron enterradas en la mayor fosa común de Latinoamérica, hallada detrás de un cuartel del Ejército a 200 kilómetros al sur de Bogotá: más de 2.000 cadáveres... [3].
Ahora, a los paramilitares se les llama «bandas criminales», Bacrim. Cifras oficiales señalan que éstas operan en 21 de los 32 departamentos colombianos, o sea en el 75% del territorio, y son dirigidas, en su mayoría, por asesinos amnistiados de sus crímenes durante el mandato del presidente Uribe.
«En las primeras semanas del gobierno del presidente Santos, el accionar de las bandas criminales se ha recrudecido (…) avanzan en el control territorial y político al mejor estilo de las viejas estructuras paramilitares» [4].
El nuevo gobierno insiste en que esos crímenes están relacionados con el negocio de las drogas, pero «la realidad muestra que atentan contra líderes sociales» [5].
El partido opositor Polo Democrático Alternativo, denunció el 9 de noviembre de 2010, que en los primeros 90 días del mandato del nuevo presidente, unos cincuenta líderes políticos y sociales habían sido asesinados... Ante esta violencia estatal, cuatro Relatores Especiales de la ONU examinaron la situación de los derechos humanos. En sus informes, el ministerio de Defensa estuvo siempre en primera línea de responsabilidad...
Hay que subrayar también la estrecha relacion de Santos con las autoridades de Israel y sus servicios de seguridad. El ex general Israel Ziv [notorio criminal de guerra ndlr] fue llevado a Colombia por Santos (ver video en link a la izquierda) –que viajó en repetidas ocasiones a ese país de Oriente Próximo– por la suma de diez millones de dólares para asesorar a los servicios de inteligencia. «Israel Ziv, ex comandante del regimiento de Gaza, es el de más alto rango entre los oficiales israelíes que ocupan tareas relacionadas con el entrenamiento de personal en el gobierno colombiano. Los nexos militares entre Israel y Colombia datan del primer lustro de 1980, cuando un contingente de soldados del “Batallón Colombia … uno los peores violadores de los derechos humanos en el hemisferio occidental, recibieron entrenamiento en el desierto del Sinaí por algunos de los peores violadores de los derechos humanos en Medio Oriente”, según el investigador estadunidense Jeremy Bigwood» [6].
En octubre de 1997, Manuel Santos ya había demostrado su falta de escrúpulos. Se reunió con los tres principales cabecillas paramilitares, para proponerles de participar en un golpe de Estado contra el presidente liberal Ernesto Samper (propuesta que también hizo a las guerrillas FARC y ELN).
Uno de ellos, Salvatore Mancuso, lo ratificó hace poco ante jueces estadounidenses y colombianos, desde una prisión en Estados Unidos [7] adonde fue extraditado, en mayo de 2008, junto con otros 14 líderes, por tráfico de drogas, actividad que financia el paramilitarismo [8]. Allá fueron enviados aunque sus crímenes eran de lesa humanidad, y esto prima por sobre otros delitos. De ese modo, se evitó que los colombianos supieran de primera mano la responsabilidad del Estado con el paramilitarismo.
En septiembre de 2008, el periodista venezolano José Vicente Rangel dijo de Santos: «Es el hombre del Pentágono en la política colombiana. Ha venido cobrando fuerza a la sombra de Uribe, y hoy es posible decir que rebasa al propio Uribe» [9].
Fue un seguidor de la línea dura del ex presidente estadounidense George W. Bush sobre la «guerra preventiva» contra otras naciones, alegando legítima defensa. Esto le llevó a realizar la incursión militar contra Ecuador, donde murió un ciudadano ecuatoriano, por lo cual un juez de Quito dictó orden de captura internacional contra Juan Manuel Santos con fines de extradición. Decisión revocada el 30 de agosto del 2010.
En abril del 2010, siendo candidato a la presidencia, declaró que estaba «orgulloso» de esa incursión. El Presidente de Ecuador, Rafael Correa replicó:
Santos «no ha entendido que, en América Latina, ya no hay lugar para aspirantes a emperadorcitos.»
Hugo Chávez alertó: cualquier agresión contra Ecuador, Bolivia, Cuba o Nicaragua, «será un ataque contra Venezuela».
Por su parte el presidente boliviano, Evo Morales, tildó a Bogotá de «sirviente y obediente al gobierno de Estados Unidos».
Lo que puso en tensión a la región fue el acuerdo con Washington, firmado en octubre del 2009, donde Colombia le permitía la utilización de siete bases militares. Pero a diez días de iniciado el mandato de Santos, la Corte Constitucional lo declaró «inexequible» (que no se puede llevar a efecto).
Duro golpe para el presidente. Consuelo Ahumada, profesora universitaria en Bogotá, basándose en los documentos divulgados en WiliLeaks, escribió:
«Resulta muy comprometedor el papel del entonces ministro de Defensa Juan Manuel Santos, quien mantuvo siempre la posición más dura, en respaldo a Uribe, frente a una más conciliadora y diplomática, planteada por el canciller. Santos y Uribe, apoyados por Washington, estaban dispuesto a incursionar de nuevo en los países vecinos para actuar en contra de las FARC (…) No eran infundados los temores de los gobernantes suramericanos sobre el alcance regional del acuerdo con Estados Unidos» [10].
Pero, sorpresivamente, con la presidencia en la mano, Santos pasó de halcón a paloma. Su acto más inaudito fue tratar de «mi mejor amigo» al presidente Chávez, y reactivar en tiempo record las relaciones con Venezuela y Ecuador.
Según Sergio Rodríguez, catedrático venezolano: «La ruptura con Ecuador y Venezuela le había significado a Colombia la pérdida de unos 7 mil millones de dólares en 2009. Y Santos hace parte de esa oligarquía reaccionaria pero pragmática, con poderosos intereses corporativos a defender».
Paralelamente, Santos sigue robusteciendo los lazos con Washington.
El 30 enero pasado, el ministro de Defensa, Rodrigo Rivera, viajó a Washington con el objetivo de «profundizar la relación en materia de defensa y seguridad con Estados Unidos». Fue recibido por su homólogo Robert Gates, así como por el jefe del Comando Sur, el subsecretario para Asuntos de Seguridad de las Américas y el director adjunto de la CIA. Fuerzas de contrainsurgencia colombianas participarán en la guerra de Afganistán.
Los gastos serán asumidos por Estados Unidos y España. Los comandos estarán alojados en batallones españoles, y, sin que Colombia sea un miembro de esa coalición, estarán bajo bandera de la OTAN.
El mismo día que el ministro Rivera llegaba a Estados Unidos, Colombia ingresaba en el Consejo de Seguridad de la ONU por dos años. La candidatura de Bogotá había sido impulsada por Washington y París. Por eso no fue casual que, el 24 de enero, el presidente colombiano llegara a Francia, invitado por el presidente Nicolas Sarkozy. Juan Manuel Santos aprovechó para dedicarse a vender los recursos naturales de su país y también los de América Latina, porque «tiene lo que, en este momento, el mundo está pidiendo»: petróleo, por ejemplo. Su periódico El Tiempo, tituló para la ocasión: «Santos dio esta semana un nuevo paso para convertirse en el líder latinoamericano que quiere ser».





por Hernando Calvo Ospina

TOMADO DE VOLTAIRE

De Cayo Confites a Playa Caracoles

 Caamaño Deñó  se dirige al pueblo por radio en un momento de la guerra de abril 

La Habana (PL) Dicen que el padre de Francisco Alberto Caamaño Deñó, general Fausto Caamaño, al enfrentar a los alumnos cubanos de segunda enseñanza en la escuela que lleva el nombre de su hijo, dijo que ante ellos comparecía un viejo tonto que lloraba por haber comprendido demasiado tarde que su hijo tenía razón en sus ideales de libertad y justicia.
¿Quién podría adivinar que el padre del héroe de Abril, junto con Ludovino Fernández, progenitor de Rafael Tomás Fernández Domínguez, connotados militares cercanos al dictador Rafael Leónidas Trujillo Molina, serían procreadores de jefes de la lucha revolucionaria? 

Honrosas excepciones confirmaron la regla que de tal padre, tales hijos, en una convulsa época de la historia dominicana que parió una pléyade de héroes.

Por la pluma de dos renombrados escritores dominicanos, Tony Raful y Hamlet Hermann, la historia reciente de ese país cobra vida en sus obras más recientes: De Trujillo a Fernández Domínguez y Caamaño de Raful y Caamaño, biografía de una época, de Hermann, presentados en la 22 edición de la Feria Internacional del Libro de Cuba.

La rebeldía de una generación de dominicanos de mediados del siglo pasado, se gestó en las entrañas de la dictadura y se expandió entre exiliados de ese país que huyeron de la tiranía de Rafael Leónidas Trujillo hacia Cuba, Venezuela, Puerto Rico y Estados Unidos, muchas veces después de sufrir los rigores de la represión y la tortura.

Sobreviviente de dos contiendas insurgentes, las del 14 de junio (1959) y la guerrilla de Caamaño en 1973, el ingeniero y autor Hamlet Hermann ha legado su testimonio en una docena de libros, el más reciente de los cuales es Caamaño, biografía de una época.

Entre las anécdotas producto de sus investigaciones, el laureado escritor contó que el padre de Caamaño visitó Cuba en 1947, cuando se preparaba la expedición de Cayo Confites, destinada a desembarcar en Dominicana para luchar y derrocar a la dictadura de Trujillo.

Cayo Confites 

Según Sergio Santana, investigador dominicano, un rico terrateniente de ese país, Juancito Rodríguez, de La Vega, República Dominicana, salió al exilio y se puso al frente de la expedición que se preparaba en La Habana.

José Manuel Alemán, ministro de Educación del gobierno del entonces presidente Ramón Grau San Martín, fue el contacto entre los exiliados y el gobierno, que tenía como jefe del Ejército al futuro golpista y ya entonces General Fulgencio Batista.

Alemán por la parte civil y el coronel Genovevo Pérez Dámera por lo militar, ayudaron a los expedicionarios con el alojamiento y el avituallamiento para la contienda bélica.

La visita de Fausto Caamaño a Cuba, señaló Hermann, tenía dos encomiendas del "Generalísimo", desalentar el apoyo oficial cubano a la expedición y otra más encubierta, dar muerte al joven de 21 años que se destacaba ya por su fogosidad y verticalidad de sus ideas, Fidel Castro Ruz.

Para suerte de la historia posterior de América Latina y el Caribe, Caamaño padre solo tuvo éxito en la primera de las tareas, ayudado por el gobierno de Estados Unidos, que respaldó a Trujillo y presionó al gobierno cubano para hacer abortar la expedición.

El 13 de julio de 1947 los exiliados dominicanos eligieron un comité central para dirigir la expedición, integrado entre otros, por el profesor Juan Bosch.

Al entrar el mes de septiembre de ese año, el grupo contaba con 4 barcos, 13 aviones y mil hombres armados.

Cuando era inminente la salida del grupo insurgente, Trujillo declaró que "en el momento que el primer invasor pise tierra dominicana comenzaremos a bombardear la ciudad de La Habana", recoge Santana en su blog: seisantanadominicana.blogspot.com.

Empezaron las deserciones entre la tropa, confusiones y escaramuzas con la marina cubana y los expedicionarios restantes fueron obligados a desembarcar en Antillas, actual provincia de Holguín, donde fueron desarmados y conducidos al recinto militar de Columbia en La Habana.

Estando prisionero en Columbia, Juan Bosch se declaró en huelga de hambre hasta tanto no fueran liberados todos los expedicionarios, a lo cual finalmente accedió el gobierno cubano.

Expedición y Movimiento 14 de Junio 

Tanto la expedición como el movimiento 14 de Junio formado posteriormente a las acciones de esa fecha, son hechos que van subordinados a tres de los temas más importantes de la historia dominicana.

El primero, el régimen de Trujillo; dos, el golpe de estado al primer gobierno electo democráticamente luego de 31 años de dictadura trujillista, con el ajusticiamiento del tirano el 30 de mayo de 1961; y tres, la revolución de 1965, que trajo consigo la intervención militar estadounidense, dice Ernesto Guzmán Alberto, en su ensayo Expedición y Movimiento del 14 de Junio.

Los que se entrenaban en 1959 para acometer el plan insurgente eran 211 dominicanos, 20 cubanos, 13 venezolanos, 9 puertorriqueños, 3 norteamericanos, 3 españoles, un guatemalteco y un nicaragüense, según Guzmán.

La expedición del 14 de junio de 1959 prevista para entrar en territorio dominicano por Constanza, Maimón y Estero Hondo, fue la insurrección armada más destacada acometida contra el régimen de Trujillo.

Organizaciones dominicanas en el exilio se reunieron en La Habana en marzo de 1959 para formar el Movimiento de Liberación Dominicana (MLD) con una división armada denominada Ejército de Liberación Dominicana (ELD).

En Dominicana también se reunieron fuerzas antitrujillistas para integrar formalmente un movimiento armado en torno al MLD y lo convirtieron en un solo frente.

Ya entrenados militarmente jóvenes del MLD en Cuba, fueron divididos en cinco pelotones de 50 hombres cada uno. Según el ensayista Ernesto Guzmán, el grupo se componía de 261 combatientes en total.

El 14 de junio de 1959, se había previsto la entrada del grupo insurgente por Constanza, Maimón y Estero Hondo, pero en esa fecha solo se pudo aterrizar en el aeropuerto militar de Constanza.

Este contingente estuvo comandado por Enrique Jiménez Moya y el cubano Delio Gómez Ochoa, este último comandante del Ejército Rebelde al triunfar la Revolución Cubana y hoy reconocido como héroe en la República Dominicana.

Un total de 56 combatientes iban a bordo de esa nave que debió desviarse de San Juan de la Maguana hacia Constanza, obligada por condiciones atmosféricas adversas.

Recibidos por los disparos de militares apostados en ese aeropuerto, el grupo fue impedido de bajar sus armas y pertrechos del avión, que levantó vuelo después de dejar a los combatientes.

El arribo del avión debió estar respaldado por la llegada de lanchas con el resto de los expedicionarios, pero también enfrentaron inconvenientes que retrasaron su desembarco.

La mayoría de los insurgentes capturados por las tropas de Trujillo fueron torturados en las cárceles del régimen. Del total de combatientes, sobrevivieron los dominicanos Poncio Pou Saleta, Mayobanex Vargas, Francisco Medardo y los cubanos Delio Gómez Ochoa y Pablo Mirabal.

El movimiento integrado posteriormente en su mayoría por estudiantes universitarios, que honraba a los héroes caídos, desarrolló varias actividades clandestinas contra la dictadura que rápidamente detectó la ubicación del foco subversivo en torno a la Universidad de Santo Domingo.

Manolo en un discurso en el Parque Independencia 1963  
Los arrestos no se hicieron esperar, cayendo Manolo Tavarez Justo, Leandro Guzmán, Pedro González, esposos de Patria , María Teresa y Minerva Mirabal (luego asesinadas por la tiranía) hasta aproximadamente un centenar de miembros del Movimiento 14 de Junio.

Luego del ajusticiamiento del dictador, el Movimiento pasa de la clandestinidad a la legalidad, convirtiéndose en una organización política.

Caamaño, ejemplo que no muere 

Francisco Alberto Caamaño Deñó fue fusilado el 16 de febrero de 1973 por orden del entonces presidente Joaquín Balaguer, de quien se ha dicho era alumno del dictador Trujillo, pero que en opinión del ex guerrillero y autor, Hamlet Hermann, fue maestro y guía del tirano.

En la presentación del libro Caamaño, biografía de una época, que según su autor le llevó 39 años y ocho meses escribirlo, el ex embajador de Cuba en República Dominicana, Omar Córdoba, dijo que Francis, como le conocían sus amigos, evolucionó de estricto y honesto jefe militar durante la dictadura, a líder del ejército constitucionalista que buscaba devolver a la presidencia al profesor Juan Bosch, derrocado en 1963, siete meses después de ser electo democráticamente.

El héroe dirigió al pueblo que, casi desarmado, se enfrentó a la invasión de este país por más de 40 mil marines de Estados Unidos. República Dominicana fue el único país invadido militarmente tres veces (1904, 1916 y 1965) durante el siglo XX por fuerzas de Estados Unidos.

La de 1965 fue la gota que derramó la copa de las inquietudes patrióticas de Francisco Caamaño. De oficial militar e hijo de uno de los generales trujillistas más connotados, se transformó en símbolo universal de la lucha frontal contra el imperialismo.

Sin vencer al imperio, pero sin ser vencido, el coronel Caamaño, quien llegó a ocupar la Presidencia provisional del país, transigió poner fin a un conflicto que agobiaba al país y empezó a padecer el perverso castigo del ostracismo cuando es designado agregado militar de la embajada dominicana en el Reino Unido.

No le fue permitida ninguna comunicación con el pueblo que lo tenía como su gran esperanza. Ante esa situación optó por prepararse para cumplir la promesa hecha a los dominicanos cuando renunció a la Presidencia del gobierno en armas.

A pesar de los ocho años que lo separaron del pueblo dominicano, su recuerdo seguía siendo poderoso. De acuerdo con su más dedicado biógrafo, es en Cuba donde Caamaño alcanza la madurez de su pensamiento político.

Joaquín Balaguer, impuesto en la presidencia dominicana por Estados Unidos, fue informado del desembarco de Caamaño y sus guerrilleros por Playa Caracoles en la primera semana de febrero de 1973.

Según Hermann, entraron en acción al tercer día, se separaron al sufrir heridas el mejor hombre de la guerrilla e insistir Caamaño en cuidarlo, quedándose en compañía de otro combatiente, después de lo cual fueron capturados los tres y el resto de la guerrilla lo confirmó al interceptar trasmisiones del Ejército.


Un dominicano defendiendo su dignidad frente a un Yanqui invasor 
Al consultársele a Balaguer qué acción tomar con Caamaño, dijo airado que para ellos no había cárcel, lo cual fue interpretado como su orden de dar muerte al jefe de la guerrilla y sus acompañantes.

El mandato se cumplió el 16 de febrero, pero su recuerdo perdura porque como dijera su compañero de armas y biógrafo, citando al generalísimo Máximo Gómez ante la inesperada muerte de Martí: 

"Duerme en paz compatriota y amigo querido, que yo digo de ti lo que la Historia ha dicho del héroe griego: bajo el cielo azul de tu patria, no hay tumba más gloriosa que la tuya." 

Por Elsy Fors *

* Periodista de la Redacción de Lenguas Extranjeras de Prensa Latina 

jhb/ef

sábado, 2 de marzo de 2013

¿Sería la vida en Marte parecida a la de la Tierra?



JOSÉ MANUEL NIEVES 


Si hubiera vida en otros planetas, podría no parecerse en absoluto a la que conocemos. Es una limitación que, de hecho, hace extremadamente difícil su identificación. En Marte, sin embargo, las cosas podrían ser muy distintas, ya que el Planeta Rojo es muy parecido al nuestro y la vida, si es que alguna vez la hubo, podría ser muy similar a la que nos rodea.

¿SI HUBIERA VIDA AHÍ FUERA, SE PARECERÍA A LA DE LA TIERRA?

No necesariamente. La vida que conocemos, la de todas las criaturas de la Tierra, está basada en el carbono y en una serie de componentes y reglas que son siempre las mismas, no importa que se trate de bacterias, moscas, elefantes o seres humanos. En efecto, toda la vida terrestre procede de un único y lejano antepasado común, un organismo hipotético que los científicos llaman LUCA (Last Ultimate Common Ancestor), que "estrenó" la forma de estar vivo y al que debemos todas nuestras características, seamos de la especie que seamos.

Sin embargo, nada impide la existencia de seres vivientes que sigan otras reglas, o que estén basados en otros elementos diferentes al carbono. Lo que sucede es, hasta ahora, nunca se ha encontrado uno.

SI LA VIDA EXTRATERRESTRE NO ESTUVIERA BASADA EN EL CARBONO, COMO EN LA TIERRA, ¿SABRÍAMOS IDENTIFICARLA?

Probablemente no. La razón es que, al no conocer su bioquímica, sería muy difícil, por no decir imposible, diseñar los experimentos adecuados para que nuestros instrumentos detecten esas formas de vida fuera de la Tierra. Algunos piensan que estamos literalmente rodeados de formas de vida "diferentes" pero que, simplemente, no somos capaces de identificarlas.

Cuando una misión espacial busca vida fuera de nuestro planeta, lo único que puede aspirar a encontrar son formas de vida que "funcionen" exactamente de la misma manera que las terrestres, que son las únicas que conocemos. Los experimentos a bordo del Curiosity, por ejemplo, sólo pueden detectar los componentes biológicos (los "ladrillos de la vida") que se conocen, que son los que hacen que nosotros mismos estemos vivos.

Otra cosa sería, por supuesto, toparse con una criatura compleja, que podamos ver o fotografiar, independientemente de cuál sea su bioquímica. Pero eso no es una aproximación realista al problema, ya que es mucho más fácil localizar microorganismos (o sus huellas o restos), que deberían ser, tal y como sucede aquí, mucho más comunes.

La Ciencia funciona por comparación y, en cuanto a la vida se refiere, sencillamente no tenemos nada con qué compararnos. Se está intentando buscar criaturas "diferentes" aquí mismo, en nuestro planeta. Recordemos, por ejemplo, el fallido anuncio de aquellos famosos microorganismos cuyo metabolismo se basaba, en teoría, en el arsénico, y que al final resultaron ser como todos los demás. La NASA dio entonces un gran patinazo, pero si realmente hubiera sido así, ahora tendríamos una forma de vida "alternativa" que nos serviría para ampliar nuestro abanico de búsqueda a una clase de criaturas completamente diferentes a las que conocemos.

Los esfuerzos en este sentido, sin embargo, continúan, y los científicos centran sus esperanzas en los llamados "extremófilos", criaturas que, aquí en la Tierra, han logrado adaptarse y sobrevivir en lugares donde nadie, excepto ellos, podría prosperar. Se ha encontrado vida, en efecto, a más de 120 grados centígrados en las mismísimas calderas de volcanes; o a varios km. de profundidad, en la rocas viva, donde jamás ha llegado luz ni oxígeno; o bajo las gruesas capas de hielo de la Antártida, o junto a chimeneas termales submarinas, a varios km. de profundidad bajo las aguas oceánicas. Saber cómo logran sobrevivir estas peculiares criaturas nos servirá para poder buscarlas, también, fuera de nuestro planeta.

¿VALE TODO ESO TAMBIÉN PARA MARTE Y EL CURIOSITY?

Por supuesto que sí. Sin embargo, los investigadores creen que, en el caso de que la encuentren, la vida de Marte debería de parecerse mucho (o incluso ser idéntica) a la de la Tierra. La razón es que ambos planetas se parecen extraordinariamente y se formaron a partir de los mismos materiales y elementos. Además, con Marte existe la posibilidad de "contaminación" de formas de vida ya desarrolladas en planetas cercanos.

De hecho, la vida, la que conocemos, podría haber pasado de la Tierra a Marte sin demasiados problemas, a bordo de meteoritos. O incluso al contrario, podría haberse originado en Marte, que es algo más antiguo que la Tierra, y haber viajado después hasta aquí. En cualquiera de los dos casos, existen muchas posibilidades de que la vida terrestre y la marciana (si existe) sean muy parecidas.

El problema de la contaminación puede alcanzar, aunque con una probabilidad menor, también a otros candidatos a albergar vida dentro de nuestro Sistema Solar, como es el caso de varias lunas de Saturno y Júpiter.

Fuera de los dominios de nuestro Sol, sin embargo, la cosa cambia por completo. "Ahí fuera", en efecto, podría haber formas de vida que, hoy por hoy, no seríamos capaces de identificar. Se ha confirmado ya la existencia de más de 850 planetas extrasolares, y algunos de ellos (unos cincuenta) con algunas características similares a las de la Tierra. Pero nadie nos puede asegurar que en esos mundos lejanos la vida haya surgido de manera completamente distinta a como lo ha hecho aquí.

¿QUÉ INDICIOS SE HAN ENCONTRADO HASTA AHORA?

La verdad es que no demasiados, aunque sí muy esperanzadores. Por ejemplo, ahora sabemos que el agua es un elemento bastante común en el Universo. Se han detectado inmensas nubes de vapor de agua en galaxias lejanas, e incluso se ha medido el espectro de varios aminoácidos y otros componentes esenciales para la vida a miles de años luz de distancia. Entre los exoplanetas conocidos, además, hay 7 que parecen ser especialmente favorables y que reúnen varias de las características que creemos necesarias para la vida.

¿SE PUEDE PENSAR EN LA EXISTENCIA DE VIDA INTELIGENTE, INCLUSO DE CIVILIZACIONES AVANZADAS?

Dado que el Universo tiene 13.700 millones de años y que en él existen billones de planetas, parecería lógico pensar que en algunos de ellos la vida pudo desarrollarse hasta formar criaturas complejas y, por qué no, civilizaciones. Ahí está la famosa ecuación de Francis Drake, un ejercicio matemático que combina diversas variables para calcular, de forma aproximada y según la ley de probabilidades, cuántas civilizaciones podría haber ahí fuera.

Drake encontró que, sólo en nuestra galaxia, podrían existir 100.000 civilizaciones tecnológicas, aunque otros investigadores han llegado a cifras completamente diferentes (que van de las diez a los varios millones) con solo cambiar el valor de algunas de las variables. En todo caso, aunque esas civilizaciones existieran, para que podamos contactar con ellas deberían, por lo menos, estar desarrollándose al mismo tiempo que la nuestra.

Nuestra tecnología espacial lleva existiendo poco más de medio siglo, menos que un parpadeo en la historia del Universo. Otras civilizaciones podrían haber surgido hace dos mil, o cinco mil, o siete mil millones de años, haber durado un millón de años y haber desaparecido para siempre mucho antes incluso de que naciera el primer ser humano.

El desafío, pues, sigue abierto. Y los esfuerzos se doblan en campos científicos muy dispares, que van de la astronomía a la física y la biología. El premio, sin duda, merece la pena.


¿Sería la vida en Marte parecida a la de la Tierra?



JOSÉ MANUEL NIEVES 


Si hubiera vida en otros planetas, podría no parecerse en absoluto a la que conocemos. Es una limitación que, de hecho, hace extremadamente difícil su identificación. En Marte, sin embargo, las cosas podrían ser muy distintas, ya que el Planeta Rojo es muy parecido al nuestro y la vida, si es que alguna vez la hubo, podría ser muy similar a la que nos rodea.

¿SI HUBIERA VIDA AHÍ FUERA, SE PARECERÍA A LA DE LA TIERRA?

No necesariamente. La vida que conocemos, la de todas las criaturas de la Tierra, está basada en el carbono y en una serie de componentes y reglas que son siempre las mismas, no importa que se trate de bacterias, moscas, elefantes o seres humanos. En efecto, toda la vida terrestre procede de un único y lejano antepasado común, un organismo hipotético que los científicos llaman LUCA (Last Ultimate Common Ancestor), que "estrenó" la forma de estar vivo y al que debemos todas nuestras características, seamos de la especie que seamos.

Sin embargo, nada impide la existencia de seres vivientes que sigan otras reglas, o que estén basados en otros elementos diferentes al carbono. Lo que sucede es, hasta ahora, nunca se ha encontrado uno.

SI LA VIDA EXTRATERRESTRE NO ESTUVIERA BASADA EN EL CARBONO, COMO EN LA TIERRA, ¿SABRÍAMOS IDENTIFICARLA?

Probablemente no. La razón es que, al no conocer su bioquímica, sería muy difícil, por no decir imposible, diseñar los experimentos adecuados para que nuestros instrumentos detecten esas formas de vida fuera de la Tierra. Algunos piensan que estamos literalmente rodeados de formas de vida "diferentes" pero que, simplemente, no somos capaces de identificarlas.

Cuando una misión espacial busca vida fuera de nuestro planeta, lo único que puede aspirar a encontrar son formas de vida que "funcionen" exactamente de la misma manera que las terrestres, que son las únicas que conocemos. Los experimentos a bordo del Curiosity, por ejemplo, sólo pueden detectar los componentes biológicos (los "ladrillos de la vida") que se conocen, que son los que hacen que nosotros mismos estemos vivos.

Otra cosa sería, por supuesto, toparse con una criatura compleja, que podamos ver o fotografiar, independientemente de cuál sea su bioquímica. Pero eso no es una aproximación realista al problema, ya que es mucho más fácil localizar microorganismos (o sus huellas o restos), que deberían ser, tal y como sucede aquí, mucho más comunes.

La Ciencia funciona por comparación y, en cuanto a la vida se refiere, sencillamente no tenemos nada con qué compararnos. Se está intentando buscar criaturas "diferentes" aquí mismo, en nuestro planeta. Recordemos, por ejemplo, el fallido anuncio de aquellos famosos microorganismos cuyo metabolismo se basaba, en teoría, en el arsénico, y que al final resultaron ser como todos los demás. La NASA dio entonces un gran patinazo, pero si realmente hubiera sido así, ahora tendríamos una forma de vida "alternativa" que nos serviría para ampliar nuestro abanico de búsqueda a una clase de criaturas completamente diferentes a las que conocemos.

Los esfuerzos en este sentido, sin embargo, continúan, y los científicos centran sus esperanzas en los llamados "extremófilos", criaturas que, aquí en la Tierra, han logrado adaptarse y sobrevivir en lugares donde nadie, excepto ellos, podría prosperar. Se ha encontrado vida, en efecto, a más de 120 grados centígrados en las mismísimas calderas de volcanes; o a varios km. de profundidad, en la rocas viva, donde jamás ha llegado luz ni oxígeno; o bajo las gruesas capas de hielo de la Antártida, o junto a chimeneas termales submarinas, a varios km. de profundidad bajo las aguas oceánicas. Saber cómo logran sobrevivir estas peculiares criaturas nos servirá para poder buscarlas, también, fuera de nuestro planeta.

¿VALE TODO ESO TAMBIÉN PARA MARTE Y EL CURIOSITY?

Por supuesto que sí. Sin embargo, los investigadores creen que, en el caso de que la encuentren, la vida de Marte debería de parecerse mucho (o incluso ser idéntica) a la de la Tierra. La razón es que ambos planetas se parecen extraordinariamente y se formaron a partir de los mismos materiales y elementos. Además, con Marte existe la posibilidad de "contaminación" de formas de vida ya desarrolladas en planetas cercanos.

De hecho, la vida, la que conocemos, podría haber pasado de la Tierra a Marte sin demasiados problemas, a bordo de meteoritos. O incluso al contrario, podría haberse originado en Marte, que es algo más antiguo que la Tierra, y haber viajado después hasta aquí. En cualquiera de los dos casos, existen muchas posibilidades de que la vida terrestre y la marciana (si existe) sean muy parecidas.

El problema de la contaminación puede alcanzar, aunque con una probabilidad menor, también a otros candidatos a albergar vida dentro de nuestro Sistema Solar, como es el caso de varias lunas de Saturno y Júpiter.

Fuera de los dominios de nuestro Sol, sin embargo, la cosa cambia por completo. "Ahí fuera", en efecto, podría haber formas de vida que, hoy por hoy, no seríamos capaces de identificar. Se ha confirmado ya la existencia de más de 850 planetas extrasolares, y algunos de ellos (unos cincuenta) con algunas características similares a las de la Tierra. Pero nadie nos puede asegurar que en esos mundos lejanos la vida haya surgido de manera completamente distinta a como lo ha hecho aquí.

¿QUÉ INDICIOS SE HAN ENCONTRADO HASTA AHORA?

La verdad es que no demasiados, aunque sí muy esperanzadores. Por ejemplo, ahora sabemos que el agua es un elemento bastante común en el Universo. Se han detectado inmensas nubes de vapor de agua en galaxias lejanas, e incluso se ha medido el espectro de varios aminoácidos y otros componentes esenciales para la vida a miles de años luz de distancia. Entre los exoplanetas conocidos, además, hay 7 que parecen ser especialmente favorables y que reúnen varias de las características que creemos necesarias para la vida.

¿SE PUEDE PENSAR EN LA EXISTENCIA DE VIDA INTELIGENTE, INCLUSO DE CIVILIZACIONES AVANZADAS?

Dado que el Universo tiene 13.700 millones de años y que en él existen billones de planetas, parecería lógico pensar que en algunos de ellos la vida pudo desarrollarse hasta formar criaturas complejas y, por qué no, civilizaciones. Ahí está la famosa ecuación de Francis Drake, un ejercicio matemático que combina diversas variables para calcular, de forma aproximada y según la ley de probabilidades, cuántas civilizaciones podría haber ahí fuera.

Drake encontró que, sólo en nuestra galaxia, podrían existir 100.000 civilizaciones tecnológicas, aunque otros investigadores han llegado a cifras completamente diferentes (que van de las diez a los varios millones) con solo cambiar el valor de algunas de las variables. En todo caso, aunque esas civilizaciones existieran, para que podamos contactar con ellas deberían, por lo menos, estar desarrollándose al mismo tiempo que la nuestra.

Nuestra tecnología espacial lleva existiendo poco más de medio siglo, menos que un parpadeo en la historia del Universo. Otras civilizaciones podrían haber surgido hace dos mil, o cinco mil, o siete mil millones de años, haber durado un millón de años y haber desaparecido para siempre mucho antes incluso de que naciera el primer ser humano.

El desafío, pues, sigue abierto. Y los esfuerzos se doblan en campos científicos muy dispares, que van de la astronomía a la física y la biología. El premio, sin duda, merece la pena.


EL DUARTE DE MIGUEL NÚÑEZ

DANIEL BALCÁCER: EL DUARTE DE MIGUEL NÚÑEZ

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